Por CompiBloggui (@CompiBloggui)
Hola compis!!
He de deciros que estoy algo confuso a la vez que indignado y sorprendido. Esta primavera he sentido que se inauguraba con olor arcoíris.
A mi alrededor todo era buen rollo.., la gente habla abiertamente sobre el Orgullo de este año y que, como ya sabéis, es el mundial en Madrid y por ello va a ser una pasada.
Ya se empiezan a ver ya por Chueca (y aledaños) algunas banderas. También lucen los carteles publicitarios del Ayuntamiento de Madrid animando a acudir a la ciudad esos días. El eslogan “Ames a quien ames, Madrid te quiere” me parece buenísimo. Y mientras estamos en estas… llegan las noticias de Chechenia.
No voy a contar lo que ocurre allí con la población LGTB porque es de sobra conocido pero evidentemente me ha descolocado. Ver a amigos y conocidos (junto a cientos de personas) manifestarse ante la embajada de Rusia en Madrid para pedir, no lo equiparación en derechos, si no algo tan básico como que no maten, torturen o detengan a personas por su orientación sexual o identidad de género con las mismas banderas con las que “adornamos” las calles a finales de junio me dejó, al menos, descolocado.
No es comparable por la gravedad de lo que ocurre en Chechenia pero también estos días escuché como en las elecciones francesas se habla de los candidatos a primarias y sus programas son “mas o menos cercanos a los colectivos LGTB”. Esto me produjo un escalofrío. ¿Realmente la equiparación en derechos es moneda de cambio en función del electorado que se busca? ¿Lo que se ha ganado se puede perder?
Cambiando de continente me cuentan que en Taiwan están hablando, con posibilidades de conseguirlo, de una ley de matrimonio igualitario y me alegran el día pero a la tarde me entero que en otro país de la misma zona de Asia, en concreto en Corea del Sur el ejercito utiliza las aplicaciones de móvil para “destapar” a sus soldados homosexuales a los que pueden condenar, según las leyes vigentes, a dos años de cárcel. No daba crédito, ¡¡el ejercito usando un perfil falso con este objetivo tan horrible!!
Después de estos momentos de montaña rusa, he decido que quiero seguir oliendo a arcoíris, y para ello habrá que continuar trabajando por los derechos del colectivo LGTB en particular, y por los de todos los seres humanos en particular, con seriedad, con alegría, con firmeza, con una sonrisa, con formación, con tesón, con esperanza y por supuesto con orgullo.