La doncella

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#CineLGTBI

Película producida en Corea del Sur, dirigida en 2016 por Park Chan-wook y protagonizada por Kim Min-hee y Kim Tae-ri. Se basa en la novela Falsa identidad de la escritora galesa Sarah Waters, con un cambio de ambientación del Reino Unido de la época victoriana a la ocupación japonesa de Corea.

Según comentó el director, había razones prácticas para trasladar la historia de la época victoriana a la era colonial de 1930. Pensando en los elementos argumentales, en la época colonial aún había clases sociales separadas y existían las doncellas. En esa era todavía quedaban elementos tradicionales, pero la modernidad se estaba abriendo paso. Por estas circunstancias, al cineasta ese cambio de localización histórica le pareció la única opción razonable.

Durante la ocupación japonesa de Corea, un estafador que se hace llamar Conde Fujiwara contrata a una carterista llamada Sook-hee para que se convierta en criada Lady Hideko, una heredera japonesa, con la que Fujiwara pretende casarse para quedarse con su herencia. Sook-hee, bajo el nombre de «Tamako», entra en la casa de Hideko que es controlada por su autoritario tío Kouzuki. Hideko está atormentada por el suicidio de su tía y afirma oír su voz por la noche. La joven Hideko estaba muy unida a su tía, que la había enseñado a leer ante la mirada severa de Kouzuki , que la sometía a severos castigos físicos si cometía el más mínimo error. Incapaz de tolerar el abuso hacia su sobrina, la tía de Hideko se había colgado de un cerezo durante una tormenta.

Sook-hee y Hideko entablan una relación muy estrecha. Como Hideko está preocupada ante la perspectiva de casarse con Fujiwara, Sook-hee le hace el amor de forma apasionada para que Hideko sienta los placeres que le esperan con su nuevo marido. Sook-hee no quiere continuar con el plan de Fujiwara, Hideko no quiere casarse, pero Sook-hee le insiste para que lo haga. Hideko y Fujiwara huyen y consuman su matrimonio. Después de retirar la herencia de Hideko, Sook-hee, Hideko y Fukiwara viajan al manicomio. Sook-hee piensa que el plan se acerca a su desenlace y que van a ingresar a Hideko. Entonces se revela que esta última se había aliado con Fujiwara. Juntos hacen creer a los responsables del manicomio que Sook-hee es la verdadera condesa y que en su locura cree ser una doncella. Sook-hee intenta resistirse pero al final acaba encerrada con la identidad de la condesa.

Sook-hee logra escapar del manicomio. Hideko droga a Fujiwara con una copa de vino antes de que éste la viole. Hideko y Soo–hee se reunen de nuevo. Las dos mujeres abandonan el país con pasaportes falsos en un transbordador y celebran su victoria haciendo el amor.

Las escenas sexuales explícitas entre las dos protagonistas levantaron cierta controversia y parte de la crítica especializada. Laura Miller en Slate, las tachó de repetitivas achacándoles que presentaban clichés visuales de la pornografía centrada en relaciones lésbicas. Sin embargo, Jia Tolentino en The New Yorker, afirmó que las mujeres saben cómo son, parece que se están comportando conscientemente la una con la otra, y Park es hábil a la hora de mostrar la sensación particular de libertad que se puede encontrar a la hora de representar un cliché sexual.

El realizador escogió esta narración porque las dos mujeres protagonistas tienen mucha vida. Una arrastra un pasado oscuro y la otra vive en un presente desesperado, pero ambas tienen un fuerte sentido de la individualidad.
Respecto al diseño de producción, en la película la casa tiene un papel destacado. Kim Hae-sook dice al principio: Ni siquiera en Japón puedes encontrar una casa que combine estilo occidental con japonés. Refleja la admiración del

Maestro Kouzuki por Japón e Inglaterra. Así que cuando los personajes entran en las zonas japonesas se tienen que quitar los zapatos y cuando andan por el ala occidental se los tienen que poner de nuevo. La personalidad de esta casa es un elemento muy importante. La habitación de Hideko se encuentra en el ala occidental por lo que duerme en una cama y vive como si fuera una dama británica. Sin embargo, la habitación de la doncella en la puerta de al lado tiene estilo japonés, Sookee vive en un «oshiire», una especie de armario para guardar ropa de cama.

