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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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Estas son las noticias más curiosas sobre aves españolas de 2016

Gracias al anillamiento científico de aves silvestres se pueden conocer muchos detalles de la vida secreta de este apasionante grupo de animales. Las anillas se colocan en las patas de las aves. No les provocan daños ni molestias si lo hace personal cualificado.

Son un particular DNI de chapa que nos permite conocer sus pequeñas proezas, edad, velocidad de sus vuelos o las enormes distancias que en muchas ocasiones han recorrido hasta llegar a su destino en épocas de migración.

Si encuentras algún ave con una anilla, tanto si está viva como muerta o herida, es importante enviar el dato a través de www.anillamientoseo.org para que esta información no se pierda.

En la oficina de anillamiento que gestiona actualmente SEO/BirdLife, en 2016 se han recibido 50.000 recuperaciones de aves anilladas, según explica la ONG a través de una nota de prensa. De todas de las que ya se disponen de datos las historias más curiosas son las siguientes: Lee el resto de la entrada »

Aves y desierto. Estudian el cambio climático a las puertas del Sáhara

charranes

Hace un par de semanas os hablé de mi viaje al sur de Marruecos para conocer en detalle el proyecto Climatique. Entonces me centré en los profundos cambios socieconómicos, y por lo tanto ecológicos, que se están desarrollando a toda velocidad en nuestro país vecino. Algunos lectores de esta bitácora se mostraron muy interesados por el tema y me pidieron más datos. Vuestros deseos, ya lo sabéis, son órdenes.

Las aves migratorias son excelentes indicadoras de los cambios ambientales que sufre nuestro planeta. Son tan dependientes del clima que su modificación puede beneficiar a algunas o provocar la extinción de otras, al alterar comportamientos o rutas de viaje. Por eso resulta muy importante estudiarlas allá donde se muestran más vulnerables. Desde marzo de este año, un grupo de investigadores canarios analiza los efectos del cambio climático sobre la  migración de la aves en el sur de Marruecos, en el marco de un proyecto de cooperación denominado Climatique y liderado por el Instituto Tecnológico de Canarias.

Los valles, ríos, lagunas y playas del sur de Marruecos acogen cada año a miles de aves que viajan entre el continente europeo y el África ecuatorial en busca de zonas donde alimentarse, pasar el invierno o reproducirse. La región de Souss Massa Drâa es para muchas de ellas un importante lugar de descanso durante ese largo viaje. Así, cada primeva y otoño hacen escala especies tan sensibles e importantes como la espátula, el carricerín cejudo, la tórtola europea o la golondrina común.

Esta región es el límite entre la cuenca mediterránea y el desierto del Sáhara, por lo que el estudio de fenómenos como el avance del desierto, la migración de las aves e insectos y el ciclo anual de las plantas resulta vital para el diseño de acciones futuras encaminadas a frenar el cambio climático en la cuenca mediterránea.

Tan interesante y poco conocida zona fronteriza ha sido elegida por un grupo de investigadores canarios de la empresa Birding Canarias para estudiar la relación entre la migración de las aves y el cambio climático. Lo hacen dentro como una de las acciones de Climatique, cuyo objetivo principal es el intercambio de experiencias entre institucionales y profesionales en los sectores relacionados con la lucha contra las repercusiones negativas que el cambio climático está generando en las regiones de Canarias y Souss Massa Drâa.

El estudio se ha desarrollado durante los periodos migratorios primaverales y otoñales, en los meses de marzo a mayo y de agosto a noviembre. Durante este tiempo se han censado aves migratorias, estudiado las especies reproductoras y seguido la migración de las paseriformes a través de una estación de anillamiento científico.

Una vez terminado el trabajo de campo, los datos obtenidos se compararán con registros climáticos, tomados en la región durante el periodo de estudio, con el fin de analizar las relaciones entre llegadas de aves, tiempo de permanencia en la región y su adaptación a los cambios ambientales.

