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El bikini del revés: la tendencia que solo queda bien si te has operado las tetas

¿Os acordáis cuando a las blogueras de moda les dio por el underboob, el escote que dejaba la parte de abajo del pecho a la vista en vez de la de arriba? Bien, ha llegado la versión veraniega.

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UPSIDEDOWN BIKINI FACEBOOK

Los estilismos estivos, compuestos muchas veces por bikinis, sumados a la enésima reinterpretación de un escote han dado lugar al «upside down bikini«, una manera de colocarse las tiras de la parte de arriba del traje de baño que te resultará muy familiar.

¿Te has dado cuenta? Correcto, es lo mismo que hacía tu madre cuando quería ponerse morena en la piscina para evitar las marcas de los tirantes: un nudillo en el centro y los extremos por detrás de la espalda (en este caso por dentro de la copa).

La idea de darle una segunda vida al bikini, es buena, no seré yo quien diga que no como firme defensora que soy de reciclar ropa. Es buena, sí, pero especialmente si tienes el pecho operado.

A mí la idea me estaba gustando. Incluso con cierta esperanza he visto el vídeo tutorial de Instagram que explica cómo puedes hacerlo.

Sin embargo, a la hora de mirar los ejemplos que daba la cuenta de la tendencia, me costaba encontrar mujeres con el pecho sin operar.

Fijaos que de las primeras cien fotografías que muestran el bikini hacia abajo solo he contado cinco de mujeres cuyo pecho fuera al natural. Y sí, podéis creerme cuando os digo que sé diferenciarlos.

Entonces, ¿qué pasa? ¿Es para todas esto? Pues honestamente, no. Los intentos que he podido hacer a la hora de atar el bikini de esa manera, me dejan el pecho espachurrado y con parte del pezón al aire, lo que me horroriza ya que es una piel extremadamente delicada y no debería estar al sol.

Por otro lado, los casos de las mujeres con pecho grande y natural, al perder la sujeción del tirante anudado al cuello, terminan con las tetas desparramándose por fuera. Igual aguanta bien puesto los dos minutos que posas para la foto, pero nada más levantarte aquello va a caer por su propio peso.

En definitiva, que las tendencias, ideas, propuestas y maneras alternativas de llevar una prenda están muy bien, pero me gustarían más si fueran algo que pudiéramos disfrutar todas en vez de una cosa que solo resulta favorecedora si has pasado por el quirófano.

Las mujeres se operan para estar más guapas y los hombres para parecer menos cansados

Si hace 40 años el porcentaje de hombres que acudían a centros de estética era de un 1%, hoy en día nos encontramos en una sociedad en la que el hombre se siente también presionado: «Cada vez más los hombres se van mentalizando en cuidarse. El 20% de nuestros clientes son hombres que se van concienciando de la importancia de la imagen» dice la doctora Mª Ángeles López Marín, la directora del Centro Médico Rusiñol.

El doctor Iván Mañero, cirujano de la Clínica Iván Mañero, corrobora las palabras de la doctora: «La proporción de mujeres y hombres que se operan es de un 80-20 sin lugar a duda. El hombre ha aumentado su participación en la cirugía sobre todo ligado al mundo homosexual. Pero por lo general, el hombre no se opera por guapo. Se opera por no aparentar cansancio. Cuando se operan, las mujeres buscan belleza y los hombres productividad«.

Según la doctora López Marín «la mujer intenta tener la mínima arruga posible. Pero es preferible que quede algo y no estar con la cara planchada. Los hombres que vienen son de 40 o 50 años que están en empresas con la presión de tener una buena imagen, algo que ya no solo recae en la mujer«.

Si ellos empiezan a partir de los 40, nosotras un poco antes: «Tenemos clientas que van desde los 35 años, con tratamientos más sencillos, hasta los 80. La coquetería cada vez influye más. La cirugía no hace que vuelvas a tener 20 años pero sí que por la mañana te veas una buena calidad de piel. Ser una persona de 80 años que se ve con buena imagen por fuera añade calidad de vida» revela la doctora López Marín.

Hablamos de unos tratamientos que no están al alcance de cualquiera, ya que las tarifas de estos métodos cuestan «unos 380 euros el más básico hasta uno completo que cuesta 750 euros y combina toxina botulímica, hilos tensores y ácido hialurónico. Teniendo en cuenta que el envejecimiento no se frena lo recomendable es hacer un tratamiento de estos cada 6 meses y complementarlos con cremas, que no te quitan una arruga pero hacen que el tratamiento te dure mas tiempo» dice la doctora.

Inyección. CENTRO MÉDICO RUSIÑOL

Inyección. CENTRO MÉDICO RUSIÑOL

Pero los tratamientos o intervenciones estéticas no son la panacea de la belleza: «El estilo de vida es muy importante. El cuidarte por dentro para estar bien por fuera es fundamental. El caso más típico es la persona un poco obesa que se quiere operar pero no va a cambiar su estilo de vida. El cirujano no solo cambia el físico sino que hace un cambio general de hábitos alimenticios y tóxicos como fumar, comer, tomar el sol…» afirma el doctor Mañero.

Respecto a intervenciones corporales «sigue siendo prioritario el pecho. La razón es su importancia a nivel social y porque es un órgano diana del embarazo y la lactancia. La mayoría de las mujeres que se operan son jóvenes entre los 20 y los 30 o mujeres que han sido madres y quieren arreglar lo que el embarazo ha hecho. La tendencia es la naturalidad, se sigue demandando un pecho grande pero que no parezca operado» dice el docto Mañero.

El pecho, que aunque históricamente es el más pedido, este año ha perdido adeptas según el cirujano: «La cirugía que ha tenido más auge en el último año es el glúteo. Ha sido muy demandada en países occidentales porque en Sudamérica siempre ha sido la segunda cirugía más solicitada después del pecho. Su demanda se debe no solo a las Kardashians sino a la irrupción de celebrities latinoamericanas en Estados Unidos. Las actrices latinas tienen más curvas que las americanas y es lo que la gente quiere. Ahora se llevan más las curvas«.

Aumento de mamas. IVAN MAÑERO

Aumento de mamas. IVAN MAÑERO

El precio de estos aumentos oscila entre los 5.000 euros «si es un aumento de pecho simple, hasta los 8.000» dice el doctor Mañero. «Una cirugía de glúteo puede costar desde la colocación del implante simple, entre 5.000 y 6.000 euros, a los 8.000 o 9.000 cuando se combina con otras técnicas como el esculpimiento.

Ambos doctores coinciden en que el futuro de la estética va por la senda de las células madre: «Aún le quedan dos o tres años pero será el gran el gran boom de la medicina que luego revertirá en la medicina estética» afirma la doctora López Marín. Para el doctor Mañero le queda un poco más por los frenos éticos debido a lo que cuesta hacer experimentos con células madre. «No creo que lo veamos antes de 15 o 20 años. La medicina regenerativa está en otros ámbitos pero acabará llegando a la estética. Ahora mismo estamos reparando pero cuando esto pase, no quitaremos la piel envejecida sino que regeneraremos la que hay«.