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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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Pequeña tragedia en Torremolinos

Debo de ser un poco fatalista, pero en esto de la protección del medio ambiente tengo la impresión de estar siempre restando y casi nunca sumando.

Salgo al campo, a los lugares habituales de mi entorno más familiar, y no hay día en que no regrese a casa con algún disgusto: pistas nuevas, árboles cortados, construcciones, basura,… Al final acabo como la gente mayor, explicando a mis hijos, a mis amigos, cómo era esto hace unos años, cuando todo estaba mucho mejor que ahora, criaba tal o cual pájaro, podías ver tal o cual animal.

¿No os pasa a vosotros lo mismo?

Me viene a cuento esta reflexión tras la lectura de un correo que me han enviado desde Torremolinos (Málaga) la Sociedad Andaluza de Herpetología y Terrariofília (SAHT). Un municipio de la Costa del Sol famoso por haber sido de los primeros donde el boom turístico cubrió de hormigón su bello litoral, llevándose por delante y de un plumazo sus gentes, su cultura, su naturaleza. Reconozco que me sorprendió saber que pudiera haber allí algo medioambientalmente interesante. Pero lo había. Y ya no lo hay.

Existía un pequeño humedal dentro del espacio urbano, el de Los Manantiales, último vestigio de un ecosistema acuático que, poco a poco, fue menguando ante el avance de las urbanizaciones. Por supuesto, carecía de protección. Para la mayoría de la gente era apenas un charco, pero para el ojo experto del naturalista representaba un oasis faunístico en medio de la urbe. Allí criaban la ranita meridional (Hyla meridionalis), el sapillo moteado ibérico (Pelodytes ibericus), el sapo común (Bufo bufo), la rana común (Rana perezzi), el sapillo pintojo meridional (Discoglossus jeanneae), el sapo de espuelas (Pelobates cultripes), la culebra viperina (Natrix maura) y hasta el raro camaleón común (Chamaeleo chamaeleon). También había insectos tan interesantes como la mariposa arlequín (Zerynthia rumina), el cardenillo (Tomares ballus) y la espectacular mariposa monarca (Danaus plexippus).

Todas son especies protegidas por una exigente normativa europea, española y andaluza, pero al final dio lo mismo. Ni las protestas de la SAHT ni las propuestas de convertir el espacio en una microrreserva que poder utilizar luego como aula de educación ambiental sirvieron para nada.

El pasado mes de mayo, en plena primavera, cuando más vida bullía en la charca, las excavadoras lo arrasaron todo para levantar en la parcela un centro comercial. Por la culpa de todos, administraciones incluidas (especialmente ellas), el humedal de Los Manantiales de Torremolinos ya es historia. Triste historia.

Siempre restando, nunca sumando. ¿Cuándo aprenderemos a crecer sin destruir?

En las fotografías cedidas por la SAHT, camaleón y ranita de San Antonio buscando la charca donde vivían tras la destrucción de ésta por las excavadoras para la construcción en el solar de un centro comercial.


Aparece la primera serpiente de verano

Adelantándose al calor estival ya ha llegado la primera serpiente del verano, informativamente hablando.

Ha aparecido en el tejado de un edificio de viviendas de Motril (Granada) y mide dos metros, o dos metros y medio. Algunos medios de comunicación dicen que incluso ha criado. Otros que en realidad son «cientos de ejemplares de todos los tamaños». Que se alimenta de las palomas, a las que caza con agilidad. Que se instaló entre las tejas hace tres semanas, bueno, hace dos meses, y que desde entonces «tiene aterrorizado a todo el barrio». Que al menos en cuatro ocasiones los bomberos han intentado capturarla, pero sin éxito. Que finalmente se ha decidido gasear al animal o animales, en cuanto Medio Ambiente dé la autorización, pero que no se preocupen, que 12 horas antes del comienzo de este peligroso trabajo de eliminación las viviendas serán desalojadas por seguridad.

