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Tórtola Valencia. La bailarina de los pies desnudos.

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#Mujereslesbianas

 

La Bailarina de los Pies Desnudos
Iba, en un paso rítmico y felino
a avances dulces, ágiles o rudos,
con algo de animal y de divino
la bailarina de los pies desnudos.
Su falda era la falda de las rosas,
en sus pechos había dos escudos…
Constelada de casos y de cosas…
La bailarina de los pies desnudos.
Bajaban mil deleites de los senos
hacia la perla hundida del ombligo,
e iniciaban propósitos obscenos
azúcares de fresa y miel de higo.
A un lado de la silla gestatoria
estaban mis bufones y mis mudos…
¡Y era toda Selene y Anactoria
la bailarina de los pies desnudos!

Rubén Darío

Culta, libre, moderna, viajera, bella, sensual. Carmen Tórtola Valencia nació en Sevilla el 18 de junio de 1882. Su padre fue el catalán Florenç Tórtola Ferrer y su madre la andaluza Georgina Valencia. Se educó en Londres donde marchó a vivir con su familia, perteneciente a la alta burguesía. Allí aprendió cinco idiomas, ciencia y dibujo. Viaja con sus padres a México donde sus progenitores fallecen quedando a cargo de un tutor. Al morir éste, Tórtola decide tomar las riendas de su vida. Se niega a contraer matrimonio porque piensa que esta institución encorseta a las mujeres. Y es que Tórtola no quería saber nada de corsés, ni metafóricos ni reales ya que sostenía que esta prenda impedía a las mujeres moverse libremente.  Fue una pionera de la liberación de la mujer, como Isadora Duncan, Virginia Woolf o Sarah Bernhardt.

La artista creó un halo misterioso alrededor de su figura. Se decía que era hija de un grande de España, incluso que su padre tenía sangre real.

Su primera aparición pública fue en 1908 en el Gaity Theatre de Londres como parte del espectáculo Habana. Ese mismo año fue invitada a bailar en el Wintergarten alemán y en el Folies Bergère de París. Allí fue denominada «La Bella Valencia», una nueva favorita del público como La Bella Otero o Raquel Meller. Al año siguiente bailó en Nürenberg y Londres. Fue invitada a unirse al Cirkus Varieté de Copenhague con Alice Réjane. Estuvo en Grecia, Rusia e India.
En 1909 sufre un grave accidente y aprovecha su convalecencia para documentarse sobre culturas exóticas y frecuentar el teatro donde tuvo la oportunidad de ver a Isadora Duncan, Ana Paulowa o Maud Allan quienes les servirían de inspiración para crear un estilo propio.

Su debut español fue en 1911 en el Teatro Romea de Madrid. Volvió al mismo teatro en 1912. Fue nombrada en 1912 socia de honor y profesora estética del Gran Teatro de Arte de Múnich.

Estos triunfos no se repitieron cuando debuta en Madrid, donde cosecha un fracaso sin precedentes. En 1912 baila por primera vez en Barcelona. El rechazo inicial del público español, puede deberse a que Tórtola rompe con los esquemas de la danza que hasta ahora se venían imponiendo en los escenarios, ya que la bailarina impregnaba sus coreografías de un toque orientalista nunca antes visto que la artista había incorporado a su repertorio cuando bailó ante el sultán de Turquía.

Musa de Zuloaga y Anglada Camarasa, su arte fue muy apreciado por intelectuales de la talla de Jacinto Benavente, Ramón Pérez de Ayala, Miqel dels Sants y Baroja. Emilia Pardo Bazán dijo de ella que era la personificación del Oriente y la reencarnación de Salomé.

Tórtola fue una artista ecléctica y polifacética. Considerada como una de las tres bailarinas más importantes de su época junto con Isadora Duncan y Paulowa.
En 1915 actuó en los filmes Pasionaria y Pacto de lágrimas, dirigidos por Joan Maria Codina. Viajó a Nueva York para actuar en el Century Theatre.

Arqueóloga de la danza, curioseaba por museos, archivos y bibliotecas para dar vida a su vestuario y a sus coreografías.

