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La Biblia de las tendencias de la temporada primavera verano 2016

Llega la primavera lista para alterar la sangre y los armarios. Atenta a las tendencias que ya asoman por los escaparates de cada tienda, porque esto es lo que vas a llevar:

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1. ÁFRICA. El estampado étnico de esta temporada viene del corazón de la selva africana. Los vestidos y estampados más tribales del verano se llevan con complementos a juego como collares de cuentas o accesorios de plumas.

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Missoni, Chanel y Valentino. GTRES

2. REJILLA. No aptos para frioleras son los vestidos híbridos de crochet/rejilla (el bikini por debajo es opcional). Aunque no termino de verme cogiendo el metro vestida con uno de esos, para ir a por helados al chiringuito de la playa me parece perfecto.

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Valentino, Tommy Hilfiger y Alexander McQueen. GTRES

3. MIX DE COLORES. Si no sabes con qué color quedarte, elige un vestido que los lleve todos, y si mezcla estampados nos sirve también. Alejados del minimalismo, los vestidos chaos magic irrumpen con fuerza en la mayoría de las pasarelas.

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Gucci, Valentino y Chanel. GTRES

4. HOMBROS FUERA. Los hombros serán el centro de atención de todos los vestidos y tops robándole protagonismo a los escotes. Además, lo bueno de esta tendencia es que, con un par de tijeras, tú misma puedes convertir tus camisetas en shoulder-less sin dejarte un céntimo.

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Alexander Mcqueen, Givenchy y Giambattista Valli. GTRES

5. ‘SALTACAMAS’. Si pensabas que el pijama solo podías usarlo para dormir o para andar por casa, esta primavera verano lo sacarás a la calle en su versión más elegante. De raso o con encajes son los vestidos slip de la temporada.

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Calvin Klein, Givenchy y Céline. GTRES

6. TRANSPARENCIAS. Siguiendo la estela de la tendencia de enseñar el hombro, insinuar antes que enseñar, no faltan para la mayoría de los diseñadores las transparencias extremas.

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Gucci, Dior y Gucci. GTRES

7. DENIM. Un clásico que vuelve a reinventarse. No solo vuelve su versión de 1970, sino que viene acompañada del vaquero que llevábamos en el 2000. Apuesto lo que quieras a que tu madre aún guarda en el armario alguna de estas prendas.

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Giambattista Valli, Alexander Wang y Alexander McQueen. GTRES

8. VOLANTES. El movimiento de la temporada lo pondrán los volantes. Siempre empezando a la altura de la cadera y de manera asimétrica.

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Balmain, Roberto Cavalli y Alexander McQueen. GTRES

Por qué deberías hacerte con una ‘bomber’ si todavía no tienes la chaqueta de la temporada

La bomber (o cazadora de aviador para los que no estéis familiarizados con el término) es una criatura que habita en los armarios que vivió su época dorada en España gracias a películas como Grease.

En Estados Unidos es el pan de cada día cuando vas al instituto y es la prenda icónica de los jugadores de béisbol, que vienen a ser el equivalente a nuestros pantalones de chándal con la cremallera en el lateral.

Bombers de Gucci, Marc Jacobs e Yves Saint Laurent. Hazte con todos. GTRES

Bombers de Gucci, Marc Jacobs e Yves Saint Laurent. Hazte con todos. GTRES

La bomber surgió del primer conflicto bélico internacional, la Primera Guerra Mundial, al ser la chaqueta que llevaban los pilotos de los bombarderos para protegerse el frío en la cabina, ya que por lo visto no estaban totalmente cerradas.

La versión forrada de borreguito se convirtió en la prenda oficial de las Royal Air Forces y de ahí a prenda icónica en el mundo de la moda cuando empezó a comercializarse.

Esta primavera vivirá su regreso después de verla en las pasarelas de Gucci, Hilfiger, Marc Jacobs o Yves Saint Laurent. Puedes negarte a creerlo o puedes resistirte a ello, pero la bomber volverá, por lo que, si no te gusta, deberías aceptarlo con resignación o, si te gusta, rescata tus tres chaquetas de otras temporadas (como es mi caso) y además plantéate hacerte con un par más nuevas.

