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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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Los niños conocen más especies exóticas que locales

Ya se ve el final. O el principio, según se mire. Los niños están a punto de concluir el curso escolar, de terminar los últimos exámenes, de entregarse a las siempre ilusionantes vacaciones estivales. Con los viajes, aunque sea al pueblo del abuelo, tendrán la oportunidad de poner en práctica lo mucho que han aprendido a lo largo del año en, pongamos por caso, geografía y ciencias naturales.

Desgraciadamente serán los menos. Ya casi nadie se sabe los afluentes del Ebro ni las capitales de Europa. Y de plantas y animales mejor no hablemos. Apenas reconocen las especies más famosas que, paradojas de la globalización, no son las ibéricas sino una extraña mezcla entre las propias de la sabana africana y el Amazonas. Ya saben, tigre, león, elefante, tucán, guacamayo. Como toque ibérico no pasan de los famosos oso, lince y buitre. De árboles nada. Y de cultivares, el truco para distinguir cebolletas de puerros está en mirar de reojo el cartel del supermercado.

Pero no se piensen que critico nuestro sistema educativo, Rajoy y su ministro Wert nos libre. El mal, como la crisis, es global. El problema lo tienen hasta en Argentina, donde un reciente estudio ha demostrado que los alumnos de entre 7 y 18 años conocen más especies de plantas y animales exóticos que nativos.

La culpa la tenemos todos. Demasiados documentales extranjeros y ninguno local. ¿Se acuerdan de Félix Rodríguez de la Fuente? Con él logramos convertir en mascota infantil al lirón careto. Hicimos bueno al lobo, divertido al zorro, inteligente al alimoche, imprescindible al encinar. Los héroes de nuestros hijos son ahora el móvil y la tablet. Pero tiene remedio. A falta de Félix, aprovechemos el verano para salir al campo y descubrirles esa fauna y esa flora única, la nuestra. Y dejemos los leones para la BBC.

Muchas gracias a la profesora Victoria Eugenia Martín Osorio, en cuyo blog sobre invasiones biológicas publicó la referencia al estudio argentino.

Puedes seguirme (si quieres) en Twitter (@lacronicaverde) y en Facebook (www.facebook.com/cronicaverde)

El gran negocio de matar linces

El proyecto Iberlince pretende aumentar en cinco años la población mundial de lince ibérico a 450 ejemplares, el doble que en la actualidad. Llegar a esta meta permitiría rebajar un peldaño el alto grado de amenaza de la especie, el felino más amenazado del planeta. Y recuperar las poblaciones extinguidas hace unas pocas décadas de Castilla-La Mancha, Extremadura y Portugal. Cuenta para ello con un presupuesto de 34 millones de euros, que se suman a los 36 millones gastados sólo en Andalucía desde 2002.

Ojalá lo consiga, pero antes de poner en marcha ampulosas estrategias de cría en cautividad bien estaría que solucionara los graves problemas políticos y de gestión que amenazan a la reducida población salvaje, y que la han llevado al terrible estado en el que ahora se encuentra. Aquellos que explican que, como ha denunciado Ecologistas en Acción, mientras el felino se recupera lentamente en Andalucía, al otro lado de esas ficticias fronteras entre comunidades autónomas, en Castilla-La Mancha, cada nuevo lince que llega es un lince muerto.

Animales aventureros, cruzan sin saberlo la línea imaginaria de ambas regiones y desaparecen. Las encinas y los conejos son iguales. Incluso mejores. Pero cambian los dueños de los cotos de caza y cambian los políticos, curiosos seres empeñados en obligar a sus técnicos a mirar para otro lado cuando los cazadores deciden controlar depredadores caiga quien caiga. Permitiendo el regreso de los alimañeros con sus lazos y sus trampas, con sus venenos y sus escopetas. Convirtiendo el norte de Sierra Morena en un agujero negro engullidor de linces y esperanzas.

Nos gusta jugar a ser dioses. Llevar especies hacia la extinción y luego invertir fortunas en tratar de recuperarlas. Pero si no resolvemos antes los problemas de conservación, todos estos programas millonarios de reintroducción de animales criados en cautividad estarán condenados al fracaso. Y el matar linces, por acción o por omisión, seguirá siendo un gran negocio a repartir entre adictos y votantes.

Las auténticas políticas de conservación no van por ahí. Hace falta más educación, más conciliación, más convenios con propietarios de fincas privadas y sociedades de cazadores, más mejora del hábitat y menos carísimos centros regionales de relumbrón.