El alcalde de la localidad se trasladó ayer al barrio para pedir «calma» a los vecinos de la calle Lope de Vega, donde habita la serpiente, sobre la que, recordó, no es venenosa. Por supuesto, les garantizó la eliminación del reptil en las próximas horas, devolviendo así la tranquilidad a un barrio que, según parece, se ha quedado paralizado ante la aparición del ofidio. Una bicha ya casi mítica a la que los vecinos, recordando una famosa telenovela, han bautizado como La Señora.

Os dejo aquí algunas perlas sensacionalistas de nuestra prensa más querida sobre el tema.

Antena 3: «El miedo se ha apoderado de los vecinos del bloque, que temen por sus vidas, pero sobre todo por las de los más pequeños».

Tele5: Desde que el reptil se ha instalado en el tejado del inmueble, hace unas tres semanas, los vecinos no viven, ni duermen «y sufrimos de los nervios».

20Minutos: Mientras, los inquilinos del edificio «estamos desesperados» y prefieren asfixiarse «en la casa a abrir la ventana» por temor a que la culebra decida visitarlos.

Por si fueran pocos los medios de comunicación ávidos de noticias estrafalarias, también se metieron por medio los políticos, quienes emulando a Cocodrilo Dundee, diseñaron un sistema infalible de captura: Poner en el tejado una jaula con un conejo, para que el monstruo se metiera dentro y se tragara de un bocado a su víctima, engordando de tal manera que le resultara imposible salir del engaño.

¡Qué inteligencia, Dios mío!

Pero la diabólica serpiente no debe ser de las que se echan la siesta viendo los documentales de Naturaleza de TVE-2 y, contra toda lógica, despreció tan genial ardid. [La ironía es mía]

—–

Hasta aquí la serpiente de verano, pero ¿qué hay de cierto en todo ello?

Para empezar, la terrible serpiente de proporciones colosales ha sido identificada como un ejemplar de culebra lisa meridional (Coronella girondica). Una inofensiva culebra pequeña que no supera los 95 centímetros de longitud, carente de veneno, común en prácticamente toda la Península Ibérica y, por descontado, especie protegida cuya captura o sacrificio están prohibidos.

De hábitos discretos, se alimenta principalmente de lagartijas y salamanquesas y, más esporádicamente, de ratones. Así que lo de tragarse un conejo de un bocado es como querer sacarlo de una chistera, puro espectáculo circense.

Hace unos meses ya os hablé de la ofidofobia y de todas esas leyendas increíbles sobre culebras mamadoras de mujeres, metidas en el estómago o contra las que lucharon numerosos santos e incluso el Cid Campeador. ¿Creíais que eran historias de viejas ya olvidadas? Ni mucho menos. Mientras tengamos algunos periodistas y políticos como tenemos, las culebras de verano seguirán alimentando nuestra rica tradición oral.

En esta imagen de Alfredo Aguilar (Diario Ideal) puede verse una de las pequeñas culebras observadas en Motril y que han provocado la injustificada alarma de todo el vecindario.

Los sapos predijeron el terremoto de China

Cientos de miles de sapos comenzaron a emigrar dos días antes del pavoroso terremoto de China en la ciudad de Mianyang, una localidad muy cercana a Wenchuan, donde se localizó el epicentro. En las calles, las gentes esquivaban a los atemorizados batracios y los coches los aplastaban. El día anterior al seísmo, a casi 1.000 kilómetros de distancia, en la provincia costera de Jiangsu, decenas de miles de sapos poblaron la ciudad de Taizhou.

Los expertos atribuyeron este raro comportamiento al cambio climático, pero ahora, tras la tragedia, son muchos los que sospechan que los animales pudieron haber presentido el terremoto. «Desafortunadamente, nadie tuvo en cuenta la advertencia de los sapos», escribió el diario China Daily.

¿Otra leyenda urbana? Tengo mis dudas.

De hecho, la Agencia de Noticias Xinhua de China se ha apresurado a desmentir, no la existencia de estas extrañas masivas migraciones de sapos, que confirma plenamente, sino su significado premonitorio.