 

En verde militar, negra básica o estampada. ALIEXPRESS, ZARA Y ASOS

En verde militar, negra básica o estampada. ALIEXPRESS, ZARA Y ASOS

Aunque el regreso ha sido por la pasarela, absolutamente TODAS las tiendas low cost (low cost por decir algo, porque no creo que los precios de Zara o Mango sean low cost, al menos para becarias) tienen su versión.

¿Qué pasa con esta prenda? ¿Por qué tanto furor ante una chaqueta que nos venden como la panacea de los armarios? Las claves del éxito de la bomber: va con todo, es unisex y abriga (algo). Además tienes más variedad de chaquetas que de fauna en Costa Rica: la puedes llevar lisa o estampada, con forro, sin forro, de piel, de algodón…

Para llevarla puedes optar por pitillos si quieres un outfit en clave deportiva  o con faldas, vestidos lenceros slip dress o ajustados si es para darle un toque más formal. Es la típica prenda va-con-todo. Las zapatillas le dan el toque sporty chic y los botines más rockabilly. ¿El mejor complemento para mí? Unos labios rojos.

Así se preparan ellos cuando tienen una cita con nosotras

Horas frente al armario, dudas existenciales sobre lo que llevamos puesto, zapatos desparramados por el suelo, estropicios en el pelo, kilómetros y kilómetros recorriendo todas las habitaciones de casa porque no aparecen las dichosas medias…ni el Duque de Wellington llevaba a cabo tantos preparativos para una batalla como los que organizamos las mujeres cuando nos preparamos para una cita.

¿Se preocupan ellos tanto como nosotras? ¿Tienen en cuenta si  ropa interior hace juego o no? ¿Tiran frustrados prendas al suelo pensando «no tengo nada que ponerme»?

¿Qué hay detrás de una cita en el caso de ellos? Para averiguarlo, los testimonios de algunos hombres de mi entorno (amigos y pareja entre los 23 y 26 años), me han hecho elaborar una especie de lista de básicos a la hora de prepararse para el momento.

1.La depilación es importante. Es innegable que los hombres SIEMPRE son positivos (demasiado) y suelen pensar que en la primera cita puede haber tema, por lo que muchos recurren a la depilación púbica. Y no os estoy hablando de podar un poco la maleza sino de depilar a machete con la cuchilla. «Si se hace algo se hace bien» declara mi mejor amigo. Aunque todos coinciden en que cuando estás con pareja te preocupas menos por estos menesteres y tiendes a llevar el ‘asunto’ menos cuidado. «Algunos se quitan hasta los pelos de las orejas» dice otro cuando pregunto si también se depilan las axilas o las cejas. Hay controversia. Respecto a nosotras, una amiga parece tenerlo claro a la hora de que un chico se depile las piernas: «Si está depilado parece que me estoy acostando con una tía». Y ahí coincido. Si me roza con unas piernas más depiladas que las mías me da un poco de grimilla.

2.A la hora de elegir los calzoncillos, el equivalente a nuestro tandem braga/sujetador, todos coinciden en que deben de estar nuevos. «Unos calzoncillos to´guapos» declara uno «que no estén muy acartonados». Otro habla de «los calzoncillos de follar» e incluso de «los calzoncillos de la suerte».¿La forma? Boxer porque «quedan mejor y el slip es de paletos«. Tanto ellas como ellos coinciden en que el negro es el color más elegante en un calzoncillo y que preferiblemente de marca. En mi caso, me basta con que estén limpios. Llamadme conformista.

Dibujo Jimena Ruíz Martínez

Dibujo Jimena Ruíz Martínez

3.La ropa es el punto de conflicto. Según unos, hay que ir vestido acorde al estilo personal, según otros depende de otros factores. Nosotras, a la hora de vestirnos solemos elegir algo no lo bastante corto como para que parezca que vendemos la carne a precio de saldo pero tampoco lo suficientemente largo para que parezcamos monjas de clausura. Ellos lo hacen parecido según lo ajustadas que sean las camisetas. Rápido surgen las comparaciones con los ‘viceversos’ (participantes del programa Mujeres y Hombres y Viceversa que por lo general suelen ser hombres musculosos). «Depende de la conversación que tengas. Cuanta más conversación tengas menos necesario es que lleves ropa apretada» declara uno. Según otro «cuando vas a una cita quieres impresionar a la chica» a no ser que sea alguien con quien quedas normalmente, en cuyo caso «vas como eres» puntualizan. Influye con quien vayas a quedar, el sitio al que vayas y para algunos hasta el estilo de la chica. Según la opinión popular de mis consultados, cuanto más ‘choni’ es la chica, se va peor vestido. Después de varios intentos infructuosos de realizar una gráfica  que reflejara cómo vestirse en función de si ella es ‘choni’-culta (por lo visto no existen ‘chonis’ cultas ni cultas que vayan como ‘chonis’) como viste de ‘cani’-elegante él, os dejo una representación que aclarara la situación:

4.Todos niegan echarse más colonia de lo normal cuando van a una cita. Aunque, por experiencia propia de ver a mi hermano preparándose para estos casos, la nube de odorosa que va dejando a su paso podría desorientar a portaaviones del ejército coreano. «Depende de la altura de la chica» dice uno señalando que según eso él se la echa más arriba o más abajo de la camiseta.

5.Por último coinciden en que a una cita siempre hay que ir bien peinado o con gomina para dominar pelos rebeldes. «Si tienes novia no te peinas. Al menos no tan bien» afirma uno convencido.

¿Estáis de acuerdo con la lista o hacéis otros preparativos?

 

 

 

 

 

Si tienes un hombre en tu vida tienes dos armarios

¿Sabes el aspecto que tiene una tienda de ropa después de una jornada de rebajas? Pues comparado a mi habitación eso es el orden más absoluto. De hecho si mi familia fuera un reality show estaría nominada cada semana por mis problemas de orden. En realidad no es que sea desordenada, es que mi concepto de orden es más creativo que el del resto de las personas.

Cuando me pongo a ordenar la ropa más que episodios de una serie, podrían hacer varias temporadas. Temporada 1×01 El calcetín desaparecido, temporada 1×02 El calcetín sigue sin aparecer…Temporada 8×01 Ya empezamos a vislumbrar el suelo. ¡Ostras!, ¿de dónde ha salido este calcetín?

Tengo un sistema infalible: los montones de ropa. El montón de ropa del gimnasio, el montón de ropa interior, el montón de ropa sucia… Pero algo que siempre se repite es el montón de ropa que no me pertenece. Son prendas que expropio de mi hermano y de mis padres que, cuando las devuelvo, suelen alegrarse más que México cuando detiene al Chapo, porque, una vez han traspasado el umbral de mi habitación (que es algo así como la puerta a otras dimensiones que abre el Teseracto) las daban por perdidas.

Uso ropa de todo el mundo. Grande, pequeña, de hombre, de mujer y de hace 40 años. Uno de los armarios más saqueados es el de mi hermano, que tiene más paciencia que un santo cuando ve que le desaparecen camisetas o sudaderas que se quiere poner y aparecen misteriosamente en mi cuarto oliendo a colonia y desodorante de flores. Pero es que su ropa MOLA. Hay tantas cosas de hombre que podemos incluir en nuestros conjuntos del día a día sin perder un ápice de estilo…

¿Cuáles son esas prendas benditas que puedes incorporar y de las que ya puede despedirse tu familia? En primer lugar, la camisa de cuadros. La camisa de cuadros es un animal salvaje que habita en todos los armarios de todo varón entre los 8 y los 80 años. Puedes llevarla puesta cerrada (si te tapa el culo) con unas medias, abierta con unos vaqueros y camiseta blanca o anudada a la cintura si te queda exageradamente grande o increíblemente pequeña.

Otra prenda que deberías convertir en propia son las sudaderas y los jerséis gigantes. Hasta hace poco, solo usaba las sudaderas de mi hermano para el gimnasio, pero con el lampshading como tendencia, cuanto más largo y ancho mejor para llevar a la calle. El problema suele ser el estampado, ya que, en el caso de mi padre, sus jerséis más que jerséis bonitos son jerséis-de-padre, es decir, jerséis de colores muy extraños con dibujos o de tejidos raros que no sabes si realmente es una prenda o un exceso de stock de estampado de sofá que, como sobraba, convirtieron en jersey.

