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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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Descubierta una nueva especie de pájaro en Canarias

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Es un notición pero prácticamente nadie lo sabe. Y se podría vender muy bien en la prensa. En lugar de esos aburridos titulares de «el PP niega…» o «el PSOE denuncia…», qué bien quedaría abriendo el periódico a cinco columnas: «Descubierta una nueva especie de ave en Canarias«. Se llama pinzón azul de Gran Canaria (Fringilla polatzeki) y, como su propio nombre indica, sólo existe en esa isla.

Otra especie canaria más, añadirían los siempre enteradillos contertulios de radio y televisión sin darle demasiada importancia, pues nuestro archipiélago macaronésico (del griego makáron, islas afortunadas, felices, que se note nuestra formación en Letras) es uno de los más importantes puntos calientes de biodiversidad del planeta; incluso más rico que las islas Galápagos. Lee el resto de la entrada »

Isidro de Atapuerca vence al Oso Yogui

Escultura Oso

Quienes se acerquen este verano por el Museo de la Evolución de Burgos se van a encontrar con una agradable sorpresa: la Sima de los Osos. Se trata de una nueva exposición temporal que podrá verse de forma gratuita hasta finales de año. En ella se exhibe un cráneo de oso de más de 400.000 años, una magnífica escultura de un individuo adulto de la misma especie y un audiovisual de Javier Trueba sobre el proceso de excavación y el trabajo de laboratorio de limpieza y estabilización de los fósiles.

El cráneo no es un cráneo cualquiera. Se trata de Isidro, el mejor de los más de 300 ejemplares de Ursus deningeri, un antepasado del actual oso pardo (Ursus arctos) acumulados hace unos 400.000 años en ese asombroso cementerio natural de animales y homínidos que es la Sima de los Huesos.

Y la escultura tampoco es una más. Es Isidro, pero con piel y músculos. Un ejemplar de casi 2 metros de altura, erguido sobre sus patas traseras, de gran fuerza plástica, recreado por Sonia Cabello, profesora de escultura en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid y que ha sido concebida con un impecable rigor científico a partir del  asesoramiento de las doctoras en Paleontología Nuria García y Elena Santos. Lee el resto de la entrada »

Pobres ancianos secuestrados en jardines

Olivo milenario

La historia es real. Un artista se enamoró de un árbol y quiso inmortalizarlo en una pintura única. Era un olivo del Maestrazgo, en Castellón, al que le calculaban 1.300 años. Por ponerle una cifra, pues resulta imposible conocer su edad exacta. Todas las tardes el pintor acudía al olivar buscando esa luz única incidiendo en la corteza retorcida del coloso, que dibujaba con primor de escolar. Pero al llegar un día el gigante había desaparecido. ¿Se habría confundido de lugar? El agujero abierto en la tierra le confirmó su peor presentimiento. Lo habían vendido por un puñado de euros, para desolación del artista y de los muchos vecinos y forasteros que lo admiraban. Un triste cuadro sin terminar fue su último recuerdo.

En la Comunidad Valenciana todos estos árboles grandiosos están protegidos desde 2006. Pero no los que se llevaron antes en camiones a golpe de cheque, la mayoría muertos durante el transporte, abandonados en viveros, languideciendo en rotondas, campos de golf, urbanizaciones; la minoría en jardines donde se coleccionan como un lujo más, los últimos testigos vivos de la historia dando sombra a la piscina.

Uno de ellos, quizá el del cuadro inacabado, se ha hecho famoso. Forma parte de la caprichosa colección de olivos centenarios del banquero Emilio Botín. 475 vetustos ejemplares expoliados a mayor gloria del mercado financiero. Bautizado «Santander», al menos ha servido para algo más que el adorno. De él se ha extraído la primera secuenciación completa del ADN de la especie.

Gracias a sus añejos genes podremos mejorar la futura producción olivarera. Pero nunca lograremos que el viejo árbol vuelva a disfrutar de esas puestas de sol mediterráneas, auténticamente sublimes en estos días de finales de otoño. Ni que nosotros las disfrutemos a su sombra.

