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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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Una autopista, el corredor de la muerte genética del oso

Las poblaciones de oso pardo cantábrico (Ursus arctos) están felizmente escapando de una muerte anunciada.

Hace 20 años, cuando grupos conservacionistas como FAPAS iniciaron las primeras campañas en su defensa, la situación era crítica. El espléndido plantígrado que en el siglo XIV criaba en Andalucía y Murcia, que en el siglo XIX ocupaba los montes desde Galicia a Cataluña, estaba en situación terminal. Apenas quedaban 80 ejemplares.

Ha costado muchos esfuerzos, pero al final se ha logrado invertir la tendencia. Ahora es claramente ascendente, con 160 ejemplares censados.

Reducido el impacto de los cazadores furtivos, de los lazos, de la destrucción del hábitat, el mayor problema pendiente sigue aún sin resolverse: una autopista, la AP-66 o del Huerna, comunicación vital entre Asturias y Castilla y León, se ha convertido en el corredor de la muerte genética del oso cantábrico.

Cuando se inició la construcción en 1975 de esta vía de alta capacidad nadie pensó en los plantígrados salvajes, no eran tiempos para esas sensibilidades. Y se trazó sin tener en cuenta su gran impacto medioambiental, sin pensar que al pasar por Pajares cortaban por la mitad a las poblaciones de mamíferos terrestres, el oso entre ellas.

Férreamente vallada para garantizar la seguridad vial, no hay pasos de fauna que permitan atravesarla. Se ha convertido de esta forma en un infranqueable muro de Berlín que sigue hoy en día impidiendo la comunicación entre las dos grandes familias de úrsidos:

  • Por un lado la población occidental, la mejor conservada, 130 ejemplares localizados entre Los Ancares de Lugo y la autopista de Pajares.
  • Y por otro lado la población oriental, la más amenazada, 30 ejemplares entre la autopista y las montañas de Palencia, León y Cantabria.

Aisladas entre sí desde hace 30 años por culpa de esta autopista, si ambas poblaciones no se comunican se producirá un peligroso proceso de endogamia, de empobrecimiento genético (sobre todo en la población oriental), que entre otros problemas las dejará más indefensas frente a las enfermedades.

Por suerte el muro será derribado. La Fundación Oso Pardo , apoyada por el Ministerio de Medio Ambiente, ha anunciado la creación de un pasillo verde que conectará las dos poblaciones del plantígrado en la Cordillera Cantábrica. Se harán pasos elevados sobre este denso nudo gordiano de comunicaciones (autopista, carretera nacional N-630, ferrocarril y futura línea del AVE), convenientemente reforestados para permitir la tan ansiada unión entre ambas familias.

Una actuación considerada una prioridad por la Estrategia para la Conservación del Oso Pardo Cantábrico aprobada en 1999, sobre la que, en realidad, ya se lleva algunos años trabajando; de hecho, hace dos años un oso logró pasar de un lado al otro, el primero en tres décadas.

Todavía tardaremos 10 años en lograr la ansiada reunificación familiar, pero los pasos en conservación deben ser meditados, consensuados y firmes. Hasta ahora la principal prioridad era salvar al oso de la extinción. Una vez logrado ya podemos pensar en su mejora genética.

La autopista de peaje del Huerna, principal comunicación entre Asturias y Castilla y León, aísla gravemente a las poblaciones de oso pardo cantábrico.

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Los disparates de la Real Academia

El oso, “acosado por el hambre, ataca a toda clase de ganados y aún al hombre”. El lince o gato clavo “trepa a los árboles y es muy dañino”, siendo usada su piel en peletería. La garduña también es “muy perjudicial porque destruye las crías de muchos animales útiles”, como le ocurre a la comadreja, “pues se come los huevos de las aves y les mata las crías”. El lobo es un “mamífero carnicero”, al igual que la nutria. El turón “despide olor fétido”. El águila tiene “vista muy perspicaz, fuerte musculatura y vuelo rapidísimo”. El búho es un “ave rapaz nocturna, indígena de España”. La lechuza “resopla con fuerza cuando está parada”. La gaviota “vuela mucho, es muy voraz y se alimenta principalmente de los peces que coge en el mar”; por si no lo sabían, “hay otras especies muy parecidas, pero más pequeñas”. Avutarda es “ave zancuda muy común en España”. Y ya para rematarlo, el jabalí es un “mamífero paquidermo”.

