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#GordaenlaSemanadelaModa, el ‘hashtag’ definitivo

Supongo que ya sabías que acaba de terminar la Semana de la Moda de Nueva York. ¿Cómo? ¿Que no tenías ni idea? Bueno, pues ya te lo cuento yo que para eso es mi trabajo.

AND I GET DRESSED

[Un momento… ¿aún no me sigues en Instagram, Twitter o Facebook?]

Esta edición ha sido muy especial, no ya solo por el desfile de lencería de Rihanna en el que han salido mujeres embarazadas o de talla XL llevando la ropa interior de Savage x Fenty o que Marián Ávila haya sido la primera modelo española con Síndrome de Down en desfilar en Nueva York (Marián, si lees esto, te tengo que entrevistar).

Lo que ha convertido la edición en algo único es la creación de un hashtag, el #FatatFashionWeek o «Gorda en la Semana de la Moda».

Todo empezó cuando Kellie Brown, bloguera de moda, usó el hashtag en Instagram para un objetivo más que loable. «He empezado un hashtag nuevo #fatatfashionweek. Estamos aquí, trabajamos en esta industria, lo entendemos, somos líderes y consumidores.»

Dejad que os cuente una historia, se llama el cuento del street style. En cada semana de la moda hay una parte importante justo detrás de los desfiles y los invitados que se llama street style. El street style consiste en que los fotógrafos apostados fuera de los desfiles hacen fotos de las invitadas a estos que, lógicamente, van con las últimas tendencias como buenas amantes de la moda.

A partir de esos street styles, somos capaces de inspirarnos en cómo la gente ‘de a pie’ lleva las tendencias de la temporada, que siempre resultan mucho más fáciles de entender en una persona de la calle que encima de una pasarela con todo el artificio de los focos y la música.

La cosa es que te pones a echarle un vistazo a las galerías de fotos de street style y en su mayoría están compuestas por gente delgada, y si bien es la forma física de la mayoría de los invitados, no significa que sea la única.

«La industria está llena de mujeres con poder grandes: influencers, supermodelos o directores de moda de grandes medios. Pero viendo las fotografías de street style durante la Semana de la Moda de Nueva York no te haces a la idea de que esas mujeres existen» reivindicó Brown en su Instagram.

La idea, utilizando el poder de la red social, pretende hacer más realista el mundo de la moda poniendo también el foco en esas mujeres que, más allá de una talla 36, también tienen importancia en la industria.

Independientemente, se trata de algo que, como siempre, tendrá sus detractores, que se llevarán las manos a la cabeza hablando en nombre de la salud y haciendo hincapié en el estado de unas mujeres que no conocen en absoluto. En realidad, lo que quiere el concepto es dejar evidencias de algo que no se estaba viendo: que las personas gordas también pueden tener estilo (y mucho).

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Checking out of my home away from home @jameshotels today, I’m so sad to be leaving but it’s been an amazing Nyfw & all thanks to @hoteltonight who’s continued to support the plus community (first by sponsoring my plus model workshop with @littlelimedress & now by giving myself & @kellyaugustineb, @alexmichaelmay & @missalexlarosa a place to stay during what is quickly becoming my favorite seasons of #nyfw & to share their thoughts on why size inclusivity matters & why fashion week is a destination for EVERYONE. I’ll be posting the longer vlog in a few days so keep an eye out! || 📸 by @madeofkittens #asseenonme #hoteltonight #alternativecurves #andigetdressed #fatatfashionweek #partner

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De hecho, confío que el paso de Kellie Brown que ha empezado en una de las capitales de la moda, vaya rotando por las demás consiguiendo que se haga más inclusiva la industria no solo desde la pasarela.

Vestirse con curvas: mis blogueras preferidas de tallas grandes

Ya sabéis que la moda me encanta, aunque hay veces que me hace pasar por momentos de amor-odio cuando leo ciertos comentarios de la gente de la industria o la poca inclusividad a la que se presta.

LE BLOG DE BIG BEAUTY/JAY MIRANDA

Sin embargo, hoy quiero hablaros de las blogueras de moda que se salen de los estereotipos que tenemos en mente cuando nos imaginamos al tipo de mujeres que se dedican a ello.