Para todas aquellas cuyos novios tienen la misma pierna que ellas, deberían hacerse con uno de sus vaqueros. En serio, la mayoría de las mujeres no somos conscientes de lo bien que nos sientan unos vaqueros masculinos. Fijaos si son favorecedores que muchas tiendas cuentan ya con esta anchura: el pantalón boyfriend.

Y por último ( y sin duda, mis favoritas) las CAMISETAS de chico. Además de que los dibujos y estampados de Batman, Sons of Anarchy, Rolling Stones y demás son también de nuestro agrado (sí, queridísimas tiendas, los grupos de rock, películas de acción y series protagonizadas por hombres en moto también nos gustan a nosotras), nos queda bien el rollo ancho. Así que recuerda: si tienes un hombre en tu vida tienes dos armarios.

http://thekewl.tumblr.com/post/24756076198

(Sobre)vivir la Nochevieja

«It’s my party and I cry if I want to» pienso cada vez que se acerca Nochevieja. Afortunadamente, nunca son tan desastrosas como para acabarlas entre lágrimas, pero sí hay una serie de cosas que, tras mi primer Fin de Año, empecé a tener en cuenta para sobrevivir con éxito a esa noche.

Nunca dejes para el 31 depilaciones o peelings faciales. Sé de lo que hablo, créeme, no quieres ir por toda la fiesta con los brazos en jarras de lo que te pica el desodorante en las axilas por haberte hecho la cera unas horas antes.

Y es que los experimentos están muy bien, «pero con gaseosa» como diría mi madre. Es una noche de ir a lo seguro. Como te pongas a probar cosas nuevas tanto de pelo como de maquillaje 1) no te van a gustar porque el recogido en la cabeza de Blake Lively no queda igual que en la tuya y 2) te vas a exasperar, despeinar y una vez echada la laca, no hay vuelta atrás. Corres el riesgo de acabar yendo a tu fiesta con un moño de bailarina para ocultar tu hecatombe capilar.

Es una noche en la que, si algo malo tiene que pasar, pasará, y si no, más vale que estés preparada para todo. No me preguntes cómo, pero si tu abuelo, desde la otra punta de la mesa, derrama una salsa, ten por seguro que por mucho que os separen dos metros, alguna gota acabará en tu vestido. O te cubres de servilletas hasta los codos como si fueras una momia (una de verdad, no como Imhotep en La Momia) o eliges para cenar, otro conjunto.

Cenar…qué bonita palabra. Yo antes en Nochevieja cenaba, ahora me limito a comer lo que vaya a darme más energía antes de llenar la escasa cintura de mi vestido. Porque esa es otra. Los conjuntos de Fin de Año son más ceñidos que los cinturones de Bertín Osborne.

Y sino están las medias, que por mucho que te las cojas de diez tallas más, siempre te van a quitar la respiración cuando te las coloques en la cintura. Mi teoría es que, desde el Ministerio de Sanidad, pretenden hacernos adelgazar a las bravas, sin que podamos meternos tranquilas un canapé en el gaznate por miedo a que el vestido nos asfixie.

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Bailarinas plegables, puedes conseguirlas en tu boda más cercana. BAILARINASPLEGABLES

Una vez pasadas las uvas, enfundada en tu modelo elegido para el festejo y en tus tacones, hay dos cosas que siempre siempre SIEMPRE debes llevar en tu bolso: unas chanclas/bailarinas de repuesto, pueden ser cutres de estas que regalan en las bodas (de hecho, en la última a la que fui me lleve mi talla de pie en los tres colores que ofrecían. Rubén y Elena si leéis esto, sí, fui yo la que dejo a dos invitadas sin bailarinas) y un paquete de kleenex. El paquete de pañuelos es fundamental porque todo garito/pub/bar/discoteca llega a un momento en el que se acaba el papel higiénico y los pañuelos son la salvación.

En ese punto de la noche, suele faltar poco para que la discoteca cierre y es cuando un 1 de enero a las 6 de la mañana tienes que volverte a casa con 5°. Que vale, que 5° no es un frío siberiano, pero cuando llevas unas medias transparentes y un vestido tan largo como un bañador de 1950, haga la temperatura que haga, te parecerá que estás en medio de una colina alpina a punto de escuchar a Elsa cantando el Let it go.

