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El escaparate de moda italiana de la boda de Chiara Ferragni

En Italia no tendrán familia real pero tampoco es como si les hiciera falta precisamente con la bloguera de moda y ahora empresaria Chiara Ferragni. Tanto ella como el que ya es su marido, Fedez (Federico Lucia), se han convertido en lo más parecido en equivalentes en popularidad a Meghan Markle y el príncipe Harry pero en versión italiana.

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Embajadores de la marca Italia nos han convencido, por ejemplo, de que la pasta es la mejor comida del mundo (no lo tenían muy difícil) y que no hay nada mejor que limonare (besarse apasionadamente).

La boda de ambos tenía que ser (tenía no, debía ser) la continuación de ese estilo de vida lleno de cannoli y coches con la bandera tricolor.

Empezó a apuntar maneras la preboda, donde no faltó la comida típica siciliana. Al lado de los arancini, bolas fritas de arroz rellenas de ragú (carne con bolognesa) estaba algo igual de italiano, la obra de Prada, el vestido de Chiara. Blanco, brillante y rematado con accesorios de la casa que, estoy segura, han hecho que se llenara de orgullo hasta la misma Miuccia.

El día clave, Fedez, cumplió con los diseñadores italianos con su traje de Versace, cuyo punto personal estaba en la camisa. Ni corbata ni pajarita, cerrada con un botón dorado que hacía juego con los gemelos.

Como buen amante de los estampados, el dorado y el leopardo, las buenas migas del rapero con la casa de Donatella no se han visto solo en su armario, sino que también ha elegido conjuntos de la diseñadora para muchos de sus conciertos.

Ansia ne abbiamo?

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Y Chiara… Ay Chiara. Cuando reveló que iría de Dior podría parecer que la firma francesa rompía un poco esa atmósfera de península itálica, de pizza y albahaca, pero no solo debemos recordar que «It’s my party and I’ll cry if I want to» sino que la directora creativa, la italiana Maria Grazia Chiuri, se encargó de alejarse un poco de París por la emprendedora.

Un primer vestido de manga francesa con encaje blanco inspirado en la tradición artesanal italiana junto a una falda de tul, rematado con unos escarpines personalizados, acompañaban aquel «Sei la mia anima gemella» que la bloguera declaró a su pareja en la ceremonia.

And they said YES @chiaraferragni @fedez #theferragnez 💘

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La misma Maria Grazia Chiuri hizo el diseño único del segundo vestido, en el que las letras de la canción con la que el cantante se declaró a Ferragni en Verona, cruzaban el tejido junto a símbolos de su historia de amor como el ojo azul de la bloguera o el león (animal que representa el amor verdadero para la bloguera).

Además, como punto a favor, la falda larga se podía retirar, lo que dejó a la italiana con un vestido corto con falda de vuelo tipo bailarina perfecto para disfrutar de las atracciones y la fiesta de la boda (y mucho más cómodo para ir al baño, dónde va a parar).

Las alianzas doradas de Pomellato con diamantes, una de sus marcas preferidas y de la que fue imagen de campaña este año o los vestidos de las damas de honor de Alberta Ferretti en rosa, fueron otros detalles itálicos que pusieron el broche a la fiesta de los #Ferragnez, mote con el que se ha bautizado la pareja y que, personalmente espero, continúe haciéndonos llegar lo mejor del estilo de su país a través de Instagram.

El día que a Dior se le tendría que haber caído la cara de vergüenza

Artistas del mundo de la música, literatura o artes pictóricas han tomado nota y traducido lo que les rodeaba en arte. De la misma manera los diseñadores de las grandes casas siempre han bebido de referencias externas como fuentes de ideas.

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DIOR/BIHOR COUTURE

Un ejemplo claro es John Galliano y su inspiración por el teatro o, más a mano por cercanía, Palomo Spain y sus mangas abullonadas que bien podría haber usado Shakespeare.

Pero hay una gran diferencia entre “inspirarse en” y “copiarse de”. Algo que ya nos aclararon en el colegio cuando teníamos que entregar aquellos trabajos comentando el libro de turno y Wikipedia resultaba la más fuerte de las tentaciones.

Por lo visto, en Dior, no era algo que les preocupara especialmente. Lo que la casa francesa ha hecho ha sido un “copiar y pegar” en toda regla, de esos que llegaban a descubrirnos por lo descarados que resultaban (¿por qué no admitirlo?) en el colegio o la Universidad.

