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¿Se puede vestir de leopardo y no parecer una choni? Esta temporada sí

El estampado de leopardo siempre ha tenido una característica distintiva que lo diferenciaba de todos los demás. Posee el superpoder de convertir a una pija de Serrano en una choni de parking de Fabrik de 2005 si no se utiliza con precaución. «Un gran estampado conlleva una gran responsabilidad», ya se lo decía el tío Ben a Peter Parker, por lo que no es plan de que lo saquemos a la calle sin precaución.

WILDFOX

Lo digo porque este otoño te habrás dado cuenta de que, mientras te volvías loca tirando de las perchas de la ropa rebajada, el leopardo se expandía silenciosamente por la parte de la nueva colección. Se ha ido extendiendo por las tiendas como se expande la mancha de vino tinto cuando estás con tus amigas y una de ellas saca el móvil a enseñarte las fotos de las ex compañeras del colegio que se han quedado embarazadas.

El leopardo ya está aquí. Y yo caí enamorada de la moda juvenil. No tanto del estampado, porque en el caso de los diseños de manchas del mundo animal me pasa como con la trufa, o te encanta o solo de oler una salsa que la contenga ya te sientes pesada. En mi caso no he tenido el placer de llevarme bien con el animal print, pero como sé que puede que a ti te guste, voy a darte unos consejitos para que lo luzcas con ese estilo que te caracteriza que haría sentir orgullosa a la Ferragni.

Puedes llevarlo de la cabeza a los pies en un total look si te atreves con todo o en los accesorios como pañuelos o bolsos si es un motivo que te gusta pero no quieres parecer salida de Faunia.

Las zapatillas de deporte son perfectas para darle un toque informal. INTAGRAM @aylin_koenig

Ante la duda del color con el que mezclar el estampado, opta siempre por el rojo. INSTAGRAM @dorytrendy

Los colores neutros acompañan el animal print sin quitarle protagonismo. @emmahill

Una apuesta segura son también las camisetas básicas. INSTAGRAM @lissyroddy

Aprovecha la versatilidad del vaquero para combinarlo con el estampado. INSTAGRAM @tineandreaa

La chaqueta de seguridad reflectante también es moda

Si bien es verdad que es probable que no comas con tus compañeras sobre una viga suspendida a varios metros de altura, sino en la mesa de la oficina enfrente del ordenador o en la cafetería de la universidad, el sentimiento de clase trabajadora está ahí.

PRETTY LITTLE THINGS

Puede que nuestro espíritu de obreras esté más ligado a otras cosas, pero estar lo que se dice estar, está.

Antes, cuando iban a trabajar a las fábricas y se repetían «Lo que hay que hacer para llevar el pan a la mesa», es más o menos la sensación de abeja en la colmena que tienes cada vez que te bajas en la línea 6 para hacer transbordo (solo que tu concepto de pan se asemeja más a una tostada de hummus con semillas de chía por encima y un poco de sal del Himalaya, pero casi igual que en la Revolución Industrial, vaya).

INSTAGRAM CALVIN KLEIN

Por ello, uno de las últimas propuestas de la moda permite que celebres esa esencia de ‘Rosie the Riveter’ que hay en ti: una chaqueta neón.

Sí, prácticamente igual a la que llevan cuando están operando en la carretera y tú ves el chaleco amarillo fluorescente y ya sabes que no vas a llegar a tiempo a cenar (aunque a fin de cuentas tenías ensalada y tampoco es como si fuera a enfriarse).

Kanye West o Calvin Klein han apostado por este tipo de prendas de abrigo con sus respectivas bandas reflectantes, de hecho hasta Pretty Little Things ha sacado la versión low cost de la chaqueta que parece salida del parque de bomberos más cercano.

YOUTUBE

Traducción, si eres de las que no deja escapar las tendencias, es el momento de que le pidas a alguien cuyo uniforme para el trabajo sea parecido, que te lo preste (haz especial hincapié en que prometes devolverlo la próxima temporada cuando ya no se lleve).

Otra opción es que vayas revisando el maletero en busca del chaleco del coche si quieres sumarte a la moda sin dejarte el dinero (aunque lo suyo sería que dejaras otro de repuesto por si acaso).

