PP y Vox intentan arrebatar la dignidad de las personas LGTBI con su acuerdo

Por Juan Andrés Teno (@jateno_), periodista y activista LGTBI especializado en Diversidad Familiar

Foto: Jorge París para 20 Minutos

El Partido Popular y VOX han alcanzado un acuerdo que posibilitará que Juan Manuel Moreno Bonilla se convierta en el próximo presidente de Andalucía. Para alcanzar el sillón del Palacio de San Telmo, los populares han firmado un documento con 37 medidas para desarrollar en los próximos años de legislatura.

En cuatro de esos acuerdos que han suscrito la derecha y la ultraderecha española se pone en peligro la dignidad de las personas LGTBI y sus familias. La redacción elegida para presentar a la opinión pública este acuerdo de legislatura enmascara una de las mayores afrentas que el colectivo LGTBI haya podido recibir en las últimas décadas y supondrá un evidente retroceso en la garantía y la protección de los derechos humanos. Conviene explicarlas una tras una y desentrañar lo que esconden.

Punto 9

Eliminar toda convocatoria de subvenciones a personas físicas o jurídicas que no cumpla evidentes fines de utilidad pública y social

Este acuerdo presupone que hasta la fecha, el actual gobierno en funciones de la Junta de Andalucía (y los anteriores) ha estado concediendo subvenciones alejadas de la “utilidad pública y social”. Denuncias no hay ninguna presentada en este aspecto, al menos hasta que VOX entró en la escena política andaluza y pidió que se dejasen de subvencionar proyectos de carácter ideológico, es decir, los destinados a proteger los derechos de las personas LGTBI y las mujeres. La ideología de defender la integridad y la dignidad de gais, lesbianas, bisexuales y trans entra en colisión con el buen hacer del partido de Abascal y ahora parece ser que del de Casado y Moreno Bonilla. Por primera vez, la Junta de Andalucía articuló el año pasado una convocatoria especifica para entidades LGTB y puede que sea la última.

Punto 13

Garantizar la libertad educativa y el derecho de los padres el modelo que deseen para sus hijos, evitando cualquier injerencia de los poderes públicos en la formación ideológica de los alumnos y permitiendo que los padres puedan excluir a sus hijo de la formación no reglada por actividades complemetarias o extraescolares cuando sean contrarias a sus convicciones.

El PP ha aceptado de la ultraderecha que la educación en diversidad sexual, familiar y de géneros sea expulsada de los centros educativos. Y asume que la formación en valores de diversidad es formación ideológica. Ya han experimentado los populares esta política regresora en la Región de Murcia y ahora Andalucía se prepara para sumirse en la noche de la ignominia. Saben de sobra en el PP que la mayor causa de violencia escolar es la producida por las orientación sexual o diversidad de género del alumnado (como tal lo reconocían en el programa electoral andaluz) y que estas acciones educativas no tienen mayor finalidad que intentar evitar el dolor y el sufrimiento de niños, niñas y niñes. Pero han cedido. Sin duda pesa más alcanzar el poder que la integridad física y emocional de la infancia andaluza.

Punto  18

Crear una Consejería de Familia

Y ahí están, ufanos, con la intención de crear una Consejería de Familia, en singular, para que no haya lugar a equívocos. Porque parece ser que familia solo hay una y esa es la que hay que potenciar y proteger. VOX lo deja muy claro en su programa electoral cuando demanda la creación de un Ministerio de la Familia, concretando que se refieren a la familia natural: padre, madre e hijos nacidos de la unión de ese matrimonio. Ahora el PP lo asume y lo resume, pero no puede engañarnos. Por tanto, los populares se comprometen a crear una Consejería que vele por el impulso de las familias heteroparentales. Ahora es el momento de recordar que este mismo partido interpuso un recurso de inconstitucionalidad al matrimonio igualitario. Las piezas comienzan a encajar.

Punto 33

Promover una Ley de Concordia que sustituya a la ley de memoria histórica

Uno de los objetivos de la memoria histórica es restituir la dignidad de las personas que fueron fustigadas y masacradas por la dictadura franquista. Intentar resarcir aquellas historias de horror y discriminación que protagonizaron gais, lesbianas, bisexuales y personas trans parece que no entra dentro del ideario de la derecha española, baste solo con recordar las declaraciones de algunos dirigentes de VOX negando que el régimen de Francisco Franco fuera una dictadura. Y ahora parece que el Partido Popular le compra la propuesta.

Estos cuatro puntos entran en colisión frontal con la Ley LGTBI andaluza aprobada en diciembre de 2017 y que contó con el voto afirmativo del PP. O se elimina esta ley o no pueden aplicarse estas medidas en la legislatura que ahora comienza. ¿Dónde se situará en el PP? ¿Asumirá la LGBTIfobia del partido de extrema derecha o tendrá que desdecirse y seguir desarrollando una ley que, en la tribuna del Parlamento de Andalucía, la parlamentaria popular Esperanza Oña reclamó como suya, acusando al PSOE, IU y Podemos de impedirles que su partido figurase como impulsor de la misma?

Y queda por saber cómo podrán casar estos acuerdos de a dos con el pacto de legislatura que los populares han suscrito con Ciudadanos y en el que, a petición del partido naranja, se comprometen a desarrollar la Ley LGTBI. ¿Quién podrá mas? ¿Qué podrá más, la defensa de la dignidad de los derechos humanos de las personas LGTBI o el populismo de extrema derecha?

De VOX no puede esperarse mucho, pero sería un gran error para el Partido Popular efectuar un giro tan brusco hacia su derecha cómo se deja entrever en este acuerdo. Desde Europa se asiste con asombro a este canje de libertades por puestos.

Pero con lo que no cuentan ni unos ni otros es con la realidad de un pueblo andaluz que no va a tragar con ruedas de molino, con un profesorado comprometido y formado en diversidad que seguirá garantizando la libertad dentro de las aulas, con unas familias que harán todo lo posible para que la realidad LGTB que viven en sus hogares siga alcanzando cotas de libertad y naturalidad.

Estos señores no pueden secuestrar el sol del Sur con los votos de un 11% de la población.

El 15 de enero nos veremos en las calles andaluzas, reivindicando una sociedad diversa y democrática. Salgan de sus recién estrenados despachos (si ya han llegado a ocuparlos) y vean a un pueblo que no cederá, que no retrocederá en el tiempo para satisfacer sus ansias de poder.

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