Archivo de marzo, 2017

El nuevo escote con el que enseñarás el pecho

…O también conocido como underboob. Apareció de manera sutil por primera vez en la pasarela milanesa, en concreto en el desfile de la nueva colección primavera verano de Fendi.

INSTAGRAM

Una tendencia que, como tantas otras que se ven en los desfiles, podría haber pasado desapercibida de no ser poque Chiara Ferragni, Kim Kardashian o Gigi Hadid se unieron a la moda en sus relativas redes sociales. El underboob es otro ejemplo de cómo nos afectan los contenidos que comparten las personas más seguidas, por lo que se ha convertido en la nueva tendencia de escotes.

Pero analicemos la tendencia más detalladamente solo desde el punto de vista funcional. Estamos hablando de un corte que deja a la visa la parte inferior del pecho, lo que se traduce en que debes ir sin sujetador por narices.

Si bien soy partidaria de, en mi caso, no llevarlo más que en situaciones imprescindibles, entiendo que no es una moda a la que se pueda unir todo el mundo. Las que tenemos poco pecho podemos llevarlo sin problemas en el caso de que queramos, pero no veo luciendo este tipo de escote a una mujer que tenga más de una copa B. Principalmente porque todo lo que vaya más allá de esa talla resulta bastante difícil de sujetar sin un armazón.

Desde el punto de vista estético, me choca de primeras, aunque también lo achaco a que no estoy acostumbrada a ver en un streetstyle este tipo de escote. Por muy tendencia que sea me parece poco práctico y no me resulta atrayente sumarme a esta nueva moda. El tiempo dirá su recorrido pero por lo pronto, no sé vosotros, yo aún no he visto ningún underboob por la calle.

2017 Grammy's

A post shared by xoxo, Joanne (@ladygaga) on

Rihanna crea otra colección deportiva para Puma con la que nunca pisarás el gimnasio

Este jueves llegó la nueva colección de la cantante con la marca deportiva. Decir que la artista ha sido un soplo de aire fresco es quedarse cortos no, cortísisimos, ya que desde su llegada, Puma se ha reconvertido mostrando unas propuestas que nos hacen pensar en todo tipo de situaciones excepto una, hacer deporte.

La colección, que la cantante definió como «lo que llevaría puesto María Antonieta si fuera al gimnasio» no nos recuerda a una María Antonieta cualquiera, sino la mismísima creada por Sofía Coppola con sus tonos pastel, volantes, abanicos estrafalarios y tules.

YOUTUBE

YOUTUBE

YOUTUBE

Corsés, volantes y perlas en una colección que parece que aúna lo imposible: la simplicidad del gimnasio y la complejidad del siglo XVIII. Y aunque repito que me parece una propuesta muy considerable de cara a llevar día a día, los zapatos de la línea son para llorar a moco tendido: tacones con tejido de zapatilla y cordones, deportivas satinadas y chanclas que no podrás llevar a la piscina.

YOUTUBE

Today order 😍💚❤💙 #fentyxpuma #rihanna #puma #fenty #navy #rihannanavy #pumarihanna #slide #boots

A post shared by Ann (@unapologeticgall) on

 

Yves Saint Laurent nos quiere sumisas y violadas según su última campaña

Sé que las chicas del anuncio no están diciendo «Viólame». Es algo que no aparece escrito en ninguna parte. Pero quiero que vayamos mas allá y pensemos en la imagen de la mujer que se está transmitiendo.

Para empezar es una mujer sexualizada por la ropa que utiliza: tacones altos, medias de rejilla, lencería… Ves el anuncio y no piensas en la última colección de la marca, esa con cuellos altos y cazadoras de cuero, piensas en sexo.

En segundo lugar, las modelos del anuncio, aparecen colocadas en posturas sumisas. Transmiten debilidad, como si no tuvieran ningún tipo de fuerza ni voluntad. Están ahí. Simplemente estando, pero tiradas

Se ve una mujer frágil a disposición de cualquiera, algo que continúa con los estereotipos que son los que alimentan el ideal de una sociedad machista que considera a la mujer un objeto de consumo. Es esa creencia la que puede llevar a una violación o a cualquier otro tipo de abuso, por lo que, de una manera o de otra, la campaña en mi opinión, fomenta la violencia de género (recordemos que la violencia no es solo poner una mano encima).

Como consumidora no me gustaría comprarle a una marca que basa su publicidad en una imagen de desigualdad del tipo que sea. Como mujer, ver que transmitan esta idea de mi género, me resulta algo inaceptable.

