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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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¿Te imaginas que una cabra se comiera un Velázquez?

Cabra

Imagina que una cabra hambrienta se cuela en el Museo del Prado y se zampa un buen trozo del cuadro Las Meninas de Velázquez. Imagina que el director del Museo anuncia que la culpa no es de la cabra sino del dueño que la dejó escapar. Y que el derecho a comer prevalece por encima del arte. Es más. El director se confesaría entusiasmado ante la asombrosa capacidad del animal para sintetizar proteína de un lienzo pintado, explicaría las vicisitudes personales del caprino a lo largo de su vida (desarraigo, malos tratos, incomprensión) y el gravísimo estrés que supondría sacarlo del museo y retirarle de la dieta tan jugoso bocado.

Por si fuera poco, el buen director se reconocería impotente para impedir que el indefenso animalito siguiera solazándose por nuestra pinacoteca nacional, mordisqueando goyas, grecos, tizianos, rubens o caravaggios, rascándose el lomo en las esculturas romanas o defecando sobre el tesoro del Delfín.

Luego vendrían otras cabras, varios rebaños, pero ¿qué quieren que hagamos? ¿Matarlas? ¿Cazarlas? Sí sí, cazarlas. Tendrían que ver cómo corren y saltan las muy condenadas por las galerías de Villanueva. No hay quien las agarre. Lee el resto de la entrada »

Rebuznos y mordiscos contra (o a favor) del lobo

Donkey_catalan

© Wikimedia Commons

Ayer por la noche #LoboMarley fue tendencia nacional (trending topic) en Twitter. Tal día como hoy, hace ahora dos años, caía abatido un lobo muy especial en el Parque Nacional de Picos de Europa. Los científicos lo llamaban Marley, pues su pelaje les recordaba al del famoso icono del reggae jamaicano Bob Marley. Llevaba un emisor GPS que les permitía espiar sus movimientos durante meses.

Pero su fama no le sirvió para nada. Lo peor del caso es que no lo mataron ni unos cazadores furtivos ni un ganadero encolerizado. Lo mató personal funcionario del propio Parque Nacional, como parte de la supuesta gestión medioambiental de la especie.

Sí, lo has oído bien. Fueron los propios guardas del parque, obedeciendo lógicamente las órdenes de sus superiores, quienes acabaron con su vida. Aquellos que siguen pensando que el mejor lobo es el lobo muerto. Y que con lobos no hay paraíso.

La terrible noticia os la ofrecí puntualmente en La Crónica Verde. Pero informar no era suficiente. De la indignación de muchos conservacionistas nació hace también dos años la asociación Lobo Marley. Un grupo de defensores del lobo empeñados en lograr que el lobo sea declarado especie protegida en toda España.

En Portugal el lobo está catalogado por la legislación como Especie en Peligro de Extinción, lo cual implica el máximo grado de protección legal en todo el Estado luso ¿Cómo es posible que en España no lo esté?

Pero aquí no lo protegemos. Todo lo contrario. Tratamos de extinguirlo. Sin ir más lejos,  la Junta de Castilla y León prepara una nueva matanza. Como publicó el pasado 8 de agosto en su Boletín Oficial y denunció Lobo Marley, ha aprobado un nuevo cupo de 140 lobos a abatir hasta febrero de 2015.

Sin estudios poblaciones serios y actuales, estos cupos son pura invención, fruto exclusivo de la presión ejercida por los ganaderos, que ni tan siquiera mantienen una lógica de descaste basada en la eliminación de los ejemplares más peligrosos o enfermos.

Imposible, dirán algunos. Contra el lobo sólo se puede luchar a escopetazo limpio.

Pues no. Los ganados se pueden proteger de una manera tan sencilla como ecológica: con rebuznos y a mordiscos.

Rebuznos de burros vigilantes. Una experiencia muy positiva que, como ya os he contado en La Crónica Verde, está teniendo éxito en Galicia o la zamorana Sierra de La Culebra, y que ahora se pretende extender a Asturias, Cantabria y Castilla y León. Los asnos detectan al lobo antes que otros animales y rebuznan alertando al ganado de su presencia, con lo que los cánidos abandonan la idea de atacar y se van en busca de otras presas más sencillas.

