Por Violeta Assiego (@vissibles)
Soy lesbiana y, al igual que Laura Ramírez, colaboradora de este blog, «Me alegra decirles que nunca he tenido ningún problema en aceptarlo, que soy reincidente desde que lo sé y que no pienso quitarme«.
Tal es mi grado de aceptación que siempre me ha costado entender que otras personas pudieran tener algún problema en que me gustarán las mujeres, que me pudieran rechazar por ser, en realidad, de lo más normal. Yo al igual que usted, me enamoro. Como usted, he deseado compartir la vida con alguien y formar una familia. Sucede, como imagino que le pasa a usted, que también sufro el desamor y compruebo que pocas veces las relaciones son para toda la vida. Y concluyo, puede que diferencia de usted, que una buena vida es en la que predomina el respeto y la libertad y no la seguridad, aunque todos la buscamos.
Soy como usted. Se lo puedo asegurar. Y no soy la única. Hay un montón de lesbianas a su alrededor, a muchas de ellas no las ve porque están armarizadas. El armario es un buen lugar para refugiarse cuando se vive en una sociedad como la española, en la que (en el mejor de los casos) no saben cómo tratarte y (por lo general) nos discriminan doblemente: por ser mujeres y por ser lesbianas.
Por supuesto que yo también he sufrido esa doble discriminación. Siempre he sido muy vissible. Sé perfectamente que de haber sido heterosexual u hombre, mi carrera profesional en alguna que otra ONG (sí, también en las ONG) hubiera resultado mucho más ajustada a mis competencias reales. Llega un punto en el que cuando te haces notar dentro de los equipos de dirección dirigidos por hombres, estos no saben bien qué hacer contigo para llevarte a su terreno: ni te pueden seducir ni saben de qué hablar si te invitan a tomar unas cervezas. Como no entres en las intrigas y medreos, no saben cómo actuar. Así que lo mejor es, en público, invisibilizarte y en privado, alabarte. Les puedo asegurar que hasta que caí en la cuenta de que mayoritariamente esto funciona así, me sometí a todo un escrutinio profesional. Cuesta aceptar que, haciendo bien tu trabajo, un jefe (y también alguna jefa) no sepa cómo tratarte por el solo hecho de ser una lesbiana en activo.
Hoy mismo dice Beatriz Gimeno que «a diferencia de casi cualquier otra marca de desigualdad, la homosexualidad puede estar oculta, eso es lo que permite que exista el armario«. En muchos espacios públicos, el trabajo lo es, prefieren que como lesbiana permanezcas oculta y que, como mujer que eres, te muestres comprensiva y femenina. Ser un objeto de seducción o de protección es mucho más fácil para aquellos que no quieren perder el control.
Hay quien piensa que ser lesbiana visible en el ámbito laboral es llevar (inoportunamente) el activismo a lo profesional. Lamentable asociación. Ser lesbiana visible en tu trabajo, en un país como España, es poder disfrutar de la igualdad que reconoce la ley y de los derechos que ésta nos concede en lo laboral, familiar y personal. Es gozar de la tranquilidad de no tener que ocultarse e inventar excusas cuando tu chica enferma, te casas o sencillamente, llega la cena de navidad. Les aseguro, que es una gozada poder trabajar en una empresa u organización donde esto puede ser así. Seguramente, ha sido en entornos así en los que he dado lo mejor de mi, profesionalmente hablando.
Nunca me he ocultado y encantada estoy de que no solo no haya marcha atrás sino que cada vez lo viva con mayor naturalidad. Mi visibilidad me ha permitido conocer a otras mujeres, lesbianas y no, que me han abierto los ojos a historias y experiencias muy alejadas de los grises a los que nos limita la invisibilidad. También a hombres que no tienen esas dificultades en cómo te tienen que tratar. Nunca imaginé que llegaría a conocer en persona a mujeres que siempre he admirado y respetado como Beatriz Gimeno o Boti García Rodrigo (quien siento que forma ya parte de mi familia biográfica). Tampoco pensé nunca que iba a tener un blog como 1 de cada 10 donde compartiría mucho más que sueños con Carmen López, aprendería a desenfocar con Laura Ramírez, y contaría con Charo Alises, colega del Grupo de Juristas de la FELGTB. Todas ellas (y muchas más que no menciono para no hacer interminable la lista) han hecho y hacen historia. La suya propia y las de todas nosotras. No estamos solas.