Como veis, un interesante trabajo verdaderamente ejemplar del que fui testigo y colaborador durante dos inolvidables semanas. Una maravillosa experiencia que debo agradecer a Juanjo, Pedro y Juan, cuya amistad no fue óbice para que me levantaran casi todos los días a las 4 de la mañana para ir a anillar aves. Pero mereció la pena.

ornitologos

pescador

Fotos: Birding Canarias y Oliver Yanes. La primera es de un grupo de charranes en la playa de la desembocadura del río Massa. La segunda son los ornitólogos censando aves en ese mismo espacio natural. La tercera es un martín pescador recién anillado al que se está pesando y tomando otros datos biométricos antes de proceder a su liberación.

El Proyecto Climatique está financiado por el Programa de Cooperación Transfronteriza España – Marruecos (POCTEFEX), por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional FEDER, liderado por el Instituto Tecnológico de Canarias – ITC, y cuenta con la participación de socios locales marroquíes como el Consejo Regional de Souss Massa Drâa, el Servicio Regional de Medioambiente de Souss Massa Drâa y la Universidad Ibn Zohr de Agadir.

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En la Comunidad Valenciana estudian aves a cañonazos

parany-seo

Este país nuestro se empeña a seguir aferrado a la pandereta como mejor sistema de gobierno. Sólo así se entiende la ridícula actuación de los políticos de la Comunidad Valenciana, empeñados en mantener la matanza de aves migratorias protegidas como una actividad tradicional.

El parany es un método de caza de aves con pegamento que ya ha sido prohibido por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, el Tribunal Supremo, el Tribunal Constitucional y el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas. Pero siguen sin aceptarlo. Por su culpa mueren millones de aves al año. El Gobierno valenciano intentó primero justificar el parany como un sistema para evitar daños a los cultivos y los tribunales lo rechazaron. Luego trató de autorizarlos invocando la tradición, y también fue desestimado. Ahora van más lejos en el disparate al acogerse al presunto interés científico del parany para el estudio de la migración, incluso en aves que nos son migratorias. Todo con tal de saltarse a la torera las directivas europeas y las leyes nacionales.

¿Investigar embadurnando pajarillos en pegamento? ¿Sin señalar siquiera el tipo de marcaje? Tan sólo se exige la liberación de las aves una vez se les haya quitado el pegamento. ¿Con plumas o sin ellas? Eso se llama querer estudiar aves a cañonazos. Docentes e investigadores de los centros universitarios de la Comunidad Valenciana con reconocido prestigio nacional e internacional en el estudio de las aves silvestres ya se han manifestado decididamente en contra de tamaña barbaridad.

Desde hace un siglo existen métodos inocuos para la obtención de estos datos internacionalmente reconocidos y científicamente validados. Los supuestos científicos coordinadores de este desaguisado, que avalan 33 de estas instalaciones de la muerte, son dos profesores del Departamento de Ingeniería Rural y Agroalimentaria de la Universidad Politécnica de Valencia. Ocultan que este departamento no tiene ninguna relación con el estudio de la biología y migración de las aves, y que esos profesores carecen de artículos científicos relacionados con estos temas. Parece ser que el único currículo es su apoyo ciego a las más crueles tradiciones.

Tradición significa: Si siempre lo hemos hecho ¿por qué ahora no vamos a poder matar pajaritos con liga, alancear toros, tirar las cabras desde la torre de la iglesia, arrancar el cuello a los gallos, apedrear perros, hacer fumar a los murciélagos, bailar a los osos, apalear a los caballos?

Quien así se lo pregunte debería mirar un momento el calendario: Año 2013. Siglo XXI. Europa occidental.

¿Te parece una exageración? Pues echa un vistazo a estos terribles vídeos, si es que puedes. Yo no los he podido terminar. Te descubren, con toda la crudeza de la realidad, cómo funciona este salvaje método de captura de pajaritos. Crueldad máxima para nutrir unos tristes guisos de arroz, eso sí, muy tradicionales.

Sin más razón que la testicular, 28 paranys, todos ellos en la provincia de Castellón, están este otoño matando aves protegidas. Han sido detectados y denunciados ante la Guardia Civil por voluntarios de diversas asociaciones valencianas (GECEN, GEPEC, GER-Ecologistas en Acció y Acció Ecologista-Agró), quienes los han localizado y georreferenciado en el sitio Paranymaps.