La diferencia es que, en nuestro caso, estaba penado. El trabajo o el examen era automáticamente invalidado, ya que se habían usado los conocimientos de otra persona. Esto servía para varias cosas: no solo se respetaba el trabajo original sino que se enseñaba al culpable a desarrollar herramientas para ser capaz de realizar este tipo de tareas lo que hacía que aprendieras.

En el caso de presentación de la nueva línea de otoño de la maison, se ha encontrado no ya un parecido, sino prácticamente, clones desvergonzados de prendas de Bihor, una comunidad que se enorgullece de las prendas que realizan artesanos de la tradición rumana. La única diferencia que ha añadido la firma ha sido la de multiplicar sus precios hasta llegar a las cinco cifras, la verdadera aportación de Dior y muy en su línea: los desorbitados precios.

Me gustaría que pasara algo parecido a lo que viví durante mis años en el colegio, que quedara al descubierto la incapacidad creativa de una marca respecto a una colección concreta, que el proyecto presentado fuera invalidado y le tocara repetirlo, como nos exigían hacer a nosotros.

No ya solo para respetar la cultura de la que se han apropiado sin permiso y de manera insolente al no reconocer la autoría, sino para que las marcas sigan esforzándose y dando trabajo a creativos diseñadores que están ahí fuera esperando su oportunidad de aportar algo a la industria de la vestimenta. Personas que, después de carreras, cursos y másteres en escuelas privadas, lo más cerca que les llevan de una gran firma es a coser botones antes de un desfile (y gratis, claro).

Las otras soluciones, alternativas sin duda, que buscan la compensación económica o la citación a la fuente de inspiración, me saben a poco. Pero, por lo pronto, “Al César lo que es del César” dice el refrán. En este caso “A Rumanía lo que es de Rumanía”, o en otras palabras, el reconocimiento, el beneficio y la disculpa por parte de los ‘plagiaDIORes’.

Alta costura en París (I): los diseñadores británicos e italianos brillan más que las casas francesas

Desde diseños que tiraría a la Fosa de las Marianas a vestidos para ponerles un piso en el Barrio de Salamanca. Así ha sido la primera parte de los desfiles de Alta Costura Primavera-Verano 2016 que empezaron el domingo en París.

Abre Versace. GTRES

Versace, perfecto para amantes de la alta costura o del bondage. GTRES

Versace fue el encargado de romper el hielo…y las costuras. Su colección, deportiva y dejando más carne al aire que el trikini de Borat, estaba compuesta de lo que parecían retales unidos por cuerdas anudadas. Francamente, yo no me gastaría 1.000 euros por un trapo que parece salido de mercadillo, pero vamos, ni 1.000 ni 100 ni 10. Además no veo muy práctico lo de los nudos estratégicamente colocados para no quedarte con un pecho al aire. Me pregunto si el vestido que le regalaron a Rita Ora, asistente del front row, venía con manual de instrucciones para anudar.

Para abrir boca Schiaparelli. GTRES

Para abrir apetito: el marisco de Schiaparelli. GTRES

Schiaparelli por otro lado, no sé si sin querer o a propósito, emuló una especie de banquete al más puro estilo de La Bella y la Bestia en el que platos y bandejas blancas hacían de fondo de la pasarela. La colección, con estampados de rosas, candados y pájaros o de alimentos daban la sensación de que Lumière iba a salir de un momento a otro cantando «Qué festín, qué festín, un banquete de postín…»

Dior sin Simons no es Dior. GTRES

¿Dior o Desigual? GTRES

Dior mío pero qué es esto. Desde la despedida de Raf Simons allá por octubre, Dior tenía la oportunidad perfecta de re-debutar, de decir «No está Simon, pero seguimos siendo Dior, algo casi tan representativo de Francia como la Torre Eiffel o los croissants«. Pero Simons no solo se fue con la música y las flores a otra parte, sino que parece que se ha ido con las telas, dejándoles trozos de estampados que han unido aprisa y corriendo la noche de antes para salir del paso. Donde muchos ven innovación y osadía yo veo que la casa está dando más tumbos que un pollo sin cabeza.

Nubes de tul Giambattista Valli. GTRES

Nubes de tul de Giambattista Valli (me pido el rosa). GTRES

Giambattista Valli y su nueva colección, protagonizada por kilos y kilos de tul, han dejado el pabellón por las nubes. Anda que tiene narices que tenga que ser un italiano el que eclipse la atención en París. Eso tiene que doler. Es como si llega Italia y le mete cuatro goles a Francia en el Parque de los Príncipes.

