Joyland

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#CineLGTBI

 

Esta película pakistaní dirigida en 2022 por Saim Sadiq, cuenta la historia del amor imposible entre una estrella trans y un joven perteneciente a una tradicional familia de Pakistán . La cinta obtuvo el premio del jurado Una cierta mirada en el Festival de Cannes y la Palma Queer de ese certamen en el año 2022.Es la primera película paquistaní que desfila por la croissete. Joyland también obtuvo el premio Independent Spirit a la mejor película extranjera de 2022. Además consiguió una mención en la Seminci y fue preseleccionada por Pakistan para participar en los Óscar.

Joyland (la tierra de la alegría), es el nombre de un parque de atracciones de Pakistán, sin embargo el país que describe la cinta es un lugar donde se reprimen las libertades individuales. Por esto, no es de extrañar que la película fuese censurada debido a las quejas que sectores conservadores pakistaníes formularon ante el Ministerio de Información y Radiodifusión. El senador Mushtaq Ahmed Khan, perteneciente al partido Jamaat-e-Islami, afirmó sobre Joyland:

Va en contra de los valores sociales y estándares morales de nuestra sociedad y es claramente repugnante a las normas de la decencia y la moralidad.

La presión mediática ejercida por su director, el elenco y figuras públicas como Malala Yousafzai, consiguió que el 16 de noviembre de 2022 se revocara la censura y, finalmente, se estrenase el 18 de noviembre.

Sadiq cursó sus estudios en la universidad de Columbia y quizás fue allí donde aprendería que para tener éxito debía de contar historias que, aunque locales, pudiesen trasladarse a cualquier tiempo y lugar. Su primer cortometraje, ‘The Caretaker’ (2017), se proyectó en numerosos festivales de todo el mundo. En 2018 dirigió ‘Nice Talking to You’, finalista en los BAFTA dentro de la categoría mejor película estudiantil y ganadora del primer premio de la Kodak Student Scholarship. Su cortometraje ‘Darling’ (2019) fue la primera película pakistaní que se estrenó en el Festival de Cine de Venecia, y ganó el Premio Orizzonti al mejor cortometraje.

El cuidado por los detalles no impide a Joyland ser una película que denuncia el sistema patriarcal vigente en el país. Con un comienzo ligero cercano a la comedia, la trama se va desplazando hacia el drama conforme avanza la historia. A través de las vivencias de Haider, Sadiq disecciona la existencia de la familia tradicional paquistaní cuyos miembros viven una mentira para cumplir con las asfixiantes tradiciones del país. El joven Haider, pasa sus días cuidando de sus sobrinas y de su padre enfermo al tiempo que se dedica a las labores del hogar. Las presiones de su padre y de su hermano para que se convierta en el hombre que manda la ley islámica hace que empiece a trabajar como bailarín exótico en el espectáculo de Biba, una diva trans. El film comienza con un inocente juego infantil. El protagonista aparece cubierto con una sábana, ocultando su identidad como un fantasma.

El director describe con delicadeza la relación entre Haider y Biba pero sin victimizar a la estrella trans del baile. El realizador convierte a la diva en el centro del espectáculo. Biba protagoniza los números musicales de tintes bollywoodienses. El vestuario, las luces y el escenario donde la artista protagoniza sus bailes no esconden la situación de marginación que sufre por el hecho de ser trans. La mujer de Haider, tercer vértice de la historia, vive su propio drama personal al tener que abandonar su trabajo y encerrarse en casa cuando su marido encuentra una ocupación. Por otro lado Haider está a punto de mantener una relación sexual con Biba, pero la confusión del joven frustra ese encuentro carnal entre ambos.

La película tiene un ritmo pausado y su formato de cuatro tercios es hábilmente utilizado por el director. La pantalla cuadrada en la que se encuadra el film, transmite el ambiente de ahogamiento que respira la familia de Haider. La fotografía en tonos pastel con una cambiante paleta de colores, dota a la cinta de luminosidad alejándola del melodrama que le ronda cerca . El desenfadado naturalismo de las interpretaciones permite conectar con los personajes y con la historia de forma fluida.

Saim Sadiq , además de que no se sintió suficientemente hombre en una sociedad heteropatriarcal, en su juventud conoció más de cerca, en un barrio colindante, a la comunidad trans. El director convierte su lucha interna en una película que invita a la reflexión a través de personajes que desean abrir sus mentes pese a las restricciones sociales. Joyland es un homenaje a todas las personas trans que cada día pagan un alto precio por vivir en una sociedad como la paquistaní. Según afirmó el realizador:

Empecé a escribir esta historia en 2015, era la historia que quería contar. En esos años hasta que rodé ha cambiado el guion, pero no la esencia de la historia, más bien la estructura. El primer germen de la idea que se me ocurrió fue tener una historia sobre un hombre, una mujer y una mujer trans. Con un hombre, una mujer y una mujer trans quería decodificar lo que el patriarcado hace a los seres humanos y a las relaciones humanas. Ellos me daban la oportunidad de explorar de manera integral. También creo que la existencia de una mujer trans en la película fue un gran estímulo para la historia, porque su misma existencia como ser humano desmantela todo lo que representa la familia tradicional. Las personas trans siempre han tenido mucha presencia y antes de la colonización de los británicos eran personas muy respetadas, a las que no se discriminaba como hoy. Pero después de la colonización, se criminalizó ser trans y ser gay en India y en Pakistán. Es una discriminación heredada. Pero las personas trans son un colectivo visible de nuestra sociedad. Hay asociaciones que luchan por sus derechos porque hoy se enfrentan a violencia y a muchas dificultades, pero estas personas saben cómo unirse y movilizarse. En el país se han aprobado leyes sobre sus derechos. Pakistán es uno de los pocos países del mundo que los reconoce como un tercer género y eso es algo importante, sobre todo en una sociedad conservadora.

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