Pero nuestros políticos parecen entenderlo al revés y siguen soñando con inaugurar grandes complejos donde hermosas placas de bronce alaben sus delirios. Quizá porque no hay manera de cortar cintas con los colores de la bandera autonómica en bosques bien gestionados donde el lince corra feliz y seguro.

Para acabar con un buen sabor de boca, os dejo a continuación el fantástico documental ‘‘Lince Ibérico, el cazador solitario’’. Un excepcional trabajo realizado en 2004 por un equipo de grandes profesionales dirigido por Joaquín Gutiérrez. Si no lo habéis visto no dejéis de hacerlo, merece la pena.

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El lince ibérico sigue en la UVI

Hablando de lince ibérico, dos pasos para adelante y uno o dos para atrás. En una década el felino más amenazado del planeta ha logrado doblar su población mundial (prácticamente toda andaluza), pero con altibajos tan terribles como los registrados en Doñana, que sólo en este año ha perdido al 10% de todos sus ejemplares. Sigue así la especie en la Unidad de Cuidados Intensivos (UVI), lo que en Biodiversidad se considera en peligro crítico de extinción.

En 2002 tan sólo nos quedaban vivos y en libertad 102 ejemplares de lince. De acuerdo a los datos del último censo anual recientemente hecho público, en la actualidad hay 253 ejemplares, cifra que supone un incremento del 148% en nueve años. Si a esta cifra le añadimos los ejemplares de la pequeña población de Castilla-La Mancha y los 85 integrantes del proyecto de cría en cautividad, podríamos estar hablando de una población total cercana a los 350 linces.

Otra buena noticia. Siete años después de iniciado el programa de cría en cautividad del lince, dos cachorros (un macho y una hembra) nacidos en cautiverio serán liberados próximamente en la comarca cordobesa de Guadalmellato, una zona de recolonización. Son los primeros ejemplares nacidos en cautividad y liberados en la naturaleza.

Desgraciadamente, poco duran las alegrías en casa del pobre. Al día siguiente de hacerse públicas estas buenas noticias nos llegó otra terrible. El atropello mortal de una hembra en la carretera nacional 442 entre Huelva y Mazagón. Es el octavo lince fallecido este año en el entorno de Doñana, lo que supone un 10% de su población. Y algo aún peor. La mitad de ellos valiosas hembras.

No es el único problema. Un virus, la leucemia felina, probablemente contagiado por gatos asilvestrados, supone un serio riesgo añadido para la supervivencia de la especie. Seis de ellos murieron en unos pocos meses fulminados por la enfermedad, que sigue sin estar controlada.

Para colmo de males, el uso equivocado de un suplemento vitamínico aportado a los ejemplares cautivos les ha provocado una gravísima Enfermedad Renal Crónica (ERC) que afecta a una tercera parte de todos ellos, tres de los cuales ya han fallecido y otros diez se encuentran en estado terminal.

La recuperación del lince está resultando más complicada (y cara) de lo esperado. Y es que siempre es más fácil acabar con una especie que salvarla. Pero por lo menos el riesgo de una inminente extinción parece superado. Y eso sí es una buena noticia.

En la imagen Drago, uno de los linces ibéricos nacidos en cautividad (www.lynxexsitu.es)

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Rebaños de robots ecologistas

Hace cinco años trabajé en el sur de Inglaterra en un proyecto de conservación del allí muy raro alcaraván. Para mi sorpresa, la mayor parte de los esfuerzos se destinaban a segar las praderas con medios mecánicos, en un intento por reducir el avance de los brezales, matorral que impide la nidificación de tan bella ave. Hasta entonces y durante milenios esa tarea la habían hecho las ovejas, pero apenas quedaban ya rebaños. En su lugar, cuadrillas de trabajadores consumían importantes recursos económicos haciendo las labores de los herbívoros, aunque sin darnos a cambio ni lana ni carne.

La situación me parecía ridícula. Nosotros en España tenemos ganado vivo para ese trabajo, les explicaba orgulloso. Pero estaba equivocado.

Este año, dos de los tres premios concedidos por Europarc-España y las fundaciones Fernando González Bernáldez y Biodiversidad a las buenas prácticas en espacios naturales han sido para programas de sustitución del ganado por máquinas. El Parc Natural del Cadí-Moixeró recibió el primer premio por la mejora del hábitat de la perdiz pardilla mediante desbroces planificados de matorral. El Parque Natural Sierra de Cardeña y Montoro logró un diploma por el adehesado de pinares para favorecer a las poblaciones de conejo y, con ello, a las de lince y águila imperial.