¿La enciclopedia de los disparates? Ni mucho menos. Todas estas definiciones delirantes, equivocadas, vetustas, tergiversadas y hasta malintencionadas proceden de una de las últimas ediciones del Diccionario de la Lengua publicado por la Real Academia Española.

¿Sorprendidos? Yo el primero. Toda la vida apoyando mis dudas sobre el lenguaje en tan insigne obra, y el primer arrebato de curiosidad léxica referida a la fauna la transforma en la mayor chapuza nunca antes escrita sobre animales.

Dirán que no es una obra especializada, que está escrita por lingüistas y no por biólogos. Es cierto pero ¿tan difícil era asesorarse?

Cualquiera no ya naturalista, tan sólo aficionado a los programas de Félix Rodríguez de la Fuente, habría mejorado estas y otras muchas definiciones erróneas del diccionario más importante de nuestro idioma, base fundamental en la comunicación de 400 millones de personas.

Y es que hasta mi hijo de nueve años sabe que los jabalíes no son mamíferos paquidermos ni las avutardas aves zancudas, pero claro, al contrario que los insignes académicos, él no se queda dormido cuando a la hora de la siesta ponen en televisión los documentales.

Un oso gravemente herido vaga por El Bierzo

La Junta de Castilla y León y el Principado de Asturias mantienen desde hace 15 días un complejo operativo para tratar de capturar vivo a un joven oso pardo, gravemente herido por el lazo de acero colocado en el campo por cazadores furtivos.

Es uno de los últimos 125 ejemplares que sobreviven en la coordillera cantábrica, una población en gravísimo peligro de extinción.

El pobre animal fue descubierto por un vecino de Páramo del Sil (El Bierzo, León) el pasado 17 de agosto. Quedó atrapado por un cable que le trabó toda la cintura. Logró romperlo a tirones, pero el alambre se le ha incrustado en la carne, constriñéndole el abdomen a la altura de los riñones y provocándole heridas muy graves.

Extremadamente delgado, lo está pasando muy mal, pero al menos se le ha visto comer arándanos, su fruta favorita. Ahora mismo se mueve por una amplia zona a caballo entre León (Páramo del Sil) y Asturias (Degaña), incapaz de liberarse por sí mismo de esa trampa de muerte.

Tres equipos integrados por guardas, veterinarios y biólogos de las dos comunidades autónomas trabajan en la zona para intentar capturar al animal con dardos anestésicos, y proceder a curar sus heridas antes de que éstas se infecten y lo maten. Una operación complicada donde las posibilidades de éxito son inciertas.

El primer intento de lanzarle un dardo hace unos días fracasó. Los tiradores son los mejores, pero resulta muy difícil acercarse al animal herido en una ambiente boscoso y abrupto como por el que se mueve.

La única noticia positiva es que el complejo operativo montado se mantiene, que no se le da al pobre animal por perdido.

Todos cruzamos los dedos por el éxito de la misión mientras nos hacemos insistentemente las mismas preguntas: ¿Quién fue el criminal que puso el lazo de acero en el campo? ¿Lo ha detenido ya la Guardia Civil?

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En la fotografía podéis ver al pobre oso con la cintura fuertemente aprisionada por un cable de acero. La imagen, cedida por la Fundación Oso Pardo y la Junta de Castilla y León, fue tomada con telescopio a larga distancia para evitar molestias innecesarias al animal.

La captura ilegal de un oso pardo se considera delito penal y puede ser castigada con cárcel y multas desde 200.000 euros a más de dos millones de euros.

Más noticias sobre el oso pardo en la Minuteca de 20Minutos.

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Actualización 10 de septiembre 2008.

Os incluyo sobre estas líneas una nueva fotografía que ha sido obtenida recientemente por los equipos que tratan de capturar a este pobre oso berciano. Al día siguiente de verlo se preparó todo un operativo para sedarlo, pero el animal no volvió a aparecer por la zona.

Como se ve en la imagen, las heridas provocadas por el lazo de los furtivos son muy graves.