A mordiscos. Recuperando la buena costumbre ganadera de vigilar los rebaños con perros mastines. Bien entrenados, los lobos ni se acercan. Sin vigilancia ni vallado es ponérselo demasiado fácil al depredador.

Lo último es matarlos, perseguirlos, aniquilarlos, extinguirlos. Son una joya natural, un aliado de los ecosistemas sanos. Puro paisaje.

Pero algunos políticos y ganaderos no lo ven así. Por eso rebuznan. Y nos dan mordiscos a quienes clamamos por su conservación.

No nos importa. Seguiremos aullando hasta que el lobo sea una especie protegida en toda España.

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Descubierta una trama para aprovecharse de las indemnizaciones por daños del lobo

Lobo

El lobo es malo. Mata el ganado. Arruina a los ganaderos. Hay que exterminarlo. Acabar con él. Sólo trae problemas. No lo quiero en mi pueblo, en mis montes.

A él no, claro, pero a las indemnizaciones por daños al ganado bien que las quieres. Tanto que al menos un 15% de las denuncias por ataques son falsas. Una estafa que pagamos entre todos los contribuyentes.

Como cobrar dos indemnizaciones a la vez por la muerte del mismo animal. Esto último lo han hecho más de 300 ganaderos asturianos. 1.200 casos de 10.000 expedientes analizados por el SEPRONA en lo que ya se ha dado en llamar “la trama del lobo”.

Dicen que no sabían que fuera ilegal, pero las cantidades defraudadas oscilan entre 800 y 65.000 euros por ganadero. Se ve que el millón de euros que cada año les paga el Principado por los daños de lobos y perros asilvestrados les parecen poco.Por eso también algunos cuentan con la ayuda de guardas corruptos que hacen informes falsos a cambio de una suculenta comisión, de un sobresueldo.

Pero a las administraciones regionales les preocupan más los votos que la legalidad. Y el lobo no vota. Así que mientras miran para otro lado respecto a la picaresca de los ganaderos, siguen autorizando matanzas lobunas a mayor gloria del elector, eufemísticamente camufladas como “programas de control”.

46 lobos muertos por la guardería asturiana el año pasado, más los abatidos en cacerías legales e ilegales, para una población total de 37 manadas. Este año serán 50 los lobos eliminados, pero no porque sobre ese medio centenar. El método científico para su cálculo ha sido el habitual: a ojo de buen cubero.

¿Asturias Paraíso Natural? Según para quien.

Para los lobos es un Infierno Natural. La naturalidad de un odio que ni subvenciones, indemnizaciones y estafas logran apaciguar.

Foto: FondosWiki.com

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En la Comunidad Valenciana estudian aves a cañonazos

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Este país nuestro se empeña a seguir aferrado a la pandereta como mejor sistema de gobierno. Sólo así se entiende la ridícula actuación de los políticos de la Comunidad Valenciana, empeñados en mantener la matanza de aves migratorias protegidas como una actividad tradicional.

El parany es un método de caza de aves con pegamento que ya ha sido prohibido por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, el Tribunal Supremo, el Tribunal Constitucional y el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas. Pero siguen sin aceptarlo. Por su culpa mueren millones de aves al año. El Gobierno valenciano intentó primero justificar el parany como un sistema para evitar daños a los cultivos y los tribunales lo rechazaron. Luego trató de autorizarlos invocando la tradición, y también fue desestimado. Ahora van más lejos en el disparate al acogerse al presunto interés científico del parany para el estudio de la migración, incluso en aves que nos son migratorias. Todo con tal de saltarse a la torera las directivas europeas y las leyes nacionales.

¿Investigar embadurnando pajarillos en pegamento? ¿Sin señalar siquiera el tipo de marcaje? Tan sólo se exige la liberación de las aves una vez se les haya quitado el pegamento. ¿Con plumas o sin ellas? Eso se llama querer estudiar aves a cañonazos. Docentes e investigadores de los centros universitarios de la Comunidad Valenciana con reconocido prestigio nacional e internacional en el estudio de las aves silvestres ya se han manifestado decididamente en contra de tamaña barbaridad.

