Por una universidad libre: no al acoso de las redes sociales

Desde 1 de cada 10 apoyamos el debate y el intercambio de ideas en torno temas que creemos que debe ser aboraddos para responder a las preguntas que plantean. Esto nos motiva a publicar este manifiesto firmado por Consuelo Álvarez y Ana María Rivas, profesoras de la Universidad Complutense de Madrid. Departamento de Antropología Social y Psicología Social. Quien desee aportar su mirada puede escribirnos a 1decada10blog@gmail.com

Foto: INLUGO14

Entendemos que la libertad de pensamiento y, por ende, la capacidad de debatir de manera profundizada y serena sobre temas complejos, siempre han formado parte de la universidad y de sus investigadores/as. Es por ello que pensamos que la universidad es el lugar idóneo para formar en la escucha reflexiva de diversos puntos de vista, aunque los mismos sean controvertidos. Lo anterior implica que sus investigadores/as son los/as que deciden libremente qué temas estudiar, siempre y cuando lo hagan con rigor y método. La censura, por tanto, debería quedar fuera del ámbito universitario.

Muchas de las que trabajamos en la universidad opinábamos hasta hace bien poco que las contradicciones siempre han formado parte de la ciencia, de la universidad y del debate entre científicos/as sociales.

Desgraciadamente, los tiempos parecen estar cambiando y la universidad está dejando de ser el santuario de la libertad de pensamiento y de expresión. Grupos de presión, colectivos militantes, intelectuales politizados y grupos políticos están progresivamente tratando de condicionar el curso de la vida académica universitaria, vetando –con mayor o menos éxito- el debate sobre ciertos temas y presionando a las autoridades universitarias para que censuren ciertos debates considerados moral y socialmente alarmantes, como la gestación por sustitución.

Lo ilustran así los repetidos intentos de impedir que se lleven a cabo discusiones profundas y sopesadas sobre esta temática, intentos que han producido recientemente situaciones como la anulación del curso de verano de la Universidad de Málaga (previsto en Ronda en julio de 2018) o la cacerolada que tuvo lugar durante la celebración del 25 y 26 de abril de un congreso sobre la regulación de la gestación por sustitución en la Universidad Carlos III.

El 1 de abril de 2019 le llegó el turno a la Universidad Complutense de Madrid (UCM). En ella se había organizado una conferencia titulada “Gestación subrogada en Ucrania: escuchando la voz de las mujeres”. En el acto estaba prevista una conferencia de la Dra. Álvarez, en la que iba a presentar parte de los resultados de la investigación llevada a cabo por el equipo con gestantes por sustitución, profesionales de la biomedicina y el derecho en Kiev (Ucrania). Al acto iban a asistir también dos mujeres ucranianas que habían gestado para familias españolas. El objetivo de su presencia en el acto era responder a las preguntas del público sobre su experiencia como gestantes por sustitución. Estas dos mujeres habían sido invitadas por Interfertility, una de las entidades colaboradoras del proyecto, en el que participan otras relacionadas con la reproducción asistida. Este proyecto, como otros anteriores del equipo de investigación, busca conocer las realidades familiares a partir de las experiencias, puntos de vista y voces de sus diferentes protagonistas (familias, agencias y clínicas con presencia en el sector, donantes de gametos y gestantes por sustitución).

A partir de un artículo de fecha 19 marzo criticando la colaboración de la UCM con “una de las mayores empresas de subrogación”, y de la presión a través de twitter de algunos colectivos feministas de la misma opinión, el rector de la UCM decide anular el acto de manera unilateral. Estos actos, que podrían parecer aislados, se están produciendo de manera reiterada en el ámbito universitario, lo cual debería cuestionarnos sobre el control que ciertos grupos de presión están ejerciendo sobre la libertad de pensamiento en la producción de conocimiento científico.

No está de más recordar que el rol de los/as científicos/as sociales es el de indagar sobre los fenómenos sociales contemporáneos. Analizar las prácticas alrededor de la gestación por sustitución forma parte de los objetivos de varios proyectos de investigación que se están desarrollando actualmente en universidades del Estado español, muchos de los cuales han recibido financiación pública y responden a la importancia social del tema de la reproducción asistida como respuesta a problemas de infertilidad que afectan a buena parte de la población española.

Desde nuestro grupo de investigación, con el apoyo de investigadores/as de universidades españolas e internacionales, no queríamos dejar pasar la ocasión para manifestar nuestro desacuerdo con respecto a estos hechos y, principalmente, por el peligro que pueda suponer la censura de las redes sociales y de los grupos de poder que las animan, para la investigación libre y de calidad.

Coartar la libertad de estos/as investigadores/as no sólo supone hurtar a la sociedad española un debate necesario más allá de la confrontación de posicionamientos ideológicos sobre la gestación por sustitución, sino recortar también progresivamente la capacidad de la universidad para generar conocimiento de manera serena, libre y contrastada.

Una universidad que promueve solo un punto de vista, y que orienta los contenidos de los actos que organizan sus investigadoras, en función de la reacción de ciertos grupos de twitter@s feministas, por mucho impacto que tengan entre sus seguidores/as, es una universidad coaccionada, cuya libertad de pensamiento se ve amenazada.

 

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