Clara Campoamor y el derecho a una ciudadanía de primera

 Por Nieves Gascón, (@nigasniluznina)

 

Toda mujer, por el hecho de producirse con acierto en terrenos que en otro tiempo le fuera vedado el acceso, revoluciona, transforma la sociedad: es feminista.

 Clara Campoamor, mayo de 1923

Discurso El derecho de la Mujer. Asociación Española Clara Campoamor (Madrid 2007)

 

Cerramos el mes de marzo, de reivindicación feminista y de calles moradas abarrotadas de sororidad, visibilidad y proclamas. Pero no damos por finalizada nuestra lucha diaria por un mundo más igualitario y diverso.

En este mes de abril comenzamos con la celebración del Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil el martes día dos, para cerrarlo con las elecciones generales del domingo veintiocho. Para unir ambos momentos desde este espacio, elegimos el álbum ilustrado Clara Campoamor. El primer voto de la mujer, de la escritora e ilustradora Raquel Díaz Reguera, recién editado por Nube Ocho y a quienes agradecemos el poder tener este título en nuestras manos, y sobre todo, en nuestra estantería de diversidad y defensa de derechos humanos LGBTI+.

Clara Campoamor fue la diputada que consiguió convencer con su discurso en el Congreso, para que se aprobara el sufragio universal y se permitiera votar a las mujeres en 1931, durante la Segunda República. No contó ni con el apoyo de la otra parlamentaria, Victoria Kent (sólo eran dos mujeres diputadas) ni siquiera con el de su propio partido. En su discurso apeló al avance que social y políticamente suponía la votación de las mujeres, cada vez más formadas y menos iletradas, exponiendo las cifras de analfabetismo y las tendencias a la evolución a la baja, entre las mujeres de la época. Un discurso que tras mucho debate, valió para conseguir el voto femenino en España, como uno de los países pioneros de Europa e incluso del mundo. En noviembre de 1933 votaron ellas y el sufragio fue universal, por primera vez y única antes de la Guerra Civil, momento en el que la dictadura nos condenó a cuarenta años de retroceso, no sólo respecto al derecho al voto, sino en relación a la negación del resto de derechos y libertades conseguidos anteriormente.

Retomando nuestro relato, este nos sumerge en la vida de Clara Campoamor desde que nació, de niña y con su familia, dejando la escuela adolescente para trabajar como costurera después del fallecimiento de su padre, y más tarde, retomar con treinta y dos años su formación para llegar a ser abogada, y con posterioridad, diputada. Una mujer entre hombres, que desde muy pequeña en comparación a su hermano, aprecia la limitación de la autonomía de las mujeres, de la negación del derecho a la educación y su sometimiento a los criterios impuestos por una sociedad patriarcal, en la que ellas sólo existen dependiendo y en relación a los hombres (padres, hermanos y cónyuges). Y qué decir de las mujeres diferentes, lesbianas o transexuales de la época, condenadas al rechazo y a una vida e identidad clandestinas. No existía espacio femenino, ni de reconocimiento de derechos sexuales o de cualquier otro tipo, para todas ellas.

De vuelta a la publicación, esta es recomendable e incluso necesaria, para niños, niñas y niñes de a partir del Primer Ciclo de Educación Primaria, neolectores de 7 u 8  años, y de esta edad en adelante. Cabe mencionar el cuidado diseño de edición de gran tamaño y tapas duras, rematada con tela en el canto de junta, y rico en coloridas ilustraciones a destacar por el personal trabajo de Raquel Díaz Reguera, que consigue dar un estilo y toque propios y característicos a sus imágenes y figuras humanas llenas de vida, con ojos enormes y de miradas profundas.

No se pierdan el contenido extra, a través del código QR que encontrarán en el libro, y que nos enlaza con una interesante propuesta didáctica y dinámica para trabajar con niños, niñas y niñes, en grupo o en el aula.

Esta lectura resulta necesaria en estos momentos en los que tenemos el deber de reflexionar sobre el valor de la democracia y nuestra participación, e incluso responsabilidad, a través del ejercicio responsable del voto. Nuestros hijes, hijas e hijos, deben aprender a apreciar el valor de las elecciones, sobre el derecho a votar y su conexión con el desarrollo de políticas garantistas de derechos humanos para toda la ciudadanía y grupos LGBTI+. Votemos conscientes de que nuestras familias diversas tengan aseguradas las condiciones y la garantía de poder vivir en paz, creciendo en una sociedad libre, igualitaria y con pleno reconocimiento de sus derechos.

Por este motivo rescatemos el gran valor histórico, político y social de Clara Campoamor, para no olvidar jamás su importante aportación en la consolidación del sufragio universal, además de su enorme valentía y persistencia en defensa de los derechos de todas las mujeres.

Estas elecciones mi hija de dieciocho años vota por primera vez y lo hará consciente de su realidad familiar diversa y de la repercusión del desarrollo de las políticas de estado que favorecen o perjudican nuestra vida cotidiana. Compartiremos esta preciosa lucha e historia. Espero que vosotras, vosotros y vosotres, también.

¡Hasta pronto!

 

 

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