Agárrate que vienen curvas, y de las buenas.

  • Nadia Aboulhosn: modelo XL y creadora de tienda online de ropa para chicas «fuera de línea». Te enamorarás de su línea pero más aún de sus cejas.

  • Stéphanie Zwicky de Le blog de big beauty: aunque está en francés, merece la pena por los estilismos de la bloguera y el especial cuidado que le presta a las fotografías.

  • Chanté de Everything Curve and Chic: la bloguera de Florida lo tiene todo, moda, belleza, estilo de vida y un pelazo que te quedas muerta.

  • Jay Miranda: en su blog encuentras de todo, desde la decoración para el cumpleaños de su hija hasta textos escritos por ella, y es que la fashion lover/escritora/creadora de contenido/madre conjuga todas sus pasiones en el blog.

  • Ana Pizarro de The Big Duchess: aunque es vasca te parecerá la más gata de la capital en cuento le eches un ojo a su Instagram. Una cuenta que tienes que seguir ya si eres amante de la moda, las #gingerhead o Madrid.

A Barbie le llegan las curvas

Crecí con Barbie, con Polly Pocket y con Bratz (con estas últimas algo menos), pero sobre todo con Barbie.

Cada año por Navidad una de ellas caía religiosamente en mi carta para los Reyes Magos. Ya podía ser Barbie Sirena, Barbie maestra o Barbie Bella Durmiente que mis Barbies eran exactamente iguales: el mismo cuerpo y la misma cabeza de goma maquillada con sombras llamativas y labios rosa fucsia. Vamos, que lo único que las diferenciaba era la ropa y el pelo (todas le hemos cortado el pelo a nuestras muñecas en algún momento de genialidad estilística)

No es precisamente un panorama muy alentador cuando estás en plena infancia y lo único que te ofrece el mercado es una muñeca rubia de piernas largas, piel bronceada y tetas duras y respingonas. Más que nada porque el 99% de las que jugábamos con esas muñecas no somos así ni lo seremos a no ser que pasemos por tacones, quirófano y rayos.

Es por eso que me resulta hasta gracioso el bombo y platillo inmerecido que se le está dando a Mattel por haber sacado una Barbie inspirada en Ashley Graham, conocida por ser una modelo de tallas grandes que promueve el (entrecomillado) «movimiento curvy«.

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Que Mattel saque una Barbie inspirada en Ashley Graham, en Beyoncé, en Nicki Minaj o en Jennifer López, que son algunas de las famosas que cuentan con su versión de la muñeca, no es un cambio en los cánones estéticos, no es una revolución de las tallas, no es una aceptación de la diversidad. Que Mattel saque estas muñecas no nos sirve absolutamente de nada.

En primer lugar, estas muñecas no van a estar a la venta sino que son la manera que tiene Mattel de lavarse la cara y seguir vendiendo sus millones de Barbies rubias de cuerpos irreales mientras, por el otro lado, alegan que ellos celebran todos los tipos de belleza sacando esas muñecas inspiradas en mujeres tan distintas.

Y una mierda (con perdón). La Barbie curvy viene a ser el equivalente a la campaña que tiene McDonald’s en contra de la obesidad infantil instalando gimnasios o como que Nestlé presuma de una nueva fábrica que no necesita agua mientras continúa cargándose las selvas de Indonesia.

En segundo lugar no tiene ningún sentido ir con el cuento de que se ha creado una Barbie XL si en realidad no es XL.

La modelo Ashley Graham pidió como requisito que los muslos de la muñeca se rozaran entre sí. No es solo muslos Ashley, una modelo de talla grande tiene celulitis, tiene estrías…tiene, en general, todo el cuerpo grande.

En cambio, la muñeca más curvilínea de Mattel tiene más figura, sí, pero solo en algunas zonas. Por lo visto engrandecer el cuello, los brazos y los tobillos habrían resultado demasiado chocantes. ¿El resultado? Una Barbie igual de poco realista.

«Ser modelo de talla grande no significa comer más, sino cuidarse más que una modelo convencional»

Hace unos meses me dedicaba a criticar concienzudamente aquello que muchos medios habían bautizado como ‘revolución curvy. Porque, sinceramente, no veía en primer lugar mujeres de tallas grandes como tal (ya sabéis cual es mi opinión respecto a este tema. Una talla 40 para mí NO es curvy) y en segundo lugar, el hecho de incluir de manera excepcional una modelo de estas características en una publicación llena de modelos de la talla 34 no llegaba a convencerme.