Desde hace un siglo existen métodos inocuos para la obtención de estos datos internacionalmente reconocidos y científicamente validados. Los supuestos científicos coordinadores de este desaguisado, que avalan 33 de estas instalaciones de la muerte, son dos profesores del Departamento de Ingeniería Rural y Agroalimentaria de la Universidad Politécnica de Valencia. Ocultan que este departamento no tiene ninguna relación con el estudio de la biología y migración de las aves, y que esos profesores carecen de artículos científicos relacionados con estos temas. Parece ser que el único currículo es su apoyo ciego a las más crueles tradiciones.

Tradición significa: Si siempre lo hemos hecho ¿por qué ahora no vamos a poder matar pajaritos con liga, alancear toros, tirar las cabras desde la torre de la iglesia, arrancar el cuello a los gallos, apedrear perros, hacer fumar a los murciélagos, bailar a los osos, apalear a los caballos?

Quien así se lo pregunte debería mirar un momento el calendario: Año 2013. Siglo XXI. Europa occidental.

¿Te parece una exageración? Pues echa un vistazo a estos terribles vídeos, si es que puedes. Yo no los he podido terminar. Te descubren, con toda la crudeza de la realidad, cómo funciona este salvaje método de captura de pajaritos. Crueldad máxima para nutrir unos tristes guisos de arroz, eso sí, muy tradicionales.

Sin más razón que la testicular, 28 paranys, todos ellos en la provincia de Castellón, están este otoño matando aves protegidas. Han sido detectados y denunciados ante la Guardia Civil por voluntarios de diversas asociaciones valencianas (GECEN, GEPEC, GER-Ecologistas en Acció y Acció Ecologista-Agró), quienes los han localizado y georreferenciado en el sitio Paranymaps.

En Change.org puedes firmar en contra de esta atrocidad.

ACTUALIZACIÓN (11/11/2013): La Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente ha suspendido hoy cautelarmente la resolución que emitió el pasado 1 de octubre autorizando la actividad de 33 paranys con el argumento de que iban a utilizarse para estudiar la migración de las aves. Finalmente se ha impuesto la cordura y el sentido común al paralizar una errónea resolución que no tenía argumentos que la sostuvieran.

En la foto superior, cadáver de un pobre petirrojo, especie extrictamente protegida en toda Europa, muerto en esas trampas mortales de pegamento conocidas como parany (© SEO/BirdLife).

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Desde enero, se acabó vivir (y sufrir) como un cerdo

Matanza del cerdo

Comer como un cerdo. Vestir, oler, sudar, gritar, comportarse como un cerdo, marrano, guarro, puerco, gocho, cochino. No salen bien parados estos pobres animales a pesar de su importancia para nuestra alimentación desde su temprana domesticación en tiempos neolíticos. Y eso que de ellos “nos gustan hasta los andares”. Pero no vivir como ellos. Mucho menos como los teníamos hasta ahora en las grandes fábricas de carne que algunos llaman granjas de producción industrial, de donde procede la mayor parte de los 42 millones de cerdos que cada año se sacrifican en España.

Las veces que entré en alguna de ellas quedé sobrecogido. Nada que ver con ese animal casi familiar cuidado con mimo en el pueblo, gigantesco y atemorizador desde una mirada infantil, pero siempre inmejorablemente alimentado. Cuando le llegaba su San Martín, la matanza, aunque salvaje a mis ojos, era toda una fiesta popular. Comida abundante, canciones, mil anécdotas, enseñanzas y trabajo para todos; pura universidad de la supervivencia.

Por suerte, desde enero pasado esa tortura injustificada de cerdos, al igual que se ha hecho con el resto de los animales de granja, se ha terminado gracias a la aplicación de las nuevas exigencias europeas sobre bienestar animal. Obligación, por ejemplo, a que los suelos no sean resbaladizos, a disponer de al menos 8 horas diarias de luz, poder salir al aire libre en espacios con cobertizos protectores de las inclemencias del tiempo y, lo más importante, tener espacio suficiente para moverse y tumbarse sin agobios, algo hasta ahora imposible.

