Por Apoyo Positivo (@Apoyopositivo)
Alrededor del 1 de diciembre, Día Internacional del Sida, parte de la atención mediática se centra en la situación del VIH en nuestro país, aunque se hace evidente la pérdida de interés hacia una infección que ha afectado, desde sus inicios, a cerca de 75 millones de personas en todo el planeta, siendo más de 30 millones las fallecidas por su causa, y contando con 4.000 nuevas infecciones cada año en España
El poco reparo, no sólo a este virus sino a la salud sexual en general, que nuestra sociedad destina el resto del año, se convierte, en estos días, en un suceder de noticias, eventos, campañas y lazos rojos, representando a una comunidad muy amplia de personas que viven con el VIH, que apenas es visible. Que apenas conocemos.
El VIH surge a principio de los años 80 como una de las peores epidemias de la humanidad y carga, desde sus inicios, con los estigmas vinculados socialmente con las comunidades más afectadas. Rozando los 40 años de evolución, la medicina ha dado una respuesta casi ejemplar a nivel biomédico y de tratamientos, pero como sociedad, a punto de estrenar el 2020, primer año objetivo de ONUSIDA para acabar con el VIH, suspendemos, no sólo en esos objetivos, sino en el estigma asociado al virus.
Hoy en día la discriminación hacia las personas con VIH se debe seguir considerando frecuente, similar en otros colectivos minoritarios, pero, a diferencia de éstos, el VIH suele vincularse a otra situación de vulnerabilidad (como ser gay, joven, mujer, ser una persona migrante, consumir drogas…), que complica más aún esa visibilidad, junto a la gran efectividad de los tratamientos en el control del virus.
Si tengo VIH, estoy en tratamiento y consigo la carga viral suprimida, de modo que estoy indetectable y no transmito el virus a nadie, ¿voy a querer visibilizarme a riesgo de que me discriminen?
Formularios de clínicas de fisioterapia en los que te preguntan si tienes VIH / sida, centros de día que rechazan a personas mayores con el virus, compañías de seguros que no garantizan a las personas afectadas, insultos en redes, puñetazos en un local gay de Madrid al grito de sidoso de mierda… Algunos de estos casos son las situaciones, que, junto con el diagnóstico del virus y otras actividades, hemos recogido y atendido en el 2019 en Apoyo Positivo.
Sin embargo, hay un mensaje que, basado en una gran y consolidada evidencia científica, puede ayudar y ser clave en la batalla contra el estigma, pero que sigue sin ser comunicado ni promocionado globalmente, especialmente, desde las instituciones y administraciones públicas, así como desde el sistema público de salud:
“Una persona con VIH, en tratamiento e indetectable NO transmite el virus.”
Sin embargo, desde nuestro espacio comunitario, no vamos a parar de repetirlo.
En estas semanas, en las que se une la celebración de la Semana Europea del Test del VIH y la hepatitis (22 – 29 noviembre) y el Día Mundial del Sida, desde Apoyo Positivo lanzamos nuestra campaña #INTRANSMISIBLE!, este 2019 en su 5ª edición, y lo hacemos con un lema claro:
“Si fuesen los 80 todo el mundo sabría lo que significa INTRANSMISIBLE!”
Si fuese el principio de la epidemia, y manejásemos la evidencia científica que hoy sabemos de la indetectabilidad, toda la sociedad hubiese sido informada sobre ello.
El VIH era un desconocido que amenazaba y afectaba a toda la población y era una prioridad en las políticas de salud y sociales. Algo, que como decíamos al principio, no ocurre tanto hoy en día.
Al igual que fuimos instruidos a través del “póntelo, pónselo”, INTRANSMISIBLE es un mantra sanitario y social que deberíamos repetir hasta la saciedad todas las personas, en especial las que participamos en la respuesta al VIH, no sólo porque explica de forma sencilla la cascada de cuidados del VIH a nivel biomédico, sino que además sirve para empoderar a la persona con VIH frente a sus relaciones sociales y sexuales.
¿Te sientes más tranquila, como persona con VIH en tratamiento, sabiendo que no puedes transmitir el VIH a otras?
Susi Caramelo, Eduardo Navarrete, Jorge Calvo, David Matarín, Silvi ManneQueen, Nerea Rodríguez, Ignacio Mateos o Lorena López, son algunos de los personajes públicos que han querido apoyar con su imagen la campaña y lanzar el mensaje alto: indetectable = intransmisible.
Si queremos realmente alcanzar esos objetivos para eliminar el virus tenemos que abordar el estigma, no sólo hacia el VIH sino hacia las comunidades más afectadas. La evidencia científica nos lo ha puesto en bandeja, y tenemos los métodos prevención, diagnóstico y tratamiento para controlarlo y conseguirlos.
Sólo nos queda gritar cada vez más y más gente: