Archivo de junio, 2017

Música y modelos, Justin Bieber no fue el primero

Si no te has enterado de que acaba de salir 2U, la nueva canción de Justin Bieber con David Guetta, o no eres de este mundo o vives en una cueva (sin Internet).

Cindy Crawford pegándose un «chapuzón» (la bañera estaba vacía) en «Freedom». YOUTUBE

Lo que realmente ha llamado la atención de la canción es su videoclip, en el que se ve a las modelos Elsa Hosk, Jasmine Tookes, Sara Sampaio, Romee Strijd, Stella Maxwell y Martha Hunt (todas maniquíes de Victoria´s Secret) cantando en lip sync la canción del canadiense.

Por original que pueda parecer, Bieber ha emulado lo que en los 90 George Michael hizo con Freedom. El videoclip de Michael mostraba, como el de 2U, a las supermodelos del momento: Naomi Campbell, Linda Evangelista, Tatjana Patitz, Christy Turlington y Cindy Crawford doblando la canción.

Aunque tres cuartas portadas de Vogue de la época llevaban sus caras, era la primera vez que modelos salían en un videoclip haciendo que cantaban la canción y no como meras parejas del cantante. Fueron las escogidas porque, por primera vez en la historia, las modelos no eran únicamente de fotografía sino que también lucían los diseños en los desfiles. Esto ahora nos puede parece normal, pero hace 20 años existía una división muy pronunciada.

El impacto de la canción fue tal que, en el desfile de Versace de 1991, cuatro de ellas cerraron el show con la canción de fondo. Además la canción Freedom reflejaba precisamente lo que eran: mujeres fuertes en el punto álgido de su carrera profesional no solo viviéndola sino disfrutándola.

Con todo esto, normal que Justin Bieber quisiera hacer algo del estilo. De hecho, he de decir a su favor, que la canción también encaja con la situación actual que viven las modelos de ahora, ya que Bella Hadid, Behati Prinsloo o Lily Aldridge son algunas modelos de Victoria´s Secret que podrían entonar simbólicamente el 2U a sus parejas también cantantes.

¿Con qué versión os quedáis?

Natalie Portman cumple 36 años de estil(az)o

La amamos como Amidala en Star Wars, lloramos desconsolados su muerte después del disgusto que le dio Anakin, la admiramos en V de Vendetta, nos asustó en Cisne Negro, le cogimos un poco de manía en Thor pero se la perdimos en cuanto vimos Jackie.

Natalie Portman cumple 36 años en las pantallas y en las alfombras rojas. Vivió la locura de moda de los 90 y primeros 2000 (sus primeras fotos son la prueba de ello) y ahora es una de las mejores vestidas de toda fiesta que se precie.

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Al principio de los tiempos, a la actriz le dio muy fuerte por los volúmenes y volantes, vestidos que podría llevar tranquilamente en una alfombra roja de ahora (¡todo vuelve!)

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Poco a poco fue optando por conjuntos más minimalistas totalmente alejados de estridencias, de estilo discreto pero elegante.

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Sus últimos streetstyles, cómodos por encima de todo, reflejan que se ha convertido en una mamá todoterreno. Algo muy lógico ya que no todas podemos ser Victoria Beckham y estar con los tacones hasta en el paritorio (aunque yo la adoro igualmente).

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Pero si tenéis morriña de vestidazos, aquí tenéis sus últimas apariciones del año, en las que optaba por vestidos sueltos demostrando que la combinación falda llarga+barriga no nos hace parecer siempre mesas camilla (si el vestido nos lo pone Dior, claro).

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¿Sabes que puedes estar poniéndote mal la crema?

El orden de los factores no altera el producto, o al menos eso nos repetían en el colegio hasta la saciedad. Pero no tenían en cuenta la gran excepción que confirma la regla: las cremas.

Mis cremas y potingues varios de uso diario. MARA MARIÑO

Siento llevarle la contraria a tu profesora de matemáticas de primaria pero cómo nos echemos las cremas va a condicionar cómo se lleve nuestra piel con ellas.

La regla que debemos seguir es la de la densidad (os juro que es un post de belleza y no de química) por lo que siempre debemos empezar echando los productos más ligeros hasta llegar a los más densos.

Vale pero ¿cómo aplicamos esto a la práctica? Por la mañana empieza lavándote la cara con jabón, aplica la crema hidratante, el contorno de ojos (el orden de estos dos te da igual ya que no se mezclan), la crema solar y por último el maquillaje.

De noche, en cambio, retiramos el maquillaje con desmaquillante, lavamos bien la cara con jabón, exfoliamos en el caso de que toque ese día de la semana, aplicamos con un algodón el tónico, sérum si es que usamos y por último la crema hidratante.