Gestión de sistemas naturales, se llama ahora. Una compleja especialidad que, en la práctica, imita los sabios manejos agroganaderos y forestales desarrollados por nuestra especie desde el Neolítico. Máquinas y cuadrillas sustituyendo al pastor y su rebaño. Mi abuelo no lo habría entendido nunca. Rebaños de robots ecologistas. Que se sepa, esos aparatos no dan leche, tan sólo gastos y averías, además de puestos de trabajo, que no es poco. Pero cuando mueren acaban en la chatarrería en lugar de en el muladar para beneficio de los buitres. Lo de antes era gratis y rentable. ¿Tan difícil será volver al ganado de carne y hueso?

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‘Annus horribilis’ para los linces

El lince ibérico (Lynx pardinus) sigue con el farolillo rojo de la extinción encendido. Tiene un pie en el descenso, no a una inferior categoría liguera, que no existe, sino al limbo de los museos de ciencias naturales, junto al dodó y al lobo de Tasmania. Desde hace demasiados años acapara el triste título de ser el felino más amenazado del planeta, por encima del tigre, el puma o el jaguar. Y sigue sin levantar cabeza.

Tras varios años de esperanzadores resultados, este año se está mostrando como un verdadero «annus horribilis«, año negro, para la especie, a pesar de que sólo estamos empezando abril.

Desde noviembre del año pasado han muerto 9 linces ibéricos salvajes en España, 6 en Doñana y 3 en Sierra Morena, tanto por enfermedades como por atropellos.

Paralelamente, el programa de cría en cautividad ha sufrido un serio tropezón al nacer tan sólo 4 crías frente a las casi 20 que se esperaban. En este caso, la principal razón de tan baja fertilidad es la aparición de una gravísima enfermedad renal que está diezmando a la población cautiva. La padece la mitad (34) de los 70 ejemplares repartidos en cuatro centros de cría. Cuatro ya han muerto y una decena más se encuentra en estado crítico.

Pintan bastos para el lince. Y eso que las cosas se están haciendo por fin bien, con un equipo científico de los mejores del mundo que por vez primera tiene recursos económicos suficientes. El problema es que empezamos muy tarde a tomarnos en serio el lince. Cuando Félix Rodríguez de la Fuente nos hablaba de ellos había más de 3.000 ejemplares. Hace 20 años nos quedaban más de 1.200 y ahora apenas hay vivos 300. Quizá sea demasiado tarde.

Más noticias sobre el lince ibérico en la minuteca de 20Minutos.

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30 años con Félix

Un 14 de marzo, hace ahora 30 años, Félix Rodríguez de la Fuente perdía la vida en Alaska el mismo día en que cumplía 52 años. Tres décadas ya, y cuando TVE decide reponer sus documentales como homenaje al naturalista burgalés, más de 800.000 espectadores vuelven a quedarse enganchados diariamente a esa melodía que corre tan ágil hacia el sol como el lobo ibérico. Es el “efecto Félix”, un milagro de comunicación tan atemporal como su mensaje, tan profundo como su personalísima voz.

No es esta fama fruto de la nostalgia de los cuarentones. Veo ahora a mis hijos contemplando los mismos reportajes de mi niñez y reconozco en sus expresiones los idénticos sentimientos de dulzura, miedo o asombro que yo experimentaba entonces ante «la aventura de la vida».

Es verdad, Félix era un fabuloso contador de historias, último heredero de los juglares castellanos, depositario de esa añeja tradición oral aprendida de los pastores del páramo, del zapatero de Poza de la Sal, de sus abuelos. Pero sus cuentos, además de enseñar, siempre llevaban una moraleja innovadora: la necesidad de respetar profundamente a una naturaleza en equilibrio, donde el hombre dejara de ser depredador y pasara a convertirse en benefactor. Ése fue su gran acierto. Pensar en el planeta como un todo integrador, promover una nueva conciencia de armonía entre ‘El Hombre y la Tierra’. Hoy lo llamamos desarrollo sostenible, pero lo inventó Félix.

30 años ya y seguimos arrastrando idénticos problemas. El veneno emponzoña nuestros campos, las escopetas persiguen a los lobos, los linces están aún más cerca de la extinción que entonces, los espacios naturales más acorralados que nunca. Y el mundo rural, ese gran mantenedor de la biodiversidad biológica y cultural, languidece en una sangría de gentes, paisaje y tradiciones. No son 30 años sin Félix. Son 30 años con Félix y con su mensaje. Tan actual y vivo como aquel lejano 1980.