Así que (por una vez en tu vida) haz caso a tu abuela y lleva el plumas o en su defecto, el abrigo más gordo que tengas, porque salir a la calle es la fina línea que existe entre entrar al 2016 con dolor de pies por los tacones y entrar al 2016 con dolor de pies por los tacones y una faringitis que se convertirá en crónica. ¡Feliz entrada al nuevo año!

Ropa y menstruación, qué ponerse durante esos días del mes

¿Y con la regla qué? ¿Qué pasa con esos días en los que los gases nos hinchan como globos y no entramos en nuestras prendas habituales? ¿Esos días en los que nos aprieta hasta las cinturillas de las bragas? Con toda la oferta de tiendas que tenemos en el mercado y que nadie haya pensado en esto…vergüenza.

Ejemplo de bragas de regla (o bragzilla). EL DIARIO DE BRIDGET JONES

Aunque la única prenda que todas queremos llevar esos cruciales días es el pijama, tenemos clases, trabajos y compromisos que nos obligan a ir (bien) vestidas. Pero vayamos por partes, a la raíz del asunto, ¡al útero! No, pero casi. La prenda interior por excelencia de los días de regla es la braga de la regla (o bragzilla), y nadie mejor que Diana López Varela para explicaros los secretos de esta prenda.

Un tanga jamás podrá sustituir el confort y la seguridad de unas buenas bragas de regla. Además de que en un tanga no disponemos del espacio físico suficiente para colocar una compresa (¿habéis probado a usar compresa y tanga? Da más vueltas que cuando discutes por teléfono en tu habitación).

Pero llevar bragas desencadena una serie de limitaciones estilísticas: básicamente implican que no puedes llevar nada ajustado que te las marque (aunque estando hinchada tampoco es que te apeteciera embutirte en tus skinny de cuero).

Por encima de la bragzilla siempre podremos recurrir a los típicos panties o leotardos sobaqueros que de usar tanto tienen la cintura cedida y no nos aprietan la tripa. Y sino podemos llevar los leggins que nos compramos de una talla más (que casi parecen premamá) y que aunque pensábamos que nunca nos los íbamos a poner, son perfectos para salir a la calle.

Las bragas de regla y los panties combinan a la perfección con las camisetas interiores blancas de algodón que tapan los riñones de fríos innecesarios. Lo único que debemos hacer para que el conjunto nos mantenga la tripa abrigada es introducir la camiseta por dentro de las medias y…¡listo!

Aunque llevar este tipo de conjunto te convierte automáticamente en asexual. Cualquier mínima metedura de mano de tu pareja que haga que algún centímetro de carne se te quede al aire, hará que te recoloques la camiseta al más puro estilo señora mayor indignada de Elvissa (apartando sus manos de pulpo) diciendo que no quieres coger frío (coger frío con la regla ‘es mal’).

Por encima podemos llevar las siguientes opciones: un vestido oversize/carpa de circo, una camisa suelta/funda de mesa camilla, una camiseta de manga larga o los jerséis de nuestros padres, hermanos o novios. Aprovecha que el lampshading y el layering son tendencia para ir con todas las capas que quieras.

El calzado es una parte fundamental de nuestro outfit menstrual. Con la pereza que da moverse, lo mejor es llevar un zapato cómodo, así que los tacones quedan más que descartados. Que el bolso haga juego o no con los zapatos posiblemente sea algo que te vaya a importar una mierda poco si estás con un dolor lacerante en la tripa que te hace plantearte quedarte embarazada el próximo mes.

Independientemente del que lleves, las compresas, tampones, pastillas y pañuelos (por si algo nos saca una lagrimita), son un básico fundamental. Respecto a los colores, puedes usar los que quieras, pero como yo soy más de prevenir que de curar, lo mejor es la ropa oscura por si hay fugas. Al fin y al cabo, es como un día normal. Un día normal con la Segunda Guerra Mundial estallando en tu útero, eso sí.