Olivo milenario

Foto superior: Ejemplar secuenciado en el proyecto del CSIC. ©Banco Santander/CSIC

Foto inferior:  Olivo Domiciano, nacido en el Maestrazgo (Castellón) hace casi 2000 años y que fue subastado en Francia por 64.000 euros como escultura viva del Imperio romano«. Las subastas de estos ejemplares únicos que deberían estar protegidos y ser atractivos turísticos de la comarca siguen dando fabulosos beneficios a los intermediarios de tan vergonzoso comercio.

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Descubren nuevas poblaciones de lince en Castilla-La Mancha

Un estudio dirigido por el Departamento de Biodiversidad y Biología Evolutiva del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) ha descubierto nuevas poblaciones de lince ibérico (Lynx pardinus), el felino más amenazado de extinción del mundo, en los montes de Toledo, Albacete y Ciudad Real (Castilla-La Mancha).

Escaso en número, apenas 200 ejemplares arrinconados en Sierra Morena y Doñana, invisibles en unos bosques remotos por donde se mueven como auténticos fantasmas, resulta casi imposible detectarlos. Tan sólo el desarrollo de una moderna metodología basada en el estudio del ADN está permitiendo su localización a partir de los únicos restos que dejan a nuestra vista: sus excrementos.

Les parecerá increíble, pero los expertos dedican ahora muchos esfuerzos en el campo a algo tan desagradable como recoger cacas de animales. En ellas un pelo, unas pocas células, pueden aportar una inmensa información genética sobre su propietario. Y en primer lugar nos dan un dato nada desdeñable. Donde hay heces de lince hay linces.

No es un trabajo fácil. Lo reconocen los propios investigadores en su fenomenal artículo publicado en el último número de la revista Animal Conservation, y dado a conocer por el periódico Público. Por algo lo titulan Looking for the Iberian lynx in central Spain: a needle in a haystack?, que en español vendría a traducirse por Buscando al lince ibérico en la España central: ¿una aguja en un pajar?

Analizando cacas procedentes de lugares donde supuestamente el lince estaba extinguido, lograron extraer 581 muestras genéticas de las que 18 pertenecen a nuestro amenazado gato con orejas de pincel. 18 agujas en medio de un espeso pajar de bosque mediterráneo.

Una evidencia indiscutible de que el emblemático felino sigue presente en los Montes de Toledo, la Sierra del Relumbrar (Albacete), el río Guadalmez (Ciudad Real) y la parte occidental de Sierra Morena. Fue precisamente en la última de estas cuatro zonas, colindante con las poblaciones andaluzas, donde el año pasado se pudo grabar con vídeo a varios ejemplares.

De las muchas noticias generadas por el lince en los últimos años, ésta es sin duda una de las mejores.

El único pero se lo podemos poner a que no se haya localizado ni un solo lince en la cacereña Sierra de Gata, a pesar de los exhaustivos rastreos en busca de excrementos realizados allí entre 2005 y 2007.

Como ha explicado el principal autor del estudio, el biólogo Fernando Alda, en 1990 existían en España más de mil ejemplares, distribuidos en 48 áreas de cría. Sin embargo la desaparición de los conejos, asolados por las enfermedades (mixomatosis y hemorrágica), la fragmentación de su hábitat por presas y carreteras, la leucemia felina y los atropellos han diezmado a la especie, arrinconando a los últimos dos centenares de supervivientes en Doñana y Andújar.

No sabemos de cuántos linces estamos hablando. Seguramente muy pocos, en algunos casos ejemplares solitarios, viejos supervivientes de antiguos núcleos donde todos los demás han ido muriendo poco a poco.

Lo que sí sabemos es que el descubrimiento de estos linces, de estos nuevos lugares, supone una bocanada de aire fresco genético a una asfixiada especie en situación límite. Obligará a aumentar la protección de esos lugares y a replantearse los actuales planes de gestión. Y ayudará sin duda a lograr esa recuperación con la que todos soñamos.