No, así no se empieza una revolución ni mucho menos. Una revolución se empieza haciendo de las modelos de tallas grandes una fuerza competitiva dispuesta a ‘dar caña’ laboral en el mundo de la moda, algo que ha hecho Patricia Guillén, la creadora de Plus Size Models, agencia de modelos dedicada únicamente a modelos de tallas grandes.

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«En junio de 2014 cree mi propia firma de moda, PG by Patricia Guillén, el sueño de mi vida. Yo soy talla grande y siempre he tenido muchos problemas para encontrar ropa de mi talla y encima la que encontraba los cortes sentaban fatal: los estampados horrorosos, las prendas las hacían para taparnos… Nos sentíamos mal con nosotras mismas. Pasados unos meses del lanzamiento de la marca, me ofrecieron desfilar junto con otras marcas de bastante reconocimiento en el Casino de Gran Vía de Madrid».

El problema fue que Guillén quería modelos acordes a la línea que había diseñado, por lo que empezó una búsqueda por las agencias madrileñas: «Sus respuestas eran positivas. <<Sí, claro que tenemos. Te mandamos los composites>>. Me llevaba la sorpresa de que eran talla 42, 44 o 46 la más grande. Para mí personalmente eso no son tallas grandes, yo quería chicas de la talla 50 o 52. Y me resultó imposible encontrar agencias con chicas de estas características».

Tras proponer a amigas suyas que desfilaran, la animaron a crear una agencia que les diera oportunidad de trabajar en el mundo de la imagen. No solo el recibimiento en su entorno tuvo una buena acogida, sino que le llegaron solicitudes de todo el mundo: «Nos llegan inscripciones de fuera de España: Colombia, Brasil, México, Puerto Rico, EEUU etc. Y todas con la misma ilusión, poder trabajar en el mundo de la imagen ya sea en su país o fuera de él. Una anécdota es que en el 2015 se nos colapsó el servidor dos veces de tantas inscripciones, no nos da tiempo a contestar a todas en el mismo día. Hacemos un seguimiento personalizado con cada una».

«En España queda mucho por hacer. Soy partidaria del Made In Spain, tenemos un producto nacional muy bueno y no le estamos sacando partido. Me entra más trabajo de fuera de España que de aquí. Y es una pena, porque hay muchos trabajos que los he tenido que rechazar por no poder controlarlos debido a la distancia, porque para mí la seguridad de mi modelo es 100% prioritaria».

Pero hablemos claro, ser modelo no es jauja, ya sea convencional o de tallas grandes: «Una modelo plus size se cuida, tiene que hacer ejercicio y llevar una dieta equilibrada. Ser modelo de talla grande no significa comer más, de hecho se cuidan más que las convencionales. Deben mantener sus medidas ya no solo por el trabajo si no por salud».

Pero además de la vida sana deben cumplir otros requisitos, como dice Guillén: «La mayoría de nuestros modelos superan la talla 46 pero no queremos dejar a nadie fuera, asi que abriremos nuestro campo desde la talla 40″.

Medir por lo menos 160 cms (170 chicos), tener una talla 40 como mínimo, ser fotogénico, estar bien proporcionado, tener la piel cuidada o el pelo saludable son algunos de los requisitos físicos. «Una gran sonrisa y expresividad, gran capacidad de trabajo en equipo, responsabilidad o proactividad» son otros requerimientos de la agencia.

Pero a la hora de recibir propuestas, es más difícil encontrar trabajo ya que «las empresas no son muy receptivas al tema de tallas grandes, y muchas de las marcas que utilizan tallas grandes usan las mismas chicas siempre, ya sea por tema económico o porque no piensan que haya más mercado» dice Guillén.

Pocas experiencias laborales pero «todas positivas porque de todas he aprendido.
La experiencia con las modelos en las sesiones de fotos o desfiles para que cojan práctica ha sido espectacular: ver cómo se unen por hacer un buen trabajo, cómo van creciendo en cada sesión, cómo van madurando y cómo la confianza crece ante la cámara hasta el punto de que algunos fotógrafos se han sorprendido de lo que dan. Somos una gran familia curvy que irá creciendo más y más».