Piensa que la parte buena de esta tendencia es que cuando salgas de fiesta, vas a ser la primera en encontrar su chaqueta cuando se hagan un lío los del ropero.

Balmain cambia modelos de carne y hueso por modelos de animación

Imagínate una especie de cross over ficticio entre El diablo viste de Prada y Yo, Robot. ¿A que suena raro? ¿A que parecería una película incluso peor que Sharknado? Pues está pasando de verdad.

BALMAIN. TWITTER.

La firma francesa Balmain ha presentado a sus tres nuevas modelos, las de la foto. Esas que te tienen algo raro pero no sabrías decir qué es.

Lo que tienen en común es que no existen, son personajes creados por CGI que más que listas para protagonizar una campaña parecen avatares preparados para enfrentarse a sus contrincantes en el Street Fighter.

Y no son las primeras. Lil Miquela, una ‘modelo’ con flequillo a mitad de la frente, pecas y labios turgentes ya trabajó para Alison Lou y Alexander Wang, y, de hecho, la modelo de color de Balmain, Shudu, también fue imagen de Fenty Beauty, la marca de belleza de Rihanna.

She mad. New @openingceremony diary entry up. Link in my stories.

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Pero lo mejor de todo es el mensaje con el que, desde la maison de lujo, daban la bienvenida a las modelos: «La nueva tropa virtual refleja el mismo mix bello y diverso, con una gran confianza y ganas de explorar nuevos mundos» declaró la firma en Twitter.

El director creativo, Olivier Rousteing también expresó que «Eso es lo que estoy intentando hacer con el ejército de realidad virtual: diferentes bellezas, formas, edades y géneros. Esto es el principio de lo que debería significar presentar la diversidad en el mundo

¿Es esto el verdadero progreso?

Viendo el resultado con las tres modelos, el diseñador puede decir misa. La variedad se ve, sí, pero solo étnica. Lo cual por un lado es admirable ya que esto sigue siendo una lucha en la pasarela, recordemos que solo el 32,5% de las modelos que desfilan no son blancas.

Pero por otro lado, no se está utilizando como imagen aquel pequeño porcentaje con diversidad étnica que se dedica profesionalmente al modelaje, y, sobre todo, profesionales de verdad, esas que se alimentan de comida y no están formadas por programas informáticos, modelos que no cobrarán ese trabajo.

Si lo cobrarán en cambio quienes desarrollen y den vida a las modelos, en este caso el fotógrafo Cameron-James Wilson. Es una especie de «las gallinas que entran por las que van saliendo».

Todos los otros conceptos que menciona el director creativo, las formas o las edades, brillan por su ausencia. Lo que Balmain ha hecho ha sido seguir apostando por modelos con unos labios y unas pestañas tan irreales que, como decía al principio, solo pueden existir en la pantalla de un ordenador.

En el caso del objetivo tan loable pero imaginario del diseñador, hay que ser realistas. Se fomenta belleza, sí, pero inalcanzable de manera natural. Las modelos forman parte de la concepción de la mujer que recibimos y, desgraciadamente, por muy futurista que suene tener modelos virtuales en una marca de moda, la concepción, sigue siendo la de siempre.

En otras palabras: no hemos avanzado nada.

Sé joven, sé delgada, ten los labios gruesos, los ojos grandes, las pestañas largas, ten el cutis perfecto. Un ideal tan irreal como las figuras que han creado. Y lo que es peor: que este sea el concepto de diversidad absoluta para una marca del tamaño de Balmain, es lo verdaderamente alarmante.

En el siglo XVIII, en plena Revolución Industrial, nos preocupábamos de que las máquinas sustituyeran a los humanos, tres siglos más tarde lo siguen haciendo a través de los programas de animación.

Tu padre: el nuevo icono de estilo según la tendencia ‘dad fashion’

Que tu padre se haya convertido en tendencia es quizás una de las noticias más inesperadas del año (y eso que estamos en el mismo momento en el que hemos conocido que Justin Bieber se ha prometido).

