¿Quién teme a lo queer? – Hablamos con Roma de Genderlexx

Por Victor Mora (@Victor_Mora_G ‏)

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Una vez al mes esta columna se dedica a entrevistar a personas o colectivos, que a través de sus creaciones, desarrollos o proyectos, conforman espacios de vida para la disidencia, y generan de alguna manera el tejido de lo queer.

“Tu cuerpo es tu lenguaje, no dejes que nadie grite con tu voz” es uno de los versos de Tanta Rabia, el disco que hace unos años nos interpeló a gritos. Genderlexx, el grupo más interesante de la escena queer punk de Madrid, se encuentra ahora mismo componiendo nuevos temas. A través de la furiosa voz de Roma, su vocalista, Genderlexx nos habló de la homofobia en el punk, de la reivindicación de espacios y de memoria histórica, entre otros temas protagonistas de buena parte de nuestras luchas y activismos. Si has estado en alguno de sus conciertos ya sabes que atraviesan el cuerpo (ese que es tu lenguaje) como una corriente eléctrica de máxima potencia. Por todo ello no podía más que preguntarle

¿Quién teme a lo queer?

Supongo que lo normal y todas sus defensoras. Temen a lo queer las personas a las que lo invertido les mueve el suelo, bien por miedo a perder su estatus, su privilegio, su ser el centro referencial del mundo como se creen, bien por miedo a que las grietas del sistema que somos la gente queer acaben dejando salir sus propias grietas y se descubra que tan normales, tan normales… algunos no lo eran. Vibramos y lo vivo vibra con nosotres, la normalidad se asusta del movimiento, también porque se contagia, o amenaza con ese contagio. Aparte del punk en mi vida cotidiana me dedico a la sexología: la sexualidad, lo erótico, el cuerpo, los afectos, las familias, la identidad, ¿quién teme a lo queer? Las familias que quieren que sus hijas desconozcan sus cuerpos, las adultas que tratan a les adolescentes como si no fueran nadie, como si hasta que no fueran adultas no les importaran a nadie. Temen (tememos) a lo queer las lesbianas que quieren ser normales (y creo que todas somos esa lesbiana alguna vez) y temen a lo queer la gente a la que les parece que ya hemos hablado demasiado sobre sexualidad en las últimas décadas, y que deberíamos volver a ocuparnos de “cosas importantes”. Lo queer da miedo porque la grieta abre la posibilidad de hacer las cosas de otra manera. A las que tenemos un pie en la grieta nos da miedo a veces por la incertidumbre de qué pasará, la precariedad y los fantasmas apocalípticos de “si no haces las cosas de la manera correcta todo te irá mal”. Hay una parte de eso que es cierta, que salirse de lo normal te hace más vulnerable. Hay otra parte que ‘hecha la ley hecha la trampa’, y la trampa somos nosotras: el apocalipsis está lleno de bolleras, maricas, trans, asex y biciosas, migrantes, cojas, provincianas promiscuas, locas que hablan aunque nadie esperaba que lo hicieran, madres desnaturalizadas e hijas irrecuperables, de cuerpos irrepetibles y fantasías del todo a 100. Más bien sería “si no haces las cosas de la manera correcta tu mundo se va a invertir”, y eso da miedo pero también es maravilloso.

Y por supuesto principalmente temen a lo queer obviamente los fascistas, desde los ilustres reconocidos hasta los fascistas cotidianos, que ahora por desgracia están creciditos y parece que hasta tenemos que hablar con ellos como si fueran una voz más (y eso JAMÁS, a nosotras no se nos olvida, al fascismo jamás le discutimos, el fascismo se combate).

¿Por qué es importante reivindicar el punk como espacio de expresión, además desde los feminismos, la experiencia queer, trans, disidente…?

Yo empecé primero en el mundo anarquista y por ahí crecí en el espíritu del punk, que para mí eran los principios de la anarquía: acción directa, autogestión, solidaridad y apoyo mutuo. Luego me encontré con unos feminismos que funcionaban con unos valores muy parecidos a estos: tomar la palabra, recuperar nuestros cuerpos, hacer comunidad y hacer la vida de otras maneras, menos espectaculares, más humildes, más honestas, más horizontales, más justas. Y más desde nosotras. Nuestros cuerpos, nuestras vidas. El punk para mí es una filosofía de vida y también una forma de expresarnos a través de lo comunitario (juntarnos a tocar con otras, organizar conciertos donde nuestras comunidades se encuentran, donde nos sentimos más segures, donde nuestros cuerpos se tocan, sudan, gritan, bailan, se desahogan, se seducen, se deshacen, viven). Creo en el punk como una manera de expresión que no se basa en saber hacer algo ni hacerlo bien, sino en tener algo que decir (y todes lo tenemos) y tener ganas de decirlo, en un formato que no importa tanto lo bien que suene sino lo que transmites. Unas quintas y un ritmo repetitivo ya te valen para contar cualquier cosa, y si los tíos cisheteros han hecho históricamente canciones para hablar del alcohol y el hooliganismo, ¡dime si no tendremos nosotras mil historias nuestras que contar mucho más interesantes! Esto lo digo por animar a la gente, en el sentido en que cualquier historia es una buena historia para contarla. Y desde nuestras comunidades (queer, feministas, bolleras, trans,…) claro, nosotres generamos nuestra propia cultura, dentro de nuestras historias y genealogías, en un mundo que no refleja nuestras experiencias. En ese sentido el punk es una forma más de generar cultura disidente, transfeminista, invertida, de “los restos”, un espacio en el que podemos contar nuestras historias y como decía crear espacios físicos de encuentro entre nosotres. Y algo que tiene el punk y el hardcore, que también para mí es algo importante, es que es música ruidosa. Es catártica, te sacude, o puedes sacudirte al hacerla o al escucharla, puedes gritar, puedes por un rato sacar la rabia, el odio, la frustración, y también la fuerza, la energía, ocupar el espacio, proyectarnos hacia afuera, sacudirnos y que tiemble todo. Yo creo que eso para nosotras y nuestras comunidades también es súper provechoso, y necesario. Es una forma de sacar la rabia hacia afuera en vez de quedártela dentro y que te haga daño a ti, por decirlo de alguna manera. Y es poderoso.