¿Bienestar animal? Ya lo dijo Mahatma Gandhi:

“La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por el modo en que se trata a sus animales”.

Y durante más de medio siglo, aquí en Europa les hemos tratado a los cerdos con sadismo, haciendo buenas las palabras del gran Leonardo Da Vinci, quien aseguraba:

“Verdaderamente el hombre es el rey de las bestias, pues su brutalidad sobrepasa la de aquellas”.

Puedes seguirme (si quieres) en Twitter (@lacronicaverde) y en Facebook (www.facebook.com/lacronicaverde)

Triste récord en la matanza de ballenas en las islas Feroe

Un total de 1.115 ballenas piloto (Globicephala melas) han sido masacradas este año en las islas Feroe (región autónoma de Dinamarca), acción que se convierte en la matanza de ballenas más grande del mundo.

Organizaciones ambientalistas y de bienestar animal, como la Sociedad Mundial para la Protección Animal (WSPA), están tremendamente preocupadas por el crecimiento de estas cacerías, ya que en 2010 se ha dado muerte a más ballenas que en cualquier otro año desde 1996, cifra que aún puede aumentar pues se siguen cazando. El promedio medio de ballenas piloto muertas en la última década era de 627, la mitad que las matadas en 2010.

A pesar de que el gobierno de las Feroe argumenta lo contrario, las imágenes tomadas por los medios locales demuestran claramente que los métodos brutales usados para capturar a las ballenas no han mejorado y provocan un terrible sufrimiento a los pobres animales.

Joanna Toole, gerente del programa de mamíferos marinos de la Sociedad Mundial para la Protección Animal, dijo:

“El caos de dar muerte a grandes grupos de estas ballenas inteligentes y sociales resulta de una crueldad impresionante. Es completamente inaceptable que una comunidad moderna esté matando a más de 1.100 ballenas de esta manera”.

Las autoridades feroeses no han explicado por qué se han matado tantas ballenas este año. Según Jennifer Lonsdale, directora de la Agencia de Investigación Ambiental (EIA), las cacerías de 2010 han producido cerca de 550 toneladas de carne de ballena, lo cual equivaldría a que cada uno de los 49.000 habitantes de esas islas, incluidos niños, se comen una media de 11 kilogramos al año. Y ello a pesar de los peligros para la salud que su consumo provoca debido a la alta concentración de metales pesados detectada en este tipo de carne.

No salen las cuentas del autoabastecimiento, lo que podría indicar la existencia de un mercado ilegal de exportación de carne de ballena en las islas Feroe. Pero aunque se coman todas esas pobres ballenas aduciendo que forma parte de su cultura, en mi opinión esta matanza es, pura y llanamente, una salvajada impropia de supuestos civilizados europeos.

¿O es que a alguno piensa que la tradición gastronómica justifica estas masacres?

Fuente: Econoticias.com

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¿Qué lugar de España permite matar millones de aves protegidas?

La Comunidad Valenciana, especialmente Castellón, es el único lugar de España donde se permite la matanza de millones de aves protegidas. ¿La razón? Una vez más, la tradición es la excusa para justificar este tipo de salvajadas. Y en Castellón cazar pajaritos con liga (pegamento) para luego comérselos es, según algunos políticos y otros lumbreras, cultura. Como los toros.

Lo llaman «parany de tords» que significa trampa para tordos (zorzales). Al no ser un método de caza selectivo, además de tordos en sus pegajosas ramas caen todo tipo de aves insectívoras protegidas como petirrojos, currucas, mosquiteros e incluso rapaces nocturnas.

Según un estudio de la Universidad Politécnica de Valencia se estima que en el mes que dura este tipo de caza, ahora en octubre, se matarán entre 1,5 y 3 millones de aves protegidas.

El Tribunal de Justicia de la UE ya condenó a España por autorizar esta práctica. A pesar de ello, las Cortes Valencianas (con los votos del PP, del PSPV y del Bloc) han aprobado una modificación que declara el parany como modalidad de caza tradicional valenciana, considerando que se trata de una técnica selectiva y no masiva. Lo cual es una falsedad manifiesta.

