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Mascarillas faciales: cómo, cuándo y cuáles usar según tu tipo de piel

He de confesar y confieso que, hasta hace unos años, yo era de esas que cogía las mascarillas faciales por el envoltorio. Me resultaba MUY difícil resistirme a los dibujos y colorines de esos sobrecitos que me prometían maravillas en la piel. Que si una semana la verde, que si otra la blanca… Mi cara cambiaba más de color que con los filtros de Instagram.

MARA MARIÑO/MIIN/EBAY

Pero claro si por entonces no me conocía ni a mí misma ya ni hablemos de conocer las necesidades que podía tener mi piel. Por no saber no sabía ni que mi piel podía necesitar una u otra mascarilla. Vamos, que estaba perdida.

Mascarillas hay a puñados: de tejido, de peel off, lavables… Independientemente del formato en el que venga el cosmético, en lo que nos tenemos que fijar, a la hora de escoger una, es en sus propiedades.

¿Tu piel tiene un tacto áspero y la notas tirante? Es posible que tengas una piel seca, para lo que vendrá tratarla con una mascarilla hidratante. Ayudan a mantener la piel hidratada y evitamos esa sensación de tensión como.

Si tu problema es el contrario, es decir, que tienes un exceso de grasa, tienes que fijarte en aquellas que sean purificantes y limpiadoras, ya que para lo que sirven es para regular esa producción de sebo que te hace sentir que podrías abastecer las freidoras del McDonald’s. Además se encargan de machacar la suciedad que se nos queda dentro de los poros formando los puntos negros.

Estas últimas, también te sirven si tienes piel mixta, que significa que tienes especialmente grasa la zona T (frente, nariz y barbilla).

Ya seas de piel seca, grasa o mixta, una o dos veces a la semana (venga, que no es tanto) deberías tratar tu piel con la mascarilla que necesita. No te vuelvas una adicta que un uso excesivo tampoco es bueno.

Si quieres una mascarilla urgente para un momento puntual, puedes optar por una antiage o efecto lifting, una relajante o revitalizante, que ayuda a darle vidilla a las pieles apagadas.

Eso sí, recuerda que, uses la que uses, siempre hay que tener la cara limpia, seguir las instrucciones del producto y, por último, disfrutar de la piel suave como el culito de un bebé.

Cómo cuidar la piel durante el invierno

Si la garganta te la estás cuidando bastante con bufandas, así como el resfriado con antigripales, no puedes dejar que tu piel caiga en el olvido. Y es que es un órgano que se resiente mucho durante esta época, tanto que es normal que la sientas tirante y seca (eso si eres afortunada y no termina saliéndote un eczema).

GTRES

«¿Pero cómo es posible? Si precisamente en invierno hay más humedad» te preguntarás indignada. No es ya el frío en sí, sino el hecho de tener la calefacción puesta en casa, que hace que la piel se seque rápidamente.

Para evitar que la piel sufra podemos hacer unos pequeños cambios en la rutina que ayudarán a cuidarla empezando por poner un humidificador en casa. Aunque si no te compensa hacerte con uno a estas alturas (que Papá Noel está al caer) puedes llevar otras cosas a cabo.

En primer lugar, está muy bien que guardes el bikini hasta el año que viene, pero no hagas lo mismo con la crema solar. Aunque seas del norte y vivas sin ver el sol, los rayos llegan igualmente, por lo que nada de salir de casa sin protección.

Cara, manos, cuello… Todo lo que vayas a llevar a la vista deberías untarlo bien en crema por lo menos 15 minutos antes de salir de casa.

De hecho, la piel de las manos, al ser una de las zonas más delicadas del cuerpo, es también una parte que se resiente especialmente. Procura llevar guantes fuera de casa y, una vez te los quites, untar las manos en crema hidratante.

F A V ❄️ C O A T #rovaniemi

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Evita todos los cosméticos que lleven alcohol ya que lo único que harán será secar aún más tu piel. Es decir, saca la lupa del bolso y échale un ojo a tónicos y desmaquillantes antes de comprarlos. Apuesta por los que lleven una base de aceite.

