Los que tengáis una edad puede que recordéis al protagonista de hoy. Durante años fue el paradigma de lo que en argot se conoce como panzer: delantero grande, fuerte, cabeceador y, preferentemente, alemán. Uno de los más destacados rematadores de cabeza de su época. Os hablo de Horst Hrubesch.
¿Quién era?: Un delantero centro alemán de los 70 y primera mitad de los 80.
¿Por qué se le recuerda?: Pues por ser un destacado atacante de la selección alemana en el periodo 1980-1982, años en los que la Mannschaft se proclamó campeona de Europa y subcampeona del Mundo y por ser el líder del Hamburgo que ganó la Copa de Europa en 1983.
¿Qué fue de él?: Se retiró en 1986 en las filas del Borussia de Dortmund. Nada más retirarse inició su carrera como entrenador, que le ha llevado por los banquillos de, entre otros equipos, el Wolfsburgo o el Austria de Viena. Tras ser seleccionador alemán de la categoría junior o sub-18, hace menos de un mes ha sido designado seleccionador sub-21.
¿Sabías qué…?: Basaba su capacidad rematadora en sus 1,88 metros de estatura (que 30 años después no llama tanto la atención, pero que en su época estaba bastante bien).
– Fue un futbolista de explosión tardía: no empezó a destacar hasta que llegó al Rot-Weiss Essen, con 24 años.
– Su mejor momento como futbolista lo vivió en la final de la Eurocopa del 80 en el Olímpico de Roma. Alemania ganó 2-0 a Bélgica y ambos goles fueron de Hrubesch. El segundo, además, de cabeza.
– Con la selección siempre llevó el 9.
– Compartía selección con míticos como Rummenigge, Breitner, Stielike o Schumacher. Y en el 80, con Schuster.
– En el Mundial 82 marcó un gol, en El Molinón, en la fase de grupos ante Austria (polémico partido, por cierto).
– En la semifinal de ese torneo que enfrentó a Alemania y a Francia y que acabó 3-3, Hrubesch marcó el penalti definitivo de la tanda y que le daba el pase a la RFA a la final. Karl-Heinz Rummenigge le recomendó a Hrubesch que lo lanzara a la izquierda del portero. El delantero le hizo caso y marcó.
– En la final del Mundial 82 fue suplente. Salió en el minuto 62. Fue su último partido como internacional.
– Al año siguiente, capitaneó al Hamburgo que ganó la Copa de Europa en Atenas ante la Juventus de Turín de Tardelli, Platini, Rossi y Boniek. El resultado fue de 1-0 y el gol de los alemanes lo metió Félix Magath.
– Es un fanático de la pesca.
Biografía, palmarés, estadísticas: Horst Hrubesch nació en Hamm, Alemania, el 17 de abril de 1951. Debutó como profesional en el Germania Hamm con 20 años. La temporada 71-72 la pasó en el Hammer. Luego estuvo tres temporadas en el Westtünnen, hasta su desembarco en 1975 en el Rot-Weiss Essen. Tras tres buenos años lo fichó el Hamburgo. En la ciudad hanseática estuvo hasta 1983, cuando se fue al Standard de Lieja belga. Regresó a su país en 1985 para jugar una última temporada en el Borussia de Dortmund. En su palmarés tiene tres Bundesligas y una Copa de Europa. Con Alemania jugó 21 partidos y marcó seis goles, siendo campeón de Europa en 1980.
Os dejo un partido de la Bundesliga en el que el Hamburgo goleó al Werder Bremen con tres goles de Hrubesch:
Mañana volvemos con una historia.
Definitivamente, creo que el lector igesar75 tiene poderes paranormales o algo así. Con los ojos como platos me quedé cuando el otro día, recordaba al protagonista de hoy en los comentarios, poco tiempo después de que decidiera el post de hoy. El caso es que tampoco es para tanto, ya que recordar a checos del Atlético de Madrid es lo que tiene. Sí, amigos, os voy a hablar de un ex colchonero, de una época de transición entre dos etapas de la historia del club, en la cual el Atleti daba más guerra de la que da ahora (me niego a glosar más los fracasos del club de mis entretelas). Pero en fin, dejemos el presente y vayamos al pasado, que es de lo que vive esta bitácora, para hablar de Mirko Votava.
Antes de nada, pediros disculpas por las horas del post, pero es lo que tiene estar… ¡de vacaciones! Pero tranquilos, que esta bitácora no descansa. Seguimos con esa intraserie de grandes jugadores alemanes de los últimos años con uno que, fuera de coñas, era de los buenos de verdad. Un superclase de los que no quedan: Matthias Sammer.
Pues bueno, después de mucho pensarlo, de llevarme una gran decepción con la derrota de España ante Estados Unidos, he decidido sacar al que tenía pensado desde un principio. Es brasileño y además, es de la época de los galácticos. Ay, los galácticos. Vuelven, como se encargan de recordarnos todos los medios de comunicación de España a diario. El tito Floren, como lo llaman muchos madridistas, ha devuelto la ilusión a los merengues a golpe de talonario. Pero estoy seguro de que Florentino Pérez, y Valdano, y Pardeza y todo el mundo que se dedica a esto del fútbol sabe, no sólo de galácticos viven los equipos. Los grandes equipos necesitan estrellas, pero también necesitan currantes, jugadores que están en la sombra, que no venden tantas camisetas pero que son como el cemento que une los ladrillos. Hoy os voy a traer a uno de esos jugadores de la época de los galácticos más añejos, lejos del estatus de estrellazas con las que compartía vestuario como Zinedine Zidane, Luis Figo o Roberto Carlos, si bien en el Madrid no cumplió como prometía cuando jugaba en el Depor. Es Flavio Conceiçao.
Fútbol internacional para ir desengrasando un poco. En este blog han salido un buen puñado de jugadores alemanes, que son unos tipos que siempre dan mucha guerra y que tienen un sentido de la competitividad y la profesionalidad fuera de lo normal. Respecto a Alemania, a pesar de que últimamente siempre han estado ahí, yo creo que les falta ese toque crack que tenían desde finales de los 80 hasta mediados de los 90, la época de Matthäus, Klinsmann o 
El otro día, unos de vosotros me pedían que escribiera sobre el protagonista que os traigo hoy. Era uno de esos futbolistas que a nivel europeo se hizo muy conocido, a pesar de no ser de un país de grandes resultados. Formó parte de un club que llegó a ser el más poderoso de Europa y su nombre quedará en las retinas de muchos aficionados. Es el suizo Stephan Chapuisat.
Volvemos al fútbol europeo de los 90, ese que nos gusta tanto a los frikis del deporte de mi generación. Lo hacemos de la mano del que era mi jugador favorito de Alemania, uno de los miembros de una generación de jugadores teutones que dejó muy alto el listón para los años venideros y que aún no ha sido igualada, por mucho que Ballack, Klose o Podolski se hayan empeñado. El protagonista de hoy es el pequeño Thomas Hässler.