En lo que va de año, la Fundación Oso Pardo lleva retirados 153 lazos de acero en los territorios del Alto Narcea y Alto Sil, semejantes al que ha herido a este infortunado animal.

Favila y Carlomagno mataron al mismo oso

El oso que mató al rey Favila era de la misma especie que el que mató con sus propias manos Carlomagno.

Un reciente análisis de ADN mitocondrial con muestras de osos europeos de hace 20.000 años y actuales ha echado por tierra la teoría de que de los plantígrados de las penínsulas del sur de Europa (España, Italia y los Balcanes) eran subespecies diferentes que quedaron aisladas durante la última glaciación. En realidad todos eran una misma especie, luego fragmentada en múltiples poblaciones a medida que los bosques fueron retrocediendo y la caza los arrinconó en las montañas.

El trabajo ha sido realizado por la paleontóloga molecular Cristina Valdiosera, perteneciente al Centro Mixto de la Universidad Complutense e Instituto de Salud Carlos III, bajo la dirección de los paleontólogos Juan Luis Arsuaga y Anders Götherströmm, habiendo sido publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

En 1914, el naturalista Ángel Cabrera (1879-1960) describió al oso español como una subespecie diferente denominada pyrenaicus, caracterizada por tener las puntas del pelo amarillentas y las patas negras. Pero en realidad desde hace mucho tiempo se les consideraba iguales a todos los europeos.

¿Ayudará este estudio a la conservación del oso en España? Resulta difícil aventurarlo. El trabajo de Valdiosera viene a confirmar científicamente lo que ya se sospechaba. Hace así técnicamente más sencilla la vuelta del oso a los Pirineos, donde está prácticamente extinguido (apenas 20 individuos), a partir de ejemplares procedentes de Eslovenia, pues ambas poblaciones serían genéticamente iguales.

Si los ganaderos lo permiten, algo que de momento no parece sencillo. Y si no, como ya os conté aquí en una ocasión, que se lo pregunten a la pobre Palouma o a la difunta Canelle, víctimas del odio a este grandioso animal, terror de Favila y de Carlomagno.

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Posdata. Si quieres conocer las últimas noticias publicadas sobre el oso pardo, están todas recopiladas en la minuteca de 20 Minutos. Pincha aquí para llegar a ella.


La moda de la cría en cautividad

Hasta hace apenas cinco décadas en España todo el monte era orégano. Los animales salvajes, o se cazaban y por lo tanto servían, o eran alimañas y no servían. Entonces se pagaba un duro por cada garra de águila matada. Luego descubrimos (gracias sobre todo a Rodríguez de la Fuente) que todas las especies servían al ecosistema, y a nosotros mismos nos hacían felices con sólo verlas, o intuirlas. Empezamos así a protegerlas de escopetas, lazos, venenos, carreteras y tendidos eléctricos. Recientemente hemos dado otro gran paso en la línea correcta. No sólo se trata de conservar la Naturaleza, de cuidar lo escaso, lo amenazado. Pretendemos mejorar lo que nos queda, sacar a esas especies del farolillo rojo del peligro de extinción. Y dentro de esta nueva política de mejora de la biodiversidad, los proyectos de reintroducción tienen un valor estratégico excepcional, hasta el punto de haberse convertido, si no en la principal herramienta de gestión de las administraciones, sí al menos en la de mayor peso mediático.

Osos eslovenos para el Pirineo, quebrantahuesos austriacos para Cazorla, linces de Sierra Morena para Doñana, tortugas bobas de Cabo Verde para Canarias, buitres negros extremeños para Cataluña y Baleares, calamones en Girona, cernícalos primilla, visones europeos, pinzones azules de Gran Canaria, fochas morunas, urogallos, sapillos, peces y docenas de plantas amenazadas. Está claro. Este tipo de conservación ex situ, de cría en cautividad y posterior liberación en terrenos apropiados, está de moda.

Desgraciadamente, no todos los proyectos se están realizando con las mínimas garantías científicas. En algunos casos se derrochan ingentes cantidades de dinero mientras se descuida lo más importante: el hábitat. Por muy bien que estas especies críen en modernos centros especializados, si antes de liberarlas no hemos solucionado los problemas que provocaron su extinción no habrán valido para nada tantos esfuerzos. Las estaremos enviando a una muerte segura. Y eso es algo que nadie quiere.

