Por Nayra Marrero (@nayramar)
Mi tía está cabreada. Diría que está cansada de que tener que firmar como padre de su hijo, pero lo cierto es que es una fuente inagotable de energía y como cree en la igualdad no se cansa, se enfada y lucha. El otro día fue al Registro Civil y tuvo que rellenar el hueco en blanco que hace referencia al padre, mientras mi otra tía hacía lo propio en el espacio de la madre. Pero Adrián tiene dos madres, dos, ¿por qué una tiene que figurar como padre?
Quizá haya quien piense que no tiene mayor importancia, que ahora que pueden tener una familia deberían estar contentas y no seguir quejándose. Pesadas. Pero como la igualdad no es tal si no es completa, y el reconocimiento de nuestras familias no es una concesión que se nos haya hecho para mantenernos en silencio, la lucha continúa.
Y no sólo en el Registro se encontrarán con el escollo padre y madre. Adri irá el año que viene a la guardería y habrá que rellenar papeles con la misma dicotomía irreal. Para el 19 de marzo, quizá venga el niño con una manualidad a regalar a un señor que en su familia no consta, y el primer domingo de mayo quizá tenga una sorpresa para una madre y dos a la regalar. Son pequeñas cosas que imponen un modelo de familia único en un mundo donde la diversidad se extiende, porque no será Adrián el único que se verá ante la tesitura de no encajar: familias monoparentales, reconstituidas, padres ausentes, abuelas cuidadoras y, quizá algún día, familia-tribu.
Ayer, 15 de Mayo fue el Día Internacional de la Familia, así lo nombró Naciones Unidas para reconocer a uno de los pilares fundamentales de nuestra sociedad. Desde el colectivo LGTB lo celebramos en plural, el Día de las Familias, diversas, adaptables, y con derechos. Ese derecho a ser, con el reconocimiento legal, debe ser también un derecho a constar, en los papeles y en las realidades de nuestros centros escolares.
Hay a quien le duele cambiar sus costumbres pero si de algo podemos sentir orgullo es de ser una sociedad abierta y acogedora. Por fortuna, la diversidad viene para quedarse, ¿por qué no la celebramos con alegría?
Ciertamente son pequeños detalles, pero son los pequeños detalles los que hacen la vida.
Este es solo uno de los muchos elementos que condicionan el pensamiento y condicionan el desarrollo, en este caso, de los peques.
16 mayo 2016 | 10:52
En colegio público de mi hija no entregan un regalo por rel día de la madre y otro por el del padre, sino un único regalo por el día de la Familia. Siempre me ha parecido una acción lógica y correcta que se adapta a todas las familias.
16 mayo 2016 | 12:26
El ser humano aún no ha aprendido a evolucionar. Alimentando cuadriculación del pensamiento, negación de la realidad; es terrible. Un papá, una mamá, playas familiares donde no se puede ver un culo o una teta… terrible Humanidad, el cuerpo como enemigo público número uno, luego hablando de educación sexual desde esa oscuridad atroz de negación del propio cuerpo, la sexualidad tenida igualemnte por tabú… patético universo humano.
Sigue anquilosado en un metemiedos de cultura, en una represión del librepensamiento justificada como buena, la sana, la pura, cuando es pura represión y, por tanto, injusta, sectaria, antimejora, cerrazón.
Somos un auténtico desastre evolutivo. No avanzamos como debieran hacerlo espíritus inteligentes, racionales y libres.
Es enriquecedor avanzar, más cuando lo que se supera son muros de cerrados. Ahí no debería haber ni siquiera discusión.
16 mayo 2016 | 12:56
No hay duda de que es injusto que, siendo madre, se tenga que rellenar una casilla que diga «padre». Pero tampoco me cabe duda de que de forma más rápida que lenta, estas cosas van a ir adaptándose para que la siguiente injusticia que tenga que sentir una mujer madre, sea aún menor que esta.
Y esto es porque la fuerza del cambio, lo que hace que estas injusticias dejen de estar presentes, es muy fuerte. Es una fuerza que aglutina toda la bondad y el buen hacer de la sociedad, volcada de forma casi total en los problemas diarios de las madres, y preocupada por esas injusticias.
