Cuando pensé ‘¡¡que me bese!!’ no estaba midiendo consecuencias. Llevaba unos meses tirándome los tejos ligeramente y a mí me gustaba pasar tiempo con ella, pero no se me había ocurrido que me llegara a gustar. Pero pasó. Y la metí en mi cama.
Hice lo que me apeteció hacer y aunque primero fui torpe, disfruté de su compañía. Y ella de la mía. Poco a poco nos construimos como pareja, una idea que jamás se me hubiera pasado por la cabeza, no porque me negara a la posibilidad sino porque no me había pasado antes. En mi vida me habría definido como bisexual.
Empecé a contarlo por quien me resultaba fácil, pero ampliando el entorno llegaron las preguntas ‘¿cómo es posible que me haya hecho lesbiana a estas alturas de mi vida?’ ‘¿No será una etapa?’ ‘¿No será que los hombres me han tratado mal hasta el momento?’ ‘¿No será que me sentía sola?’
No puedo contestar a esas preguntas sin reírme o enfadarme. No noto que haya cambiado nada en mí después de haberme acostado con una mujer, y sin embargo el peso de las etiquetas me cae como una losa. He disgustado por aquí, he decepcionado por allá… Y es que no se lo esperaban de mí.
Me siento incapaz de quebrantar los férreos muros de las ideas preconcebidas a mi alrededor. No era quien creían, pero sigo siendo yo. Con la única diferencia de que me he enamorado de una mujer. Yo, la verdad, lo veo como un hecho intrascendente. No me cambia, pero varía el montón de etiquetas que cuelga de mi espalda.
Ahora le tengo manía a ese manojo de adjetivos que me acompaña y hasta me da miedo. Sé que no le puedo ser fiel. Resulta que para algunas personas ahora soy lesbiana y yo no puedo garantizar que vuelva a estar con otra… Tampoco que no vaya a estarlo.
Puedo asegurar que seguiré mostrándome fiel a mí misma, y eso dice de mí, a mi entender, más que mi orientación sexual, pero cuando es tan importante para tanta gente estoy dispuesta a aceptar que es posible que me equivoque.
Mi nombre es Nayra Marrero y me gusta ponerme en la piel de otras personas. A veces, te contaré sus historias. Otras, te acercaré posturas diversas, incluso encontradas. Tocaremos la puerta a distintas realidades que se salen de la norma por su identidad sexual, por su orientación, por su apariencia. Si quieres acompañarnos, en este blog colectivo te acercaremos teorías, supuestos, sentidos y sentimientos. Quizá quebremos algún muro propio o ajeno… Quizá no.
Malidtas etiquetas generadas por la sociedad, Cada cual se muy libre de hacer con su cuerpo y sexualidad lo que le venga en gana.
25 septiembre 2014 | 09:59
Me gustó el artículo, muy cotidiano, y de hecho muy real. Hay muchas mujeres de entre 30 y 45 años que se enamoran por primera vez de una mujer. Muchas veces son mujeres casadas que llevan en secreto sus relaciones. para ellas es difícil encontrar ese equilibrio de querer a dos personas a la vez y no estar loca, además del trabajo de disimulo en su entorno social. Yo decidí romper con ello y hablarle abiertamente y desde un principio a mi pareja masculina sobre mi orientación sexual y que había descubierto que el verdadero equilibrio para darle a él todo mi amor era no descuidar mi lado lesbiano. Con gran generosidad y comprensión aceptó que yo tenga al mismo tiempo una pareja femenina que también es bisexual y no lo había descubierto hasta hace poco. Rompiendo estereotipos. No sé si cualquier hombre estaría preparado para compartir, supongo que para ello hay que tener poco ego y querer mucho a tu pareja, pero también la mujer tiene que ser capaz de expresarle sus emociones, lo que siente, lo que le falta con él claramente, desde el corazón y haciéndole ver que tener a otra persona en su vida no le va a quitar, sino que al contrario, ganará porque de esa manera su mujer está equilibrada, desarrollando su sexualidad plenamente y entregando a su marido/compañero lo mejor de sí misma.
25 septiembre 2014 | 10:26
La atracción sexual surge en la infancia, por ello ¿bisexual a los 30?, no guapa, lo que pasa es que los tiempos avanzan (aunque sea a cuentagotas) y posiblemente por un estado personal, hayas tenido los ovarios suficientes para expresarte por fin abiertamente de forma sexual.
Imagino que lo que dicen »salir del armario» debe de costar, ya que es entrar dentro del »saco» de l@s enferm@s, l@s rarit@s, l@s diferentes, y un largo etc de adjetivos que desgracidamente nada tienen de agradables.
Quizás disfrazarlo como ‘bisexualidad, sea una forma de no salirse del todo del teórico »correcto camino sexual» impuesto por la sociedad durante siglos.
25 septiembre 2014 | 10:31
Donde hay mujeres hay alegría.
25 septiembre 2014 | 10:45
a la persona que nos da su testimonio: cada uno debe de intentar estar con quien desea y le hace feliz… disfruta mucho de esta nueva pareja que tienes… seguro que estas maravillada con todo lo que estas descubriendo
1afectuoso abrazo
25 septiembre 2014 | 11:16
Yo desde siempre supe que me gustaban las mujeres. Pero es mas dificil encontar pareja que la gente hetero
25 septiembre 2014 | 11:24
Lo peor es cuando la gente se pone a preguntarte con cuantos hombres y mujeres has estado, y según qué número sea mayor ya te dicen que eres homo o hetero, de forma paternalitas, como «aliviándote de tu confusión», porque para casi todo el mundo ser bisexual es estar confundido, que eso no puede ser, que tienes que escojer una acera u otra.
