Por Enrique Anarte (@enriqueanarte)
Tiene 22 años y acaba de ser nombrada la mejor portera del mundo de hockey sobre patines. Pero el mundo no lo sabe, o no quiere saberlo. Primero, porque es un deporte minoritario en un país embelesado por el circo empresarial y mediático montado en torno al fútbol. Segundo, porque es una mujer. O quizás esto sea una razón todavía más importante. Porque es una mujer triunfadora en uno de los últimos bastiones de poder y privilegio del heteropatriarcado.
Teresa Bernadas (Igualada, 1994) empezó a jugar a hockey patín con siete años. La casualidad quiso que su hermana gemela Raquel, se empeñase en aquel deporte, aunque ella prefería el fútbol. Sus padres no podían llevar a cada una a un deporte distinto, así que Teresa tuvo que aguantarse e hizo una prueba para el equipo de niñas de Igualada. Gracias a aquella prueba, y a los años de esfuerzo y sacrificio que vinieron después, hoy no solo puede mostrar ese reconocimiento con orgullo, sino que además fue la guardameta que, junto con sus compañeras de la selección, dio a España su quinto Mundial de hockey sobre patines femenino hace casi dos meses.
Sí, España ganó la decimotercera edición de ese Campeonato mundial en la ciudad chilena de Iquique, al norte del país sudamericano, el pasado 1 de octubre. Pocos bares y pocas calles gritaron con la victoria de las campeonas. Porque son mujeres. Porque es hockey patín.
El ostracismo en el que viven deportistas como Bernadas es, por desgracia, el pan de cada día de muchas mujeres que han elegido dedicar su vida a una pasión: el deporte. «Te genera impotencia y rabia, pero estás acostumbrada. Estás acostumbrada a que un hombre, por hacer el deporte que sea, siempre vaya a tener más repercusión que una mujer», cuenta en una entrevista con este blog. «Si encima hablamos ya de un deporte minoritario y no olímpico, como es el nuestro, la repercusión es mínima», añade. «Es duro, pero lo tienes asimilado».
La falta de reconocimiento tanto mediático como social viene acompañada de la ausencia de un sólido apoyo institucional como el que sí disfrutan otras disciplinas deportivas. Bernadas es tajante: «en mi disciplina, el apoyo institucional al deportista es casi nulo». Cuenta que las becas regionales a deportistas de alto rendimiento han sido suspendidas por muchas comunidades autónomas, como la suya, Cataluña. «A nivel estatal está el programa ‘Mujer y deporte’, que funciona a través de las federaciones y por el que puedes optar a un máximo de 600 euros, siempre que estés llevando a cabo estudios universitarios», explica.
Está hablando de 600 euros al año. Como es evidente, no es suficiente. «Es casi el 50 por ciento de lo que cuesta la matrícula de la carrera», apunta la joven deportista, que compagina entrenamientos y partidos con su actual equipo (el Club Patín Alcorcón), su trabajo como entrenadora de pequeños deportistas y el último curso del grado en Relaciones Internacionales. Si ganan un campeonato, a veces hay prima. La cantidad es irrisoria: en el Europeo del año pasado recibieron 200 euros «y porque el Comité Olímpico tiene asignadas unas cantidades». ¿Y por el Campeonato mundial que acaban de ganar? «Este año por el Mundial todavía no nos han dado nada».
Pero la precariedad económica de las deportistas en general, y en concreto de aquellas que se dedican a deportes minoritarios, va mucho más allá. Una de las razones es que para muchas disciplinas deportivas femeninas no existe una estructura económica e institucional que apoye su profesionalización. Por ausencia de interés deportivo y económico, obviamente. «Yo no soy profesional, soy semiprofesional, porque no hay contratos profesionales de hockey sobre patines. Yo tengo un contrato con el club y tengo suerte, pero no es la realidad de muchas otras de otras deportistas de la liga», explica Bernadas. Ella se dedica a entrenar niños del club para el que juega ahora: «lo mío es un contrato de obra y servicio, pero no un contrato profesional como deportista, porque realmente se tendría que hacer en exclusiva para esto y no existe». Cuenta que en España el deporte que está más profesionalizado es el fútbol: «el único club es el Barcelona y los sueldos seguramente sean de mileurista».