Creó la Danza del incienso, La bayadera, Danza africana, Danza de la serpiente y Danza árabe. Aparece como personaje en la novela Divino de Luis Antonio de Villena, y Ramón López Velarde le dedicó el poema Fábula dística. Prestó su imagen para el perfume «Maja» de la conocida casa de cosméticos Myrurgia.
Tuvo numerosos amantes masculinos, incluso estuvo a punto de casarse, pero lo cierto es que Tórtola pasó la mayor parte de su vida con Ángeles Magret Vilá, una mujer bastante más joven que ella a la que adoptó como hija para guardar las apariencias. Esta adopción fue muy particular puesto que Ángeles ya tenía madre. Ambas mujeres iban a misa juntas todos los domingos como madre e hija para no levantar las sospechas del franquismo. Quizás por ello la artista fue siempre muy celosa de su intimidad. Tórtola era una asidua del llamado Círculo Sáfico de Madrid, donde se reunían mujeres lesbianas de cierta posición social e intelectual.

Actuó también en Venezuela, Bolivia y Cuba y decidió abandonar la danza el 23 de noviembre de 1930 en Guayaquil, Ecuador. Dicen que su retirada se debió a una promesa que hizo cuando su pareja estuvo gravemente enferma pero lo cierto es que Tórtola no se adaptó a los nuevos tiempos y esa quizás fuese la verdadera razón de su retirada de los escenarios.

En 1931 se declaró republicana catalana y marchó a Barcelona con Ángeles. Los últimos años de su vida los dedicó a coleccionar grabados y estampas y se inició en el budismo. Murió el 15 de marzo de 1955 en su casa de Sarrià y está enterrada en el cementerio de Pueblo Nuevo de Barcelona.

 

 

Freddie Mercury: el amante de la vida que nació tres veces

Por Nieves Gascón, (@nigasniluznina), la cuentista de nuestro refugio

A comienzos de este mes de septiembre, se cumplieron setenta y cinco años del nacimiento de Freddie Mercury, en la isla africana de Zanzíbar y en el seno de una familia acomodada. Desde pequeño demostró tener talento y una de sus tías le apoyó para recibir clases de piano desde los siete años. Estuvo en un internado en la India donde formó su primer grupo de música a los doce años. Posteriormente vuelve a Zanzíbar y en 1965 debe dejar la isla tras un golpe de Estado, trasladándose junto a su familia a Londres, donde parten de cero e inician su vida en su recién adquirido estatus de refugiados y refugiadas.

Freddie estudió diseño y se une al grupo de música Smile en 1970, formación que ya integran Brian May y Roger Taylor, y al que posteriormente le cambia el nombre por el de Queen, que respondía al apodo por el que se le conocen en su entorno social, y por su sinigual estilo y elegantes maneras. Como anécdota podemos comentar que Mercury es quien dibuja y diseña el logo de Queen en 1972, inspirándose en los signos del Zodiaco de sus integrantes, e identificándose con la gran corona central de reina de esta imagen.

Esta historia es la que narra con cariño y de forma novelada e ilustrada, nuestra recomendación para este mes de septiembre: Freddie Mercury. Una biografía, de Alfonso Casas, editado por Random Comics en 2018. Se trata de un relato que conocemos pero que aporta la admiración y el cariño de una historia vital y artística a la par, muy bien construida, documentada y muy originalmente ilustrada. A caballo entre el estilo de la novela y el del cómic por la estética de sus ilustraciones, esta publicación con un marcado aire desenfadado, pero fiel a los diferentes acontecimientos de la vida del artista, nos acerca más al mito de Mercury, de quien descubrimos que nació tres veces: en el día de su nacimiento como Farrokh Bulsara, después cuando sus compañeros y compañeras de colegio le comienzan a llamar Freddie, y un tercer nacimiento cuando adopta su nombre y apellido artístico, Mércury, naciendo una leyenda del rock que llega hasta nuestros días, en los que indudablemente el cantante es un eje referencial de nuestra historia y cultura recientes.