Que le jodan a los que piensan así. Me encantan las salchichas y las almejas. Una cosa es que no nos comprendan, pero es que la tendencia del ser humano siempre es odiar, insultar o menospreciar lo que no entienden.
Luego están los que dicen que la asexualidad no existe y buaaa… ya es para llorar todo.
25 septiembre 2014 | 11:29
Muy interesante el blog. Os seguiremos a partir de este momento.
25 septiembre 2014 | 12:03
Yo tengo una pregunta para la persona que dice ser Bettina Ruiz, que tiene dos parejas, una masculina y otra femenina. ¿Con cuál de ellos alcanzas tu máxima satisfacción sexual? ¿Qué es lo que encuentras a faltar en la relación con tu pareja masculina que la encuentras en tu pareja femenina?
Es solo para entender cómo se vive la bisexualidad?
Gracias, un saludo
Jenifer
25 septiembre 2014 | 16:01
Para mi, no es cambiar al llegar a una determinada edad, es que con esa edad puedes afrontar algo que te has estado negando toda la vida. Mi caso por ejemplo. Hace varios años me estampe contra un muro con nombres y apellidos como me gusta decir y desde ese momento asumi mi realidad. Lo que ocurre es que junto a la negacion , estaba el desconocimiento.En mi adolescencia no supe ponerle nombre a mi sexualidad. Me gustaba una chica pero tambien me gustaban los hombres , por lo tanto era hetero. Craso error. Otra cosa es que intentes ser sincera con la gente que te rodea, se lo cuentes a quien crees que lo va a entender y te diga que la bisexualidad no existe.
25 septiembre 2014 | 16:36
Eso de que nunca te han atraído las mujeres y de golpe te haces bisexual es raro de narices ,es como si le digo a mi mujer de golpe que me gusta mi compañero de trabajo , que ella lo aceptara como tu compañera ya es más complicado.
25 septiembre 2014 | 17:21
Para BCN Ciudad: qué ganas de querer seguir etiquetando!. Yo y muchas otras personas, disfrutan tanto con un hombre como con una mujer, parece mentira que a estas alturas de la película sean muchos gays los que no acepten ese hecho. No creo que nadie pueda meterse en lo que otra persona siente ni establecer cátedra en nada. Como ves, yo no me escondo, tengo nombre y apellidos, así que no me hables de conveniencias. Que haya decidido «salir del armario» más tarde no quiere decir nada, es una opción de libertad como cualquier otra.
25 septiembre 2014 | 17:22
Nunca sabes quién te va a atraer mañana. Puedes tener muy clara tu orientación sexual hasta que te enamoras de quien no pensabas que te fueras a enamorar. Cuántos chicos he visto decir «no tengo nada en contra de los gays pero yo tengo muy claro que a mí me gustan las mujeres» y han terminado estando con hombres.
Lo mejor es no ponerte etiquetas, ni heterosexual ni homosexual ni bisexual ni nada, tú eres tú y eres libre de enamorarte o acostarte con quien te apetezca.
25 septiembre 2014 | 20:43
Este es un articulo en el que la sexualidad no tiene fronteras
http://lacasadelcomicduendeverde.blogspot.com.es/2014/09/la-sexualidad-no-tiene-identidad-una.html
Que os vaya bien
26 septiembre 2014 | 08:04
A Bettina Ruiz:
Me da que los gays aceptan más su sexualidad que las lesbianas y l@s »bisexuales». Al menos la historia y su mayor número parece confirmarlo.
Las lesbianas parece que se lo meditan más lo de »salir del armario», o tal vez ¿hay menos? Ni lo sé ni me importa.
Por supuesto no intento sentar cátedra, pero aplícate el cuento a ti misma.
Yo también tengo nombre y apellidos y sé desde que edad me sentí atraída sexualmente por alguien, al igual que la inmensa mayoría de mis compañer@s de colegio, y te puedo asegurar que lesbianas ninguna (cosa que no me creo) y gays unos cuantos, pero obviamente lo ocultaban, ya que eran mirados como raritos y desgraciadamente eran el objeto de todo tipo de burlas.
Si has decidido »salir del armario» más tarde, tus razones habrás tenido, las cuales no vienen al caso y a nadie le importan o al menos a mí, pero tú misma reconoces su demora, es decir eras muy consciente de tu sexualidad y la has reprimido en cierta forma.
No me vengas con que yo pongo etiquetas, cuando tú misma eres la primera en hacerlo contigo misma.
26 septiembre 2014 | 11:38
No me gustan las etiquetas. Estoy casado y me atrajo mi mujer y estoy tremendamente enamorado de ella. El sexo es ideal. Me gusta ver un hombre desnudo y depilado. Lo veo en la playa y se me levanta. Mi mujer lo sabe y no le importa. Pero..le soy fiel. Me apetecen hombres y mujeres ¿soy bisexual? ¿maricona? ¿guarro?
No. Soy YO.
01 octubre 2014 | 23:00