Por Nieves Gascón, (@nigasniluznina)

Foto de la autora. Modelo: Sara Suárez Gascón
El pasado mayo, mi amiga Lucía Gómez viajó a Ecuador donde estuvo un mes con su hijo de tres años. Me pareció una experiencia familiar muy interesante.
De Ecuador no conozco más que a las personas que entrevisto en alguna ocasión, en mi trabajo. En términos muy, muy generales, me parecen educadas, discretas, algo introvertidas, con un estilo de comunicación bastante alejado al mediterráneo, tan pasional y al que estoy acostumbrada e influenciada desde mi crianza. Abandonado tópicos y prejuicios de un lado, quiero ampliar mi conocimiento y decido consultar el Informe Anual 2017 de Amnistía Internacional sobre la situación sociopolítica y de derechos humanos del país. Leo, El Comité de Derechos Humanos de la ONU… recomendó incrementar los esfuerzos para poner fin a la discriminación contra lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI). Muy preocupante.
Volviendo al mes de mayo, Lucía me envía un correo para comentar que ha conocido a Lorena Villarroel López, maestra infantil que ha escrito y publicado un cuento, Familias de Colores, nada menos que el primero en Ecuador sobre diversidad afectivo sexual, ilustrado por Tania Dávila L. y editado por la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, en Quito, en este año, 2017. No asisto al acto, imposible, pero con posterioridad recibo un vídeo. Raúl Pérez Torres, entonces presidente de la Casa de la Cultura y actual Ministro de Cultura y Patrimonio, hace una parte de la presentación. En un divertido momento del acto, Fausto Caamaño, Especialista en Teatro Inclusión, levanta de las sillas a las y los asistentes en una simpática dinámica, trasladándose a su propia infancia para conectarles al colorido mundo de este relato.
La edición de flexible, multicromática y brillante tapa blanda, nos hace partícipes de la realidad de niños y niñas con familias muy distintas: Gabriel que junto a su familia viene de muy lejos, nos va presentado a Víctor que vive en una familia monoparental con un padre viudo, Lulú con dos madres, Shaio que también viene de lejos y con su familia migrante y muy numerosa, y Ani, hija en una familia monomarental de la que forman parte tres generaciones junto a su abuelo y abuela. Finalmente Víctor, nos presenta a su propia familia con una madre embarazada de trillizas y su padre. El pequeño y simpático narrador finaliza el relato preguntándonos con quien o quienes vivimos, en dónde y el color de nuestra propia familia, haciendo una invitación a la reflexión y diálogo grupal en el aula.
Lorena, la autora, hizo un viaje por diferentes lugares de Europa durante este verano y tuvimos la satisfacción (Violeta Assiego, Lucía Gómez y servidora) de encontrarnos con ella en una terraza en el diverso y acogedor barrio de Lavapiés, a su pasada por Madrid en una calurosa tarde de agosto. Nuestra escritora es una mujer joven, cargada de energía, proyectos, con la teoría educativa a flor de piel, un consolidado discurso teórico y experiencia docente. Le planteamos diferentes cuestiones y nos contesta con fluidez, en un elocuente y rico diálogo.
Familias de Colores, es el resultado a una investigación previa. La diversidad constituye el tema central de su tesis universitaria. Cuando se publica este título, los sectores sociales religiosos y más conservadores interponen una queja, en la que piden eliminar contenidos del relato que consideran, van a generar polémica en Ecuador.
Anteriormente publica otro libro para adolescentes y personas adultas. Pero Familias de Colores es su primera publicación dirigida a niños y niñas en etapa escolar infantil, de cero a seis años en adelante y hasta los cien. El proyecto duró tres años. La idea inicial era una edición de tapas duras, mayor tamaño y coste, pero finalmente se decide una edición más accesible.
En Ecuador la defensa de los derechos de los grupos LGBT la lideran movimientos independientes. “Desde la infancia tenemos que trabajar para eliminar los prejuicios, que solo tiene las personas adultas”. Insiste en trabajar las conductas y expectativas de género en las aulas, para romper con patrones culturales heteronormativos.
La diversidad sexual en Ecuador, como en muchos otros lugares, es invisible. “Este libro no va a cambiar el mundo” pero hay que comenzar a intentarlo desde las aulas.
Lorena trabajó cinco meses en una escuela religiosa. Colaboró en el proceso de admisiones. Cada familia tenía que llevar una foto entre la documentación a presentar y esta debía ajustarse a la imagen de familia nuclear clásica, con partida de matrimonio incluida. “No se admitía a parejas o personas divorciadas o con hijos e hijas de procesos invitro”. Entonces, qué decir de las familias homparentales y homomarentales. Admisión impensable. Añade “en Ecuador hay una mercantilización de la educación. El niño, no es niño, es cliente”. Le despidieron de esta escuela de forma improcedente.
En el último colegio en el que trabajó había familias diversas, pero ocultas. “El apoyo indirecto o silencioso (a estas familias) para mí, no es apoyo”. La diversidad en Ecuador es un tema tabú.
Nos habla entre matices teóricos de Foucault y de su trabajo actual sobre “disciplinamiento del cuerpo”, de relaciones en el aula, la familia, normas, poder, imposición y restricciones sociales.
Nos deja con su paso por Madrid, una puerta abierta a la esperanza y a un futuro cambio educativo, paradigmático y sociocultural.
Un placer conocer y leer a Lorena. No se pierdan este relato y compartan una vez más, en familia.
¡Hasta pronto!
¡Efectivamente! Buen texto, muy informativo y explícito! Gracias por compartir sus consejos.
28 septiembre 2017 | 10:39
ni el minuto de silencio. es to cuento.
28 septiembre 2017 | 20:39
Que se lo digan al puigdel monte y a junqueras que han alborotado el gallinero y han desaparecido.
03 octubre 2017 | 22:08
y sin son invisbles, pintalas…
04 octubre 2017 | 19:52
Los que no dejan los comentarios que contradicen lo que ellos creen a pies juntillas que problema tienen? No creo que los que hoy te alaben porque les das la razón sean idiotas cuando contradigan su argumentación lo que les convierte (a los primeros) en individuos poco fiables, veletas y nada objetivos.
05 octubre 2017 | 10:05