En Change.org puedes firmar en contra de esta atrocidad.

ACTUALIZACIÓN (11/11/2013): La Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente ha suspendido hoy cautelarmente la resolución que emitió el pasado 1 de octubre autorizando la actividad de 33 paranys con el argumento de que iban a utilizarse para estudiar la migración de las aves. Finalmente se ha impuesto la cordura y el sentido común al paralizar una errónea resolución que no tenía argumentos que la sostuvieran.

En la foto superior, cadáver de un pobre petirrojo, especie extrictamente protegida en toda Europa, muerto en esas trampas mortales de pegamento conocidas como parany (© SEO/BirdLife).

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Las aves viajeras se van con el otoño pero podemos seguir espiándolas desde casa

No lo vas a notar, pero según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional mañana sábado 22 de septiembre, exactamente a las 16:49 horas, llega el otoño. No será el día 21, como nos enseñaron en el colegio, por culpa de la poco ajustable órbita de la Tierra alrededor del Sol con nuestro calendario gregoriano. De hecho, a lo largo del siglo XXI el otoño se iniciará en los días 22 y 23 de septiembre, pero nunca el 21.

Sea como fuere, tenemos por delante 89 días y 20 horas de melancólica estación hasta que el 21 de diciembre (esta vez sí) nos llegue el invierno. Tiempo de hojas marchitas y tardes doradas cuando, como dijo Juan Ramón Jiménez,

“en una decadencia de hermosura

la vida se desnuda”.

Es tiempo también de grandes cambios en la naturaleza. De berreas de ciervos encelados y de viajes imposibles de las aves estivales hacia África.

Hasta hace poco, la migración de los pájaros era un misterio. ¿Dónde se iban las golondrinas finalizado el verano? Aseguraba Aristóteles que se escondían en agujeros y allí hibernaban. Otros las imaginaban enterradas durante meses en el barro. El anatómico inglés John Hunter trató de demostrarlo empíricamente en el siglo XVIII: capturó un grupo de golondrinas, esperó al otoño y las sumergió bajo el lodo. Llegada la primavera, y tras comprobar que todas habían muerto, comenzó a dudar.

Más prudente, su contemporáneo el naturalista alemán Johann Leonhard Frisch ató cintas de colores a las patas de las avecillas y las soltó. Cuando meses después todas ellas regresaron con la primavera, dedujo que no habían estado enterradas pues las cintas se veían limpias.

Hoy tenemos una tecnología maravillosa que nos permite saber con exactitud a dónde van las aves. Y gracias al proyecto migraciondeaves.org de SEO/BirdLife y al apoyo de los satélites, podemos seguir sus movimientos desde el ordenador día a día.

Así sabemos que Picoto, un halcón abejero (Pernis apivorus) marcado en el cacereño Valle del Jerte, devora ahora insectos en Liberia. O que una carraca europea (Coracias garrulus) de Villamanta (Madrid) campea en estos momentos por el sur de Níger con la misma confianza que hace poco lo hacía por la cuenca del río Alberche.

Aunque millones de ellas no llegan. Como la pequeña buscarla pintoja (Locustella naevia) que esta semana se estrelló contra los cristales del Museo de la Evolución Humana de Burgos. Otra víctima inocente más de nuestros modernos edificios transparentes inútilmente iluminados toda la noche. Pero así es la naturaleza y el hombre. Es el otoño. Es la vida.

Foto: Técnicos de SEO/BirdLife instalan en Madrid un emisor GPS a una carraca, Ave del Año 2012, que ahora pasa el otoño en Níger (África centro occidental) tras recorrer más de 3.200 kilómetros y atravesar seis países en apenas un mes. Guillermo Prudencio/EFE

Mapa: Pantallazo del viaje de la carraca anillada en el sur de Madrid, según el mapa ofrecido por el proyecto migraciondeaves.org de SEO/BirdLife.

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Gorrión alpino: de los Alpes al Pirineo

Cuando los pajareros nos juntamos no hablamos de fútbol ni de política. Sólo hablamos de pájaros. Puede parecer un tema obsesivo, pero qué le vamos a hacer, nos gusta.

