Por Katy Pallàs (@KatyPallas1), presidenta de FLG-Associació de Famílies LGTBI
En Barcelona se han abierto las puertas del primer centro de recursos LGTBI con financiación municipal y gestionado por la Plataforma LGTBI.cat de entidades. Es una reivindicación largamente demandada por el activismo LGTBI catalán y por las más de treinta entidades que conforman el tejido asociativo LGTBI de Barcelona ciudad.
Después de la aprobación de la ley contra la homofobia en 2014, gracias a la acción reivindicativa de las entidades, conseguir un centro de recursos se convirtió en el siguiente reto. La historia documentada del movimiento LGTBI , recogida y custodiada durante años por el Casal Lambda, necesitaba un lugar adecuado y las personas LGTBI necesitábamos un espacio digno de encuentro y de trabajo, visible por toda la ciudadanía.
Efectivamente, era gran reto. Muchas de estas entidades sociales ofrecen servicios muy diversos a la población LGTBI y lo hacen con escasos recursos y con mucho voluntariado. Teníamos pues que convencer a la Administración Local de la necesidad de dignificar el trabajo incansable de todas las entidades que desde la precariedad y durante décadas se había llevado a cabo. Se consiguió el visto bueno a nuestra propuesta con el gobierno del alcalde Joan Trias (CIU), que en poco tiempo y con el cambio de legislatura pasó a manos del consistorio de Ada Colau (Comuns).
Hubo que hacer desde entonces muchas reuniones de trabajo con la concejala de Feminismos y LGBTI, Laura Pérez Castaño, y reuniones del equipo de voluntarios de las entidades más involucradas para elaborar el proyecto, plantear listados de necesidades y establecer los mínimos. Hubo discusiones también, cómo no.
El centro de recursos tenía que albergar el ya existente Centro de Documentación que inició el histórico activista Armand de Fluvià; debía tener espacios de trabajo, zonas para el asesoramiento, espacios para visitas, salas de reuniones, un auditorio, una zona para las familias LGTBI y sus hijas e hijos, espacio para exposiciones, etc. En resumen, tenía que ser un centro a la altura del orgullo que sentimos por nuestra lucha y a la altura del respeto que exigimos por el activismo LGTBI y su reconocimiento institucional.
No ha sido nada fácil porque el trabajo voluntario nunca es fácil, pero la perseverancia a menudo tiene premio. El centro LGTBI de Barcelona es finalmente todo lo que habíamos deseado pero además será una instalación municipal abierta al barrio (Sant Antoni-Eixample). El nuevo recurso tendrá una dotación económica de 590.000 euros anuales y dispondrá de personal especializado para dar atención a la ciudadanía, asesoramiento psicológico, jurídico, de salud y de gestión comunitaria, entre muchos otros. Además será un referente para el resto del Estado y un vivero para el nacimiento de nuevas entidades.
Las agrupaciones o asociaciones de la zona podrán hacer uso de las instalaciones y, sin duda, esto establecerá sinergias y creará puentes como nunca antes se habían podido crear con la sociedad no LGTBI. Nuestra casa abrió por fin sus puertas aprovechando las fiestas del barrio de Sant Antoni y contó con la presencia de las autoridades locales. Ada Colau expresó su enorme satisfacción por poder ofrecer a la ciudadanía un espacio de libertad y diversidad afirmando estar orgullosa de ser “la primera alcaldesa mujer y bisexual” de la ciudad y ha defendido que la capital catalana no tendrá miedo en la lucha contra la homofobia.
Como dice el lema de la campaña de difusión: “somos muchas, somos muchos, somos muches”. Y tenemos una fuerza increíble si trabajamos unidos con un objetivo común. El futuro es nuestro y no renunciaremos a nada. ¡Ni un paso atrás!