Es tan fuerte esa fuerza, que mientras esto pasa se crea una discriminación positiva que mantiene fuera del alcance de la sensibilidad ciudadana el resto de injusticias que sufren otros ciudadanos, no solo los que tienen que rellenar casillas mal definidas.
Cuatro cientos de niños han sido sustraídos por sus padres (en realidad la mayoría son madres pero decimos «padres» quizás por estos motivos que criticábamos antes), sin que exista posibilidad alguna de que se corrijan estas injusticias. Para todos estos casos, desperdigados por el planeta, existe únicamente un organismo central de apenas seis personas, que han de llevar todo el proceso, trámite y asesoramiento, en sus horas de trabajo.
Para mí un mundo mejor no distingue entre madres ni padres, ni tampoco entre niños o padres, a la hora de solucionar problemas.
Son muchos los años que deberá de esperar cualquiera de esos padres, únicamente para que se le reconozca el proceso. Al pasar esos años, el proceso que se llevará a cabo nunca tendrá poder efectivo para eliminar la injusticia, por lo que lo único que le quedará al padre en cuestión es una victoria moral a favor de los derechos de su hijo, al que habrá asimilado no volver a ver nunca más, al menos en circunstancias de padre a hijo.
Es decir, y para concretar un poco, pasarán algunas décadas para que este problema encuentre una respuesta fruto de la fuerza que el sistema ejerce contra las injusticias. Me refiero al de esos padres, porque el de la casilla que tanto disgusto ha de sentir aquél que la tenga que firmar suplantando el rol de padre cuando es madre, seguramente se solucionará con muchísima más celeridad.
Ojalá yo pudiera firmar esa casilla, porque querría decir que tengo la posibilidad de saber de mi hija, sustraída por su madre hace cinco años en un país extranjero. Pero no queda disponible sensibilidad para esto, al menos en el país en donde yo vivo.
16 mayo 2016 | 14:20
La lucha no parará ahí; seguirá volcada en todas estas cosas sin prestar atención a nada más.
16 mayo 2016 | 14:32
Bueno, no puedo decir que no esté de acuerdo, pero también me parece un poco buscar fantasmas donde no los hay. En nuestro país los nuevos modelos de familia son una realidad desde hace muy pocos años. Es normal que los cambios lleven su tiempo: ni la mentalidad ni las costumbres ni la burocracia cambian de un día para otro. Puede que tarde más de lo que nos gustaría, pero el cambio llegará, poco a poco, sí, pero llegará, que no os quepa duda. De hecho hoy se ven como normales cosas que eran impensables cuando yo era niño, empezando por la posibilidad de formar una familia con dos mamás (y no soy tan mayor).
Tiempo al tiempo, que todo llega.
Saludos.
16 mayo 2016 | 14:36
Estos cambios van poco a poco, no se puede esperar que todos los registros se adecuen a todos los casos. Pongo un ejemplo bastante diferente pero igual de válido, si tu calle tiene un nombre muy largo y el formulario obliga a escribir una letra por casilla puedes quedarte sin espacio para escribir el nombre completo, y al final tener que hacerlo de malas maneras, pero poco a poco esos defectos se han ido resolviendo. Está claro que hay que quejarse para que sepan donde está el error, pero nada más.
16 mayo 2016 | 17:27
¿Por qué llamarlo matrimonio cuando no lo es a todas luces, sino una unión civil? Ah, la vida tiene estas contradicciones ue a veces gustan y a veces disgustan.
16 mayo 2016 | 23:15
Bueno, lo de ver fantasmas donde no los hay, no me parece justo. Como tampoco me parece justo que una pareja de chico y chica lleven 17 años junt@s, tengan un hijo, y tengan libro de familia sin estar casados. No me parece justo que mi mujer y yo, que somos dos mujeres, madres de un niño, tuvimos que llevar al registro civil hasta los papeles del materno del día en que solicitamos iniciar el proceso de reproducción asistida para tener a nuestro hijo, que hasta la administrativa que nos atendió nos pidió disculpas porque «así lo pide la ley», y tuve que dar mi consentimiento para que mi hijo lleve mi apellido, ¿creen que después de 3 años de búsqueda, intentos, lloros, madrugones y alegrías no quiero que lleve mi apellido aunque no lo haya parido?