Hace unos meses me visitó en Fuerteventura el ornitólogo José Luis Copete, quien está haciendo un trabajo sobre los mosquiteros que también incluye a los canarios. No nos dio tiempo para hablar todo lo que hubiésemos querido, así que le pedí que me mantuviera informado por correo electrónico de las novedades pajariles en su Cataluña. Buen cumplidor, me ha mandado un par de historias que, si a él no le importa, voy a colgar en el blog para que todos disfrutemos con ellas. Dejo pues el sitio a José Luis Copete, quien nos va a contar su experiencia con los gorriones alpinos (Montifrigilla nivalis), un ave que sólo cría en Picos de Europa y en el Pirineo, apenas 6.000 parejas y muy amenazadas por el cambio climático.

«Hace tres inviernos, los anilladores del grupo local Parus, catalanes, consiguieron por fin montar un comedero estable al que se acostumbraron a ir gorriones alpinos. Esta especie sólo se había anillado antes en el Pirineo catalán en una ocasión; 4-5 aves, capturadas con red japonesa, a principios de los 90, en el Cadí-Moixerò, en un comedero que montamos unos amigos en alta montaña. Con el tiempo al comedero acudían un centenar de aves largo. Después de esperar a que se acostumbraran, hicieron una sesión de trampeo, con red de suelo: cogieron 80 y pico aves, con la gran sorpresa de capturar una con anilla alemana. Todo un hito, pues se suponía, desde siempre, que el gorrión alpino, en el Pirineo catalán oriental, era un invernante que provenía del Pirineo central.

Se trataba, no obstante, del segundo caso de ave originaria de los Alpes que se recuperaba en el Pirineo, pues existía una anilla recuperada en los 80 en el Pirineo francés. Aún así, es una noticia muy interesante: las aves de los Alpes no solo bajan algo de altitud, en invierno, si no que llegan al Pirineo, donde se mezclan con las aves pirenaicas, en bandos grandes.

La pregunta, ahora es la siguiente: ¿Los bandos invernales del Pirineo oriental tienen más aves alpinas de lo que pensamos? ¿Son una mezcla de aves pirenaicas y alpinas, o casi todas son alpinas?

Para seguir profundizando en el tema, el siguiente invierno estos mismos anilladores volvieron a la carga, tratando que el comedero permaneciera disponible permanentemente a pesar de las nevadas. Esto se consiguió. Un bando de unos 500 estaba siempre en el comedero. Logramos capturar unos 300, que marcamos, medimos y fotografiamos.

Sin embargo el invierno pasado, cuando ya teníamos anillas metálicas coloreadas (para poder identificarlos a distancia) y un plan de trabajo financiado fue un desastre. Tuvimos un invierno muy suave y casi no nevó. No apareció ni un gorrión alpino. Ahora estamos a la espera de ver qué pasa. Igual capturamos unos cuantos marcados en los Alpes… Veremos».

Distribución de las poblaciones nidificantes de gorrión alpino en la península Ibérica.


Llega el turismo ornitológico

Hace 20 años me detuvo la Guardia Civil en Barrios de Colina. Los vecinos de este pequeño pueblecito burgalés la habían llamado sumamente preocupados, después de verme caminar por entre las huertas con unos prismáticos. El susto fue también para mi mayúsculo, pero tras presentar carnés, papeles y dar cien explicaciones la cosa no fue a más. Participaba en la elaboración del Atlas de las Aves Nidificantes de la provincia de Burgos, un interesante proyecto destinado a conocer con detalle la distribución pajaril burgalesa. Pero para esas gentes, allí el único bicho raro era yo.

Y sin embargo, el gusto por observar aves no es nuevo. Desde Ovidio, si no antes, el hombre se ha quedado prendado por su vuelo, formas, cantos y colores. Nada menos que el inmortal William Shakespeare en su obra Las alegres comadres de Windsor, escrita en 1597, recoge en un párrafo: “She laments, sir. Her husband goes this morning to birding” (Ella lo lamenta, señor. Su marido se ha ido esta mañana a observar pájaros). Cuatro siglos después mi mujer sigue excusándose de la misma manera cuando no acudo a alguna reunión. Por suerte los tiempos han cambiado y ahora, como señala el castizo, “hay gente para todo”.

