Salud mental y discriminación a lesbianas, gais y bisexuales

Susana Sáez Fernández nos presenta el tema de su TFM y nos invita a participar en su investigación

En la actualidad, podemos ver grandes avances respecto a la aceptación de la diversidad sexual. Uno de los grandes hitos ha sido la aprobación del Matrimonio Igualitario en el año 2005, y para muchas personas, esto es haber conseguido por fin la igualdad. Pero, ¿es la ley una garantía de que se está dando una igualdad real en la cotidianidad?

Hoy día, muchas personas que se identifican como lesbianas, gays y bisexuales (LGB) pueden salir a la calle en España y visibilizar su orientación sexual, mientras antes ésta permanecía plenamente oculta para los/las demás (o incluso para ellos/as mismos/as). Se visibiliza para reivindicar o simplemente porque están ejerciendo su libertad y su derecho a expresarse tal y como son. Sin embargo, al mismo tiempo que hay personas que lo hacen y/o pueden hacerlo, hay muchas otras que no.

Y más allá de estos dos polos en blanco y negro, también existen personas gays, lesbianas y bisexuales que en algunos momentos y contextos hacen visible su orientación sexual, mientras que en otras situaciones no lo hacen. En algunos casos esto podrá ser un hecho casual, pero en muchos otros, es debido a la estigmatización de las personas lesbianas, gays y bisexuales todavía existente. La orientación sexual LGB y el estigma sexual asociado tiene una peculiaridad: la persona puede decidir hacerlo visible u ocultarlo al resto. De este modo, el ocultamiento de la orientación sexual se convierte en una estrategia bastante frecuente para evitar la discriminación (real o imaginada), y aunque esto a corto plazo sirve para protegerse, se ha visto que a largo plazo puede tener consecuencias negativas para la salud mental.

Se ha encontrado que en entornos donde se promueve la autonomía y se respeta el “derecho a ser”, el ocultamiento de la orientación sexual se ve disminuido, a diferencia de los entornos controladores que empujan a ser de una determinada manera. En esta línea, es interesante plantearse ¿hemos logrado un contexto social que promueve la autonomía y en el que no existe discriminación y restricción hacia la orientación sexual LGB?

Es frecuente encontrar que las personas perciban mayor discriminación grupal que individual. Es decir, se percibe mayor discriminación hacia el grupo con el que se identifica o al que pertenece la persona, que a nivel personal. Por otro lado, mientras que la discriminación manifiesta se ha podido ver reducida en algunos lugares como España (aunque todavía sigue presente), existe un tipo de discriminación que es más frecuente en la sociedad actual: la discriminación sutil. Mientras la discriminación manifiesta hace referencia a un trato desigual y de rechazo que se realiza de forma directa y clara, la discriminación sutil conlleva la percepción de desconfianza, rechazo indirecto o trato diferencial hacia las personas LGB.  Se ha visto que ésta puede tener efectos más nocivos sobre la salud psicológica de las personas, ya que es más frecuente, existe ambigüedad sobre si se está siendo discriminado y es más difícil de detectar y hacerle frente.

La percepción de discriminación se ha relacionado con diversos aspectos del bienestar psicológico, encontrando que a mayor percepción de discriminación mayor es la sintomatología depresiva, entre otros. Aunque la mayoría de personas LGB presentan una buena salud psicológica, muchos autores han subrayado la importancia de tener en cuenta la discriminación a la que se enfrentan las personas LGB para comprender la mayor prevalencia de problemas de salud mental (como la ansiedad y la depresión) con respecto a la población heterosexual. Particularmente, algunos autores han señalado que hay mayor discriminación hacia las personas bisexuales, mayor invisibilización y menor apoyo afirmativo y que esto repercute más negativamente sobre la salud mental.

En una realidad, en la que conviven los avances y progresos y al mismo tiempo distintos tipos de discriminación, es importante conocer cómo y cuánto perciben la discriminación las personas que se identifican como lesbianas, gays y bisexuales, ver si esto tiene influencia en la aparición y presencia de la sintomatología depresiva y conocer si existen diferencias en la percepción de discriminación y en la sintomatología depresiva en función del género y la orientación sexual.

Esto es algo poco estudiado en España y por ello os animo a que si queréis, realicéis una encuesta totalmente anónima para una investigación que estoy realizando para un Trabajo de Fin de Máster (TFM), en Psicología General Sanitaria, sobre la percepción de discriminación (grupal y personal, manifiesta y sutil) en personas lesbianas, gays y bisexuales y sintomatología depresiva en España.

Si te interesa realizar o difundir el cuestionario, PINCHA AQUÍ

¡Muchísimas gracias! Tu colaboración va a ser de gran ayuda para alcanzar un mayor conocimiento y visibilización de esta realidad.

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