Siendo sincera, y que quede entre nosotros ahora que Anthony Vaccarello no está leyendo, esta campaña no me parece otra cosa que la búsqueda constante de polémica. Al igual que en los 90 se sacaba por primera vez a una mujer vendiendo vaqueros sin bragas, en el 2015 fue una modelo que rozaba la anorexia y en 2017 toca la imagen de la mujer sometida. Ese es todo el objetivo de Yves Saint Laurent, dar de qué hablar. Y es que, si no hablan de ti, es como si no existieras. Aunque si este es el discurso que la marca quiere darnos, habrían hecho mejor guardando silencio.

#YSLretiretapubdegradante

 

Esa extraña relación entre el feminismo y las tetas de Emma Watson

Y es que por lo visto, según los detractores de la actriz cuando la semana pasada se publicó su reportaje en la revista Vanity Fair, si eres feminista no puedes enseñar el pecho.

Por lo visto si eres feminista no puedes maquillarte. Da igual si es porque te gusta, porque te da la gana, porque te ves más favorecida, porque te hace sentir guapa. No puedes maquillarte y punto.

Por lo visto si eres feminista no puedes ponerte unos taconazos que te hagan las piernas infinitas. Y ni se te pase por la cabeza lucirlas con una falda corta. ¿Cómo se te ocurre? Que tú eres feminista. Si eres feminista no puedes llevar ropa favorecedora. ¿Has visto lo que ha pasado con Emma? No seas machista y tápate el escote, que para algo crees en la igualdad. No puedes ir al gimnasio a hacer deporte, a entrenar tu cuerpo y ponerlo en forma porque eres feminista.

Por lo visto si eres feminista no te puedes depilar. No puedes perfilarte las cejas, no puedes quitarte el bigote o el entrecejo, tienes que llevar las axilas abiertas ya que no cierran si las llevas al natural. Tienes que llevar las ingles abrigadas y las piernas bien cubiertas, aunque como no las puedes lucir, nadie va a ver cómo las llevas en realidad.

Por lo visto si eres feminista no puedes plantearte tener hijos en algún momento. Y ya no hablemos de casarte.

A esto hemos llegado, en esto se ha convertido para muchos el feminismo: en un arma arrojadiza para darte con ella en la cabeza en el momento más inesperado. Ha pasado de ser una heramienta para salir del heteropatriarcado a otra jaula en la que encerrarnos. A todos esos críticos que solo salen a la luz para dejarte en evidencia (y nunca para alabar nada de lo que haces), les digo que en realidad, si eres feminista puedes hacer lo que quieras con esa única condición, que lo hagas porque seas tú quien lo quiera.

¿Qué tengo que meter en el bolso cuando salgo de fiesta?

Después de mi mayoría de edad, etapa universitaria y post-universitaria, que es en la que me encuentro ahora, he aprendido con el paso de los años cuáles son los básicos que debo llevar en el bolso para sobrevivir a una noche de fiesta con éxito.

La supervivencia fiestera cuando eres mujer depende de ese accesorio que llevas contigo. Puede parecer una tontería, pero elegir bien su contenido puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. O entre estar sana y un resfriado al menos.

Dejad que comparta con vosotros mi conocimiento sobre la materia fruto de un sinfín de malas experiencias que se resumen la frase de «Ojalá hubiera metido eso en el bolso«.

1.Pañuelos de papel: esenciales desde el minuto uno, ese en el que ya va más contento que los demás te derrama un poco de su copa. Los pañuelos son muy preciados en los baños de las discotecas ya que, como todo el mundo sabe, nunca tienen papel. Si quieres evitar la maniobra de ir sacudiéndote por los diferentes urinarios de tu ciudad, el pañuelo te hace el apaño. También es perfecto para secar las lágrimas de tu amiga cuando se acuerda de su ex o para que se limpie la boca si acaba vomitando.

2.Tampones/compresas: porque por muy regular que seas NUNCA sabes si la regla te va a sorprender a ti o a alguna amiga. Como mujer pro-copa que soy procuro siempre llevar una compresa encima por si las moscas. No solo en mi bolso de fiesta, sino en mi cartera en general.

3.Euros sueltos: a ciertas horas de la noche encontrar cambio puede ser más difícil que madrugar los lunes, por eso las monedas salvan de todo tipo de apuro: desde comprarte unos chicles en el chino hasta pagar el ropero.

4.Cosméticos básicos: que no, que no diga que metas tu neceser de maquillaje. Hay dos cosméticos que solucionan cualquier estropicio. Y es que todas sabemos que por muy bien maquilladas que salgamos de casa, es una ilusión efímera que se va desvaneciendo a lo largo de la noche. El corrector puede matizar esa raya del ojo medio borrada o esa ojera que vuelve a empezar a aparecer, mientras que el pintalabios repasa el color que ya nos hemos dejado en las copas e incluso nos apaña como colorete.