Los baños infinitos pueden parecernos la mejor de las ideas de la temporada (sobre todo si van de la mano con música suave y buena compañía), pero evita dártelos a menudo ya que el calor intenso del agua lo único que hace es cargarse sin piedad las barreras lipídicas de la piel.

Ya sabes, a partir de ahora las duchas mejor templadas y mejor deja el calor para las infusiones o el chocolate caliente.

¿Te afeitarías la cara para tener menos arrugas?

Estás flipando solo de imaginarte a tu marido/novio/»que no mamá, que solo es un amigo»/llamémoslo X afeitándose por la mañana delante del espejo mientras tú le robas la espuma de afeitar y empiezas a hacer lo mismo (si se afeita con maquinilla la imagen no tiene tanta gracia).

Suena raro pero afeitarse tiene una serie de beneficios además de hacer desaparecer el vello facial. Pasar una cuchilla por la cara tiene un efecto exfoliante que logra eliminar las células muertas ayudando a su regeneración. Además aumenta la producción de colágeno, lo que reduce las arrugas.

Afeitarse con cuchilla es uno de los trucos de las make up bloggers para que el maquillaje les quede perfecto. Ya que, como todas sabemos, basta la más mínima imperfección para que la base se vea con volumen haciendo montañitas. Pero no solo el maquillaje queda mejor sino que las cremas, lociones y demás hidratantes también se absorben mejor.

Según un artículo del Daily Mail, el afeitado es el motivo por el que la piel de los hombres entre los 30 y los 40 años parece más tersa que la de las mujeres (os reto a fijaros en los treintañeros que os rodean, ¿está su piel más tersa? A mi no me lo parece, pero ¿quién soy yo para llevarle la contraria al Daily Mail?).

Ahí es cuando saltas «Eh, eh, un momento. ¿Qué hay de cómo te crece el vello después de pasar la cuchilla?». A todas nos ha pasado, por lo general en la adolescencia, de afeitarnos alguna parte del cuerpo ingenuamente y no volverla a ver nunca más de la selva amazónica que creció en su lugar.

Michael Prager, el esteticien londinense entrevistado para el artículo mantiene que «las creencias de que el pelo vuelve a crecer más grueso son erróneas», algo que, por muy esteticien que sea y muy de fiar me parezca su clínica, no termino de creerme viendo los cañotos de pelo que florecen después del afeitado. Y no solo eso, sino que cualquier tipo de depilación supone los terribles pelos enquistados. Una cosa es tenerlos en las piernas, donde puedes taparlos llevando pantalones, y otra cosa es que te salgan en toda la cara.

En el artículo aparecen testimonios reales de mujeres que han probado este método. En concreto una de ellas, Angela, habla de que su pareja de 41 años, aunque sabe de sus quehaceres, lo mantiene en secreto. La buena mujer no solo está segura de que su pareja lo sabe sino que se siente agradecida de que sea lo bastante inteligente como para no comentarlo.

«Se despierta antes que yo, por lo que nunca me pilla haciéndolo» revela la mujer avergonzada como si, en vez de afeitarse, asesinara polluelos en la encimera de la cocina siguiendo un ritual satánico. Pues hija, si tu pareja de 41 años no puede asumir que te afeites la cara, igual deberías plantearte la relación. En serio, las declaraciones de este artículo me ponen muy nerviosa: «Sé que afeitarse no es muy femenino…». No, no es nada femenino, en realidad lo femenino y lo natural sería ir por la vida con nuestros pelos largos tal y como llegamos el mundo, que nunca han hecho nada malo a nadie y nos protegen del frío en invierno.

Cómo llevar pelo sin dejar de ser femenina. FUNSCRAPE

Si soportas la visión de tu pareja meando sin subir la taza del váter dejándola con más salpicaduras que los manteles del Titanic, ¿tan terrible va a ser que te vea quitándote cuatro pelitos? Tanto porno está haciendo creer a las nuevas generaciones que las mujeres venimos sin pelo, como los gatos egipcios calvos.

Si por lo que sea estás tan loca eres tan atrevida como para probarlo, hazlo con varios días de antelación si quieres lucir tu afeitado en una fecha destacada, ya que, tanto para hombres como para mujeres, la cuchilla provoca rojeces, irritación y enrojecimiento de la piel.