Por Andrea Puggelli (@aikkomad) activista italiano LGBTQI
La Federación de Fútbol de Zambia está actualizando sus estatutos para incluir entre sus disposiciones, entre otras cosas, una norma específica que prohíba la discriminación de todo tipo, incluida la relacionada con la orientación sexual. En sí mismo esta norma no es algo novedoso: la Federación Internacional de Fútbol, incluso algún equipo de fútbol, ya tiene reglas similares y estatutos, que prohíben el comportamiento discriminatorio hacia las personas LGTB. La diferencia es que Zambia es uno de los 35 estados africanos que, como otras ex colonias británicas, ha mantenido leyes altamente discriminatorias contra las personas LGTB.
La ley de este país considera la homosexualidad igual que la zoofilia y el sentimiento de odio hacia lxs LGTB es muy fuerte: desde 1999 existe también una ONG de Zambia contra las personas que cumplen “actos sexuales anormales” (Zambia contra las personas con actos sexuales anormales: ZAPASA), comprometidos en luchar contra la homosexualidad en el país. Una encuesta realizada en 2015 en el país sobre este tema, sólo el 1% de los encuestados considera la homosexualidad moralmente aceptable, y esto pone Zambia muy por detrás también de Uganda (donde la cifra es del 11%)
Parece que la aprobación del nuevo estatuto de la Federación de Fútbol estaría en conflicto con la ley y la moralidad común ya que sanciona a aquellxs que cometan actos LGTBfóbicos la suspensión o expulsión de la misma federación. Dado que la revisión de las reglas ha sido requerida por parte de la Federación Internacional de Fùtbol podría conducir a Zambia a no ser admitido en partidos oficiales, si no fuese aprobada.
Según Landilani Banda, abogado y profesor de la Universidad de Zambia, el problema, sin embargo, no existe: la ley habla de las prácticas homosexuales mientras que la homosexualidad no es punible como tal y por lo tanto, las nuevas reglas del fútbol no estarían en conflicto con las leyes estatales que, entre otras cosas, ya ofrecen en la Constitución una norma (aunque muy aproximada) contra la discriminación por orientación sexual.
Sin embargo, a pesar de ser un primer paso hacia la plena igualdad de los derechos de lxs personas LGTB, una norma de este tipo, en un país como Zambia, sería algo casi revolucionario y podría infringir las creencias LGTBfóbicas de muchxs. Todo esto ocurre tres años después de una declaración histórica, en la que la esposa del presidente Michael Sata, Christine Kaseba, dijo que «se debe interrumpir el silencio sobre las relaciones LGTB, nadie debe ser discriminado por su orientación sexual o identidad de genero».
Es un paso, poco a poco, no es una mala noticia.
10 diciembre 2016 | 19:16