 

Siete días, una falda o cómo reciclar tu armario sin que parezca que repites

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Yo no sé vuestros armarios, pero el mío es un cúmulo de prendas que me he comprado y me he puesto una sola vez. No sé cómo pero se quedan estancadas entre el no-tengo-ocasión-para-llevarlo y el no-sé-con-qué-narices-ponérmelo.

Me estoy refiriendo a esa camiseta, jersey o zapatos, que cuando viste en la tienda caíste enamorada irremediablemente, pensando que ibas a ponértelo tantas veces que a la semana lo ibas a tener amortizado.

Al final (a no ser que seas Mar, mi antigua profesora de Historia, que en dos años solo repitió conjunto una vez) acabas llevando siempre lo mismo. Como mi opinión de la moda es que es algo que puedes reciclar, reconjuntar y recombinar, te animo a sacar de las perchas esas prendas ‘complicadas’, que por muy difícil de llevar que te parezcan ahora, hay algo con lo que siempre te van a ir: los BÁSICOS.

Son las prendas atemporales que ya puedes ponerte ahora o dentro de 20 años con la seguridad de que no van a estar desfasadas. Mis dos básicos preferidos son una camisa blanca y una falda de tubo negra elástica. Esas dos prendas de tu armario pueden ir con absolutamente todo lo que quieras ponerle y según con lo que las mezcles puedes ir de sport, elegante, de fiesta…

Para demostrar esto, quise hacer la prueba en mi propio armario utilizando una falda básica como base de 7 conjuntos diferentes que podría llevar a lo largo de una semana. (Haz click sobre el día de la semana para ver la foto en grande).

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1.LUNES b&w: a nadie le gusta pensar un lunes. A nadie. No conozco a ninguna persona que se levante un lunes lo suficientemente lúcida como para hacer algo más complejo que echar los cereales en la taza. Como para ponerte a pensar en si mezclar esos colores van a quedar bien o si más bien pareces un sueño de Agatha Ruiz de la Prada. Es por eso que para los lunes espesos elijo muchas veces la combinación blanco y negro. Nunca pasa de moda, es como las rayas marineras o el beige. Unas medias tupidas, una camisa blanca con bordados y unos zapatos tipo Oxford convierten la falda en parte del look profesora de internado/directora del coro/secretaria de 1960 que tanto me gusta (y que encima se lleva).

2.MARTES sporty chic: si pensabas que tus zapatillas de cordones solo iban bien con vaqueros o con los leggins del gimnasio, estabas muy equivocada. Las zapatillas son también para faldas. Súmales una camiseta con letras tipo universidad y tacháaaan…un toque deportivo. Las gafas de sol son algo opcional (en realidad no hacía ni pizca de sol, pero el rollo Rizzo de Grease que le daban al outfit me encanta).

3.MIÉRCOLES denim: el vaquero, otro tejido que nos lleva acompañando desde 1950 y SIEMPRE acaba subido a alguna pasarela. Si no tienes nada en denim, puedes hacer como yo y rascar en armarios ajenos. En concreto, la camisa que llevo puesta, era de mi primo pequeño de cuando tenía 6 años, pero con la manga remangada, ni se nota. Si además le añadís un toque de color en el bolso o en los labios que tiemble Chiara Ferragni.

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4.JUEVES roquero: soy una gran defensora de introducir en conjuntos las camisetas de grupos de música/giras o conciertos. Cuanto más viejas, roñosas, desgastadas o de chico, mejor (lo oversize también se lleva). Aunque si no tienes la suerte de tener un fondo de camisetas clásicas auténticas, las puedes encontrar en muchas tiendas que están haciendo versiones de ellas. Eso sí, llevar una camiseta de este estilo implica dos cosas: apréndete el nombre de dos canciones del grupo (porque siempre vendrá el típico tocapelotas pesado a llamarte rockera de palo y que está prohibido dejarse la chupa de cuero en casa (este oufit va muy bien con Under Pressure de Queen.)

5.VIERNES nocturno: no, ya sé que los crop tops no están pensados ni para todas las figuras (de hecho, como tengas un poco de pecho, vas a tener problemas para que ‘las gemelas’ te aguanten toda la noche en su sitio) ni para el invierno. Pero si te pones una americana larga como la levita de Mortadelo que te llegue hasta el culo, podemos hacer el apaño.

