Por CompiBloggui (@CompiBloggui)
Y sí, queridísimos compis, acepté y me sentí superbién.Como estaréis pensando acababa de salirme de una app de contactos LGTB, bueno en este caso solo G. Se puede decir que desde hace unas semanas mi móvil puede ser usado por cualquier persona sin que se me quede esa cara de tensión pensando que va a descubrir el logo de una de las tres aplicaciones de ligue gay que llevaba en el teléfono. No es por eso por lo que me he salido sino por mi situación personal, sigo solterísimo y no tengo que dar cuentas a nadie, que diría la copla, pero es cierto que alguna vez ha estado a punto de ocurrir eso de temblar cuando alguien me ha cogido el móvil, y tampoco me apetece andar contando mis técnicas de ligar o que alguien me diga que le explique cómo va la aplicación.
He eliminado mis perfiles porque no me compensa. Hay mucho artículos sobre este tema, donde hay hasta catalogados en grupos los perfiles de usuarios y sus intereses. En otros blogs he leído cómo hacerte un perfil más interesante, cómo mejorar tus fotos, cómo entablar esa primerísima conversación. A mí ya no me merece la pena y no voy a intentar insistir pensando que le problema es de mi perfil.
Me he descubierto a mi mismo conectado a una de las plataformas en la sala del dentista, en el trabajo, en un centro comercial, en el autobús, es decir,.. tienes cinco minutos y te metes “a ver quién hay” y eso no es malo, el problema es que si te habla alguno ¿qué haces?, ¿le dices que seguimos en una hora que entro al dentista?. Imposible porque la gente quiere hablar en ese momento que es cuando pueden.
A veces es al revés, estas de cena con tus superamigos a los que ves poquísimo y te saluda por el teléfono un chico interesante y surge el problema, porque tampoco puedes estar con el móvil en la mesa, entonces te inventas una conversación superimportante con a saber quién, te vas un segundo al baño para que al final, nunca llegues a conocer a ese chico.
Finalmente, decidí encender la app solo cuando pudiera y fue más cómodo (y más educado) a nivel social y más patético a nivel personal. Terminas de cenar o de comer y vas al sofá y de nuevo te conectas “a ver quién hay”, rastreas la ciudad con las tres aplicaciones que tienes instaladas y saludas a unas cuantas personas, inicias conversaciones que se van puliendo, quizás te pasas el teléfono con alguno y después de un rato largo sigues igual que antes pero con la sensación de haber perdido dos horas de tu tiempo. Un poco frustrante ¿verdad?
No os voy a negar que alguna vez (veces) sí he ligado con las plataformas pero realmente para la cantidad de tiempo que he invertido, conversaciones e intimidades contadas y la de esfuerzo que supone que alguien que no conoces entre en tu whatsapp en el momento más inesperado… a mi, como ya he dicho antes, no me compensa este sistema.
No sé si algún día volveré a usarlas, quizás en un espacio vacacional o de turisteo pero de momento en mi vida cotidiana, no. He decidido volver a la calle y a los bares donde tampoco ligo apenas pero por lo menos veo gente, escucho música, hay cerveza y mis amigos y mi tiempo están para divertirnos, aunque en los bares gays hay gente que ya casi no te mira a la cara por estar pendiente de las aplicaciones de ligue de su móvil…