El trébol del Panathinaikos luciendo en un partido de Champions en el Camp Nou en 2010 (Archivo 20minutos).
Pues vamos hoy con nuevo capítulo en el apartado de las camisetas, quizá más bien al de los escudos o emblemas. Vamos a viajar hasta el fútbol griego, en concreto a uno de los dos grandes equipos de este país, el Panathinaikos.
Durante mucho tiempo, a mí no dejó de extrañarme que un equipo de un país mediterráneo y perteneciente a una cultura tan rica en símbolos como la griega tenía como emblema un trébol, tradicional representación de Irlanda y de la cultura celta. No en vano, lo vemos en las camisetas de la selección irlandesa de rugby y fútbol, en el Celtic de Glasgow o en los Boston Celtics.
Así que intenté buscar respuesta a mi pregunta y la encontré sin mucha dificultad. Os cuento.
El Panathinaikos de Atenas tiene su origen en 1908, y cuando nació adoptó el rojo como su color principal. Tres años después, cambiaron al verde. Pero esto no responde al origen del emblema. Siete años después de pasarse al verde, el equipo ateniense tomó como símbolo el trébol.
Billy Sherring, en 1906 (WIKIPEDIA).
El que aportó la idea fue Michalis Papazoglou, uno de los jugadores del equipo. Papazoglu, nacido en Constantinopla, actual Estambul, aunque no es oficial, se cree que la idea le surgió a este futbolista cuando estaba presenciando los Juegos Olímpicos de Atenas en 1906, que en la actualidad no se consideran oficiales y que se califican de ‘intercalados’.
A lo que iba. Papazoglou presenció la prueba de la maratón, que ganó un atleta canadiense llamado Billy Sherring. Sherring, que nació en Hamilton, Ontario, en septiembre de 1877, competía con un uniforme blanco y en la camiseta lucía un gran trébol de color verde, en honor a sus orígenes irlandeses.
Poco tiempo después, Papazoglou empezó a utilizar el trébol como emblema personal y cuando tuvo ocasión, en 1918, propuso que el trébol fuera el escudo del equipo, y lo convenció a sus compañeros y al club.
Desde entonces y hasta ahora, el Panathinaikos, o PAO, como se le conoce en Grecia, ha llevado su trébol como emblema, si bien a la inversa, es decir, en blanco sobre verde, que es el uniforme que el equipo ateniense suele llevar.
Mañana más.
El baloncesto yugoslavo es, como sabéis los fijos, una de mis pasiones. Lo he dicho en muchas ocasiones. Su competitividad, su talento sin límites, su orgullo, su casta, su inteligencia y su agresividad convierten a los jugadores de la antigua Yugoslavia en contrincantes temibles. El de hoy es uno de ellos, uno de los clásicos, cuyo nombre ha aparecido ya en los comentarios de esta bitácora. Estoy seguro de que los buenos aficionados lo recordaréis con claridad. Es Zarko Paspalj.
Qué grande era el baloncesto europeo de finales de los 80. Esa época en la que un servidor descubrió ese maravilloso deporte, cuando la URSS y Yugoslavia no sólo existían sino que además practicaban un baloncesto invencible… o casi, porque de vez en cuando salía algún país para dar guerra. Uno de los fijos era Grecia, bellísimo país de apasionada afición y de gran tradición baloncestística. Hoy os voy a hablar del que fuera, en la época dorada del basket griego, el líder absoluto de la selección: Nikos Galis.
Pues bueno, después de mucho pensarlo, de llevarme una gran decepción con la derrota de España ante Estados Unidos, he decidido sacar al que tenía pensado desde un principio. Es brasileño y además, es de la época de los galácticos. Ay, los galácticos. Vuelven, como se encargan de recordarnos todos los medios de comunicación de España a diario. El tito Floren, como lo llaman muchos madridistas, ha devuelto la ilusión a los merengues a golpe de talonario. Pero estoy seguro de que Florentino Pérez, y Valdano, y Pardeza y todo el mundo que se dedica a esto del fútbol sabe, no sólo de galácticos viven los equipos. Los grandes equipos necesitan estrellas, pero también necesitan currantes, jugadores que están en la sombra, que no venden tantas camisetas pero que son como el cemento que une los ladrillos. Hoy os voy a traer a uno de esos jugadores de la época de los galácticos más añejos, lejos del estatus de estrellazas con las que compartía vestuario como Zinedine Zidane, Luis Figo o Roberto Carlos, si bien en el Madrid no cumplió como prometía cuando jugaba en el Depor. Es Flavio Conceiçao.