La primera vez que vi a Queen fue siendo preadolescente, en el blanco y negro de una televisión roja de diseño futurista con antenas y botones laterales de regulación de la sintonía, cana, imagen y sonido, en una casa de campo familiar, y cuando en la emisión el programa de música Aplauso, de Televisión Española se visionó por primera vez en España el vídeo de la canción I want to break free (1984). Entonces no entendí que en gran parte, en el vídeo se hacía sátira de un popular culebrón de la televisión británica. Me fascinó la fuerza de Mecury entubado en una minifalda brillante de plástico negro, con picudos pechos cubiertos por un estrecho suéter rosa de punto, sin mangas, y su espeso bigote bajo una imponente melena cardada y coronada con un flequillo moldeado. Ese personaje de género no binario y ambiguo para aquella época, atrapado en tareas domésticas, empuñado una aspiradora, y bailando sobre zapatos de tacón alto, se movía por la pantalla con un increíble estilo y fuerza. Me encantó en lo que interpreté como la suma a una reivindicación de identidad de género y sexual, toda una declaración de libertad, la del deseo de salir de armarios herméticamente cerrados por el patriarcado y sus estrictas bipolaridades. Mercury caminando como una reina y mostrando sus largas y preciosas piernas, con ese increíble torrente de voz, me dejó totalmente enamorada. Lo que no supe hasta bastante después, es que el vídeo fue censurado por la MTV y no se emitió en los Estados Unidos, el “país de las libertades”, y que desde 1984 hasta bastante después, Queen fue vetado en las listas de grandes éxitos musicales en este país. Sin embargo, triunfaron en Europa y el resto del mundo, no podía ser de otra manera.

Todo esto y más detalles de su vida son descritos en nuestra publicación recomendada hasta empaparnos de las vivencias y personalidad de una estrella de rock que brilla desde la infancia y que siente un conflicto de identidad sexual que resuelve tras su divorcio y cuando comienza a tener relaciones con hombres. No obstante Mary Austin es la inspiración del tema Love of my life, con quien mantiene una relación de amistad el resto de sus días, e incluso y le acompaña cuando fallece en 1991 por el deterioro derivado del SIDA. No hace pública su enfermedad hasta un día antes de su fallecimiento, porque para entonces, era una maldición asociada a personas toxicómanas y homosexuales por su sobreentendida y etiquetada promiscuidad o estilo marginal de vida, según juzgaban sectores más conservadores que influyeron sobre la opinión pública abrumada por la falta de información y tratamiento efectivo para paliar los efectos de esta infección emergente que podemos incluso definir como la pandemia mortal de finales del siglo XX.

En el libro, Alfonso Casas nos muestra también el lado humano de Freddie Mercury, que fue un gran desconocido para los medios, que no le trataron muy bien en un momento dado. El autor hace una narración con cariño y fiel a la historia y acontecimientos de la misma. Resulta igualmente enternecedora la dedicatoria que hace de este trabajo a alguien muy especial. No pierdan cada detalle, cada reflexión y avance en la trama.

La descripción de una vida creativa, llena de talento y altibajos, soledad y el deseo de encontrar el amor, a lo que se añade un trato privilegiado del personaje por el autor, hacen de esta bibliografía novelada e ilustrada, un libro imprescindible para nuestra biblioteca de diversidad y género, además de una lectura muy recomendada para todas las personas que deseen conocer más y mejor a Freddie Mercury.

Les invitamos a leer esta publicación, recomendable a partir de los doce años, y a disfrutar de sus ilustraciones que construyen al personaje mítico de Freddie Mercury, describiendo con todo lujo de detalles sus distintos looks, su fuerza, elegancia y tesón, igualmente fiel con la descripción de los distintos personajes relacionados y con la reproducción de fotos clásicas tanto del grupo como del cantante que los y las más mayores recordamos, pero que el ilustrador reinterpreta y acerca a quienes las desconocen, de forma muy acertada.

Una vez más, en deseada soledad o junto a jóvenes de su entorno familiar, disfruten del préstamo, obsequio o la lectura de esta obra y dedíquenle tiempo a ver cada una de sus estupendas imágenes.

¡Hasta pronto!

 

Gloria, la poeta de guardia

Por Nieves Gascón (@nigasniluznina)

Foto de Nieves Gascón

Foto de Nieves Gascón

El 28 de julio de 1917, nacía Gloria Fuertes en el madrileño barrio de Lavapiés. Noventa y nueve años desde entonces y un reciente aniversario que ni Google ha querido pasar por alto, homenajeándo en su “doodle” con una ilustración de la escritora recitando frente a niños y niñas expectantes.

Sobre su nacimiento escribió:

Gloria Fuertes nació en Madrid

a los dos días de edad,

pues fue muy laborioso el parto de mi madre

que si se descuida muere por vivirme.

(Autobiografía en Obras Incompletas,1980)

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