Prohibido vender carne de oso

¿Se acuerdan del dueño del restaurante Pipiripao de Oviedo? Aquel ex concejal que anunció muy ufano la inclusión en su carta de comidas la carne de oso, supuestamente adquirida en Finlandia, para recuperar ese sabor perdido de la cocina astur. Y que regalaría diplomas a todos los aventureros gastronómicos que eligieran tan peculiar plato. Pues se le están complicando las cosas.

Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, junto a funcionarios del Servicio de Inspección Alimentaria del Ayuntamiento de Oviedo, le ha denunciado por infracción leve a la Ley de Represión de Contrabando así como al Real Decreto sobre productos veterinarios, tras descubrir carne de oso pardo en las cámaras frigoríficas de su local. Este tipo de infracción puede acarrearle una multa de un mínimo de 600 euros y hasta un 225% del valor de la mercancía aprehendida.

Al término de la actuación, el Seprona intervino la carne de oso, que quedó depositada en las dependencias de la Consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Rural del Principado de Asturias, a disposición del Administrador de Aduanas.

Ignoramos si por confiscarle la carne el dueño también entregará diplomas a los agentes.

Denunciado por querer cocinar osos y urogallos

En el restaurante Pipiripao de Oviedo venden el oso antes de cazarlo. También el urogallo. Su propietario Ismael Rey ha anunciado la próxima inclusión en el menú de su establecimiento de carne de ambos animales. Las dos son especies protegidas y en grave peligro de extinción en España, pero al empresario le da igual. Asegura que la carne la trae de Finlandia y de Irlanda, donde sí se pueden cazar. Y que a sus aguerridos clientes les entregará además un diploma donde se certifique la proeza alimentaria, para que lo enmarquen y lo cuelguen en el salón.

Según Rey, antiguamente se cazaban y comían osos y urogallos en Asturias, pero al estar ahora prohibido “provoca una carencia generacional de esos sabores que se han perdido y que forman parte de la cultura asturiana al igual que la gaita, la sidra o les fabes” [sic].

A pesar de sus esfuerzos, algunos no han valorado positivamente la contribución cultural de su peculiar iniciativa gastronómica. Como la Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica, que le acaba de denunciar a la fiscalía de Medio Ambiente del Tribunal Superior de Justicia y al Seprona. Porque venga la carne de donde venga, su comercialización en todo el territorio del Estado Español es ilegal al no formar parte de la listas de especies del Anexo del Real Decreto 1118/1989, de 15 de septiembre, por el que se determinan las especies objeto de caza y pesca comercializables.

Además de sus dudas sobre la legalidad de tan espeluznantes jornadas gastronómicas, los ecologistas consideran “absolutamente amoral” una iniciativa de estas características precisamente en Asturias, donde se lleva años trabajando para intentar que los osos y los urogallos no desaparezcan de los montes. Donde se ha trabajado mucho por crear una opinión pública favorable a esas especies que logre acabar con el furtivismo, mientras que iniciativas tan desafortunadas como ésta tan sólo promueven el gusto por su caza ilegal.

Lejos de amilanarse, el empresario y ex concejal ovetense les ha dado las gracias por lo que considera “publicidad gratuita”. También ha manifestado su disposición a cooperar con la justicia. Según ha explicado a los periodistas, revelará a la Fiscalía, si así se le pregunta, quiénes son los comercializadores de carne de oso y urogallo con los que trabaja, “pero a nadie más”. Y justifica su negativa por miedo a la competencia, pues está seguro de que muchos restaurantes “buscarán el mismo producto para ofrecerlo en sus cartas”.

Pregunta 1: ¿Habrá de verdad gente sin escrúpulos capaz de pagar lo que haga falta por comerse un solomillo de oso o una pechuga de urogallo, sólo para fardar luego ante sus amigos de sus carencias mentales, diploma incluido?

Pregunta 2: ¿El hecho de ganar dinero lo justifica todo?

Pregunta 3: ¿Para esto tantos esfuerzos en educación?

El gerente del restaurante ovetense Pipiripao, Ismael Rey, muestra uno de los diplomas que dará a quien coma en su establecimiento carne de oso o de urogallo. Foto:FERNANDO ROBLES / La Voz de Asturias