No hace falta mucho tiempo para cambiar una ley, ni para cambiar los impresos donde dice «padre», o «madre», poner una palabra que sirva para todo, es solamente un cambio a la hora de imprimir esos impresos y, créanme, no hace falta tanto tiempo ni esfuerzo. Han tardado mucho menos en cambiar el nombre del rey que tenemos ahora, y para eso no hay tanta pega, ¿es que unos ciudadanos tienen más importancia, más derechos que otros?
Yo tengo claro que mi hijo no va a ir a una escuela donde le hagan dibujar algo para el día del padre, porque no lo tiene. Como también nos estamos esforzando para criarlo en el marco de la crianza natural y respetuosa, sin castigos, sin chantajes, sin gritos. Por eso va a una madre de día en lugar de a una guardería, y por eso irá a una escuela libre mientras podamos pagarla, para que sea libre y feliz, y no tenga cargas de deberes y actividades que no quiera hacer.
16 mayo 2016 | 23:40
#9 Emi, insisto, no es cuestión de cambiar una ley o unos impresos. Es cuestión de cambiar mentalidades, y eso aún llevará tiempo. Entiendo tu postura, pero también tú tienes que entender lo que implican este tipo de cambios.
Saludos.
17 mayo 2016 | 00:05
¿Perdona? Cuando nosotros fuimos al registro civil rellenamos laa casillas de «progenitor A» y «progenitor B»
Con respecto a lo del día del padre, existir exite, aunque sea sobre el papel y no tenga cabida en su núcleo familiar.
Por mi parte, fantasmas por todos lados. Lo importante, respeto, criar con amor independientemente del sexo de sus progenitores, y, sobre todo, educar en el respeto hacia las PERSONAS, que parece que estamos más preocupados por las etiquetas que por lo que hay debajo.
17 mayo 2016 | 00:57
Con todos mis respetos, cada cosa tiene su nombre. La union juridica entre un hombre y una mujer es «matrimonio» que son los unicos que pueden concebir hijos de forma natural. Para las demás uniones debería forjarse otra palabra.
No se puede hacer todo igual cuando de hecho no lo es.
17 mayo 2016 | 08:44
#9 Emi:
Creo que hay que dar un poco de tiempo a la adaptación, tanto de la mentalidad como de la administración. Por otro lado, creo que la sociedad ha avanzado enormemente en este aspecto en los últimos diez años.
Hay que dar un poco de tiempo, no quererlo todo ya.
17 mayo 2016 | 09:30
Es curioso que en el artículo hable de «igualdad», pero tan sólo ejemplifiques con casos de mujeres, como si no hubiese hombres con familias monoparentales, niños con dos padres… etc.
Vamos… que tanto que pregonas de igualdad, pero ignoras completamente el otro lado, cayendo tu misma en eso que tanto criticas.
Un aplauso por ti!!
17 mayo 2016 | 09:51
En los impresos pone padre y madre, porque es lo que la naturaleza dispone que todos tengamos. Todos tenemos un PADRE y una MADRE, aunque por circunstancias no vivamos con ellos. Y todo lo demás son inventos, barbaridades y chorradas, que como siempre anteponen el beneficio y deseo de unos pocos al de esos niños a los que tanto dicen «querer». Las cosas son como son, y uno mas uno son dos, por mucho que algunos se quieran inventar familias con dos madres, cuatro padres, dieciocho «progenitores», o con 27 abuelas maternas Todo es mentira
17 mayo 2016 | 13:31
Gracias por este post. es lo que estaba buscando y lo que me identifica. y a veces no se encuentra respuesta a porque llaman padre a algo que no es. muchas gracias
25 junio 2016 | 01:51