En su comunicado, la agencia entrevista a Zhang Guomin, un investigador miembro del Instituto de Investigación Sismológica subordinado al Buró Sismológico de China, quien asegura que

«existen razones más complicadas para las anomalías animales y el agua subterránea. Un terremoto es sólo una de ellas, además del cambio climático y las condiciones meteorológicas».

Por su parte, el subdirector de la Red de Sismos de China, Zhang Xiaodong, afirmó que

«averiguar la relación existente entre los fenómenos naturales anormales y los terremotos es de hecho uno de los más importantes y difíciles temas en los estudios de pronóstico de terremotos».

También reconoció Xiaodong que podría ser un gran progreso para la investigación sísmica si existiera un índice claro de fenómenos naturales antes de que un terremoto suceda, aunque lo consideró muy improbable:

«Pronosticar terremotos sigue siendo un verdadero rompecabezas para la humanidad».

En mi modesta opinión, los animales tienen un sexto sentido para barruntar las catástrofes. Como ya os conté en una ocasión, así ocurrió cuando la terrible tormenta tropical Delta arrasó Canarias. Y en Japón desde hace más de mil años han usado al pez gato como efectivo sismógrafo casero.

Conozco historias de muchas mascotas que adivinaron la muerte de sus amos, e incluso enfermedades antes que los propios médicos. Y aunque tildadas como supersticiones, nuestra sociedad se ha alimentado durante siglos de la información más o menos premoritoria ofrecida por los animales para indicarnos si iba a llover, haría sol o caería una helada tardía. ¿Estaríamos antes equivocados? Millones de sapos advertidos dan mucho que pensar.

Ranas predicen el terremoto en China en Blogs de YAAQUI

En esta imagen podéis ver los miles de sapos que escaparon de la ciudad china de Mianyang dos días antes de que fuera destruida por el terremoto. Que bajo estas líneas aparece también en el vídeo de uno de los noticieros chinos ¿Presintieron los sapos la catástrofe o fue casualidad?


Matanza de ranas en un parque de Tenerife

Este blog, este periódico, lo hacemos entre todos. Con vuestras ideas y comentarios alimentáis una actualidad teñida de verde esperanza, un trabajo que nunca os lo podremos agradecer bastante.

Una lectora, Idaira G.S.J., nos escribe ahora para protestar por la injustificada muerte de cientos de ranas y renacuajos en el bellísimo Parque García Sanabria de Santa Cruz de Tenerife. Reproduzco a continuación su queja, junto con algunas de las fotos que nos ha remitido:

Les envío unas fotos tomadas a día de hoy, 17 de abril de 2008, en donde pueden observarse unos renacuajos y ranas muertas entre el barro. Son sólo unas pocas de las cientos o miles que muerieron entre ayer y hoy en el parque García Sanabria de S/C de Tenerife. Esto ocurre porque el Ayuntamiento de dicha ciudad utiliza un sistema de vaciado de las charcas del parque público ya citado, totalmente incompetente y sobre todo despiadado. Apartan las carpas grandes, sacan el agua de los estanques y retiran el barro del fondo con palas. Esos contenedores de barro que resultan del vaciado de los estanques están plagados de renacuajos, ranas, peces pequeños, y demás, que van a parar al PIRS, uno de los basureros orgánicos de la isla. Las fotos que tomé a día de hoy son sólo de los restos de barro que se cayeron fuera de los contenedores. Algunos de los renacuajos aún estaban vivos entre el barro, y lo único que pude hacer por ellos es devolverlos a una de las charcas que ya habían llenado de nuevo los operarios del Ayuntamiento.

No tengo idea de términos legales, pero por mi parte haré la correspondiente denuncia por medio de la protectora de animales con la que suelo colaborar, temiendo de antemano que hagan oídos sordos; confío en que vosotros podáis difundir esta indignante situación sin tener por ello que entrar en acusaciones directas o personales.

Muchas gracias por vuestra atención,

Una lectora de vuestro diario digital.

