Fritos, en salsa o en bocata, tanto calamar en las cocinas de todo el mundo se nos está indigestando. Porque tal y como señala Greenpeace en su informe El calamar en el punto de mira: Receta para el desastre, la pesca de estos populares cefalópodos se ha multiplicado por 10 desde 1950 a casi 5 millones de toneladas anuales en la última década. Según los ecologistas, este aumento «pone en peligro los ecosistemas marinos de todo el mundo».
Según revela este estudio, un porcentaje muy alto de la pesca del calamar opera sin control en aguas internacionales, con algunas áreas experimentando un aumento de más del 800 % en el número de barcos en los últimos cinco años. De acuerdo con este trabajo, «flotas de más de 500 embarcaciones han accedido a las aguas internacionales para saquear el océano, con sus lámparas encendidas para faenar visibles desde el espacio.
Greenpeace pide un Tratado Global de los Océanos ambicioso, que podría haber evitado esta situación y que será crucial para detener la futura expansión de las pesquerías sin restricciones.