Dennis Quaid, el perfecto ejemplo de ‘dad fashion’. YOUTUBE

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¿Tu padre? ¿Moda? ¿El mismo que se hace un lío con las tiendas y conoce como «Bresca» a «Bershka»? ¿El que llama «alpargatas» a todos tus zapatos desde las chanclas hasta las zapatillas de deporte? Pero, ¿cómo ha pasado?

Se trata del último fenómeno dentro del street style, una corriente alternativa que busca sacar a la calle un lado irreverente de la moda y es donde entra tu padre (no que el buen hombre sea irreverente, sino por el estilo que se lleva).

Concretamente se trata de recuperar la ropa que él llevaba en los años 90, esa que conoces por las fotografías antiguas y que te hace exclamar «Pero madre mía, papá. ¡Menudo jersey!» Pues amiga, créeme, vas a querer localizar ese jersey (y muy pronto)

Para imitar el armario de tu padre de hace tres décadas, solo tienes que tener cinco prendas imprescindibles en el armario:

  • Chanclas de piscina retro: da igual que ya se haya acabado el verano, lo importante es mantener el espíritu de las vacaciones todo el tiempo que podamos. Si ves que ya hace fresco como para ir con los dedos al aire, haz como Kanye West llevando el calcetín por debajo.

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  • Camiseta cantosa molona tipo boy band: el logo es fundamental (independientemente de cuál sea). Ten en cuenta que cuanto más extraño y atípico sea el color, mejor. Ideal para sustituir a la clásica de Levi’s, esa que tienen 9 de cada 10 españoles.

 

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  • Chándal vintage: el mismo conjunto deportivo extremadamente ancho con el que tu padre iba a las excursiones familiares al campo de los fines de semana. Puedes darle el toque contemporáneo si subes el calcetín blanco (con rayas) por encima del tobillo.

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  • Monster sneakers: yo confiaba en que fueran una moda pasajera, pero no he tenido tanta suerte. Siendo realista, no se las puedes robar a tu padre (a no ser que uses la talla 46). Si decides unirte a la tendencia piensa que cuanto más grandes, monstruosas y pesadas, mejor.

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Series en las que puedes inspirarte cuando no sabes qué ponerte

Nadie quería verlo pero es oficial: se aproxima el final del verano. Y como ahora toca la inminente vuelta a las clases, con el consecuente periodo de readaptación en el que tienes los horarios más cambiados que si hubieras ido a Hawai (aunque en realidad lo más lejos que hayas ido sea a tu pueblo en Cáceres), quiero compartir una de mis fuentes de inspiración estilísticas.

THE BOLD TYPE. YOUTUBE

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Entre lo que me gusta la pequeña pantalla y lo que me encanta la moda, las series de televisión son una mina en cuanto a estilismos se refiere. De hecho recuerdo cómo durante primero de carrera acudía a clase con diademas de lazos como si fuera la mismísima Blair Waldorf solo que en vez de yendo a un colegio privado, a la Complutense.

The Bold Type
La mencioné en su día en las series que debes seguir si te gusta la moda, pero conforme pasan sus temporadas se posiciona como mi favorita. Es perfecta para estilismos de off to work si en tu trabajo no tienes que ir de traje. Tienes mil ideas de conjuntos para ir a la oficina, tomar algo con tus amigas o incluso para salir de fiesta. Lo mejor es que son 100% realistas y, si eres bajita, podrás tomar nota de los trucos de Jane, una de las protagonistas, que sabe cómo vestir consiguiendo sumarse unos centímetros con la ropa. Con la jefa de la revista también sacarás ideas para tu próxima cena de trabajo.

Friends
¿Friends aquí? ¿Estamos locas? Con el retorno de las tendencias de los años 90, Friends ha pasado de ser considerada casi vintage a una serie con tendencias totalmente actuales. Los monos de Phoebe, los jerséis de Rachel o las plataformas de Monica te sonarán más que nunca ya que son las mismas que están ahora en los escaparates de las tiendas. Además si pensabas que solo del videoclip de Wannabe podías sacar peinados noventeros, atenta a los estilismos de las tres protagonistas.