No te pierdas el especial de RTVE. Allí están disponibles todos los documentales de ‘El Hombre y la Tierra’ y algunos de sus programas de radio. Podrás dejar en una página diseñada al efecto tus textos, fotos, vídeos o recuerdos de homenaje al naturalista, e incluso versionar la famosa sintonía de sus documentales. También puedes leer el encuentro digital con Odile, la hija de Félix y directora de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente.

Precisamente esta Fundación se ha lanzado a las redes sociales tratando de recuperar todas esas vivencias y emociones que magistralmente nos transmitió el gran comunicador. Te puedes hacer fan de la página oficial de Félix Rodríguez de la Fuente tanto en Facebook como en Twitter.

Por que al final Félix nos cambió a todos. Para mi fue fundamental a la hora de profundizar en el estudio y la defensa de la naturaleza. ¿También a ti te cambió Félix?

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Tercer lince atropellado en Doñana en un mes

La sangría de linces continúa en Doñana. Técnicos de la Consejería andaluza de Medio Ambiente han localizado el cadáver de un lince ibérico «con evidencias de haber sido atropellado» en la carretera que une el enclave turístico de Matalascañas con la aldea de El Rocío, en el Espacio Natural de Doñana.

Se llamaba ‘Esturión’ y era un joven macho de dos años en busca de territorio. Es el tercer lince que muere por causas no naturales en Doñana en apenas un mes, lo que supone una de las peores estadísticas de los últimos años.

El 19 febrero se localizó en la zona de Dehesa de Abajo (Sevilla), ubicada dentro del Espacio Natural de Doñana, el cadáver muy degradado de «Fale», un lince de un año, mientras que el 1 de febrero también se rescató en zonas agrícolas circundantes a Villamanrique de la Condesa (Sevilla) el cadáver de «Estepa», una hembra de dos años.

Desde el año 2000 han muerto atropellados 26 linces ibéricos en el entorno de Doñana, casi 3 por año. Evidentemente, los pasos de fauna, señales de limitación de velocidad y vallados no funcionan.

Sobre estas líneas, señal de tráfico en una carretera de Doñana donde se advierte de la presencia de linces (Foto AFP).

Fuente: Efeverde.com

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Demasiados atropellos de fauna

¿Cuántos animales mueren atropellados en las carreteras españolas?

Entre domésticos y salvajes, abundantes y en peligro de extinción, cientos de miles, probablemente varios millones al año. Linces, lobos, hasta osos, pero también culebras, ratones, liebres, milanos, avutardas. Por no hablar de los insectos, algunos rarísimos, sólo vistos estrellados contra el salpicadero de los coches. Son las víctimas más inocentes del asfalto, de nuestro progreso.

Los lectores de La Crónica Verde, siempre sensibles, suelen escribirme para proponerme temas, cosa que yo siempre os agradezco. Ayer lo hizo Juan, precisamente para hablarme de este gigantesco tributo que la fauna nos paga por el simple hecho de convivir con nosotros. Éste es su escrito:

Simplemente felicidades por sus artículos, por el interés de los temas y su sabia crítica hacia el desinterés y la ignorancia que reinan en demasiados.

Además quería comentarle un tema: los atropellos de animales en la carretera. En estas fechas, a diario veo nuevos animales atropellados (me desplazo desde Noquera -acosada y degradada Sierra Calderona- a Valencia). A los siempre habituales perros y gatos, ahora se suman innumerables erizos, conejos, roedores; también me he encontrado con zorros, tejones, ardillas, garduñas, mochuelos y otras aves…

Además de la sangría inicial, como los restos no suelen ser retirados, otros caen al carroñear en ellos. Yo personalmente, en la medida de lo posible y teniendo en cuenta la seguridad del trafico, los retiro por lo menos a la cuneta, por respeto, para que se descompongan sobre tierra y no se queden meses y meses en el asfalto o sean triturados por las ruedas de los vehículos, o para que sirvan de alimento a otros sin suponer un peligro para el que los devore. Y me entristece ver cómo miles de personas son capaces de pasar junto a ellos y no inmutarse, o cómo ninguna institución se encarga de ello, dando una triste imagen de suciedad y dejadez.

En una ocasión fui andando por la cuneta desde Noquera a Bugarra (40 Km.) y contabilicé los restos de 16 cánidos, además de otros animales.

En fin, simplemente quería contárselo a alguien. Gracias por su tiempo.

Tiene razón Juan. Debería haber pasos específicos para la fauna en todas las carreteras que redujeran la actual matanza de animales. Y deberíamos ser más civilizados, pedir la retirada de esos cadáveres, aunque sólo sea para permitir que sus cuerpos abonaran la tierra, para que no los sigamos machacando hasta pulverizarlos sobre el asfalto.

