No perdono a los asesinos de Samuel

Juan Andrés Teno (@jateno_)

Hay momentos en los que hay que dar un golpe de sobre la mesa y actuar. Hay situaciones que te obligan a no dar un solo paso atrás y negar ante la posibilidad del diálogo y del convencimiento. Hay momentos de hartazgo, de no poder más, de plantarte ante la vida y mantener una postura inamovible.
Siempre he escrito desde el corazón a través del entendimiento, pero hoy me nace hacerlo desde las tripas, desde el dolor de la realidad y con el convencimiento de que aplicar paños calientes ante la violencia sólo genera más violencia y la sensación de impunidad ante quien la ejerce.
Por todo ello:
No perdono a quienes gratuitamente durante las últimas semanas han agredido físicamente a jóvenes por su orientación sexual.
No perdono a quienes han posibilitado que los segundos tipo de delitos de odio que más aumentan en España sean los cometidos contra personas LGTBI.
No perdono a VOX y a la extrema derecha que siguen negando derechos y realidades del colectivo.
No perdono a quienes desde el PP acceden a cargos institucionales gracias a negociar nuestros derechos con VOX.
No perdono a quienes desde Ciudadanos desarrollan políticas LGTBI en gobiernos que son posibles gracias al apoyo de VOX y a que el PP negocia nuestros derechos fundamentales a cambio de aprobar unos presupuestos.
No perdono al PP que quiso impedir el matrimonio igualitario y que ahora se hace fotos junto a una bandera arcoíris.
No perdono a los gobiernos autonómicos que aprueban leyes LGTBI para no implementarlas jamás.
No perdono a los políticos que sólo se acuerdan del colectivo LGTBI para hacerse una foto el 28 de junio.
No perdono a las mujeres del PSOE que se han hundido en la caverna negando las realidades trans.
No perdono a las feministas que claman al cielo por que una ley va a conceder a las personas trans el derecho a ser sin tutelas ajenas.
No perdono a quienes niegan las infancias trans.
No perdono a las feministas que mienten al afirmar que la ley Trans-LGTBI posibilitará hormonas y cirugías a la infancia trans.
No perdono a quienes conscientemente siguen nombrado a las personas trans con el nombre que le pusieron al nacer.
No perdono a quienes hablan de hombres transfemeninos y transgenerismo cuir.
No perdono a quienes niegan la existencia de personas no binarias.
No perdono a quienes quieren separar a las personas trans del colectivo LGTBI.
No perdono a quienes demonizan a la teoría queer por que no tienen valor de hacerlo con el colectivo LGTBI.
No perdono a los gobiernos que desde el año 2015 han seguido manteniendo que las parejas de mujeres, ya sean lesbianas o bisexuales, tengan que casarse obligatoriamente para poder filiar a sus hijos.
No perdono a los gobiernos de izquierda y de derecha que ha mantenido cerrada la sanidad pública a las mujeres solas o en pareja que optan por las técnicas de reproducción asistida.
No perdono a quienes consideran que “lo LGTBI” es una ideología partidista.
No perdono a quienes no comprenden que el movimiento LGTBI utiliza herramientas políticas en pos de una sociedad más diversa, plural y democrática.
No perdono a quienes quieren imponer el pin parental para que la infancia y la adolescencia no conozcan los valores de igualdad y diversidad.
No perdono a las familias que niegan que uno de los fines de la escuela pública sea la educación en valores.
No perdono a los adultos que adoctrinan a menores, que terminan haciendo bullying a sus iguales por su orientación sexual, identidad de género, expresión de género o pertenencia grupo familiar.
No perdono a madres y padres que rechazan a sus hijas, hijos o hijes por su orientación sexual o identidad de género.
No perdono a las autoridades educativas que siguen sin posibilitar que la educación afectivo sexual, familiar y de género sea obligatoria en los centros educativos.
No perdono a las autoridades educativas que siguen permitiendo que las editoriales de libros de texto solo reflejen un tipo de familia en sus páginas.
No perdono a los médicos y padres que mutilan a bebés intersexuales.
No perdono a los activistas LGTBI que acusan a las familias homoparentales de perpetuar una sociedad neoliberal y capitalista, cuando ellos lo hacen a diario en su vida personal.
No perdono a quienes siguen negando a las infancias LGTB y las hijas e hijos de personas LGTB el derecho de expresar sus opiniones y que estas sean tenidas en cuenta en la petición o desarrollo de políticas que les afectan a ellos directamente.
No perdono a quienes vulneran la dignidad de las hijas e hijos de personas LGTB independientemente de cual sea su origen.
No perdono a quienes, por rechazar la gestación subrogada, utilizan un lenguaje violento y mutilador que acaban dañando a los seres más vulnerables de las familias creadas por este proceso: las personas menores de edad.
No perdono a quienes siguen afirmando que las personas LGTBI tienen los mismos derechos de las heterosexuales.
No perdono a quienes utilizan la palabra “maricón” como un insulto.
No perdono las empresas que rechazan las demandas de empleo de las personas trans.
No perdono a quienes por sus palabras o acciones impiden que las personas LGTBI puedan mostrarse libremente en sus centros de trabajo.
No perdono a la jerarquía de la iglesia católica que sigue afirmando que dos hombres o dos mujeres con hijos no pueden conformar una familia.
No perdono a la iglesia católica que afirma “aceptar” a las personas LGTB siempre que no mantengan relaciones afectas y/o sexuales.
No perdono a quienes “aceptan” a gais y lesbianas siempre que “no se les note” lo que son.
No perdono a quienes son testigos de un agravio a una persona LGTB y miran hacia otro lado.
No perdono a homosexuales que rechazan a otros homosexuales por no tener una expresión de género normativa.
No perdono a quienes siguen abogando por las terapias de conversión.
No perdono la LGTBIfobia.
No perdono a los asesinos de Samuel.
Y no perdono porque el perdón debe ser un ejercicio íntimo y veraz de la persona que comete un acto vil hacia una persona y debe hacerse sin esperar que la víctima acepte ese perdón. Y esto no está ocurriendo.
No perdono y en la ausencia del perdón hay una aspiración infinita por seguir luchando por la dignidad lesbianas, gais, bisexuales y personas trans, no porque uno se crea un superhéroe capaz de cambiar el mundo, si no por es posible crear espacios personales libres de LGTBIfobia en la familia, en las amistades, en la vecindad, en los centro de trabajo… pequeñas burbujas que pueden unirse a otras burbujas para posibilitar una sociedad más libre.
No queda otra que seguir luchando, no callarse, no permanecer inmóvil, no declararse imparcial. Ya no vale que no seas activista o que seas heterosexual. Ya no vale, por que la vida de un joven ha sido derramada en A Coruña a causa de nuestra pereza y falta de compromiso como sociedad democrática.
Levantemos las piernas e iniciemos la lucha:

We are the Stonewall girls
We wear our hair in curls
We have no underwear
We show our pubic hairs

 

JUAN ANDRÉS TENO

Periodista y activista LGTBI especializado en Diversidad Familiar

Cuenta en Twitter: @jateno_ 

Blog: https://familiasdecolores.wordpress.com/

 

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