No da igual que dos chicas de 13 años se suiciden por amor #NoEstasSol@

Mariana y Leslie Yuliana desaparecieron juntas un domingo, y así es como aparecieron un día después en una escena horrible: muertas, colgadas de un árbol, vestidas de la misma manera y pegada la una a la otra como si hubieran estado abrazadas. El suceso tuvo lugar a principios del pasado abril en el Pueblo Mágico de Jiquilpan (en Michoacan, México). Apenas contaban con trece años.

Mariana y Leslie se conocían desde la infancia, y fue en este dato y en el que hacían todo juntas (según informaban sus familiares), en lo que pusieron énfasis los medios de comunicación cuando dieron la terrible noticia. Ahora se ha sabido, dos meses después, que tras aquella terrible decisión había una historia de amor que las chicas sentían que les iba a ser imposible poder vivir porque sus familias no se lo iban a permitir. Desolador para cualquiera excepto para aquellos medios mexicanos que han tratado el tema con morbo y falta de sensibilidad, ofreciendo imágenes escabrosas. Unos han calificando el hecho como ‘insólito’ al dar cabida a la posibilidad de que el motivo fuera la relación de amor que habría entre ellas, y otros han preferido descartar esta opción y hablar de lo que dice la gente y es que las niñas habían hecho un pacto con el diablo.

Lo que la versión oficial da por cierto es que sus familias les habían prohibido estar juntas y la versión oficiosa de sus amigos, a medida que pasa el tiempo, consolida el hecho de que las chicas se querían, no como amigas sino como se quiere cuando te enamoras.

Con motivo del Día contra la Homofobia, Bifobia y Transfobia (17 de mayo), el presidente de México -Peña Nieto- envío al Parlamento una iniciativa por la que se aprobaría el matrimonio igualitario. Además, parece que contemplará que la orientación sexual no sea factor para la adopción, que se garantice la identidad de género para lo cual las personas podrán pedir que se les expidan nuevas actas de nacimiento cambiando su nombre y sexo, y finalmente que para que una pareja pueda divorciarse baste con que uno de los dos lo desee. Sin duda, un reconocimiento legal ayudará a cambiar la mentalidad pero que sobre todo mandará un mensaje de normalidad.

“Entiendo que estas medidas enfrenten cierta resistencia y que aún persisten una serie de tabúes relacionados con el tema. Sin embargo, como presidente, mi deber es garantizar que las creencias personales y costumbres de algunos no limiten los derechos humanos de otros” (Peña Nieto)

Efectivamente, México es uno de los países donde la discriminación y violencia hacia las personas lesbianas, gais, bisexuales y trans sigue todavía muy arraigada en todos los estratos de la sociedad. Su no aceptación y consiguiente asociación a perversión o enfermedad es algo muy presente en las creencias de la mayoría de la gente, en gran parte por la influencia de religiones como la evangélica o la católica. Precisamente, contra la -que han calificado ‘peligrosa’- iniciativa de Peña Prieto se ha opuesto públicamente el sector católico oficial y no oficial, en distinto grado, eso sí.

“La realidad es que por más propaganda que reciba, la homosexualidad no corresponde a una vivencia de la sexualidad ni madura ni equilibrada, y provoca, en quienes la padecen, daños físicos, psicológicos, morales y espirituales”.

Bajo ese tipo de consignas se explica que dos familias prohíban a sus hijas que mantengan una relación que puede responder a esos patrones. Y también, en ese mundo de creencias se contextualiza su sentimiento de desesperación y de no ver luz al final del túnel. Según la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) de México (una agencia federal gubernamental autónoma) reflejan un aumento en las cifras y la naturaleza cada vez más violenta de los delitos basados en el prejuicio contra las personas LGBT. Otra organización, Letra S Sida, Cultura y Vida Cotidiana, ha habido 1.218 asesinatos motivados por el prejuicio contra personas LGBT, más del 80% de las víctimas habrían sido blanco de ataques antes de haber sido asesinadas.

El suicidio entre los jóvenes de 15 a 19 años en México, actualmente, ocupa la tercera posición de muertes, sólo después de los accidentes de tráfico y, atención por el significado que tiene, por los homicidios son por violencia intrafamiliar. En este rango de edad, y a diferencia de con los otros, se registran más suicidios en el sexo femenino, y son los motivos de orientación sexual e identidad de género los mayoritarios. A su vez se calcula que el 60% de estos suicidios es por acoso escolar. En agosto de 2014, el Instituto Nacional de Psiquiatría alertó que si no se combaten formas de agresión como el bullying, para 2020 el suicidio va a ser la primera causa de muerte entre niños y jóvenes en México.

La historia de Mariana y Leslie por su juventud, por el sufrimiento que refleja, por el bloqueo emocional que representa llena de tristeza a cualquiera. Estas dos niñas de 13 años se sintieron solas y no llegaron a creerse una de las verdades que la vida te enseña, y es que esa situación de rechazo iba a ser pasajera porque con la edad se puede adquirir independencia y conocer otras referencias y formas de nombrar la homosexualidad que no la asocian a algo sucio o antinatural, ni siquiera entre los propios creyentes de distintas religiones. Esto es algo que la organización It Gets Better, muy asentada en México, refleja muy bien con vídeos como este:

Tags: #BesosContraLaViolencia, bullying, Discriminación, It gets better, LGBTI, México, Rechazo familiar, Suidicio | Almacenado en: Adolescentes, Américas