Favila y Carlomagno mataron al mismo oso

El oso que mató al rey Favila era de la misma especie que el que mató con sus propias manos Carlomagno.

Un reciente análisis de ADN mitocondrial con muestras de osos europeos de hace 20.000 años y actuales ha echado por tierra la teoría de que de los plantígrados de las penínsulas del sur de Europa (España, Italia y los Balcanes) eran subespecies diferentes que quedaron aisladas durante la última glaciación. En realidad todos eran una misma especie, luego fragmentada en múltiples poblaciones a medida que los bosques fueron retrocediendo y la caza los arrinconó en las montañas.

El trabajo ha sido realizado por la paleontóloga molecular Cristina Valdiosera, perteneciente al Centro Mixto de la Universidad Complutense e Instituto de Salud Carlos III, bajo la dirección de los paleontólogos Juan Luis Arsuaga y Anders Götherströmm, habiendo sido publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

En 1914, el naturalista Ángel Cabrera (1879-1960) describió al oso español como una subespecie diferente denominada pyrenaicus, caracterizada por tener las puntas del pelo amarillentas y las patas negras. Pero en realidad desde hace mucho tiempo se les consideraba iguales a todos los europeos.

¿Ayudará este estudio a la conservación del oso en España? Resulta difícil aventurarlo. El trabajo de Valdiosera viene a confirmar científicamente lo que ya se sospechaba. Hace así técnicamente más sencilla la vuelta del oso a los Pirineos, donde está prácticamente extinguido (apenas 20 individuos), a partir de ejemplares procedentes de Eslovenia, pues ambas poblaciones serían genéticamente iguales.

Si los ganaderos lo permiten, algo que de momento no parece sencillo. Y si no, como ya os conté aquí en una ocasión, que se lo pregunten a la pobre Palouma o a la difunta Canelle, víctimas del odio a este grandioso animal, terror de Favila y de Carlomagno.

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Posdata. Si quieres conocer las últimas noticias publicadas sobre el oso pardo, están todas recopiladas en la minuteca de 20 Minutos. Pincha aquí para llegar a ella.


Descubierto un nuevo saurio en La Gomera

En realidad todo el mundo conoce en La Gomera, en las islas Canarias, a este bello eslizón, mitad lagarto, mitad culebra. Pero siempre se pensó que era prácticamente idéntico al de Tenerife, tan sólo una subespecie, poco más que una raza.

Sin embargo, un exhaustivo estudio sobre secuencias de ADN mitocondrial realizado por investigadores de España, Reino Unido y Francia, recientemente publicado en el último número de la revista Molecular Phylogenetics and Evolution, acaba de elevarlo a la categoría de especie. Rápidamente, su descripción ha sido incluida en la espléndida Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles, donde podéis consultar su ficha.

Acaba de nacer por tanto para la Ciencia, oficialmente bautizada como Lisa de Salvador (Chalcides coeruleopunctatus). Así denominada en honor a Alfredo Salvador, investigador de Ecología Evolutiva en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, quien la describió por primera vez en 1975. Con dos nombres científicos en latín complicados pero muy ilustrativos. Chalcides, pues es el género exclusivo de los eslizones, conocidos en Canarias como lisas o lisnejas. Y coeruleopunctatus por las manchas azules que presentan los adultos en el dorso.

Además, gracias a la genética se ha descubierto con detalle la increíble historia de la colonización del archipiélago canario por este saurio. Llegó hace 7 millones de años a La Gomera de forma casual, seguramente dentro de troncos que flotaban a la deriva en el mar. Desde esta isla habría logrado saltar a Tenerife hace unos 4-5 millones de años y a Gran Canaria hace unos 3,5 millones de años, donde evolucionaron de manera aislada dando lugar a especies diferentes. La colonización de El Hierro desde La Gomera habría sido mucho más reciente, puesto que geológicamente es la isla canaria más joven. Por esta razón, los eslizones de allí son iguales a los gomeros. ¿Increíble verdad?