¿Somos cada vez más insensibles? Es probable. Aunque si muchas veces no paramos para ayudar a un semejante en apuros, difícil será que sintamos pena por una triste garduña atropellada como la de la foto.

Los estornudos matan árboles

Del invierno a la primavera, del resfriado a las alergias. Y los pañuelos de papel siempre bien a mano. ¿Sabes lo que hay dentro de cada uno de estos paquetes? Cadáveres de árboles.

No insulsas plantaciones de jóvenes chopos o pinos, sino viejos bosques primarios, vírgenes, la mayoría boreales, la casa común de alces, caribús, linces, osos, lobos, águilas, halcones, búhos; también de milenarias comunidades indígenas. Una impresionante riqueza natural que nos restregamos diariamente por las narices o por la entrepierna, cada vez más compulsivamente, más inconscientemente. Suave papel tisú procedente en su mayor parte de triturar árboles centenarios arrancados del corazón de amenazados paraísos.

Sí, ya sé lo que me vais a decir, necesitamos papel para todo, para leer el periódico o un buen libro, para ir al baño, para limpiar la cocina ¿No hay alternativas? Claro que las hay, muchísimas. Por ejemplo, usar papel reciclado (en este enlace tienes varias marcas). Quizá no sea tan suave como la caricia de un niño, pero puede ser tan amoroso como la caricia de una madre, nuestra Madre Tierra.

La vuelta a los pañuelos de tela, los de toda la vida, es otra opción casi olvidada por esa manía tan nuestra del usar y tirar.

E incluso el agua, el mejor método de limpieza posible, lo hemos arrinconado en esos bidés que ya prácticamente nadie usa.

Cada europeo consume al año 13 kilos de este tipo de papel hecho con fibras vírgenes, pero en España (para derrochones nosotros) gastamos 14 kilos. Si cada uno de nosotros sustituyera una caja de los populares kleenex por otra hecha con fibra reciclada respetuosa con el medio ambiente salvaríamos más de 15.000 árboles, llevaríamos 50 camiones menos de basura a los vertederos, ahorraríamos millones de litros de agua y reduciríamos las emisiones de CO2 responsables del cambio climático. Es para pensárselo, ¿no os parece?

Os dejo a continuación un vídeo hecho por Greenpeace para su campaña de presión sobre la compañía Kimberly-Clark, que fabrica los famosos pañuelos de papel Kleenex y los rollos de papel higiénico Scott, exigiéndole el uso de pulpa de madera reciclada. Da mucho que pensar.

Atropellan y tirotean en Doñana a una lince embarazada

Triste, tristísima noticia. El pasado viernes murió atropellada en el Parque Natural de Doñana «Teo», una hembra de lince ibérico de siete años de edad. Fijaros si nos quedan pocos linces que todos ellos tienen nombre. Y ésta era una de las 17 hembras reproductoras que sobrevivían en la zona.

El atropello se produjo en la vía Algodonera-Laguna de San Lázaro (Villamanrique de la Condesa, Sevilla), uno de los múltiples caminos agrícolas y forestales que han sido asfaltados por la Junta de Andalucía en Doñana.

A la pena de su pérdida se le unen dos datos que nos han puesto los pelos de punta:

—Estaba embarazada de dos cachorros machos.

—Había sido tiroteada previamente por un cazador furtivo, recibiendo siete impactos de perdigones disparados con una escopeta de cartuchos.

Según los especialistas que realizaron la necropsia al cadáver, a pesar de que los perdigones no afectaron a los órganos vitales, «mermaron su capacidad física y de reacción ante peligros» como el riesgo de atropello.

No es el primer lince atropellado en esta zona ni será desgraciadamente el último. Hace seis meses cayó otro ejemplar en la carretera que une Almonte con Matalascañas (Huelva). Como ha denunciado la organización ecologista WWF/Adena, la red de asfalto está extinguiendo al lince en Doñana.

¿Soluciones?

En primer lugar, ni un metro más de asfalto en los caminos agrícolas de ese supuesto espacio protegido de Doñana.

En segundo lugar, desmantelamiento de los tramos más peligrosos que nunca debieron asfaltarse.

Y por supuesto, que todo el peso de la ley caiga sobre los furtivos, esos supuestos cazadores amigos de la Naturaleza que se aprovechan de una licencia de armas para disparar a todo bicho viviente, incluidas estas joyas de la naturaleza que son los linces.