Fernando Alonso, en el GP de Francia (Foto: efe).
Parecía que después del GP de Canadá no se podía caer más bajo, pero sí, el GP de Francia nos demostró que nada es imposible para McLaren, que en el circuito Paul Ricard completó un fin de semana aún peor que el de Montreal.
Se pongan como se pongan en Woking, no es de recibo que los dos McLaren queden eliminados en Q1 y veamos a un Sauber en Q3. Eso por no hablar del desastroso rendimiento en carrera.
Lo importante, no obstante, es admitirlo y sentar las bases para mejorar. Y su director, Eric Boullier, ya ha admitido que este 2018 es un año «experimental» para McLaren.
Siempre existía la posibilidad de dar con la tecla correcta y que el cambio del motor Honda al Renault funcionara como la seda desde el principio, pero el peso de la lógica se ha impuesto y ha demostrado que el cambio de la unidad de potencia no es un proceso sencillo. Y menos en un plazo de tiempo tan corto.
McLaren se ha encontrado con problemas inesperados y el nuevo motor requiere un rediseño completo del chasis, algo que la escudería británica no hizo en invierno.
Así pues, la situación es que este 2018 se ha convertido en un banco de pruebas para McLaren de cara a la próxima temporada en la que el motor Renault ya debería de estar perfectamente encajado. Esto ha dicho Boullier:
«El coche de este año no está funcionando exactamente como esperábamos, pero lo estamos utilizando como un coche experimental. Queremos aprender de este coche y aprender a trabajar mejor con Renault, hay opciones técnicas que todavía no hemos explorado»
Eso no quiere decir que el resto de la presente temporada sea un desastre para McLaren similar a lo visto en Canadá o Francia. Es más, la escudería británica tiene la obligación de aprovechar los próximos meses para dar un salto de calidad que le demuestre a Fernando Alonso que el 2019 puede ser un año radicalmente distinto.
PD. Insisto en que el GP de Francia fue bochornoso para McLaren.