De esta manera nos aseguramos de que los cosméticos más densos no eviten la absorción de los de composición más ligera. Y ahora sincérate, ¿cuánto tiempo llevabas haciéndolo mal?

Celulitis sí, varices no

Este lunes tuve que entregar uno de los proyectos finales del master, un editorial de moda de la asignatura Shooting and Styling Womenswear que hice inspirado en la revista Paper.

MARA MARIÑO

Para el proyecto, el instituto nos facilitaría modelos de una agencia de imagen, maquilladores y peluqueros de una escuela milanesa y un fotógrafo profesional. Como soy una gran partidaria de convertir la moda en una industria abierta y variada se me ocurrió llamar a Dianina XL, la youtuber bodypositive y modelo de tallas grandes que entrevisté hace unos meses, para que modelara en mi proyecto. En cuanto me dijo que sí, mi profesor se mostró entusiasmado. No solo alabó mi decisión sino que afirmó que más a menudo se debería contar con modelos XL.

Para que os hagáis una idea, mi profesor, estilista de profesión, ha hecho editoriales para Vogue Italia como para enterrar un cementerio radiactivo. A montones. Más de una vez ha interrumpido las clases para responder a llamadas: «Occhei, allora facciamo così: veste alla modella con la gonna di Gucci e la maglietta di Zara«.

Pero volviendo a mi editorial algún compañero me intentó hacer cambiar de idea y aceptar las modelos de la agencia, ya que haciendo la sesión con Diana no iba a poder utilizar la ropa que nos iban a dejar los showrooms (estamos hablando de prendas que oscilan entre la talla 34 y la 36). Pero yo, que soy Aries y además cabezota por parte de padre y de madre, estaba convencida de que con el armario de Diana, alguna cosa prestada de mi pareja y un poco de imaginación podía salir un editorial bestial.

Quise hacerlo inspirado en las pin-ups, ya que son mujeres muy femeninas con una actitud sexy, dos cualidades que encajaban a la perfección con la personalidad de Diana.

MARA MARIÑO

El día del examen fui a la escuela con mi proyecto feliz y convencida. En el aula nos recibían de manera individual el profesor y una de las coordinadoras del master. Cuando entré le habló a la chica para ponerla en antecedentes: «the curvy model one«. Ya era conocida por ser la que había elegido a una modelo de talla grande.

Acto seguido se puso a analizar el proyecto mirando las fotos con detalle: «Está bien pero deberías haber retocado digitalmente las piernas». Me quedé ojiplática, patidifusa, turulata y atónita. ¡Si él fue el primero que me dio luz verde con el proyecto! «No» increpé. «¿Cómo que no? No digo que quitaras la celulitis, sino que hubieras borrado las venas de las piernas». ¿Cómo? Un momento, un momento, ¿que la celulitis sí pero las estrías no? ¿Qué clase de broma es esta? Interrumpe la coordinadora «¿Tú estás satisfecha con el trabajo?» No solo estaba satisfecha sino que recalqué que la falta de edición estaba hecha totalmente a propósito porque no sentía que la modelo la necesitara para nada.

Además de que considero que Diana es una persona preciosa exterior e interiormente, es embajadora del bodypositive, de la aceptación personal, de la seguridad y la confianza nacidas de querernos tal cual somos. ¿Cómo iba a cambiarle una sola micra de su cuerpo? No solo me dio vergüenza que dijera que debería haber usado Photoshop sino también pena.

A ambos les hice saber que si, como yo, las revistas de moda usaran menos retoques fotográficos y viéramos más imágenes de mujeres con estrías y varices nos sentiríamos menos presionadas, para empezar, en la adolescencia y no tendríamos los problemas de autoestima que sufrimos toda nuestra vida. Si mi profesor, que es el que se dedica a hacer estos proyectos profesionalmente, empezara a contar con modelos de tallas grandes, que en Milán las hay, no solo estaría permitiendo que más personas pudieran acceder a un sector que hasta hoy vive bajo la tiranía de la báscula y la cinta métrica, sino que rompería una lanza por la normalización de todos esos supuestos «fallos» corporales que son naturales y que, en cambio, nos han enseñado a despreciar y a ver como algo contra lo que debemos luchar.

Pero claro, a dónde voy pensando así en el siglo XXI donde el único valor que parece importar es el del dinero. A las revistas de moda no les interesa un editorial protagonizado por una modelo con celulitis y varices, ya que haría que las lectoras no se compraran la crema reductora de la página siguiente.

David Delfín nos deja con «todo por hacer»

Los faraones se enterraban en las pirámides rodeados de las riquezas que habían acumulado a lo largo de su vida, el Primer Emperador Qin se encontraba custodiado por sus 8000 guerreros de terracota y, en el caso de David Delfín, son los trajes, vestidos, diseñadores, familiares y seguidores quienes le acompañaron este domingo por última vez en el Museo del Traje.

