Por Nayra Marrero (@nayramar)
A veces nos preguntamos por qué dar tantas explicaciones, por qué mostrar nuestras realidades, nuestras familias… Por qué, si nosotras vemos con naturalidad la diversidad, debemos hacer de ella bandera.
Keyla es transexual. Desde niña (aún, con 15 años, lo es) mostró una fuerza poderosa, y aún con el apoyo de su familia y el refuerzo del Colectivo Gamá, a veces le han flaqueado las piernas. Fue cuestionada en el registro civil que le correspondía en Gran Canaria cuando quiso cambiar su nombre por uso habitual, recibió insultos por las calles y fue víctima de discriminación dentro de su centro escolar. Como la luchadora que es, ha ido superando cada batalla, el colectivo ha ofrecido formación sobre transexualidad y transfobia tanto el alumnado como el profesorado de su centro, y el coraje de su familia han hecho el resto. Hace solo unos días Keyla volvía a llorar a causa de su gente, de sus vecinas y vecinos, pero esta vez de alegría: fue nombrada Reina del Mar de las fiestas de su pueblo. Cuando le preguntaron si desde Gamá podían felicitarla en redes sociales, lo que visibilizaría su relación con el colectivo LGTB, contestó con un rotundo sí. La visibilidad es importante para seguir con la lucha y ella cree en la igualdad real. Gracias, Keyla.
Deli tiene 16, y es de Zaragoza. Esta semana empieza las clases en nuevo instituto huyendo de las consecuencias que tuvo su visibilidad, porque aunque Deli es cisexual y tenía novio, encajando así con los estándares del heteropatriarcado, ella se definió públicamente como pansexual. En realidad nunca oculté quién era, lo que pasa es que nadie se lo cuestionó, recoge su testimonio dentro de la campaña de Somos Aragón “Vuelta al Cole sin Bullying”. Tras su salida del armario se encontró sola, señalada, discriminada. Por ser y por mostrarlo. Sin embargo, y eso también lo cuenta, fue la mano de un profesor gay visible y el apoyo de una asociación de estudiantes los que consiguieron cambiar las tornas. Me hicieron sentirme libre después de tanto tiempo sintiéndome vivir en una cárcel permanente. Gracias, Deli, por compartirlo.
Nacho, Miguel, Sylvia y Joana hicieron un vídeo la semana pasada para agradecer a Ricky Martin su visibilidad como familia homoparental. Lo que puede parecer un acto normal de presentación de tus hijos, cuando eres un hombre o una mujer LGTB, es un acto de valor, que ayuda al empoderamiento de todas las familias, tanto las que nos ven en nuestro día a día como aquellas futuras que, sin saberlo, ayudamos a construir un poquito más libres. Como ellos cuatro, hubo otras familias que se plantearon participar y que dudaron de las consecuencias. Quizá algunos consideren que usamos a nuestros hijos para reclamar derechos, para hacer márketing, pero lo que hacemos es construir igualdad para ellos y ellas, para todo el mundo. Lucía y María José hicieron lo mismo en un reportaje sobre homoparentalidad en que se preguntaba una de ellas ¿Yo por qué tengo que hacer una entrevista para decir que mi familia es normal?. Pues no tienes que hacerlo, pero desde aquí te agradecemos tu visibilidad porque ayuda en la lucha contra la LGTBfobia. Gracias familias.
La visibilidad aún cuesta, aún duele, aún se nota cuando está, y se siente cuando falta. Aún necesitamos valientes que desmonten los prejuicios poniendo cara a la diversidad y cómplices que cuestionen la imposición de la heterosexualidad y la cisexualidad por doquier. A todas esas personas que desde fuera de los armarios construyen una sociedad más habitable para todas y todos, GRACIAS
El artículo del día. La cuestión es estar siempre en portada.
16 septiembre 2016 | 10:46