El espacio más importante en cuanto a diseño de producción, es la biblioteca. El exterior tiene una arquitectura tradicional japonesa y el interior es una biblioteca estilo occidental. Dentro de la biblioteca hay también una sección de alfombras tatami, que durante las lecturas parece un jardín japonés con guijarros blancos, piedras y agua. Los jardines japoneses están hechos para representar el mundo en miniatura (montañas, ríos, lagos y bosques), por lo que Kouzuki pretende recrear el mundo dentro de su propio reino. Para este personaje la biblioteca tiene un valor fundamental. Un día, cuando Sook-hee va a buscar a Hideko a la biblioteca, Kouzuki le corta el paso ya que, según él, ese era el límite entre el conocimiento y la ignorancia.

La película combina planos cortos con movimientos de cámara más efectivos. En la primera parte el punto de vista es el de Sookee mientras que en la segunda parte la historia se narra a través de la perspectiva de Hideko. En la cinta hay una especie de «juego de miradas» en el que un personaje mira a otro o lo ignora o le sostiene la mirada.

El director contaba que en un principio había planeado rodar en 3D. Normalmente se usa para ciencia ficción o películas de acción, pero el realizador pensó que usarlo para este tipo de drama podría ser interesante porque el 3D podría haber enfatizado la perspectiva de cada personaje de una forma más pronunciada. Al final no pudo hacerlo por el aumento de presupuesto que conllevaba, los movimientos de cámara funcionan como reemplazo de este efecto que él usar.

El realizador destacó el interés del director de fotografía por unir lentes anticuadas con la nueva cámara digital. Para Pak Chan- Wook, el look que se ha creado es casi único y parece apropiado para el período durante el que ocurre la historia.

Para que el equipo técnico y artístico sintieran la atmósfera de la película mientras se preparaban, el director les dio tres cds de música que les permitieron entrar en situación.
Según el director, cuando incluye el humor en sus películas, éstas funcionan. Sobre el humor en La doncella, Pak Chan-Wook comentó: El humor en esta película está en el hecho de que los personajes están escondiendo sus verdaderas identidades y actuaciones. Hay muchas escenas en las que esconden sus sentimientos y están pensando algo muy diferente de lo que están diciendo. Incluso si el espectador no rompe a reír en el cine, creo que puede ser capaz de disfrutar esta clase de humor en la película.

Kim Min-hee comentó sobre su personaje, Lady Hideko: Hideko parece muy afectada por cómo la han criado. Piensa diferente a otra gente y tiene mucho guardado en su interior. En medio de toda esa opresión no ha sido capaz de vivir como una persona normal. Viviendo en un entorno donde no siente amor ni afección, simplemente esconde todas sus emociones.

La interpretación de Kim Tae-ri como la carterista Sookee que se hace pasar por doncella, muestra la dureza de su carácter atenuada por una amable y vibrante personalidad. La actriz expresa una astuta falsedad y al mismo tiempo una ingenua inocencia. Sobre la elección de esta actriz, el director comentó: Quería una cara nueva, una actriz desconocida por lo que realizamos un gran casting en el que vimos a 1.500 chicas. Descubrí un montón de actrices jóvenes con potencial y sobre todo, descubrí a Kim Tae-ri. Ella tiene un look único y cuando habla tiene agallas.

La doncella es un thriller, una historia dramática sobre estafas con muchos giros inesperados y por encima de todo, es un romance.

Al igual que ocurría en el momento histórico en el que se desarrolla la película, si las protagonistas de esta cinta vivieran en Corea del Sur en la época actual, no podrían contraer matrimonio ya que este país no reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo. En el caso de que hubieran decidido tener descendencia, tampoco podrían acceder al subsidio de los tratamientos de fertilidad, ayudas a familias ni a guarderías gratuitas. La madre no gestante no tendría ningún derecho legal sobre sus criaturas. Por estas dificultades, hay parejas de mujeres coreanas que deciden emigrar a otros países para formar una familia sin tantas complicaciones.

 

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