En estos momentos ya hay más de 4.500 paranyers aplastando las cabezas de pajaritos, método tradicional, pero terriblemente cruel, de sacrificio de las aves capturadas. Esos mismos pajaritos que con mimo y delicadeza han sido cuidados en jardines europeos durante su época de nidificación y que al llegar a Iberia ¡zas!, los echamos a la sartén.



Vídeo realizado por el grupo GECEN sobre la cruel realidad de la caza con parany en la Comunidad Valenciana.


Si este método de caza te resulta intolerable, entra y firma en esta página.

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Los pescadores declaran la guerra al cormorán

La mayoría de los pescadores odia a los cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo), unas aves que se alimentan de peces y por lo tanto son una incómoda competencia para ellos, como las garzas o las nutrias.

Encima esas aves no son de aquí, vienen del norte de Europa a pasar el invierno en nuestros ríos y embalses. Hace 40 años eran muy pocas, estaban en peligro de extinción y apenas llegaban a España un millar de ellas. Pero por suerte sus poblaciones nórdicas se han recuperado y ahora arriban a nuestras tierras más de 75.000 ejemplares. ¿Por suerte?

Para algunos amigos de la caña la recuperación del cormorán es una desgracia con la que quieren acabar a tiro limpio. Y no es una manera de hablar. De especie protegida ha pasado de golpe a especie exterminable.

Los primeros en abrir la veda del cormorán han sido los asturianos. Los responsables del Principado, siempre tan sensibles a los votos, han autorizado a los pescadores la eliminación este año de 260 ejemplares, un 20 por ciento de toda la población regional. Por contentarles más que nada, pues saben que la culpa del descenso de los peces no la tienen esos pájaros, sino el aumento de las licencias y la sobrepesca. Hagan cuentas. Mil pájaros no pueden pescar más que los 40.000 pescadores con licencia en el Principado.

El problema es aún más grave, pues nadie parece controlar este descaste/desastre. Dispare si quiera señor pescador, pero no nos critique. Y los cadáveres de los pobres pájaros quedan en las orillas, pudriéndose en el suelo, quizá como idiota escarmiento para unas aves sin duda menos irracionales que ellos mismos.

Los primeros cormoranes han aparecido a primeros de diciembre entre la playa y la Ría de Navia. Una docena en apenas una semana, frente a los cinco que se habían establecido como cupo máximo para todo ese río. La matanza ilegal, injustificada y desproporcionada, ha sido denunciada por el ornitólogo David Álvarez en su estupendo blog Naturaleza Cantábrica, pero también en los juzgados.

Mientras, los pescadores leoneses afinan su puntería contra estas pobres aves en un vergonzoso juego en red desde donde piden, ni más ni menos, que el exterminio de toda la especie. Eso se llama amor a la Naturaleza. Aunque quizá sólo es un problema de racismo y xenofobia. ¿Los odiarán por ser extranjeros y negros?

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En la fotografía superior de David Álvarez, dos de los 12 cormoranes tiroteados por supuestos pescadores en la desembocadura del río Navia, en Asturias. Sobre estas líneas, un espléndido ejemplar vivo seca sus alas al sol.

Legalizada la caza de pajaritos con pegamento

Resulta tan inadmisible como vergonzoso. La Generalitat Valenciana, gracias a los votos del PP, PSOE y BLOC, y con los votos en contra de Esquerra Unida (EU) e Iniciativa del País Valencià, ha sacado adelante la reforma de la ley de caza valenciana que ampara el parany (la captura de aves con liga, un tipo de pegamento) como método cinegético tradicional.

La nueva normativa fue publicada ayer lunes 26 de octubre en el Diario Oficial de la Comunidad a sabiendas de su ilegalidad (tres instancias judiciales así lo han declarado, entre ellas el Tribunal de Justicia de la Comunidad Europea), en un acto de clara rebeldía institucional.

Con esta decisión puramente política se abre la puerta a la matanza de millones de aves migratorias por parte de unos salvajes y crueles paranyeros, amparados en la supuesta tradición de este sangriento divertimento que también llaman deporte.