Muchas gracias a ti, Idaira, por tu sensibilidad. Las ranas son especies introducidas en Canarias, donde no existían de forma natural debido al aislamiento de su localización atlántica. Se piensa que fueron llevadas al Archipiélago como sistema natural de lucha contra el paludismo. Sea como fuere, llevan allí muchos cientos de años, cumpliendo de manera ejemplar una doble función: librarnos de los mosquitos y acunanar nuestras noches.

Efectivamente, nuestra sociedad sólo piensa en «lo que se ve», en los grandes animales, y se olvida de lo pequeño, de «lo que no se ve», de los anfibios. Ya os he contado hace poco lo mal que están las ranas en todo el mundo. Éstas del García Sanabria son ranitas meridionales, una especie por suerte no amenazada. Pero da igual, es cuestión de sensibilidad. ¿Por qué no se tamizó el barro para salvarlas? Seguramente ni sabían que existían. O lo que es peor, no las dieron importancia.

Estamos en el año de la rana

Ni rata, ni dragón, ni nuevo horóscopo chino. Coincidiendo con la salida del letargo invernal de anfibios y reptiles, organizaciones científicas y ecologistas internacionales han declarado 2008 “el año de la rana”. Tratan así de concienciar al mundo de los peligros que se ciernen sobre estos y otros anfibios, un sorprendente grupo animal donde más de la mitad de las casi 6.000 especies conocidas están en peligro de extinción.

A la destrucción de los hábitats naturales húmedos donde viven, la contaminación y los efectos del cambio climático, se ha sumado recientemente la aparición de una terrible plaga que está diezmando a los anfibios de todo el planeta. Se trata de un hongo letal conocido como Batrachochytrium dendrobatidis, de rapidísima propagación entre las especies y para el que no existe tratamiento.

Para evitar la extinción de tan peculiares animales, el famoso naturalista británico David Attenborough ha promovido la creación del Arca de los Anfibios. Una campaña que intenta reunir fondos económicos para ayudar a zoológicos en todo el mundo a establecer colonias de cría biológicamente seguras.

“En las últimas década hemos sido testigos de la dramática disminución de la población de anfibios y en algunas áreas del mundo hay especies que han desaparecido por completo”,

advierte Attenborough.

Jaime Bosch, experto en anfibios del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, asegura que este problema

“podría causar una extinción en masa de los anfibios en pocos años, similar a la que ocurrió con los dinosaurios hace 65 millones de años”.

Quizá los cantos nocturnos que ya comienzan a escucharse de ranas comunes, ágiles, patilargas, pirenaicas, bermejas, ranitas de San Antonio y meridionales, junto a los de sapos comunes, sapillos pintojos, corredores, parteros, baleares, de espuelas, moteados o verdes son gritos de protesta ante su cada vez más rápido declive. Pero también son llamadas de amor. Y a mí me encanta oír su croar machacón en estas aún frías noches primaverales, mucho más en las veraniegas de luna llena; especialmente el ronco bozarrón de la delicada ranita de San Antonio, mi favorita.

¿No disfrutas tú también con estos conciertos? Pues tarea de todos es garantizar su futuro, y no en reducidos zoológicos, sino en sus hábitats naturales, en sus charcas, fuentes, manantiales o bebederos. Protegiendo estos lugares, evitando su destrucción, ayudaremos a nuestras queridas ranas. Siempre, pero con más razón en éste su año

Descubierto un nuevo saurio en La Gomera

En realidad todo el mundo conoce en La Gomera, en las islas Canarias, a este bello eslizón, mitad lagarto, mitad culebra. Pero siempre se pensó que era prácticamente idéntico al de Tenerife, tan sólo una subespecie, poco más que una raza.

Sin embargo, un exhaustivo estudio sobre secuencias de ADN mitocondrial realizado por investigadores de España, Reino Unido y Francia, recientemente publicado en el último número de la revista Molecular Phylogenetics and Evolution, acaba de elevarlo a la categoría de especie. Rápidamente, su descripción ha sido incluida en la espléndida Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles, donde podéis consultar su ficha.

