De escaso impacto social, las campañas de Hazte Oír se caracterizan porque -al igual que otras plataformas de recogidas de firmas- buscan que se haga algún tipo de justicia. En este caso, ‘los justos’ buscan que paguen ‘los pecadores’ pero sin eufemismo alguno, tal cual. Es decir, que el tipo de justicia que reclama Hazte Oír roza lo asombroso y lo sombrío cuando muchas de sus peticiones, si alcanzaran su objetivo real (al margen de lograr firmas), quebrarían un principio fundamental de nuestra sociedad: la aconfesionalidad.
Pero no todo es el impacto social que algo pueda tener, también está el calado y la confusión vital que este tipo de fundamentos pueden provocar entre los allegados y seres queridos de los simpatizantes de Hazte Oír. Por eso, no nos han gustado nada los mensajes que acompañan a la campaña que han emprendido contra VIPS por un cartel publicitario cuyo gancho es una pareja de gais. Para el peticionario y los firmantes (algo más de 17.000) la imagen de familia que da VIPS no es natural, y se añade más en la petición:
Lo que podría parecer una campaña publicitaria inofensiva, me hizo darme cuenta de un enorme peligro: se está normalizando una imagen de la familia que no es natural. Y lo que es peor: VIPS, un grupo que rige establecimientos familiares, se está prestando para este juego. (…) Estas imágenes, y otras parecidas, están por todos lados. En la calle, en los restaurantes del grupo y en las redes sociales. Y niños y jóvenes las están viendo. Niños y jóvenes que podrían ser tus hijos, tus sobrinos o tus nietos. Niños y jóvenes que están siendo confundidos. (…) Sé que al grupo VIPS le importan las familias y que no quieren dañarlas, porque sus establecimientos son familiares. Que esto ha sido sólo un error y que van a rectificar. Pero para ello hace falta que nosotros les hagamos ver su error. Tú y yo, y todos los que defendemos los valores, a la familia natural y que sobre todo no queremos que los niños sean víctimas de una campaña de confusión.
Esta idea que sostiene este cliente de VIPS, como si fuese una verdad universal, contrasta con la de aquellos otros clientes que salieron en defensa de una pareja de chicos, precisamente en un VIPS. Aquella reacción no pasó desapercibida en los medios, y sí tuvo cierto impacto social porque, precisamente, se pudo observar que algunos problemas están en los ojos de quien mira y no en ‘lo mirado’.
Un padre de familia se puso a chillar a una pareja de chicos por darse un beso, según relató en internet uno de los agredidos, Gabi González, exigiendo que abandonaran el VIPS en el que cenaba junto a sus hijos. Lejos de ponerse del lado del hombre enfurecido, la clientela mostró su apoyo a los jóvenes reprendidos y finalmente fue el cliente homófobo quien tuvo que marcharse del lugar. (La Vanguardia, diciembre 2014)
Tampoco a Cristina Cifuentes le gusta Hazte Oír, no solo por el boicot que le hicieron en plena campaña electoral (que obligó a actuar a la Junta Electoral para prohibir laa vallas publicitarias y autobuses de Hazte Oír que pedían que no se votará a Cifuentes por su postura ante el aborto). En esta ocasión, ha sido por la iniciativa para que se retiren los pases de metro a las personas en situación de exclusión que atiende Transexualia. La respuesta de Cifuentes en su cuenta institucional de Twitter, cuando menos, ha sido directa y creativa.
Al margen de las tensiones partidistas que ocupan en este momento el parqué político, hay que destacar la reacción de Cristina Cifuentes al subrayar que las políticas sociales deben dirigirse a las personas en situación de exclusión al margen de su condición sexual. Precisamente, para lograr la no discriminación de determinados colectivos que sistemáticamente lo son -como el transexual- se necesitan gestos y medidas que visibilicen la importancia del trato digno y respetuoso a aquellos que padecen injustamente los prejuicios que les llevan a vivir en los márgenes.
Otra cosa distinta hubiera sido que solo hayan recibido esos pases los beneficiarios trans de la asociación Transexualia y no los de otras organizaciones LGBTI que también trabajan con población en situación de exclusión. Pero de eso no hablaba la petición que lleva ya más de 16.000 firmas. Por eso, a todos los que han firmado les invitamos a cambiar su mirada por si la siguiente vez quieren cambiar el destino de sus datos personales a otras causas:
Vamos, a costa de todos los contribuyentes heteros, ahora los gays tendrán su campaña social de hacerse oir….. como las femirojas, los pandilleros, los gitanos, los esnifadores de pegamento, los manteros navajeros, los terroristas «refugiados», oenegetas………; que fácil es «llevar a cabo » campañas y programas de esa índole……, si tuvieran los politicuchos que pagar de su bolsillo…..
03 febrero 2016 | 11:15
Es lo que tienen las campañas de hazteoir o change.org, se piden cosas interesante pero también mucha mierda, esta claro que cada uno puede pedir lo que quiere y al no cribar hacia ningún lado, ves cosas que no gustan.
Me han llegado peticiones al correo con porrones de firmas de gente que pide por ejemplo que indulten a gente que ha robado ropa para alimentar a su familia o que usaron tarjetas robadas… o similares que también tienen telita.
03 febrero 2016 | 11:56
Faltaba ya la noticia bujarra del dia de 20M
03 febrero 2016 | 12:39
Pues es fácil…si quieres firmas y si no,pues no hazte oír esta muy bien. Tu eliges.
03 febrero 2016 | 17:37