En España queda mucho por hacer, especialmente en el mundo del trabajo. No se debe confundir lo que es vida privada y derecho a la intimidad con lo que implica vivir una doble vida armarizada, pero mientras la visibilidad siga siendo un riesgo (por ejemplo) para tu carrera profesional, serán las propias lesbianas las que se parapeten tras las excusas de una cultura heterosexista y patriarcal. No se trata de una necesidad ni de ir a voces gritando ‘soy lesbiana’ como si te hubiera tocado la lotería. Se trata de naturalidad, de acabar con la invisibilidad. De ser mujer sin preposiciones.
A mi lo que me molesta es que no se pueda decir abiertamente sobretodo en el mundo laboral, una pena, la verdad, y por cierto si alguien busca trabajo como yo os dejo esta página que me ha parecido interesante y tiene ofertas que están bien http://www.vadebaix.es/ . saludos
26 abril 2016 | 16:22
Un estudio dice que casi todas las mujeres son lesbianas o bisexuales.
http://www.elmundo.es/f5/2016/01/15/5695039746163f50708b4598.html
En un mundo que se dice libre, donde la visión de un pezón supone un peligro, poca inteligencia sexual se ha de esperar, poca razón, poca asimilación de la naturaleza humana. Los prejuicios, lqa hipocresía, los fanatismos, la sinrazón, la intolerancia, la brutalidad, han sido los compañeros de equipaje de la evolución humana.
¿Qu´e libertad sexual puede esperarse de un mundo que ve incluso el desnudo como algo perverso? Ni de coña, los torpes que arrastran cadenas heredadas del cuaternario catervo no tienen remedio.
El ser humano se ve grande por pisar la luna, cuando aún no cesa de meter la pata en la educación sexual.
26 abril 2016 | 21:04
Educación y libertad van de la mano.
https://www.youtube.com/watch?v=F2Mw9gjpYHs
26 abril 2016 | 21:14
A mí lo que realmente me molesta es que uses estereotipos y por supuesto que sea el que me convierte a mí, por el simple hecho de pertenecer al género masculino, en un ser malvado… Todo tu texto está lleno de ellos. Me molesta que hables de los hombres como seres que te discriminamos, que al parecer hacemos de tu vida un infierno, que te molestamos con nuestros comentarios o nuestros silencios. Ser hombre, aunque te sorprenda mucho, no consiste en pararse la vida buscando mujeres, lesbianas o no, para lapidar, ya sea con piedras o palabras. No me he parado ni un solo segundo de mi vida a pensar si la persona que tengo delante prefiere una señora o un señor junto a ella cada noche. Yo sí me siento discriminado cada día porque personas como tú (me importa un carajo tu elección sexual) me clasifique como un apestado por el simple hecho de haber nacido hombre. También soy consciente de la discriminacion que sufren las mujeres, con seguridad en mayor medida que cualquiera del resto de discriminados. La diferencia es que está de moda sacudir al hombre, somos los más tontos, los más inútiles, los más malos…. Quizá los hombres de tu vida (padres, hermanos o amigos) te hayan hecho la vida imposible, pero esa no es mi culpa ni la de ninguna otra persona que, por el hecho de haber nacido hombre, nos sentimos permanentemente prejuzgados por personas como tú que, quejándose amargamente de lo malos que son los demás, deciden culpar a todo el género masculino de sus problemas, sean de la clase que sean. Busca a tus enemigos y trátalos todo lo mal o bien que quieras pero abandona, si te es posible, la premisa de que todos los hombres somos malos malísimos. Si no lo consigues, deja al menos de intentar adoctrinar con tus prejuicios que sí, que los tienes….
26 abril 2016 | 23:48
y yo hetero como otros muchos
26 abril 2016 | 23:50
Ves Arabia, Yemen, Irak, Iran, Qatar, Marruecos, Mali, ect ect … veras como si que eres la unica, por poco tiempo
Pero esto es un paraiso igual vives en Sitges o Baleares ….. es tu vida haz lo que te de la gana, pero encima alardear !! ya te vale
27 abril 2016 | 01:20
Cada vez tenemos más visibilidad. Proyecto de ficción LGTB: https://www.youtube.com/watch?v=4Zt1IyqgclE
27 abril 2016 | 02:39
Estoy con Eufrasio. Totalmente de acuerdo contigo. Hasta que no se trate a las personas como eso, personas. Y se les siga catalogando por sexo, raza , etc no conseguiremos igualdad. Demasiados prejuicios en alguien que se queja de una sociedad llena de prejuicios.
27 abril 2016 | 10:48