Guillén se muestra positiva mirando hacia el futuro: » Queremos convertirnos en una agencia importante donde poder dar formación y trabajo a muchos chicos y chicas, donde podamos convivir con el resto sin que nos miren por nuestra talla o tamaño». No considera que la agencia sea un rival para las agencias de modelos convencionales: «Pienso que cada uno tiene su mercado y su parcela de trabajo. Yo he trabajado con agencias convencionales en desfiles junto con otras marcas y la verdad es que muy bien el trabajo en equipo. No tengo queja».

El hecho de que se cree una agencia especializada en modelos con estas características, «agencias que han sacado un apartado de modelos xl» o «certámenes de belleza de talla grande» son pequeños pasos que, si se consolidan, conseguirán la inclusión de estas modelos en el mercado además de lograr reflejar una visión más abierta en cuanto a aceptación del cuerpo femenino se refiere.

«Plus Size Models quiere dar mucha guerra, y está haciendo mucho ruido en todo lo que puede. Queremos llamar la atención de todo el mundo para demostrar que nosotras también podemos realizar trabajos como pueden ser una sesión de fotos Boudoir, novias conmezcla de tallas, Pin Up, piscina, picnic, etc. Hay que salir de lo establecido de la sociedad para que nos hagan caso. Nuestro lema es ‘Las Curvas Invaden La Ciudad’ y ese es el propósito.

Aunque no estés gorda puedes ser una ‘gordibuena’

Y tú que pensabas que tu vida era complicada cada vez que ibas de compras al Zara y se había agotado tu talla. Tú, que podías permitirte el lujo de que si la talla S te parecía demasiado ajustada comprarte una M que te quedara más suelta. Tú, sí, tú, que lo peor que te ha pasado en el H&M era que el sujetador que te querías comprar tuviera la braga a juego agotada.

Si te has sentido identificada con cualquiera de estas situaciones, tienes la gran suerte de que tu físico entra en los cánones de las tiendas de moda españolas.

Pero que entres en una talla convencional no significa que no haya vida (y cuerpos) más allá. Por mucho que las tiendas te clasifiquen en ‘S’, ‘M’ o ‘L’ hay muchísimas de nosotras que se quedan fuera de esas letras. Ayer hablé con dos mujeres fuera de serie (de la serie de confección de ropa de la marca Inditex, quiero decir), Elena Devesa y Rebeca Gómez, las creadoras de WeLoverSize, una web con unos 2.500 artículos y más de un millón de visitas al mes (esto es por arrojar algunos datos y os deis cuenta de que estoy hablando de dos mujeres importantes con un #gordibuenasarmy de seguidoras bastante considerable).

Elena y Rebeca junto a maniquíes de H&M

Elena y Rebeca junto a maniquíes de H&M. MARA MARIÑO

Lo primero que pienso nada más sentarme con ellas es «Joder, ¿por qué a mi el eyeliner nunca me queda así de bien?» (es que en serio, siempre parece que me lo ha pintado un mono con los ojos vendados). Porque Elena y Rebeca serán gordas, que lo son (aunque no me refiero a ‘gorda’ como descalificativo sino como adjetivo, al igual que ellas de mi podrían usar ‘blancucha-nivel-se-le-marcan-las-venitas-azules-bajo-el-ojo’), y también son preciosas. Y en cuanto abren la boca y oigo lo que me cuentan mientras se van hinchando de orgullo (por mucho que les pese el pecho copa JJ) por el éxito de su web, de su libro y de su férrea autoestima, me gustan más. En definitiva, son un par de ‘gordibuenas’.

Las gordibuenas, según su libro son aquellas que «pese a no tener un físico de portada de revista, hacen todo lo posible por sentirse bien consigo mismas (…) no tienen miedo a la palabra ‘gorda’ y son las primeras en reírse de sí mismas conscientes de su atractivo». Es decir, exactamente igual que en mi familia paterna nos reímos de los dedos de los pies tan feos que nos han tocado y aún así seguimos poniéndonos sandalias porque somos más que diez morcillitas blancas.