5.Bailarinas: esas que a los 18 ni se te pasaba por la cabeza meterlas en el bolso pero que ahora eres capaz de volver a casa desde el metro si por lo que sea se te ha ocurrido salir sin ellas. Lo ideal es que lleves un bolso lo bastante grande como para que te entren. Sino siempre puedes hacerte con unas de esas malillas que se enrollan sobre sí mismas. ¿Que es como ir descalza por la calle de lo finas que son? Sí. Que ya no andas como Bambi recién nacido y solo por ello merecen la pena? También.

6.Bolsa de tela mini: ya sabéis a qué bolsas me refiero, las de dos asitas que si las pliegas bien ocupan menos que un neutrino. Son las mismas que despliega tu madre en la caja del Alcampo cuando ya ha pagado la compra, esa en la que mete los cereales, la fruta, verduras, detergente, una planta, dos juegos de sábanas y una cafetera nueva. La bolsa mini es clave para el momento ropero, ya que puedes meter tu bolso/bufanda/guantes/paraguas etc sin preocuparte porque llevas un bolso pequeño y, sobre todo, te permite volver a casa dignamente sin ir con los tacones en la mano como un despojo social (sí, así me sentía yo cuando los traía de la mano volviendo a casa a las 7 de la mañana cruzándome con esos trabajadores tan pulcros y aseados).

7.Cartera pequeña: necesitas el abono, tu DNI y dinero. Tu carnet de la biblioteca, del gimnasio, de la universidad, de Carrefour, de socio del Betis, de Stradivarius o de la escuela de idiomas son totalmente prescindibles y lo único que hacen es ocuparte sitio.

8.Chaquetilla: la gran diferencia cuando sales a la calle después de que cierre la discoteca. Si Rose hubiera llevado una chaquetita cuando se hundió el Titanic, Jack no habría muerto congelado.

9.Comida: a no ser que seas de esas a las que no le entra hambre cuando sale, las demás volvemos a casa famélicas y atacamos la nevera con más furia que una horda vikinga conquistando nuevas tierras. Para ese momento de debilidad que es el viaje de vuelta, si no te pilla ningún kebap/pizzería/supermercado 24 horas abierto, puedes llevarte una barrita o, como hago yo, una manzana. Te mirarán raro, pero lo agradecerás.

¿Qué lleváis vosotras en el bolso cuando salís de fiesta?

Lo que no te cuentan de la Milan Fashion Week

Después de haber hecho de corresponsal en la semana de la moda milanesa, ya habréis visto en otro post que he decidido hacer una comparación entre esta y la «de casa», la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid.

Como ya os comenté, los desfiles en Milán no son como en Madrid. Vas a Ifema al amanecer y sales al anochecer después de una organizada sesión maratoniana de moda. Aquí no, aquí cada uno es de su padre y de su madre en una punta de la ciudad. Como no tienen un horario que deban cumplir a rajatabla para no descolocar el orden del día, lo mismo se retrasan 15 minutos que 45. Aún con todo, y dispuesta a dejarme llevar por la magia que llevaban todo el mes vendiéndome, quedé otro día con Dianina XL para ver juntas un desfile.

En la entrada nos hicimos las fotos de rigor que no pueden faltar como buenas bloggers que somos. «Sácame la frase de la cazadora» le pido mientras me giro para que se lea el «Feminist as fuck» (Feminista de cojones) que llevo pintado. En esto veo que un chaval me hace fotos también, algo relativamente normal en estos eventos que siempre sacan los streetstyles o estilo de la gente de a pie.

La cosa es que el chico se me acerca y me pregunta que si entiendo italiano. Cuando le digo que sí me dice que le ha gustado mi culo y que si lo puede tocar (esto es 100% real, sino preguntadle a Diana). Parece ser que el lema de mi cazadora, ese que viene a decir implícitamente que no deseo ser cosificada, es demasiado sutil para su entendimiento. Como mis padres me han dado una buena educación contuve las ganas de reventarle la cabeza con un bate rodeado de alambres y tras decirle que no, nos fuimos flipando.

Al ir al mostrador de prensa para que nos dijeran dónde teníamos que sentarnos, la mujer encargada de las listas sacó un post-it, sí, un post-it, y tras partirlo en trocitos escribió «ST». Me recomendó que no lo perdiera ya que me lo iban a pedir en la entrada. ¡¡¡Un cacho post it!!! ¡Que estamos hablando de la Milán Fashion Week! O sea, hello? Are you kidding me? Puro glamour.