El retraso en la aprobación de la ley no ha impedido que la mayoría de los parayeros se hayan lanzado masivamente a cazar hace semanas. El Grupo para el Estudio y Conservación de los Espacios Naturales (GECEN) ha contabilizado la existencia en estos momentos de unos 2.500 paranys activos sólo en la provincia de Castellón, con lo que la matanza de aves protegidas este año puede ser bestial.

Una ilegalidad más, absolutamente abominable, que para colmo de males cuenta con el beneplacito de la administración regional que debería ser quien velara por la protección del medio ambiente. Además, para facilitar esta tradicional barbaridad, ha ordenado a los agentes medioambientales que no denuncien más de una vez al mismo parany. Eso en román paladino se llama prevaricación:

«Delito consistente en dictar a sabiendas una resolución injusta una autoridad, un juez o un funcionario».

¿Por qué es ilegal el parany? Pues por que no es, ni nunca lo podrá ser, un método de caza selectivo. Es masivo. Y cruel.

Se quiere autorizar para cazar zorzales, pero resulta imposible impedir que en esas ramas repletas de la famosa liga marca “El Tordo» (calidad especial) no queden atrapadas multitud de aves insectívoras y pequeñas rapaces. En concreto, se calcula que por este método, además de cientos de miles de zorzales de todas las especies, morirán (y acabarán en la sartén o la cazuela) entre 1.5 y 2.5 millones de pajaritos estrictamente protegidos en apenas un mes.

Los políticos valencianos se muestran a favor de este tipo de caza por tratarse de una actividad que forma parte, aseguran, de la cultura regional. Discrepo. Eso no es cultura, el parany es salvajismo. Por la misma razón, mañana legalizarán el lanzamiento de cabra desde los campanarios. Si eso da votos, no lo duden.

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P.D. Muchas gracias al GECEN, junto con Acció Ecologista Agró y Ecologistas en Acción, por estar plantando cara a políticos y cazadores en su lucha por erradicar para siempre el parany de la Comunidad Valenciana. La pelea es desigual, pero tienen a la razón de su parte.

Japón matará 20.000 delfines para comérselos como sushi

Un año más, el horror tiñe de rojo las aguas de Japón. Más de 20.000 delfines serán asesinados en los próximos seis meses en las costas del país del sol naciente para ser comidos como sushi. Aunque no sólo en fileteados crudos. La originalidad gastronómica nipona también dedica su carne a enriquecer sopas y hasta para hacer salchichas de barbacoa.

Algunas decenas de esos delfines pescados en grandes grupos familiares, los más jóvenes, tendrán la dudosa suerte de salvar su vida a cambio de ser vendidos a los acuarios de medio mundo. Una vez entrenados en esos multicolores lugares con sabor a vacaciones, los afortunados cetáceos harán las delicias de los amantes de los animales saltando sobre aros de color a cambio de una sardina.

Dicen los japoneses que se trata de una pesca tradicional de puro interés comercial, base económica para el mantenimiento de miles de puestos de trabajo. Su justificación me recuerda a las nuestras de la caza o de los toros. Porque donde ellos ven tradición yo sólo veo masacre, un mar de sangre inocente para mayor gloria de nuestros estómagos.

Además amo a los delfines. No me entra en la cabeza que nadie quiera matarlos. Nuestros amigos marinos. Nuestros inteligentes amigos. ¿Nos odiarán por ello? Seguramente no. El odio y la crueldad son patrimonio exclusivo humano, para su desgracia.

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The Cove es un documental hecho este mismo año sobre la matanza de miles de delfines en una cala en Taiji, Wakayama (Japón). Dirigido por el antiguo fotógrafo de National Geographic Louis Psihoyos, fue grabado secretamente durante 2007 empleando micrófonos submarinos y cámaras de alta definición camufladas. Ganador del Premio de la Audiencia de los Estados Unidos en el Festival de Cine de Sundance de 2009, el resultado es estremecedor. Os incluyo a continuación el trailer, aunque ya os advierto de su dureza.

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En la imagen que encabeza este post, publicada por el diario Daily Telegraph, un grupo de pescadores japoneses llenan su barco con delfines sacrificados en el puerto japonés de Taiji. El mar aparece teñido con la sangre de estos pobres cetáceos. Foto: GETTY.