Por Andrea Puggelli (@aikkomad) activista italiano LGBTQI

Foto: Jonhy Blaze
Beirut es un ejemplo de la igualdad entre su población. Según una encuesta firmada por Al Jazeera en Líbano está subiendo el fenómeno de la prostitución masculina. Las tensiones en Medio Oriente, sobretodo en Irak, Turquía y Siria, han hecho que muchos chicos jóvenes se vean obligados a abandonar su país de origen y llegan al Líbano en sin dinero en los bolsillo, cayendo en el circuito de la prostitución homosexual.
La cadena de televisión de Qatar ha entrevistado a un número de hombres que han querido permanecer en el anonimato y que dicen que se han visto forzados a ejercer la prostitución con el fin de poder sobrevivir y salir adelante. Líbano es la tierra de los Hezbolá, el Partido de Dios que oficialmente se opone a la homosexualidad. Sin embargo, en Beirut hay hammams -saunas a las que no acude solo publico gay- y locales que sí son frecuentados por el público gay.
Paradojicamente, a pesar de que la homosexualidad es ilegal en Líbano, el país es una especie de paraíso feliz para los gais de todo el Oriente Medio. La policía raramente hace controles en los lugares que frecuentan, en buena parte por los copiosos sobornos que les pagan por parte de los dueños de los locales.
Al Jazeera en su relato contó también la historia de la banda más famosa del Líbano, Mashrou Leila, cuyo cantante es homosexual. Pero también se hizo eco de la historia de Hassan (nombre inventado). Un joven iraquí que se vio obligado a salir de su país cuando la familia descubrió su homosexualidad. Llegó desesperado a Beirut, donde encontró pronto una casa para quedarse y de la que, unos días después, fue desalojado por estar involucrado en una pelea. Sin dinero y sin un techo sobre su cabeza, Hassan encuentra un empresario gay turco que lo convence a que pase la noche con él a cambio de 400 dólares. Ese fue el primer cliente de Hassan, el primero de muchos otros.
Según la ONG LGBT libanés Helem, existe también una lista de precios para los servicios de un joven chapero. El cliente promedio está dispuesto a pagar alrededor de 200$ por noche por un prostituto aunque hay gigolos de primera y de segunda. El dinero que se paga a los sirios, por ejemplo, es muy poco, alrededor de 50$. El motivo es que hay muchos y no todos homosexuales. El Líbano ha abierto sus fronteras a más de un millón de refugiados de Siria y la mayoría están desesperados, sin trabajo y sin comida.
Según la lógica que gobierna el mundo de la prostitución en el Líbano muestra que puede llegar a existir una “plena igualdad” para hombres y mujeres. La desesperación, incluso en Beirut, no tiene sexo.
Sobretodo es un tipo de abrigo. Sobre todo es una expresión. De nada.
22 julio 2016 | 20:38
La prostitución gay está aumentando en todos los países, incluído España.
26 julio 2016 | 22:12