Aunque una de las cosas que desprenden es seguridad, me dejan claro que ser ‘gordibuena’ no es sencillo. Básicamente porque, como la gran mayoría de las tiendas no tienen en cuenta tallas más allá de la 40, «no hay talla ni en la tienda ni en el almacén ¡y yo también tengo derecho a probarme la ropa!». Así que se ven obligadas a vestir como abuelas (¿posible idea para una petición de Change.org?). Aunque gracias al siglo XXI y a la magia de Internet pueden hacerse con prendas de su talla sin renunciar una pizca al estilo. Les gusta comprar especialmente en aquellas tiendas que hacen pasarela. Una de ellas afirma que cuando las modelos desfilan con las prendas «si ves que al andar se le bambolea una teta ya sabes que a ti te va a pasar«.

Sin embargo, me hacen saber que, aún con esas, puede haber problemas. Lo peor, según ellas es que «no hay sitios a los que ir cuando hay urgencias» y que cuando ven una prenda que les gusta y les sienta bien «vas haciendo acopio por si dejan de hacerla» dice Rebeca, mientras me imagino, en mi caso, comprando cientos y cientos de tangas de cinturilla de encaje de 4,50 del Primark, porque son las únicas que no me dejan la gomilla marcada.

La lencería, esa es otra. Las ‘Portadoras de Pechuguitas‘ (PPitas según WeLoverSize) apañamos con lo que sea, total, tampoco es que haya mucho que se vaya a escapar. Pero en su caso, hablando en plata, tienen un par de ‘pechotes’ que habrían tenido a Antonio Recio todo el día tras la mirilla. Y claro, que por mucho que vayamos de ‘progres’, en España no se hacen sujetadores de tanta talla. Bueno, hacerlos, lo que se dice hacerlos, se hacen. Pero como son tan bonitos como un arnés de paracaidista, tuvieron que ir a Londres, donde, viendo tanta varidad y color, alguna soltó una lagrimilla de emoción.

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Elena y Rebeca posando en Gran Vía. MARA MARIÑO

Tienen claro que quien podría cambiar la situación es el empresario detrás de la tienda. Su idea es hacer de WeLoverSize un movimiento real que llegue a las calles. «¿Es un buen momento para ello?» les pregunto pensando en la revolución curvy que estamos viviendo con la irrupción de modelos de tallas grandes en catálogos y campañas. En realidad son «tallas grandes entre comillas», como dicen ellas. Las modelos de tallas grandes de Asos, aunque miden 1.80 no pasan de la talla 38. Algo parecido a Marisa Jara, modelo de «tallas grandes» que, coincido con una de ellas, cuando dice que en su opinión «Marisa Jara es curvy pero no tiene una talla grande». ¿Es una revolución de las tallas o es una oportunidad de negocio para que las tiendas publiciten su marca como algo para todas? «A día de hoy es un lavado de cara» nos afirma una de ellas. «Se ha puesto de moda, pero lo malo de las modas es que son efímeras«.

La talla genera polémica en España. Cuando no es por lo delgada que sale tal o cual actriz en un photocall es porque otra acaba de parir y, como aún no ha perdido los kilos del embarazo, se le pone de morsa ártica para arriba. «Somos un país de marujeo» me dice una mientras la otra completa «un país acomplejado que se mete con complejos ajenos para olvidarse de los propios«. Reinas magas en las cabalgatas, mujeres barbudas ganando Eurovisión y aún así un buen número de detractores y trolls bombardeándolas con comentarios negativos. Pero no les preocupa. «Si algo no te gusta ¿por qué lo miras?» dice una de ellas mientras que la otra afirma que «cuando criticas es porque en ti hay algo que te incomoda«.

Son dos, pero no están solas ni tienen pelos en la lengua. «¡Hablamos de todo lo que no habla nadie, hasta de complejo de chocho grande!». Son conscientes de que esto, ya no es cuestión de tallas, que su revolución, la ‘primavera WeLoverSize’, es ya un movimiento que aboga por la autoestima y el amor propio.