Acaba de nacer por tanto para la Ciencia, oficialmente bautizada como Lisa de Salvador (Chalcides coeruleopunctatus). Así denominada en honor a Alfredo Salvador, investigador de Ecología Evolutiva en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, quien la describió por primera vez en 1975. Con dos nombres científicos en latín complicados pero muy ilustrativos. Chalcides, pues es el género exclusivo de los eslizones, conocidos en Canarias como lisas o lisnejas. Y coeruleopunctatus por las manchas azules que presentan los adultos en el dorso.

Además, gracias a la genética se ha descubierto con detalle la increíble historia de la colonización del archipiélago canario por este saurio. Llegó hace 7 millones de años a La Gomera de forma casual, seguramente dentro de troncos que flotaban a la deriva en el mar. Desde esta isla habría logrado saltar a Tenerife hace unos 4-5 millones de años y a Gran Canaria hace unos 3,5 millones de años, donde evolucionaron de manera aislada dando lugar a especies diferentes. La colonización de El Hierro desde La Gomera habría sido mucho más reciente, puesto que geológicamente es la isla canaria más joven. Por esta razón, los eslizones de allí son iguales a los gomeros. ¿Increíble verdad?

Nada 21.000 kilómetros en busca de alimento

La noticia ha sido difundida por The Associated Press, publicada en inglés en Usa Today, y más resumida en castellano en El Nuevo Herald.

Un grupo de científicos realizó un seguimiento de una tortuga laúd (Dermochelys coriacea) que nadó desde Indonesia hasta la costa de Oregón (Estados Unidos) y desde allí fue a Hawai en busca de alimento. En total, el animal recorrió por el Océano Pacífico cerca de 21.000 kilómetros a lo largo de 647 días, momento en el que el emisor se quedó sin batería y dejó de emitir. Según los investigadores, este nomadeo se explica por la necesidad de encontrar lugares con alimento suficiente para poder criar. Están especializadas en comer medusas.

Las tortugas laúd son las más grandes del mundo, pues pueden llegar a medir hasta 2,7 metros de largo y llegar a pesar hasta 900 kilos. Estos formidables animales existen desde hace 100 millones de años, pero la pesca comercial los está colocando al borde de la extinción. De hecho es la tortuga marina que más peligros corre en el mundo. Los conservacionistas estiman que la especie podría extinguirse en 30 años.

«Las migraciones de esta magnitud exponen a los animales a una multitud de riesgos en el mar», resumen Scott Benson y Peter Dutton, científicos del Servicio Nacional de Piscicultura Marina de California en un trabajo científico que escribieron el mes pasado en la revista Chelonian Conservation and Biology. Por ello han solicitado a los gobiernos del mundo un esfuerzo extra en la protección de los medios marinos.

Benson estima que actualmente viven menos de 5.000 hembras adultas en el océano Pacífico. ¿Y machos? Un misterio. Los machos no pueden ser contados fácilmente porque no llegan a la costa. Sólo lo hacen las hembras para desovar y regresar al mar, su verdadero mundo. Allí son las reinas de un inmenso país acuático sin fronteras. Pero lleno de peligros.

Fotografía difundida por la organización World Wildlife Fund en la que aparece la viajera tortuga verde con un equipo de rastreo por satélite en su caparazón, mientras se dirige al mar en una playa remota en la provincia de Papua, en Indonesia.


Muere medio millar de huevos de tortuga traídos de Cabo Verde

El pasado 1 de octubre, 560 huevos de tortuga boba (Caretta caretta) fueron desenterrados de ocho nidos localizados en una playa de Cabo Verde, trasladados en avión a Gran Canaria y desde allí en helicóptero a las playas de Cofete, en el municipio de Pájara (Fuerteventura), donde fueron nuevamente enterrados en la arena. Tan costoso proceso está pagado por el Gobierno de Canarias, empeñado en un ambicioso proyecto de recuperación de las colonias de este animal bajo el paraguas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).

El año pasado fue la primera experiencia. Del millar de huevos depositados con todo el cuidado en la arena por el presidente de Canarias y un nutrido número de políticos del partido gobernante en las islas, bajo la atenta mirada de decenas de periodistas, en total nacieron en la playa majorera 143 tortuguitas.