6.SÁBADO elegante: para el fin de semana dejamos la informalidad y nos venimos arriba con las joyas (las joyas falsas en mi caso quiero decir, no os penséis que llevo esmeraldas. Mi sueldo de blogger no me da ni para un collar de cantos rodados). Para acompañar la falda he elegido un top de terciopelo vintage de mi madre (también nos sirve uno de cualquier otro tejido) liso con un maxicollar rollo diamantes de los Romanov.

7.DOMINGO ‘de tranquis’: los domingos son para descansar en el sofá poniéndote al día con las series de Netflix o viendo la película de turno de Antena 3. Esta es mi versión en ropa de calle del pijama dominguero que llevaría un domingo. Las zapatillas de cordones y un jersey calentito son perfectos para estar cómoda en casa o por si te acaban liando para salir a la calle. (Las gafas no son postureo, soy un poco miope, aunque intento disimular).

 

(No quería terminar el post sin darle las gracias a mi fotógrafa, mi madre, que armada de paciencia, no solo esperó a que me cambiara siete veces de ropa y peinado sino que bajó a la calle siete veces para hacerme las correspondientes siete fotos. Ser madre de blogger no es nada fácil!)

 

 

¿Qué me pongo para la cena de empresa?

(Antes que nada quiero confesar que, como becaria, nunca he ido a una cena de empresa y que la de este año va a ser la primera.)

Quitando la ilusión del primer momento de sentirte ‘adulta’ y ‘miembro del equipo’ cuando te invitan a la cena de empresa (lo pongo todo entrecomillado porque aquí podría pararme un buen rato a hablar del bullying que sufrimos los becarios de 20minutos cuando sacan el látigo para azotarnos porque hemos hecho las fotocopias individuales en vez a doble cara) aparece la gran pregunta, esa que las mujeres del mundo llevamos haciéndonos desde que empezamos a llevar pieles en la Prehistoria: ¿QUÉ ME PONGO?

Desgraciadamente, no tenemos un manual universal de código de estilo que nos indique la etiqueta en cualquier situación (‘googlearlo’ podría ser lo más parecido, pero teniendo en cuenta algunos resultados que ofrece, hay que cogerlo con pinzas).

Además de que no hay dos eventos de empresa iguales. No es lo mismo una comida/cena con tus jefes que una cena+copas+fiesta con los compañeros (esas que sabes cómo empiezan pero no cómo van a acabar).

Personalmente, opino que para la primera situación, la etiqueta, debe ser distinta que si pensamos en un evento nocturno. Antes que nada debemos tener en cuenta a dónde vamos a ir, si es un sitio informal o formal. Sencilla a la par que elegante, es para mí la fórmula ganadora. Todas tenemos en nuestro fondo de armario los básicos para una cena de empresa: una falda o pantalón de cintura alta acompañado de una camisa y un LBD (little black dress) son tan universales en los armarios femeninos como los sujetadores y las bragas.

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Acierto seguro: faldas o pantalones de cintura alta con camisa o un LBD, los básicos que todas tenemos. ZARA Y ASOS

«Pero Mara, soy una fashion victim y quiero llevar algo de esta temporada», podréis decir algunas. En ese caso una falda o pantalón midi, una blusa con lazada o un mono largo son perfectos para la ocasión. Las joyas, en el caso de querer llevar, que acompañen al look pero que nunca sean protagonistas de este. E independientemente de la formalidad, el tacón alto es voluntario (aunque yo, personalmente, no iría en calzado plano).

Para las fashion: monos, midis y campana con terciopelo. ZARA Y ASOS

Para las fashion de la oficina: monos, midis y campana con terciopelo. ZARA Y ASOS

Pero hablemos de la noche. Si sabes que tu cena navideña incluye copas y salir de fiesta, tienes la excusa perfecta para tirar la casa por la ventana. Entre que los niños no te dejan tiempo ni de pintarte la raya del ojo y que ya bastante madrugas como para estar media hora delante del armario, es el día de coger ese vestido que te encanta y que nunca encuentras la ocasión de llevarlo e ir, sencillamente, deslumbrante. Creo que la única norma de etiqueta que, para mí, es válida, es que según te veas con lo que hayas elegido, te sientas genial contigo misma.