«Y yo, que leí el libro y sin ser de talla grande, sentí que era para mí porque aún con mis inseguridades, no dejo que me definan… ¿También puedo ser ‘gordibuena’?» les pregunto. Ambas me confirman al unísono «¡Por supuesto que sí!»

Aquí os dejo algunos posts suyos que merece la pena leer si queréis conocerlas:

 

 

 

 

Lo llaman el año de las modelos curvy y no lo es

«¡Eh, eh, EH! ¡Que hemos sacado una modelo curvy en una de nuestras páginas!» parece que lleven diciendo las revistas de moda, durante todo el año, mientras el resto de los reportajes son ilustrados con modelos más delgadas que un palo de escoba (sin ofender a las mujeres delgadas OJO. No me malinterpretéis que ya os conozco y mi queja va contra los que hacen negocio).

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Candice Huffine, modelo ¿XL? INSTAGRAM

«El año de las modelos curvy» se atreven a decir los más valientes. Los del calendario Pirelli de 2014 fueron de los primeros que se apuntaron el tanto. «¡Uhh, qué locos estamos! En nuestras páginas sale una chica que usa más de una 36!» Algo que habría sido fantástico si no fuera porque sigue siendo una modelo de tallas grandes frente a 11 que no lo son.

Hay quienes consideran el 2015 el año de la revolución curvy. Pues ni es revolución, ni es curvy. Meter una chica ‘curvy’ en un calendario, catálogo o reportaje está de moda. Y digo curvy entre comillas porque tampoco es que sean gordas gordas, sino más bien ‘delgordas’. Porque las modelos curvy no están gordas (sin ofender tampoco a las gordas y refiriéndome a ‘gorda’ como una forma física, no un insulto). Gorda está Úrsula, la de La Sirenita, que casi no cabía por el agujero de su cueva marina. Eso es una gorda. Las modelos curvys que podemos ver en los catálogos (Candice Huffine por ejemplo, que ha protagonizado campañas de Mango) son mujeres de talla 40, lo que supone la talla del 50% de las mujeres en España.

Si es tan alto el porcentaje ¿por qué las modelos curvy siguen siendo una minoría? Porque vender una belleza natural lejos de dietas, cremas reductoras o en definitiva, una mujer libre de todo tipo de presión por parte de la publicidad que necesite comprar para sentirse bien con su cuerpo, es una pérdida de beneficios.

Curvy is the new black. Literalmente. Antes las tiendas y publicistas recurrían a modelos de otras razas para mostrar lo modernos y abiertos que eran. No os dejéis engañar. No están comprometidos con la causa. Con la única causa con la que están comprometidos es con el negocio que pueden sacar de ello. Y por cada modelo negra, asiática, sin un brazo, con síndrome de Down o con despigmentación saldrán 250 altas y delgadas como fideos.

Las revistas hablan de que “dan visibilidad” a las mujeres de mayor talla. Como si fueran invisibles antes de que las contrataran. No, perdona un momento, la visibilidad te la estás dando tú haciéndote eco de que eres ‘super progre’ por hacer esto. Porque los diseñadores van a seguir sacando líneas de ropa para mujeres más delgadas que un iPhone 6.

Es gracioso que todas las revistas hablen de que las modelos curvy ahora “se enorgullecen” de sus curvas, como si hasta ahora hubieran vivido bajo una piedra avergonzadas. Pienso que ahí se equivocan. Conozco mujeres delgadas con infinidad de complejos en comparación con otras de más peso que viven felices con una autoestima de hierro.

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A la izquierda Marisa Jara, modelo española de ‘tallas grandes’ (seriously?), a la derecha Ashley Graham, modelo estadounidense de tallas grandes. TWITTER

Parece que o eres talla 34 o eres curvy. No hay más. Todo el resto de mujeres entre un extremo y otro sencillamente NO EXISTEN para la pasarela.

Si quieren promover un arquetipo de belleza real voto porque desinstalen de todos los ordenadores el Photoshop o tomen medidas como Francia, que no solo han aprobado uns ley por la cual, las modelos, para desfilar deben presentar un certificado médico que acredite que tienen buena salud, sino que si una imagen está retocada, debe estar mencionado.

Menos curvy. Más variedad, que ni todo es 34 ni todo es 40, pero sobre todo, más cantidad de modelos de distintas tallas para el 2016.