Pero este año ha sido el desastre. De los 560 huevos enterrados, ni uno sólo ha logrado eclosionar. Fracaso total, silencio institucional. Me cuenta una persona cercana al proyecto que los embriones murieron por un problema de temperatura al haberse retrasado demasiado el transporte. Esta vez quisieron hacer las cosas bien, con todos los papeles necesarios para la exportación, evitando así las denuncias que la Guardia Civil y la Agencia Tributaria les impuso nada menos que por contrabando de especies protegidas. Demasiados trámites. Y fallaron.

El profesor de la ULPGC y director del proyecto de reintroducción, Luis Felipe López Jurado, se mostraba hace un año muy satisfecho con un éxito inicial que, en su opinión, confirma la viabilidad del programa:

«Durante 15 años traeremos de Cabo Verde entre 1.000 y 3.000 huevos, dependiendo de cómo vaya el manejo en cada momento, para enterrarlos en las playas de Fuerteventura, esperar a que eclosionen y dejarlos que ganen el mar. Después los mantendremos durante un año en cautividad para reducir el riesgo de la predación antes de liberarlos definitivamente», me explicó López.

El proyecto se desarrolla igualmente en Almería, aquí de la mano de la Junta de Andalucía y con el aval de la Estación Biológica de Doñana. En este caso el secretismo es aún mayor, aunque todo apunta a que el otro medio millar de huevos llevado al Cabo de Gata ha obtenido el mismo estrepitoso fracaso que en Fuerteventura. Con el agravante de que, como han denunciado muchos especialistas, allí se quieren liberar tortugas atlánticas, genéticamente diferentes a las mediterráneas, bajo la pueril explicación de que ayudarán a combatir las plagas de medusa. Hagan cuentas. En 10 años se traen 15.000 huevos de Cabo Verde, donde tampoco sobran tortugas, para lograr con suerte que tras una década de esfuerzos económicos regresen a criar a las playas españolas dos o tres hembras.

Pero en ambos casos las dudas son las mismas. Mientras el mar siga contaminado y sobreexplotado, los aparejos de pesca matando miles de tortugas, las costas urbanizadas, el tráfico marino en aumento ¿qué futuro podemos ofrecer a estos animales? Tan sólo la muerte. De forma lenta, al ritmo silencioso de nuestra destrucción, o rápida, robando huevos en países lejanos que después se secarán al sol en nuestras turísticas playas.

Los 100 anfibios más amenazados del Planeta

La Sociedad Zoológica de Londres ha escogido a 100 de los más raros anfibios en peligro de extinción del mundo (dos de ellos europeos), a cuya conservación irá destinado todo el dinero que logre recaudar con su proyecto EDGE, acrónimo en inglés de Evolutivamente Distinto y Globalmente Amenazado. Su página, desgraciadamente sólo disponible en inglés, es tan hermosa como desoladora. Os recomiendo visitarla.

Según los datos aportados por esta asociación, más de la mitad de las casi 6.000 especies conocidas de anfibios están en peligro de extinción. Y sólo un 15 por ciento de ellas se benefician de algún proyecto de conservación. El resto languidece ante nuestra presión destructiva y nuestra indiferencia.

De esta manera, 34 especies ya han desaparecido del planeta en los últimos cinco siglos y muy probablemente 131 más han seguido en los últimos 100 años el mismo camino. Aunque tarde, nuestra obligación es parar esta terrible pérdida de bella biodiversidad.

A continuación te incluyo imágenes de algunos de los anfibios más amenazados y espectaculares que aparecen en la lista, el top del top. Los más escasos, pero también los genéticamente más singulares, con pocos o ningún pariente vivo en la actualidad.

