Romaine Brooks. La dualidad enigmática

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#Mujereslesbianas

 

Beatrice Romaine Goddard nació en Roma. Su familia, a pesar de gozar de una buena posición económica, era inestable y su infancia quedó marcada por el abandono del padre y la difícil relación con su madre, volcada en el cuidado de uno de sus hermanos que padecía graves problemas mentales, trastornos que también aquejaban a la progenitora. Esta enfermedad les hacía oír voces y maltratar a la futura pintora, incluso se piensa que su hermano llegó a abusar de ella. La pintora escribiría en sus memorias:

Mi primer recuerdo…es una inmensa sensación de miedo.

Cuando Romaine tenía seis años, su madre también la abandonó y se marchó con su hijo a Europa. Brooks quedó a cargo de una humilde lavandera de Nueva York. La nueva familia de Brooks era pobre pero cariñosa y dedicada a su cuidado. Incluso le animaron a dibujar, cosa que su madre le había prohibido. Cuando su adinerado abuelo la encontró, la envió a un internado y después su madre la recluyó en un convento donde fue expulsada tras intentar suicidarse por la tristeza que sentía.

Marchó a París a los diecinueve años con permiso de su madre. En la capital francesa, tras acudir a clases de canto, se dedicó a actuar en cabarets para ganarse la vida. Intentó sobrevivir por sus medios pero al final tuvo que pedir dinero a una hermana. Cuando el marido de ésta fue a llevarle dinero, la violó y quedó embarazada. Tuvo una niña a la que abandonó en un convento para proseguir su formación en Roma . Su hija falleció con tres meses pero ella solo se enteró cinco años después, cuando volvió para llevársela. En la capital italiana se forma como pintora acudiendo a la Academia de Arte de Roma donde sufrió vejaciones por parte de sus compañeros. Durante esa época conoce a intelectuales y artistas con los que se relacionaría después en París, Capri y la Riviera francesa.

Cuando su madre falleció a causa de la diabetes que le aquejaba, la suerte de Romaine cambió al heredar una fortuna considerable. Esto le permitió vivir con libertad y marcharse un tiempo a una colonia de artistas en Capri. Allí Brooks se casó con el pianista John Ellingham pero ese matrimonio solo duró un año. Entonces Romaine decidió marcharse a París y cambiar radicalmente su imagen; se cortó el pelo y comenzó a usar ropas consideradas masculinas. En la capital francesa la pintora se sintió atraída por el ambiente bohemio de Montparnasse y Montmatre. En ese tiempo vivió un romance con Winaretta Singer, heredera del emporio de máquinas de coser Singer. Winaretta estaba casada con el príncipe de Polignac, en uno de los llamados matrimonios blancos, contraídos entre mujeres lesbianas y hombres homosexuales para guardar las apariencias.

En París sentó las bases de nuevos círculos literarios, artísticos y homosexuales. Romaine fue una rebelde y nunca escondió su lesbianismo. Por esa época pinta La dama de negro, Azaleas blancas y La chaquetilla, obras datadas exactamente en 1910 .

1911 fue el año en el que Brooks se enamoró perdidamente de la bailarina rusa-judía Ida Rubenstein, ideal de belleza en la Belle Époque. Durante su efímera felicidad, la bailarina fue modelo de su amante Romaine para varios de los cuadros que ésta pintó. La imágen delicada y andrógina de Rubenstein aparece en obras como La crucifixión, en la que Ida se muestra yaciendo en coma tras el éxtasis. La bailarina posaría también como reina de las flores y para otros cuadros de corte realista. La I Guerra Mundial interrumpió esta relación ya que Brooks, necesitada siempre de interacciones sociales, se negó a vivir en el campo.

En 1924 pinta La cruz de Francia, cuadro que se subastó para obtener fondos destinados a la Cruz Roja. Esta obra constituye un alegato contra la guerra. Tras la contienda, el gobierno francés concede a Romaine La Legíón de Honor, que aparecería prendida de su solapa en uno de sus autorretratos.

La pintora alcanzaría el cenit de su prestigio como artista en 1925, año en el que inauguró varias exposiciones importantes.

En la década de 1930 realizó una serie de más de 100 dibujos de seres humanos, ángeles, demonios, animales y monstruos, todos creados a partir de líneas curvas continuas. Después de estos dibujos, dejó el arte casi por completo, solo pintaría un retrato tras la Segunda Guerra Mundial.

El resto de su carrera se dedicó a pintar retratos de mujeres lesbianas, con muchas de las cuales mantuvo relaciones intensas y cambiantes.

Sus retratos, caracterizados por trazos fríos , decididos y sombreados con muy poco color en los que predominaba el gris , reflejaban la personalidad de sus modelos de forma inquietante. En algunos de sus cuadros, las modelos aparecían desnudas para escándalo del público de la época. Por este motivo empezaría a abanderar la libertad sexual femenina:

Aproveché cada ocasión, por pequeña que fuera, para afirmar mi independencia .

Brooks ignoró el fauvismo y el cubismo, tendencias de la época. No obstante prestaría atención al simbolismo y a los movimientos estéticos del siglo XIX y, especialmente, a James McNeill Whistler.

Su pintura más relevante es quizá Miss Natalie Barney, L’Amazone, el retrato que le hizo a su amante Natalie Clifford Barney en 1920.

Falleció cuando estaba a punto de cumplir noventa y seis años, En su epitafio reza:

Aquí está Romaine, que solo pertenece a Romaine

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