¿Quién teme a lo queer? – Pandroginia: Genesis P-Orridge y el cuerpo-texto

Por Victor Mora (@Victor_Mora_G ‏)

Si quieres mandar preguntas o comentarios a Víctor Mora puedes escribir DM o de forma anónima a: https://curiouscat.me/Victor_Mora_G

Breyer P-Orridge – Pandrogyne Project, 2003, Farr

 

La lucha justifica una vida. Potencia tus ideas. Y las ideas pueden ser muy peligrosas… Pero es que me encantan las ideas. Tal vez por eso he sido una persona catalogada como peligrosa. 

Genesis P-Orridge

Lo importante es ver tu pasado con compasión, dijo una vez.

Lo importante es comprender que estábamos tan enfadados con el mundo que nos había fallado que ni siquiera teníamos un plan B que ofrecer, no habíamos preparado una alternativa a ese paradigma que tratábamos de desmontar. De la capacidad de encarar ese nuevo esfuerzo depende nuestro futuro… Inventa tu propia visión de las cosas. Y eso fue lo que Genesis P-Orridge se dedicó a hacer desde 1967, cuando grabó Early Worm, su primer disco, hasta su muerte el pasado 14 de marzo.

En la parte de atrás del vinilo podía leerse: “We have nothing to say, and we are saying it” (no tenemos nada que decir y lo estamos diciendo). Quizá un pronóstico adelantado a las máximas del punk, tiempos que la artista de Manchester experimentó como parte de su colección poliédrica de influencias incorporadas. La batalla del punk se agotó en cinco minutos y no nos dejó ver claro que la guerra que venía después se iba a alargar durante siglos. Una guerra que continúa y frente a la que Genesis puso el cuerpo de las maneras más extraordinarias. Su relato ha trascendido la idea de encarnar la obra de arte, P-Orridge era un manifiesto en continua mutación.

Se la ha calificado como mito del underground y como la persona más peligrosa del Reino Unido. Como “el hombre tampón” y como reina de la psicodelia experimental. Obsesionada con el lenguaje de las vanguardias, la performance, el ocultismo de Crowley, el Marqués de Sade, Manson, la Velvet y el sonido industrial. La discípula de Burroughs, que apuesta por la vida en comuna y la solidaridad como sistema de convivencia, se declara en tránsito constante como única vía posible para el arte y para la vida. No hay un ellos, sólo hay un nosotros. He aprendido con el tiempo que los humanos formamos un mismo organismo.

Tras Throbbing Gristle llegaría Psychic TV, y fue entonces, ya en Estados Unidos, cuando conoció a Jaqueline Breyer, Lady Jaye, la persona de quien cayó profundamente enamorada desde la primera noche. Fue una noche de 1993, en aquella fiesta en la que compartía ideas y éxtasis con Debbie Harry y Terence Sellers. Breyer/Lady Jaye, estudiante de enfermería, dominatrix profesional y performer de cabarets periféricos se acercó y la besó como en su sueño. Lo cambió todo.

Genesis y Lady Jaye se casaron un viernes 13 de 1995. Genesis performó la novia con un vestido de encajes blancos y una melena de rastas, Lady Jaye encarnó el novio con pantalón y chaleco de cuero, botas de motorista y un bigote pintado. Pensaban en la transformación increíble de sus cuerpos a través del amor, y en la idea romántica de combinar a dos personas en una, pero en vez de tener hijes decidieron convertirse elles dos en esa nueva persona. ¿Cómo hacerlo?

Manejaban las ideas de Burroughs y Gysin y los recortes textuales de los lenguajes de vanguardia. La técnica Cut-up cogía fragmentos de un texto y los combinaba para dar un nuevo sentido. Rompía la dirección literaria y creaba nuevas líneas textuales a partir de recortes. Burroughs y Gysin decían que ya no eran entonces escritores, eran una tercera mente. Mataron al autor por collage, y este asesinato dio paso a una nueva entidad de comunión creadora, la tercera mente. Genesis y Lady Jaye comprendieron que estaban creando en sí mismas una nueva entidad a partir de fragmentos de ambas, y que los recortes del texto que iban a emplear eran recortes de su propio cuerpo para escribir uno nuevo. No serían la tercera mente, autora del texto escrito por Cut-up, no: su nueva (tercera, doble, única, múltiple y fragmentada) entidad fue la pandroginia. La pandroginia era una mutación consciente, un giro de los cuerpos-texto por unirse en la misma línea de lectura, era el futuro, la evolución, era un grito por la supervivencia humana. Cuanto más avanzaban en la escalada quirúrgica y expresiva de su nueva entidad, más comprendían que estaban atravesando una trayectoria de emancipación. Eran cuerpos atrapados en el universo de lo binario y habían encontrado una salida, una forma de destruir esa barrera. Una vía experimental para destruir los cánones del texto-cuerpo, que construía una nueva entidad a través del amor, la cirugía y la performance: la pandroginia. Escritura tecnológica sobre sus cuerpos que continuó a lo largo de los años. Era más fácil decir que se trataba de un proyecto artístico, como si toda la revolución transformadora que contiene el arte pudiera homogeneizarse y ser entendible, como si hablar de proyecto artístico tranquilizara a las masas. Era eso y mucho más. Era un rastro vivo de su éxito en los márgenes, la huella de la huida que dejaba la puerta abierta, la luz de la brecha y la mano tendida. La pandroginia fue/es un continuo acto poético que nos dice “hay otros mundos posibles y están en este, hay otros cuerpos posibles y están en este, hay otros amores y otros caminos, se trata de crearlos, de manipularlos, de articularlos. Ni la carne ni el texto son sagrados, y si no responde o nos fuerza a una deriva obligatoria, lo cambiamos.”

El texto-cuerpo es hackeable, la performance y la expresión, pero también la naturaleza. Genesis y Lady Jaye eran un manifiesto proto-xenofeminista en movimiento. Plenamente conscientes de la dimensión política y filosófica de la pandroginia, eran un peligro. Porque la consciencia es un viaje que nunca se detiene, y sabían perfectamente que su cuerpo-texto hackeado era un reto permanente para la norma y el poder, que se empeña en controlar la realidad, cuando la vida es incontrolable. Desde entonces se referían a sí mismas como un entidad plural, incluso después de la muerte de Lady Jaye en 2007.

Poco antes de aquello, Genesis preguntó “¿Qué dirán en nuestro funeral? ¿Cómo nos recordarán? ¿Qué dirán los obituarios?” Lady Jaye le dijo entonces “me da igual toda esa mierda del arte. Quiero ser recordada como uno de los grandes romances de la Historia.”

Que así sea. Una puerta abierta al futuro imaginable. Al futuro del cuerpo, del amor y del lenguaje.

Adiós, ciborgmuñeca articulada, pedazo de arcoíris, cometa transformador.

S/He is Her/e.

The ballad of Genesis and lady Jaye, 2011, Marie Loiser

Los comentarios están cerrados.