La primera semana de noviembre es crucial para los pollos de pardela cenicienta, especialmente para los nacidos en las islas Canarias (Calonectris borealis).
Salen por la noche de las huras donde sus padres hicieron el nido hace siete largos meses, se enfrentan por vez primera al océano infinito y a la complejidad de un arte, el de volar, que desconocen… y se estrellan deslumbradas contra nuestras farolas, focos, halógenos, leds.
Es un terrorífico momento de confusión para ellas. Se quedan en el suelo indefensas, como atontadas, desorientadas, idas. Les cuesta mucho retomar el vuelo. Y llega un gato, un perro, una rata y acaba con su vida. O pasa un coche, un camión por encima de ellas y acaba involuntariamente con una vida que aspiraba a recorrer al año más de 20.000 kilómetros de mares.
Solo en Tenerife se espera recoger este año (y liberar con prontitud) más de 2.000 crías de pardela, 5.000 en toda Canarias.
Periodo crítico
Este año se prevé que el momento álgido de emancipación de estos pollos tenga lugar en la primera semana de noviembre, aunque ya han comenzado a caer los primeros. Por ello SEO/BirdLife pide colaboración ciudadana a través de un vídeo divulgativo que llama a la acción.
“Si me encuentras deslumbrada, atiéndeme y pide ayuda”, es el mensaje que en este corto de animación lanza una pequeña cría de pardela antes de emprender su arriesgado primer vuelo. Además, distribuye un protocolo en el que especifica qué se debe, o no se debe hacer, si te encuentras una pardela deslumbrada.
El año pasado, el pico de salida de los pollos coincidió con la luna llena, cuya iluminación natural reduce el intenso efecto de las luces artificiales de nuestras ciudades y ayuda a disminuir el problema de la contaminación lumínica que no solo afecta a las aves, sino también a otros grupos animales y a los seres humanos.
“Desgraciadamente, este año esperamos que la cifra de aves afectadas sea mayor que el año pasado dado que no contarán con la protección que la luna llena ofrece frente al deslumbramiento”, se lamenta Yarci Acosta, delegado de SEO/BirdLife en Canarias.
¿Cómo podemos ayudarlas?
- Te en cuenta que los pollos de pardela que ya vuelan son idénticos a los adultos: una especie de gaviota gris de gran tamaño y peligroso pico ganchudo.
- Si encuentras una pardela en el suelo, acércate lentamente a ella tratando de no ponerla nerviosa, cúbrela con una prenda, un jersey o una manta. Si te pones unos guantes puede que así evites algún picotazo involuntario.
- No la agarres por las alas, ni le des agua o alimento.
- No la fuerces a volver al mar.
- Métela en una caja de cartón amplia, con tapa para que no se escape y algún agujero para evitar su ahogamiento.
- Déjala en una habitación en penumbra o a oscuras, lejos de ruidos.
- Llama al 112. Enseguida vendrán a recogerla, chequearla y soltarla con prontitud en un sitio seguro de la costa si el animal no tiene heridas ni está enfermo.
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Precioso artículo, lo tendré en cuenta, Saludos.
02 noviembre 2018 | 05:47
Las pobres también tiene que lidiar con los «Guiris Hippies Nórdicos», unos depredadores que además de vivir gratis en nuestras playas, se comen los huevos de pardela para el desayuno, y a saber si en el almuerzo no se zampan algún pollo.
02 noviembre 2018 | 10:40
La última de esos seres «eticos» «empáticos» y» moralmente superiores»…..
https://revistajaraysedal.es/detenido-animalista-incendiar-pinar-cazadores/
02 noviembre 2018 | 11:27
Es extremadamente triste el efecto negativo de la humanidad en la naturaleza. Algo similar ocurre también con las tortugas marinas. Desde luego, es deber nuestro ayudarlas, pero también sería interesante estudiar la posibilidad de reducir la contaminación lumínica (España se encuentra entre los países europeos con más contaminación lumínica).
04 noviembre 2018 | 17:30