Prácticamente todas las semanas surgen noticias de métodos casi milagrosos que son capaces de recoger los miles de toneladas de plásticos que emponzoñan el mar: drones y robots, filtros de arena, y barredores y aspiradoras de superficie. Se da casi por seguro que estas tecnologías serán capaz de solucionar la actual crisis ambiental de los plásticos. Pero una cosa es anunciarlo y otra es que funcione.
Los científicos han analizado hasta 38 dispositivos y tecnologías diferentes de recogida de plásticos marinos que pretenden recolectar y extraer la basura plástica del océano y la conclusión es desoladora. No solo son ineficaces, sino que incluso pueden ser tan perjudiciales como la propia basura que recogen.
Aunque a primera vista el objetivo de estas tecnologías parece atractivo, organizaciones ecologistas y científicos temen que supongan una amenaza para las mismas especies y ecosistemas a los que pretenden ayudar. También advierten de que estas tecnologías desvían la atención de las políticas que realmente abordan en origen el problema de la contaminación por plásticos, es decir, las que se dirigen a su producción y consumo.