Younger
Perfecta para ver con tu madre ya que trata de una mujer de 40 años que se hace pasar por una veinteañera para encontrar trabajo. Si bien la protagonista tiene conjuntos que más o menos te pueden gustar, es el personaje que interpreta Hilary Duff el que te hará querer correr al armario a experimentar. Su vestuario a lo largo de la serie es para hacer Ctrl+C y Ctrl+V pero directamente en tu cuerpo. Ya te aviso de que los vas a querer todos. Por otro, lado a los looks de la jefa de la editorial, que empezarán horrorizándote, les terminarás cogiendo el punto. Si bien no para ponerte ahora mismo, para dentro de unos años, cuando te conviertas en esa jefa carismática e influyente que estás destinada a ser.

Pequeñas Mentirosas
Aunque Gossip Girl es una de mis series favoritas de la vida por su ropa, no es con la que más identificada me puedo sentir. Sin embargo, para las que se quedaron con más ganas de la serie que nos hizo soñar con el Upper East Side, los looks de Pequeñas Mentirosas pueden quitarnos el antojo ya que son más fáciles de emular. Cada una de las protagonistas tiene un estilo muy marcado: moderno con aires rockeros, preppy, atrevido, clásico… Por mucho que estés metida en la trama, se te irá el ojo a los conjuntos.

Girls
No necesitas ser fan de Lena Dunham si lo que quieres es sacar ideas para ir a clase o a trabajar ya que es imposible que no te sientas identificada con el estilo de una de las cuatro protagonistas. A diferencia de Pequeñas Mentirosas, con Girls encontrarás un armario más ‘europeizado’, por llamarlo de alguna manera (y ya sabéis lo que quiero decir). Si te sientes identificada con un gusto elegante a la hora de vestir atenta a Marnie. No te pierdas tampoco el power dressing de Shoshanna ni el boho chic de Jessa.

Y ahora para que todas podamos beneficiarnos, dime tú, querida lectora (o lector) cuáles son las series que te inspiran a la hora de vestir. No vaya a ser que me esté perdiendo alguna que me pueda dar ideas.

El día que a Dior se le tendría que haber caído la cara de vergüenza

Artistas del mundo de la música, literatura o artes pictóricas han tomado nota y traducido lo que les rodeaba en arte. De la misma manera los diseñadores de las grandes casas siempre han bebido de referencias externas como fuentes de ideas.

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DIOR/BIHOR COUTURE

Un ejemplo claro es John Galliano y su inspiración por el teatro o, más a mano por cercanía, Palomo Spain y sus mangas abullonadas que bien podría haber usado Shakespeare.

Pero hay una gran diferencia entre “inspirarse en” y “copiarse de”. Algo que ya nos aclararon en el colegio cuando teníamos que entregar aquellos trabajos comentando el libro de turno y Wikipedia resultaba la más fuerte de las tentaciones.

Por lo visto, en Dior, no era algo que les preocupara especialmente. Lo que la casa francesa ha hecho ha sido un “copiar y pegar” en toda regla, de esos que llegaban a descubrirnos por lo descarados que resultaban (¿por qué no admitirlo?) en el colegio o la Universidad.

La diferencia es que, en nuestro caso, estaba penado. El trabajo o el examen era automáticamente invalidado, ya que se habían usado los conocimientos de otra persona. Esto servía para varias cosas: no solo se respetaba el trabajo original sino que se enseñaba al culpable a desarrollar herramientas para ser capaz de realizar este tipo de tareas lo que hacía que aprendieras.

En el caso de presentación de la nueva línea de otoño de la maison, se ha encontrado no ya un parecido, sino prácticamente, clones desvergonzados de prendas de Bihor, una comunidad que se enorgullece de las prendas que realizan artesanos de la tradición rumana. La única diferencia que ha añadido la firma ha sido la de multiplicar sus precios hasta llegar a las cinco cifras, la verdadera aportación de Dior y muy en su línea: los desorbitados precios.

Me gustaría que pasara algo parecido a lo que viví durante mis años en el colegio, que quedara al descubierto la incapacidad creativa de una marca respecto a una colección concreta, que el proyecto presentado fuera invalidado y le tocara repetirlo, como nos exigían hacer a nosotros.