En estas condiciones, las deportistas tienen que hacer un esfuerzo mucho mayor que sus compañeros para poder dedicarse a su vocación. En opinión de esta deportista de élite, «en el hockey sobre patines, un chico puede vivir de ello. La media puede que esté en los 4.000 euros». En el caso de este deporte, el techo de cristal con que las mujeres chocan en muchas otras situaciones es una especie de telón de acero que no deja pasar luz alguna: «una mujer nunca podría aspirar a esto. Puedes conseguir que te paguen un piso y unas cantidades por entrenar a niños y para pagarte la comida, el transporte y demás, pero evidentemente tienes que seguir trabajando o estudiando«.
¿Y qué ocurre con la homofobia, otra de las lacras más perniciosas del mundo del deporte, en el deporte femenino? A juicio de esta joven, al menos en su disciplina, las deportistas no tienen que afrontar la discriminación homófoba que sí afrontan sus compañeros. «Me arriesgo diciendo esto, pero viendo el deporte en general y conociendo a jugadoras y compañeras, te das cuenta de que, como estás acostumbrada a que te discriminen por ser mujer, si encima entre nosotras nos discriminamos por nuestra sexualidad o nuestros gustos, nos hacemos más débiles«, argumenta.
Cree, no obstante, que faltan referentes de deportistas homosexuales y bisexuales en el deporte, también en el femenino, si bien añade que esta visibilidad muchas veces se ve entorpecida por la categorización morbosa que hacen los medios de comunicación de las deportistas que sí han salido del armario. Algo parecido a lo que hacen con el físico de las deportistas, critica. Ella cree que «puedo ser un referente sin necesidad de que nadie me señale, porque yo quiero serlo y punto».
A modo de conclusión, le pregunto si le gustaría poder vivir de su pasión, aquello en lo que lleva trabajando tantos años, como hacen los hombres cuyos nombres llenan las páginas de los diarios deportivos. «¿A quién no le gustaría dedicarse a su pasión?», responde esta luchadora nata. «Si solo pudiera dedicarme al hockey, sería la persona más feliz del mundo».
Me parece una entrada MUY PROVOCATIVA, sesgada y malintencionada… No es un problema de hombre, mujeres o viceversa… sino de dinero… El fútbol femenino, está empezando a generar un poco más de interés que hace 10 años y la situación para las chicas, afortunadamente ha cambiado, puesto que genera más interés y como tal mueve más dinero. No se puede pretender, que en un país de solo 50M de personas TODOS los deportes sean igual de atractivos al público, lo normal son 2, 3 como mucho 4 salvo excepciones como olimpiadas o cosas así… en este país, parece que solo hay ciclismo en Mayo, Julio y Septiembre (Giro, Tour y Vuelta) cuando hay pruebas todo el año, igual que campeonatos de motor (Rally, etc..) Está claro que siempre habrá un discriminado, pero flaco favor se hace si se utiliza el machismo o la homofobia como arma para escribir de cualquier cosa… Ya cansa utilizar los típicos clichés de siempre para quejarnos de lo mismo… Cuanta gente acude a ver un partido de hockey sobre patines femenino??? Esta bien luchar -no contra el machismo-, porque no es ni debería de ser una guerra, sino para perseguir la igualdad, educar y concienciar a una sociedad egoista y muchas veces mal informada. Por eso creo que el error pasa por usar continuadamente esas «excusas» cuando realmente el problema es otro…
30 noviembre 2016 | 15:57
Yo tengo un vecino que es un auténtico genio jugando a la petanca y tampoco le dan nada, al revés le cuesta los dineros. Una persona si practica un deporte debe de hacerlo por diversión, si por ejemplo esta chica quiere ganar dinero pues que se dedique al tenis y que le gane a la Serena Willians y ya verá como gana millones de euros. Se gana lo que se genera, se ve que el hockey de patines femenino importa muy poco en España al igual que la petanca.
30 noviembre 2016 | 16:36
Vaya faena que has hecho a esta chica con el post. De todas formas en España el hockey no levanta pasiones. Es un hecho constatado, creo que las cosas van más en esa dirección, en el escaso interés que despierta el hockey.
30 noviembre 2016 | 17:17
Yo creía que les habían dado una medalla de campeonas,por lo que se vé también fuera de España hay caraduras explotaodres.
30 noviembre 2016 | 18:31
O sea que el hockey es uno de los últimos bastiones de poder y privilegio del heteropatriarcado, en fin.
30 noviembre 2016 | 22:15
Me llena de emoción ,,,en Argentina pasa exactamente lo mismo ,,a nadie le importa el hockey sobre patines,excepto en San Juan y así y todo es muy amateur ,más en mujeres ,,,,
01 diciembre 2016 | 19:18