¿Quien contamina cobra? No parece lógico. ¿Quién menos hace para conservar la naturaleza recibe más ayudas medioambientales de Europa? Tampoco tiene sentido.
Y sin embargo es lo que se ha estado haciendo durante años, de acuerdo con los resultados del estudio «Relación entre la Política Agraria Común y el medio ambiente en España”, elaborado por WWF y SEO/BirdLife, dentro de una campaña conjunta para cambiar la actual PAC.
Este interesante documento conservacionista aporta argumentos y evidencias sobre la relación entre los pagos de la PAC y el mal estado de la zona que los recibe. La conservación de los recursos naturales debería de ser la única forma de garantizar el futuro de la propia actividad agraria, pero no se hace pues resulta imposible desde planteamientos exclusivamente productivos como hasta ahora. El objetivo principal debería de ser el apoyar las explotaciones y prácticas más sostenibles, basándose en el principio “Dinero público para bienes públicos”, pero tampoco se hace.
También deberían eliminarse los pagos a aquellas prácticas que se comprueben como dañinas para el medio ambiente, asegurando así el cumplimiento de otro principio fundamental, el de que “Quien contamina paga”, o mejor dicho «Quien contamina no recibe ayudas». ¿Se hará algún día?
Los resultados del informe demuestran que cuanto más dinero europeo recibe una zona, peor es su estado ambiental. Esto ocurre porque las mayores ayudas están ligadas a sistemas de explotación intensivos en el uso de los recursos naturales (suelo y agua), fertilizantes o fitosanitarios. Frente a ello, sistemas de alto valor natural, como las dehesas o los espacios protegidos, quedan casi siempre fuera de las ayudas.
¿50.000 millones de euros al año no han servido para nada? Así va Europa.
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