No ya solo para respetar la cultura de la que se han apropiado sin permiso y de manera insolente al no reconocer la autoría, sino para que las marcas sigan esforzándose y dando trabajo a creativos diseñadores que están ahí fuera esperando su oportunidad de aportar algo a la industria de la vestimenta. Personas que, después de carreras, cursos y másteres en escuelas privadas, lo más cerca que les llevan de una gran firma es a coser botones antes de un desfile (y gratis, claro).

Las otras soluciones, alternativas sin duda, que buscan la compensación económica o la citación a la fuente de inspiración, me saben a poco. Pero, por lo pronto, “Al César lo que es del César” dice el refrán. En este caso “A Rumanía lo que es de Rumanía”, o en otras palabras, el reconocimiento, el beneficio y la disculpa por parte de los ‘plagiaDIORes’.

La braga de abuela es el nuevo ‘sexy’

Para los amantes de la moda, Vogue es la palabra sagrada y Anna Wintour nuestra deidad. Perdonad que me ponga un poco blasfema, pero es en el buen sentido.

Me tomo la palabra de la revista de moda como mi mejor amiga arquitecta las palabras de Stephen Hawking cada vez que sacaba un libro. Cada loca con su tema, vaya.

Pero volviendo a Vogue y a sus tablas de la ley hechas artículos, descubrí que, para la revista, la nueva lencería ‘sexy’ del verano no sería esa que tiene encajes, ni abalorios, ni bordados, ni transparencias, ni el tanga, ni el culotte, sino las «bragas de abuela».

Las «bragas de abuela» reciben ese nombre porque, como todos sabemos (en algún momento de nuestra vida, y aunque no nos guste reconocerlo, hemos visto a nuestra abuela en ropa interior), es la ropa interior que llevan nuestras amadas yayas.

Aquella ropa de algodón generalmente blanca y con pinta de cómoda, es, seguramente, de las últimas cosas que se nos pasan por la cabeza cuando sale la palabra «sexy» en la conversación. Entonces, ¿a qué se debe? ¿Por qué esta incongruencia que me quita más horas de sueño que los programas de Masterchef?

YOUTUBE

Por las películas de los 2000, parte de las culpables de que lleváramos pantalones acampanados de colores impensables o gargantillas. ¿Te suenan de algo las tendencias mencionadas? Es porque seguramente estés llevando, o tengas en el armario, alguna ahora mismo.

Como ejemplo de esto, piensa en Algo pasa con Mary, en la escena de Cameron Díaz quitándose la ropa revelando un conjunto de bragazas blancas y camiseta de algodón de tirantes.

Yo entiendo lo de recuperar la moda de finales de 1990 o principios de los 2000, ya que es un sector que necesita de nuevas fuentes de inspiración sin embargo, ¿estamos renovando también el erotismo?

No sé si son «sexis» o no (mi concepto de «sexy» es un hombre mordiendo una manzana, llamadme loca) pero como cómodas son un rato, por supuesto que pulgar arriba si la ropa interior de algodón se convierte en tendencia.

Los pantalones bermudas no son solo para las madres

El otro día, aprovechando la excusa del calor madrileño (ese que se caracteriza por el dolor de pies de lo que quema el asfalto del suelo cuando vas con sandalias), me compré unas bermudas.

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ANTEA, POLO RALPH LAUREN Y SÍNTESIS

Y no solo me compré unas bermudas, sino que me sentí agradecida por poder comprarme, por primera vez, un pantalón de mi talla que no me dejara la mitad de la nalga fuera.

Con esto no quiero decir que lo critique, como todo en esta vida es cuestión de gustos y entiendo que los shorts tengan su público, pero yo, que soy de nalga tímida y solo la enseño a quien yo quiero, vivía mosqueada con ese corte tan corto.

Me enfadaba más que los que en Instagram piden likes diciendo «dadle amor a mi foto» (¡Es una foto, no se le puede dar amor! ¿O qué quieres, que la imprima y me ponga a llenarla de besos y caricias?).

Sí, supongo que ya estoy en esa edad en la que me apetece ir con prendas holgadas. Lo sospechaba cuando vi que mis amigos empezaban a casarse y lo he confirmado cuando he comprado los pantalones bermudas que llegan casi a la rodilla: ya soy una mujer adulta.