Texturas y estampados florales de Ralph&Russo. GTRES

Texturas y estampados florales de Ralph&Russo. GTRES

La de Ralph&Russo es otra colección que puedo imaginarme perfectamente en una alfombra roja (no como otras…ejem ejem, Versace y Dior, no quiero mirar a nadie). La primavera de los londinenses se asemeja a una oda a la arquitectura. Las texturas y los cortes junto a los estampados de flores van acompañados del rose quartz y azul serenity, colores del 2016.

Un clásico reconvertido por Lagerfeld. GTRES

Un clásico reconvertido por Lagerfeld en el desfile de Chanel. GTRES

Chanel (y la varita mágica del ‘hado’ Lagerfeld) le ha dado una vuelta de tuerca al tradicional traje de tweed haciéndolo de alta costura con lentejuelas y demás añadidos brillantes. Innovan, sí, pero a medias, pues apenas se atreven a salir del binomio beige-negro de la casa. Y vale, que es icónico de Chanel, lo entiendo, pero me esperaba algo más de caña. No sé, lleváis desde 1910 con el mismo, igual es el momento de cambiarlo un poco. Por otro lado, no sabemos si oportunamente inspirado por el estreno de El despertar de la Fuerza, los diseños más futuristas de la firma se dan un aire al vestuario de la saga, ¿no os parece?

Stéphane Rolland. GTRES

Joyas arquitectónicas de Stéphane Rolland. GTRES

Stéphane Rolland viene a ser a la Semana de la Moda de Alta Costura como un vaso de agua fría en medio del desierto. Cuando mis esperanzas en las grandes maisons estaban perdidas, llega el diseñador con sus faldas de relieves impensables. Cada prenda de la colección tiene detalles que desafían toda lógica y gravedad hasta el punto de que tengo claro que me cortaría un dedo del pie por alguno de sus vestidos (hasta dos si fuera necesario en el caso del rojo). Mientras haya Rolland hay esperanza.

La serenidad de Armani. GTRES

La serenidad de Armani. GTRES

Giorgio Armani Privé y su colección se ha visto muy influenciada por la elección del azul serenity como segundo color del 2016 según Pantone. Y cuando digo «muy influenciada» me refiero a que han arrasado con todas las telas en ese color del mercado. ¿El resultado? Juegos de texturas que, aunque por separado podrían parecernos peor idea que mezclar nocilla con mejillones, dan lugar a combinaciones originales en la línea del chaos magic, otra tendencia de este año. Aunque siendo un poco quisquillosa si que echo en falta alguna pincelada de (cualquier otro) color.

Grandes cagadas y grandes obras de arte. ¿Veremos en los Oscar alguno de estos diseños?

Raf Simons se despide de Dior y se va con las flores a otra parte

Imagínate que un día como hoy, un martes cualquiera por la mañana camino al trabajo o a la universidad, recibes una llamada. “Felicidades, estás dentro de Dior.” Cuelgas el teléfono y sabes que tienes ocho semanas para preparar una colección de alta costura que mostrarás en París. ¿Qué sentirías? ¿Emoción? ¿Excitación? ¿Miedo? ¿Estrés? ¿Un pinchazo en el brazo derecho que te hace pensar que puedes estar sufriendo un infarto? Pues más o menos creo que fue como debió de sentirse Raf Simons cuando se enteró de que era el sucesor de Galliano. Que no estás recogiendo el testigo de la modista de “Confecciones Loli”, ¡sino del mismísimo John Galliano!

Otro, en su lugar, se habría limitado a seguir los pasos de la marca rescatando los cortes y diseños más representativos para continuar el legado, pero Simons a lo huracán Katrina, llegó para poner la firma francesa patas arriba. ¿Qué quiere convertir las flores en el icono de Dior? Pues te planta en un momento 400.000 en cuatro kilómetros de hierba para el desfile de su debut. Llega a ser tan icónico, que no faltan en uno solo de sus anuncios de los perfumes (esos en los que sale siempre Natalie Portman con un vestidito negro independientemente de la trama). El tropezón que tendría la actriz Jennifer Lawrence en plena gala de los Oscar, sería el único en la carrera del diseñador que incrementó en más de un 60% las ventas de la marca.

Simons es sinónimo de emociones fuertes, lo mismo elige música electrónica experimental para un desfile de alta costura que convierte a Rihanna en su musa o crea una colección basándose en la obra de un artista abstracto bizarro. Ahora, tras tres años de Revolución Francesa al estilo belga, Raf Simons, la primavera de Dior, se despide a lo Nino Bravo con un beso y, no una sino, miles de flores. 

Designer Raf Simons during the Paris Fashion Week in Paris, Friday Oct. 2, 2015

Raf Simons en su último desfile: It´s my party and I leave if I want to. GTRES