Por Andrea Puggelli (@aikkomad) activista italiano LGBTQI
La homosexualidad nunca ha tenido vida fácil: ha pasado de ser aceptada a ser considerada una enfermedad para después, a fecha de hoy, reconocer que las personas homosexuales tienen derechos.
El aspecto de patologización de la homosexualidad tiene sus raíces en la Edad Media, cuando se llamaba vicio moral. Fue mucho después cuando pasó a ser luego considerada como trastorno mental en la obra de Richard Von Krafft-Ebing, Psicopatía sexualis, de finales del siglo XIX (1886). En este libro la homosexualidad era comparada a la pedofilia y el sadomasoquismo. Incluso en Psiquiatría pasó mucho tiempo hasta que se incorporó al Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM III) y a la Clasificación Internacional de Enfermedades CIE-10 como un trastorno. Ahora sabemos, sin embargo, que es una variante natural de la conducta sexual y es una de las posibles orientaciones sexuales. Pero, ¿cómo hemos llegado a este resultado?
Se lo debemos a Evelyn Hooker, psicóloga estadounidense (1907-1996), que fue una de las figuras más influyentes en el movimiento LGBT porque, utilizando el método científico, convenció a la población estadounidense de que la homosexualidad era solo una variante del comportamiento sexual. Su estudio Sobre la adaptación psicológica en los hombres gays, publicado en 1957 en la revista científica Journal of projective techniques (1957), es la más importante fuente científica cuando se habla de la despatologización de la homosexualidad .
Evelyn Hooker impulsada por la curiosidad científica y por algunos de sus amigos homosexuales que le pedían que investigara sobre la homosexualidad, decidió iniciar una investigación para probar la hipótesis de que no había diferencias entre varones homosexuales y heterosexuales. Demostrar esto le permitió afirmar que los homosexuales no estaban enfermos como se pensaba y empezar, de este modo, el largo proceso que llevaría después a la eliminación de la homosexualidad de todos los listados de trastornos mentales.
Hasta entonces, los únicos estudios sobre la homosexualidad implicaban modelos animales y nadie había ampliado la investigación a un entorno clínico, es decir, a seres humanos. Hooker recibió fondos para su investigación por parte del National Institute of Mental Health (Instituto Nacional de Salud Mental) en 1953 y se reclutaron sesenta personas que eran consideradas mentalmente sanas. Se dividieron en dos grupos en función de la orientación sexual: exclusivamente heterosexual u exclusivamente homosexual.
Más tarde se les entregó algunas pruebas validadas, en particular, la prueba de Rorschach, el Test de Percepción Temática (TAT) y la prueba de Make-a-Picture (MAPS). Las tres son pruebas proyectivas, es decir, diseñadas para medir las dimensiones de la personalidad, la estabilidad emocional y la coherencia del pensamiento (actualmente, estas pruebas se utilizan sobre todo en el contexto de diagnóstico clínico y forense). Después de revisar los datos, Hooker encontró que no podían distinguirse los homosexuales de los heterosexuales, demostrando así que la orientación sexual no crea diferencias.
A pesar de algunos límites de la investigación, Evelyn Hooker intentó, con un enfoque riguroso, hacer afirmaciones que no sólo abrieron una nueva “vía” en los textos de Psicología, sino que también proporcionó una base científica para las decisiones más importantes en procesos judiciales como la prohibición de trabajo para los homosexuales en algunas agencias estatales y locales, o en las escuelas y departamentos de policía (por ejemplo, la prueba de Rorschach se sigue utilizando en el campo forense).
El estudio de Hooker -junto a la teoría de Kinsey sobre la orientación sexual de 1948- se convirtieron en las armas más potentes con base científica sólida para demostrar que los heterosexuales y los homosexuales son iguales. Sin embargo, la homosexualidad no sería eliminada del manual de los trastornos mentales tan rápido como se pensaba. La Asociación Americana de Psiquiatría (APA) eliminó la homosexualidad como enfermedad solo en el 1973 mientras que en el DSM III (1980) lo consideraba solo el trastorno egodistónico cuando la condición creara dificultades personales y sociales al individuo. La completa exclusión de la categoría de patologías ocurrió con la segunda versión revisada del DSM III (1987). Será el 17 de mayo de 1990 cuando la OMS declararía oficialmente la homosexualidad una variante natural de la conducta humana.
A pesar de los prejuicios y del estigma social que todavía existen en la sociedad, esta investigación ha ayudado a millones de hombres y mujeres homosexuales a aceptarse como tales. Algo invalorable.
No soy homosexual, pero respeto profundamente lso gustos sexuales de los demás. Nadie debe ser dueño del amor ni marcar norma al placer si se lo pasan pipa todas las partes.
Este planeta es un desastre. >En el colegio nos dicen que el ser humano es la especie superior, ya no somos centro del Universo, y que se diferencia del resto de seres vivos porque usa la razón. Jaajajajja qué pretenciosos los humanitos que escriben los libros de texto. Qué entenderán por razonamiento, eso que se pare cuando se usa la razón, porque viendo la porquería de mundo que tenemos, a ver dónde está el producto de tal virtud.
Deberían decir los libros de texto, para una educaciónmás sana y certera: el ser humano es el único bicho enel planeta que tiene cerebro para razonar y no lo usa, salvo en contaas ocasiones. Es un bípedo muy torpe de entendimiento, muy dado a los fanatismos locos, a las supersticiones ectrañas, a cercar sus zonas entre líneas imaginarias, marvando en cada cerco una ley, una norma. Creen unos en unas cosas, otros creen en otras, sin saber seguramente en lo que creen, unos dicen ser de derecha, otros de izquierda, otros de centro, de arriba o abajo ningiuno y de todos, pues menos, cuando no se creen superiores a otros y los apalean o les hacen cosas peores, porque sí, como bestias, por le mido que atenaza sus supuestos futuros, ellso con lo potentes y grandes que son…. y así nos va, zumbaditos en la bola que gira y gira, que debe ser el riego, del mareo. Los hay que hablan de color de piel como norma para diferenciar aptitudes, inteligencias o qué sé yo, y luego van a la solimpiadas a aplaudirlos o al fútbol a sentirse héroes levantando una cerveza y berreando a una tele, gracias a las proezas de aquellos a que igual luego detestan. Otros se dedican a insultar a otros por su sapetencias sexuales, se escandalizan por el sexo, y luego van a ver conciertos de artistas ´super activos en ese campo o cantan himnos de los que tienen por enfermos. Otros… para qué seguir, si se llenaría un libro con todas las tonterías que pueblannuestros cerebros de especie por evolucionar… Cercos, fronteras, muros, prejuicios, fanatismos, raras creencias, miedos, supersticiones, cadenas de pensamiento oscuro heredadas que no termiann de querer ver bajo otra sana luz…. porqeu no, porque no y porque no y punto, el argumento de la razón pura que nos distingue del resto…..cuando los buenos sentimientos hacia los demás debería ser la mejor medalla a nuestro paso por la existencia.
07 octubre 2016 | 11:19
Me resulta curioso que considerando su situación emocionalmente estuviesen estables.Yo hubiese esperado cierta inestabilidad pero no causada por la orientación sexual, sino por todas las trabas que la sociedad les ponía.
Creo que estamos asistiendo a un camino muy parecido con la transexualidad: La OMS parece que está considerando sacarla de la lista de enfermedades mentales. Todo parece indicar que es la sociedad la que está enferma.
07 octubre 2016 | 22:42