Nada más llegar a casa, y como buena Aries que soy, lo combiné con una camisa remangada en la cintura y miré el resultado final. Me encantaba.

Fui a enseñárselo a mi madre toda loca de contento (como vamos siempre que le enseñamos algo a nuestras pacientes progenitoras) y, nada más verlo, me dijo que le recordaban a unas que había tenido ella hace unos años. Nos reímos porque era verdad.

Sus bermudas, casi del mismo verde que las mías, eran de la década de los 90 y se las había puesto muchísimo. Lo raro es que no hubiera caído en el momento de verlas en la tienda, que ya las conocía de alguna otra parte.

Una prueba más de que todo vuelve, así que es el momento de que llaméis a la puerta del armario de vuestra madre y tengáis la suerte de que las haya conservado estos años.

YERA, SÍNTESIS Y ZENDRA

La moda del verano a punto (literalmente)

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De los creadores de: «Las medias de rejilla son ideales para el invierno» llega: «Este verano, pantalones largos de punto».

LEFTIES

Os cuento, que empiezo por el final y termino escribiendo como los guionistas de Memento.

Estaba yo tranquilamente pasando la mano de manera distraída por encima de las prendas de la colección veraniega de una tienda cuando mi mano se topó con un tejido grueso.

«¿Un momento que está pasando?» Me pregunté aterrorizada esperando encontrar un jersey perdido que, por algún casual, se había quedado colgado sin saber que su destino era no volver a las perchas hasta las rebajas.

Al otro lado de mi brazo se encontraba el culpable: un pantalón largo de punto que solo de imaginármelo puesto, teniendo en cuenta los 28 grados que me esperaban en la calle, hacía que me entraran picores por el cuerpo.

Pero no era el único, había otro, y otro, y otro más allá. Más lejos había vestidos y hasta encontré monos. Todos de colores claros, todos largos y todos DE PUNTO.

Y es que no sé en qué tipo de reunión de lluvia de ideas para la nueva colección primavera/verano 2018 alguien se levantó y, golpeando con el puño la mesa al estilo de Álvaro Ojeda, decidió que el punto era perfecto para la estación más calurosa del año.

¿Alguien puede decirle estos equipos creativos que lo lógico es que en verano llevemos tejidos ligeros, o, al menos, en la mayor parte de España? Lo agradeceríamos.

 

Modelo asada de calor en la última campaña de LEFTIES

 

Adiós cesta, hola bolso de madera

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La moda baño 2018 ha hablado alto y claro y el mensaje es contundente: No, esta temporada tampoco tienes el accesorio de moda (¿qué sentido tendría que lo tuvieras? La gracia es, precisamente sacar algo nuevo que se convierta en objeto de deseo).

LEPETITSARDINE

El bolso de madera ha desbancado a la cesta de plástico que habías estado compartiendo el verano pasado con tu abuela. Y ya que la menciono, corre a darle un beso que tiene más paciencia que una santa con la cantidad de cosas que le coges del armario.

Al ser de dimensiones más bien tirando a reducidas y de un material rígido, es un accesorio que viene que ni pintado para esos días de vacaciones en los que no necesitas llevar mucha cosa encima (que no puedes liarte a echar cosas como si del bolso de Mary Poppins se tratara, vaya).

Solo tienes que preocuparte de llevar contigo la crema solar, las llaves de casa, un euro para comprarte un té helado y las gafas de sol (vale, sí, puedes meter también el móvil, pero despídete de llevar el portátil a todas partes para aprovechar cualquier rato de descanso para trabajar, este bolso es para desconectar).

Pero ojo, que como decía Alejandro Sanz «no solo de pan vive el hombre» y no solo en la playa vas a poder lucir el bolso.

Si no terminaba de convencerte la idea de llevártelo para pisar asfalto, toma nota de lo bien que acompaña a las camisas o tacones en estilismos más urbanos.

Puede que el límite de capacidad lo pongan sus pocos centímetros cuadrados, pero el límite en los estilismos lo pones tú donde quieras.

v. Parisian vibes 🐚🐚 #parisianlifestyle

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