«St» que significa «Standing» traducido a español como «de pie apiñadas pegadas a la pared como sardinillas en lata«. Pero como buenas españolas tiramos de picaresca y en cuanto vimos un par de sitios plantamos el culo bien plantado. La clave en estos sitios es aparentar que realmente ese es el puesto que debes ocupar y nadie te dice nada. Aunque traté de repetir la maniobra en el desfile de la tarde fracasé, ya que la que llevaba las listas venía cada dos por tres a recriminarme. Y mira que nos cambiamos de sitio varias veces pero nada, la tía parecía saber dónde encontrarme.

Otro de los momentos «simpáticos» fue el desfile de Simonetta Ravizza. Como era un día milanés helador, aproveché para llevar el cuello de pelo de mi madre. De camino al desfile, como de costumbre, fui informándome sobre la marca: una firma de lujo de pieles. «A tope» pensé, ya que no había mejor ocasión para lucir la bufanda peluda.

La cosa es que al llegar y salir del metro me encontré un pequeño grupo con pancartas y mochilas ‘perruoflauta style‘. Cuando vi que llevaban peluches manchados de rojo empecé a caer en que igual ir a un desfile peletero con un cuello que imitaba pelo no era la mejor de las ideas. Confirmé mis sospechas cuando empezaron a gritarme cosas como «Che schifo» o «Puzza di merda». Yo contesté que era un cuello sintético pero no me hicieron ni caso. Ya me veía o manchada de pintura o llegando a las manos con alguno.

La cosa es que escribí a mi madre contándole lo que suscitaba su pelo de imitación. «No hija, si es que ese es auténtico». Ah, pues que bien oye. Espero que lo hayas disfrutado porque a este ritmo vuelvo a casa sin él, pensaba viendo como el pabellón donde iba a tener lugar el desfile estaba rodeado de Carabinieri. Al final les invitaron a salir y volvieron a soltarme alguna perlita acompañada de gestos poco amigables.

Carabinieri a la entrada del desfile de Simonetta Ravizza y activistas.

Pese a que tenía entradas para otros desfiles consideré que ya había profundizado en la semana de la moda milanesa lo suficiente. Y es que durante esos días la ciudad enloquece. Los medios de transporte, que ya van llenos, se convierten en imposibles. La gente aprovecha para sacar sus pintas más estrafalarias. Y con estrafalarias me refiero a realmente estrafalarias. Me viene a la mente un chico que iba vestido todo de naranja y su complemento era una pecera rectangular naranja con peces naranjas nadando dentro. No puedes ir a tal o cual discoteca porque X diseñador la ha reservado para una fiesta privada, los asistentes a los desfiles se convierten en almas histéricas que te empujan y te estrenan, el gimnasio se llena de modelos haciéndose selfies en los bancos en los que normalmente entrenas con las pesas… Y sobre todo el desorden a la hora de sentar a los asistentes, el caos cuando empieza el desfile y hay gente que se te pone delante porque no hay nadie que controle la acomodación, la desorganización, el mal trato a la prensa o las maneras de muchos relaciones públicas son solo algunas diferencias que, como invitada a ambas pasarelas, encontré respecto a la nuestra.

El armario de Meryl Streep, la actriz «más sobrevalorada»

Tras la polémica con Karl Lagerfeld y el vestido de los Óscar, el estilismo de Meryl Streep se convirtio el pasado domingo en el centro de todas las miradas sobre la alfombra roja de la gran noche del cine.

Puede que la actriz no se llevara el galardón al que aspiraba con su papel protagonista en Florence Foster Jenkins, pero sigue siendo una de las actrices más admiradas del momento no solo por su carrera cinematográfica sino por su activismo por los derechos LGBT y, por lo general, sus discursos que invitan a la reflexión. La actriz, en palabras de Trump, «más sobrevalorada de Hollywood» ha demostrado que no es casualidad el lugar que ocupa en la industria.

Repasando el armario de la actriz, encontramos que sus favoritos son los bordados y estampados de inspiración natural, con flores, olas, o árboles; y sus colores preferidos para la alfombra roja son predominantemente el negro, azul oscuro y en grandes ocasiones el blanco. Para otras ocasiones opta por el traje de pantalón y largos midi.

Y es que Streep, que no le da mucha importancia a la vestimenta, no se caracteriza por llenar páginas por sus estilismos. Como ella misma afirma «la ropa cara es una pérdida de dinero».

GTRES

GTRES

GTRES

GTRES

GTRES