Obviamente la escena punk más en general, o de la música ruidosa, será igual de hetero macho que el resto del mundo (con todas sus grietas), y dentro de esta subcultura estamos las mismas que en el mundo exterior (tipas heteras, bis, bolleras, maricas, gente trans, etc) también creando nuestras grietas, nuestras historias y nuestros temas.

¿Cómo nace Genderlexx y cómo has vivido vuestra andadura en la escena punk española?

Genderlexx nació del encuentro de Rebe (batera) y Clau (guitarra y voz), que se habían conocido en la escena con otros grupos en los que tocaban (Clau en Skainhead, que ya se disolvió, y Rebe en Brutus’ Daughters, que siguen tocando actualmente, van ya por su tercer disco y el mes que viene se van de gira a México), y gracias también a un proyecto de Core Tres, que hizo un grupo virtual de encuentro de tipas músicas para grabar un disco. Ese proyecto no salió, pero Rebe ahí había puesto que quería hacer algo de queer punk y Clau se había apuntado a la idea. Un poco más adelante Rebe estaba en la organización de un bolo en Madrid de las Anti-Corpos, un grupo de Hardcore lésbica Feminista de Sao Paulo que estaba girando aquí, y llamó a Clau en plan “tía, hay que montar un grupo para telonear a las Anti-Corpos.” Y Clau le dijo que sí. De ahí ya nos llamaron a las demás: Clau nos conocía a Marto y a mí, pensó en Marto para la otra guitarra y en mí para cantar, que no había cantado antes en un grupo de ruido pero también estaba en ese proyecto del discazo de Core Tres y quería coger el micro. Rebe llamó a Rak, que era la bajista de Brutus también, y nos juntamos. Creo que ensayamos 4 o 5 veces antes de ese primer concierto porque no teníamos mucho tiempo, nuestro setlist eran 3 canciones que tenía Rebe suyas por ahí en el tintero y 3 versiones si no recuerdo mal. Creo que nos equivocamos en todas. Fue un concierto maravilloso, estábamos todas enamoradas de lo que estaba pasando, todas nuestras amigas y gente conocida bailando y gozándolo, nosotras desatadas, tocamos rapidísimo de la emoción, recuerdo entre canción y canción que casi no podía hablar entre que me faltaba el aire de la velocidad, el flipar de la energía que había y la que teníamos nosotras, fue brutal. Y luego las Anti-Corpos una burrada de energía, y un chute tener un grupo bollero de ruido aquí, que no teníamos en ese momento nada (ahora tenemos a las maravillosas Wake Up, Candela! , a los maricore Toy Sarasas entre otres, pero entonces no, eran agua de mayo). Rebe escribió sobre esa noche en el número 0 del proyecto fanzinero en el que también está Marto, Cuir Madriz . Después de grabar la primera maqueta Rak salió y entró Juls como nueva bajista, y es la composición que mantenemos ahora.

Nuestra andadura en la escena española…la verdad es que mi sensación es que no entramos mucho en la escena, más bien -después de 5 años- seguimos moviéndonos sobre todo en circuitos feministas, en otros entornos más genéricos porque hay alguien feminista que nos conoce, y en la escena punk feminista internacional. Hemos estado dos veces mini-girando en Alemania, hemos estado en Inglaterra, nos han llamado de otros sitios a los que no hemos podido ir, hemos conocido a otros grupos en esos viajes, y por supuesto en la escena feminista y cuir estatal. Supongo que hay diferentes razones que suman para que esto siga siendo así.

¿Algún adelanto del nuevo disco? ¿Sobre qué temas os interesa hablar y cuándo podremos volver a veros sobre los escenarios?

No te puedo adelantar mucho por aquello del factor sorpresa. Pero de temas creo que seguimos en las líneas de la maqueta y nuestro primer disco (que podéis encontrar en nuestro bandcamp y también en spoti, por cierto)  nuestros cuerpos, nuestras vidas, historias de bolleras disidentes, denunciar las violencias sistémicas, reivindicar la autodefensa, y el valor de la comunidad para hacer frente a la vida y seguir haciendo caminos a nuestras maneras. Quizá en este disco estamos escribiendo y hablando más desde el yo, de una forma más personal. Musicalmente seguimos creando nuestro estilo, seguimos fieles al HC/punk, con sus tintes hooligan a veces, tipo Homofobia, esas canciones más “himno”, para corear, otras más oscuras, con melodías más disonantes, sí, como algo más densas y más melódicas. Mi sensación es que en el primer disco abrimos varias puertas y en este estamos investigando por ahí.

¡¡Si todo va bien esperamos volver a los escenarios a principios del próximo año/primavera!! con un concierto para que podáis apoyarnos y ayudarnos a financiar la grabación de este segundo disco, y de ahí vayamos a grabar. Y después ya…¡habrá que hacer gira para moverlo en directo!

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