¿Quién teme a lo queer? – Zoon politikón

Por Victor Mora (@Victor_Mora_G ‏)

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Imagen «Memento Mori» de Roberta Marrero (2017)

‘Partimos de la premisa materialista
porque el resultado de este sistema de ecuaciones es obvio:

sólo soy cuerpo.’

Rodrigo García Marina

El ser humano se distingue del resto de animales, nos dijo Aristóteles, únicamente por su existencia política. Somos animales cívicos, somos zoon politikón. Mamíferos conscientes del pacto social, de su existencia al menos, de sus condiciones y reglas, aunque no las hayamos leído antes de firmar. Somos bio y zoé, somos cuerpo en contexto pragmático. Somos lenguaje definido y en quiebra. Somos gramática generativa en carne y movimiento. Somos crítica y vergüenza. Somos, en definitiva, semas, somos híbrida contradicción.

Animales biopolíticos sometidos al prefijo. A lo necro, a lo xeno, a lo pos, a lo pre. Somos cuerpos en fuga epistémica, somos delito y cambio de idea. Somos derivas clínicas, sufijos fóbicos, sujetos políticos y monstruos morales. Somos la fisura del lenguaje, el hueco en el texto, el blanco en la narración. La nuda vida, desnuda y vulnerable, el cuerpo expuesto y la acción antes de la razón. La realidad que preexiste, que insiste y no se asimila. La nota pedal, la constancia incómoda.

Somos la otra, y la siguiente. Tamizadas por el neoprivilegio, la institución y el producto. Somos la camiseta y la carroza, la resignación y la venganza. Somos semas en negación y en exigencia. Somos la contradicción.

Somos zoon politikón, el proyecto. Somos la naturaleza hackeada y la cultura en decadencia. Somos la prueba necesaria para la existencia humana. Somos la corrupción, la disidencia y el cansancio. Somos la luz del mundo que ya no existe. Somos Herculine Barbin, Julia Pastrana y Anita Blake. Somos errores pos en horda, las hijas que nunca tuvieron Helen Hester y Simone Weil. Somos la doble cara de la melancolía, la máscara y el oprobio. La duda, el fracaso y la liberación. Somos frontera y necro, xeno y fuga, bio y ley. Somos travestis y putas. Somos semas, somos.

Objetivo y olvido, desmemoria y negación. Somos la promesa electoral y la imagen del miedo. Objeto de la posverdad, del capital, de la trampa. Somos mentira, somos.

La ira y el amor, la melancolía y la esperanza. Somos relato y narrativa en tránsito, en negociación y en disputa. Somos el margen urbano y la periferia anímica. La violencia que se oculta, que se reproduce y se banaliza. El exilio interior y la ignorancia. Somos animales con existencia política, somos (sólo) cuerpo en polis, somos zoon politikón.

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