Por Toño Abad (@antonioabadg), activista de Derechos Humanos, Secretario General de Diversitat Alacant
El próximo fin de semana tendrán lugar en la ciudad de Alicante las VII Jornadas de Educación de la FELGTB (Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales) organizadas por Diversitat- Col·lectiu de Lesbianes, Gais, Trans y Bisexuals d’Alacant y el Observatorio Valenciano contra la LGTBfobia, bajo el lema: «El derecho y el deber de educar en diversidad».
El derecho de educar en diversidad, porque el alumnado tiene el derecho a la igualdad de trato y de oportunidades, a ver reflejado en el currículo académico la enorme riqueza de la diversidad humana, a que en las aulas se conozca y se trate la realidad de las familias diversas, de las identidades de género y de las distintas orientaciones sexuales. Pero también el deber de educar en diversidad, es decir, la obligación de tratar la diversidad en las aulas, porque tenemos el mandato constitucional de “promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas” así como de “remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud” (artículo 9.2 de la Constitución Española). Un mandato al máximo nivel que, históricamente, se ha incumplido, ocultando la realidad de la diversidad humana en las aulas.
La realidad LGTBI está excluida de los contenidos educativos: no se visibiliza la diversidad, cuando no se oculta deliberadamente. Se da por hecho que lo válido, lo normativo, y lo que se ajusta a la regla es la cisheterosexualidad y por lo tanto, todo lo que sale de esa “norma” impuesta se excluye, se borra o se elimina. Ni Federico García Lorca era gay ni Gloria Fuertes lesbiana, ni existen las familias de colores ni mucho menos, las identidades trans ni las no binarias. Encontrar una referencia a la bisexualidad en el arte, la literatura, el cine o la música es todavía más complicado, está sometida a una invisibilización total.
Los datos que nos llegan a las entidades LGTBI son preocupantes: la gran mayoría de adolescentes LGTBI perciben los centros educativos como el primer lugar de exclusión, casi la mitad (un 40%) han tenido ideas de suicidio y un 10 % lo han intentado una o más veces. Esta es la punta del iceberg de un acoso que está tan arraigado que hemos normalizado la violencia.
Lejos de haber logrado la plena igualdad -y a consecuencia de la enorme presión social, de la violencia y del acoso que reciben niñas y niñas en las aulas por su expresión, o jóvenes por su identidad de género u orientación, como entidad- hemos tenido que solicitar medidas de protección, actuar en mediación familiar, asesorar a jóvenes víctimas de acoso y exclusión, acompañar a chicos y chicas en el largo proceso de la autoaceptación, intervenir en centros y aulas. En algunos casos incluso protegiendo a menores de sus propios progenitores, que causan sufrimiento innecesario por no aceptar las identidades y las orientaciones diversas de sus hijos e hijas.
El caso de las identidades trans es más complejo todavía: hay que explicar a padres y madres que corregir la expresión de género de niños y niñas trans causa alteraciones en la conducta y en algunos casos les empujan a una espiral de autoexclusión, falta de autoestima y depresión.
Pero algo está cambiando y vemos cómo la sociedad en general y amplios sectores de la comunidad educativa, en particular, entienden que esta realidad hay que modificarla si queremos escuelas inclusivas que eduquen a personas mejores y más humanas.
Por primera vez en el sistema educativo autonómico valenciano, Diversitat ha formado a más de 400 docentes para que atiendan la diversidad sexual, familiar y de género en los centros educativos. Bien través de la formación CIC (coordinadoras y coordinadores de igualdad y convivencia) o a través de los centros de formación del profesorado de la provincia de Alicante (CEFIRE) tenemos una generación de docentes preparados y preparadas para afrontar los retos del tratamiento de la diversidad en las aulas, pero también la lucha contra el acoso escolar LGTBfóbico, la violencia o el odio. Estamos contribuyendo a cambiar el paradigma educativo, centrándonos en atender y dar respuesta a la diversidad con una visión interseccional, transversal y transformadora.
Alicante acogerá el 15, 16 y 17 de diciembre las VII Jornadas Estatales de Educación, que atraerán a más de un centenar de docentes comprometidos y comprometidas con la igualdad y la diversidad para compartir experiencias, buenas prácticas, talento y conocimiento. Si conseguimos escuelas inclusivas, donde la diversidad sea vista como una oportunidad educativa y no como una amenaza, donde las personas vean reflejada sus anhelos, su forma de ser, su identidad individual, sexual, familiar y de género, habremos contribuido a la creación de un mundo mejor, más fuerte, más solidario, más digno, más libre y, sobre todo, más igualitario.
El principal derecho y deber es educar SIN CENSURA.
Ya todo lo demás vendría corrido.
14 diciembre 2017 | 16:16