Las salamandras gigantes asiáticas (Andrias davidianus, la china, y Andrias japonicus, la nipona) son anfibios que pueden llegar a medir 1′80 metros de longitud y vivir 80 años. En el siglo XVIII sus descubridores para la Ciencia confundieron sus restos con el cuerpo de un humano que se ahogó en el Diluvio Universal. Este anfibio evolucionó independientemente de todos los demás, más de 100 millones de años antes de aparecer el Tyrannosaurus rex.

En el extremo opuesto se encuentra la ranita Gardiner de las Seychelles, la rana más pequeña del mundo. Apenas alcanza los 11 milímetros de longitud.

La rana púrpura es la única representante de un peculiar género que evolucionó independientemente hace 130 millones de años. Descubierta en 2003 en el sur de la India, vive todo el año enterrada en el barro y sólo sale fuera unas semanas durante las lluvias del monzón.

La culebrilla ciega de Sallaga sólo sobrevive en un bosque de Kenia cuya extensión es inferior a la mitad de la isla de Manhattan y que está talándose para plantar eucaliptos.

La salamandra ciega de Olm tiene la piel transparente y vive en cuevas inundadas de la antigua Yugoslavia. Caza sus presas por el olor y la electrosensibilidad y puede pasar hasta 10 años sin comer. Está considerada un fósil viviente por ser una de las especies más antiguas del mundo.

España es uno de los países del continente donde mayores problemas de conservación tienen los anfibios debido a la destrucción de los hábitats, las enfermedades, la contaminación y el cambio climático. El ejemplo más famoso es del sapo partero balear o Ferreret, en cuya recuperación se trabaja desde hace 10 años pues constituye la especie más amenazada de todos los vertebrados en Europa. Un extraordinario animal del que ya hemos hablado aquí hace tiempo.

Como nos señalan los zoólogos de la sociedad científica londinense, la próxima vez que veas una rana o una salamandra en tu jardín, recuerda que su anciano antecesor exploró la Tierra 140 millones de años antes que los dinosaurios. Y por favor, no se te ocurra pisarlas, son completamente inofensivas.







Buscarle cinco patas a las ranas

Aquí la tienen ustedes. Rara, rarita, la ranita. Investigadores de la Estación de Hidrobiología “Encoro do Con” de la Universidad de Santiago de Compostela han capturado en un arroyo de Muros (A Coruña) a una rana con cinco patas y diez dedos en la extremidad extra. El impacto mediático de su descubrimiento ha sido impresionante, acaparando la atención tanto de la prensa escrita como de la radio y la televisión.

La historia es curiosa, pero tampoco es la noticia del siglo. Las espectaculares deformaciones son algo relativamente común en anfibios y reptiles. Ello es debido a la facilidad de este grupo de animales por regenerar sus extremidades cuando sufren una lesión. Por ejemplo, todo el mundo sabe que si se agarra de la cola a una lagartija, ésta se rompe y se queda moviendo compulsivamente para atraer la atención del presunto depredador, mientras el ejemplar logra escapar con vida del envite. Pero si no se rompe del todo, le puede crecer una segunda cola. Sin embargo, otros animales llegan al mundo de una manera tan estrafalaria como ésta, con cinco y hasta siete patas. Si su aparición fuera algo esporádico no habría problema alguno, un capricho de la Naturaleza. Pero si la situación empezara a generalizarse podría ser preocupante.

A falta de otros estudios, en el caso concreto de esta sorprendente rana, en el periódico El Correo Gallego se ha apuntado el origen de su deformación como motivada por el cambio climático, pero eso parece ya pasarse de exagerado.

Hasta el momento, además de las razones traumáticas, los anfibios pueden convertirse en pequeños monstruitos por culpa de la contaminación, el incremento de la radiación ultravioleta o una infección parasitaria. Sobre el tema se está investigando mucho, especialmente en Estados Unidos. Desgraciadamente, en nuestro país la investigación sigue siendo la cenicienta de la sociedad. Como los naturalistas antiguos, nuestros biólogos deben adaptarse a trabajar con unos medios económicos y materiales mínimos, logrando a pesar de todo importantes resultados. Y es que con tan ridículos presupuestos apenas podrían dedicarse a otra cosa que a buscarle cinco pies a las ranas.