Especialmente aquí donde vivo, en Fuerteventura, mi afición por las aves ya no es el excéntrico entretenimiento de unos pocos locos. La isla está considerada la meca de la ornitología europea, el lugar donde se pueden ver las especies aladas más singulares junto con algunas de las más extrañas. Miles de extranjeros, especialmente ingleses, pero también franceses, holandeses, italianos y alemanes, acuden a la vieja Maxorata en busca de la rara hubara, la exclusiva tarabilla canaria o el esquivo corredor sahariano.

Durante mucho tiempo sólo me encontraba en el campo a estos extranjeros, ávidos por información sobre lugares y especies. Pero últimamente también comienza a notarse un aumento en el interés por el pajareo entre los españoles. La semana pasada ha sido un buen ejemplo de este esperanzador cambio de tendencia.

El martes acudí al Barranco de la Torre, en cuyo espeso tarajal se ha instalado la primera estación de “esfuerzo constante” para el anillamiento científico de aves en Canarias. La iniciativa, promovida por la Fundación Global Nature, con la participación de un centenar de voluntarios, pretende conocer con detalle las migraciones primaverales y otoñales de este apasionante grupo animal. Entre las 35 especies diferentes capturadas, la estrella indiscutible ha sido un chotacabras egipcio, un extraño pájaro insectívoro nocturno semejante a nuestro “engañapastores” pero propio del Sáhara, por primera vez citado en Europa. Su presencia ha sido interpretada como un claro síntoma del veloz avance del desierto, al que acompañan especies típicas como ésta, mientras las propias del lugar se baten en retirada.

Paralelamente, costas y charcas han sido visitadas periódicamente por los ornitólogos, quienes como me explicaba Juanjo Ramos, no han parado de dar información a los numerosos pajareros extranjeros con los que se han encontrado día tras día. Suplían así la falta de infraestructuras, guías y libros dedicados a este sector turístico en alza en todo el mundo, pero aquí todavía en pañales.

(En la imagen, Manolo Lobón anilla un bisbita caminero en el barranco de la Torre, Antigua, Fuerteventura).

Dos días después me visitaron dos expertos ornitólogos, por suerte españoles, Ferrán López y José Luis Copete. Están aquí para realizar un estudio genético del paíño común y del mosquitero. En un receso del trabajo les acompañé a la charca de Catalina García, en Tuineje, la zona húmeda más importante de Canarias. Un oasis en el desierto. Vimos dos polluelas pintojas, correlimos menudo, agachadiza, una espátula, garza real, garcetas. También un preciso macho de porrón de collar, especie propia de Norteamérica desde donde todos los inviernos este ejemplar llega tras atravesarse de una tacada todo el Atlántico. Incluso nos quedamos de piedra cuando descubrimos a una exótica pareja de pato picopinto (Anas poecilorhyncha), sin duda escapada de algún zoológico, y que casualmente Copete había visto en un reciente viaje ornitológico a China, de donde la especie es originaria. Pero la guinda la puso la ruidosa llegada a la laguna de un espectacular bando de más de medio centenar de tarros canelos, el ganso del desierto. Sus garabatos en el aire, cayendo en cabriolas hacia el agua nos dejaron a los tres con la boca abierta, absolutamente entusiasmados.

(Macho de porrón de collar observado en la charca de Catalina García. Ha llegado desde Norteamérica hasta Fuerteventura para pasar aquí el inverno tras atravesar el Atlántico sin hacer ni una sola parada).

Por supuesto, ninguna indicación señala cómo llegar a este paradisíaco rincón, y mucho mejor, pues no tiene vigilancia alguna. Eso sí, en una esquina de la charca se ha instalado un observatorio de aves. En el lugar donde más se las puede molestar, en el peor sitio posible y sin los más mínimos sistemas de ocultamiento de los accesos. Lleva un año construida y, como comprobamos entre risas, está cerrada a cal y canto. Spain is still different.

(Escondite para ver aves instalado en la charca de Catalina García. Lleva un año terminado pero la puerta está cerrada. Nadie sabe quién tiene la llave).