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Nacido de una modista y conquistando cada centímetro de la madrileña pasarela Mercedes-Benz era lógico que la moda fuera también su camino de despedida. Puede que no metiera ningún gol en el Camp Nou o en el Bernabéu pero a lo largo de sus 46 años marcó unos cuantos a la industria. Y de chilena, como cuando vistió a los azafatos de Almodóvar en Los amantes pasajeros o cuando recibió recibió el Premio Nacional de Diseño de Moda en 2016, el mismo año en el que realizó su último desfile.

El cáncer fue lo único que pudo apartarle de las pasarelas pese a que nunca perdió el espíritu de lucha, como declaró en una entrevista a Vogue en el mes de abril: «Rendirse a la enfermedad me parece poco atractivo. Trato de amar y trabajar, amar el trabajo y amar a los que me rodean. ¿Miedo? De momento, no. Tengo una especie de espíritu de supervivencia. No paro de pensar en todo lo que quiero hacer. Me siento con ganas de luchar, me pone. Es grave, soy consciente. Y sé que es una lucha real, son tumores de grado 3 que lo que quieren es seguir adelante… pero tenemos que pararlos

«Todo por hacer, todo por dar» decía el diseñador y reza su página web. Todo por hacer en una pasarela que Delfín había convertido en un escenario de protesta, de arte, de inspiración, de conmoción. Una pasarela en la que le quedaba todo por dar: más estilo minimalista, geométrico, brillante a veces e infernal y torturado en otras.

Nos despedimos del niño rebelde, del que empapeló la ciudad de Madrid con la cara de su musa, pero sobre todo su amiga Bimba Bosé, el que hizo de la pasarela un campo de experimentación emocional, del que se despidió al ritmo de la versión de la famosa canción de Bowie y refleja lo que ha sido para la industria de la moda: «We can be heroes just for one day«.

Los consejos definitivos para tener un «cuerpo bikini» este verano

Cuando los anuncios de colonias se ven sustituidos por otros de supuestas pastillas adelgazantes milagrosas o cremas reductoras sabes que es el momento de ponerse manos a la obra en el «cuerpo bikini», ese que siempre se empeñan en que tienes que conseguir como si fuera una condición imprescindible para pisar la playa. Han montado tan bien la estrategia comercial que todas queremos tenerlo. Así que aquí tenéis, bajo mi punto de vista, algunos consejos que os ayudarán a conseguirlo:

  1. Bebe líquidos, sobre todo en buena compañía y en abundante cantidad. No, no estoy hablando de que te hidrates a base de mojitos o cubatas. Vale que una vez al año no hace daño pero lo suyo es que dejes todas las bebidas alcohólicas (incluyendo la sangría y el tinto) para ocasiones especiales. Los refrescos y sus azúcares también entra en esta categoría. Y no ya porque sea casi verano, sino porque para tu salud no son buenos. Si, como a mí, el agua no te apasiona, puedes hacerte infusiones o aguas saborizadas con rodajas de lima, limón y pepino. Importante tener cuenta que estarás haciendo trabajar al riñón constantemente por lo que más te vale estar en sitios con el baño cerca.
  2. Un poco de ejercicio al día. No digo que te apuntes a dos meses del verano al gimnasio, que eso no funciona así, pero sí que te cojas el reproductor de música y salgas a correr, si no quieres correr, a andar, si no aguantas el ritmo de andar, pues a pasear. Aprovecha los atardeceres veraniegos que son un regalo para los sentidos y te harán desconectar.
  3. Come sano, que no poco ni mal, no digo que te pongas a dieta, pero sí que te alimentes de manera equilibrada, que adquieras buenos hábitos y los mantengas el resto del año. Es la temporada de las ensaladas y de las frutas con alto porcentaje hídrico. Son alimentos jugosos, crujientes y frescos. Te permitirán hacer una digestión ligera, lo que significa que no caerás al sofá resoplando como un rinoceronte cada vez que termines de comer.
  4. La celulitis, la flacidez, las estrías, la cicatriz de la pierna derecha, la de la cesárea, el culo enorme, el culo plano, las tetas caídas, el pecho inexistente, la piel de los brazos que cuelga, las arrugas del escote, los tatuajes verdes comidos por el sol… Todo ello eres tú, así que, ¿qué tal si en vez de seguir insistiendo en esconderlo, este año, por fin, te reconcilias, lo abrazas y te aceptas tal y cómo eres?
  5. Cómprate un bikini o un bañador. Uno que te guste. Póntelo. Vete al espejo y siéntete preciosa. El único requisito para tener un «cuerpo bikini» es enfundar el tuyo en uno.