La crónica verde La crónica verde

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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El negro le sienta bien al Pirineo

El color negro siempre ha tenido mala prensa en nuestro subconsciente. Hace años, un viejo pastor burgalés de Huérmeces me explicaba que, de niño, cuando los buitres bajaban a comer una carroña, les tiraban piedras a los más grandes y oscuros. «No nos gustaban nada», lo justificó.

Ya no hay buitres negros en Burgos, pero en el Pirineo catalán tienen más suerte. Como os he comentado en La Crónica Verde, un proyecto de reintroducción de la especie en la comarca leridana del Pallars Jussà ha logrado este año el nacimiento del primer pollo en más de un siglo de ausencia. El pájaro, bautizado Gali, fue anillado (una especie de bautismo científico) el pasado 16 de julio. Con apenas 80 días de edad ya pesa casi 5 kilos.

La alegría de este acontecimiento no ha venido sola. El proyecto de reintroducción del buitre negro en Pirineos podría estar favoreciendo de forma paralela y no prevista la expansión del águila imperial ibérica, otra especie en grave peligro de extinción. Lo explica así Marc Gálvez, uno de los ornitólogos responsables del proyecto:

«Aún siendo conscientes de la escasa información que de momento tenemos al respecto, no es aventurado intuir un posible efecto beneficioso y completamente inesperado que el programa de reintroducción puede llegar a tener sobre la expansión del águila imperial ibérica hacia el noreste peninsular, recolonizando así su antigua área de distribución. Como se ha comprobado en otros muchos programas de reintroducción y/o reforzamiento, el efecto llamada de estos proyectos provoca la recuperación natural de otras especies como los alimoches, milanos e incluso mamíferos cornívoros. En otras palabras se genera mucha más biodiversidad de la esperada inicialmente y con muy poco presupuesto».

El quebrantahuesos, el oso pardo reintroducido un poco a calzador, el lobo recién llegado, sorprendentemente, desde Italia por su propio e incansable pie; ahora el buitre negro y quizá, en un futuro próximo, el águila imperial. Todos ellos no son sólo biodiversidad. También pueden convertirse en un importantísimo reclamo ecoturístico para el Pirineo, símbolo de la calidad y buen estado de conservación de unos espacios naturales únicos.

Su efecto paraguas logrará así mantener a la población rural. Con ella a salvo, junto con el excepcional paisaje y cultura que conservan, ganamos todos.

Os dejo con un precioso vídeo sobre los primeros días en la vida de Gali, el primer buitre negro pirenaico en un siglo. Y cuyo futuro sin venenos ni otras amenazas deberá ir mejorando, como dice Chambao, «Pokito a Poko».


Foto: SEO / BirdLife

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10.000 euros de multa por matar un oso

El cazador que mató a Cannelle, la última osa autóctona que quedaba viva en el Pirineo, deberá indemnizar a diversas asociaciones de protección de la naturaleza francesas con 10.000 euros. La osa, de unos 15 años de edad, fue abatida a tiros durante una cacería de jabalíes muy cerca de la salida del túnel de Somport, y habitualmente deambulaba entre los valles de Aspe y de Ossau.

René Marquèze, que tenía 61 años en el momento de los hechos, ha sido definitivamente condenado por la Corte de Casación francesa, después de que fuera inexplicablemente absuelto en 2008 por el Tribunal Correccional de Pau del cargo de destrucción de una especie protegida, al haberle aplicado el eximente de legítima defensa.

Sin embargo, las asociaciones ecologistas, parte civil del proceso, apelaron y reclamaron daños e intereses, pues los cazadores sabían que podían encontrarse a la osa Cannelle y su osezno en el lugar del sector donde se desarrollaba la batida, pero decidieron mantenerla en lugar de evitar la confrontación con el plantígrado.

El 10 de septiembre de 2009, la Corte de Apelación de Pau reconoció la responsabilidad del cazador en la muerte de Cannelle. En ese momento, condenó a Marquèze a pagar 11.000 euros por daños e intereses a siete organizaciones de protección del medio ambiente, quien recurrió la decisión.

Mientras que la defensa del cazador sostenía que el acusado había actuado por necesidad, la corte de apelación rehusó tal argumento, recordando que el cazador había sido advertido en el momento de salir a cazar de que podía encontrarse con el oso. Finalmente, la Corte de casación ha confirmado esta decisión.

En aquel momento, la muerte del animal provocó una ola de indignación en Francia, e incitó al gobierno a desarrollar un plan de refuerzo de la población de osos pardos en los Pirineos con la introducción de osos eslovenos. Un plan que sigue siendo vivamente contestado por los ganaderos franceses de los departamentos de Ariège y de Altos Pirineos, y últimamente también por los españoles.

Fuente: Radio Huesca.

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Francia pide osos cantábricos para repoblar el Pirineo

Francia ha solicitado formalmente al Gobierno español la posibilidad de que los próximos osos con los que se repueble los Pirineos sean hembras procedentes de la cordillera cantábrica. Hasta el momento los reforzamientos poblacionales de osos en el macizo pirenaico se habían realizado con animales procedentes de Eslovenia. La llegada de ejemplares cantábricos supondría una bocanada de fresco aire genético. Sin embargo, allí la población tampoco está muy boyante, por lo que casi con toda seguridad el Gobierno español no autorizará la operación.

Con una población inferior a los 20 ejemplares, la supervivencia del oso pardo en el Pirineo tiene un negro futuro. Especialmente crítica es la situación del núcleo occidental (valle del Roncal, Aspe, Hecho y Ansó), donde sólo subsisten tres ejemplares, todos ellos machos , sin ninguna posibilidad de recuperación si no se realiza un urgente reforzamiento con dos o tres hembras. Astures o eslovenas, a ellos les da lo mismo.

El plan de acción galo puesto en marcha en el 2006 terminó el año pasado y Francia estudia ahora su continuidad, que se prolongará hasta el 2013 y que podría contemplar la suelta de nuevos ejemplares. Repoblaciones que no se materializarán hasta al menos el próximo año, si es que para entonces se vence el profundo rechazo de los ganaderos.

Mientras, en la vertiente española, las diferentes administraciones son meras observadoras de las actuaciones desarrolladas en el lado francés, y ello a pesar de que los animales no conocen fronteras y se mueven más por nuestras montañas que por las suyas. Por todo ello, Ecologistas en Acción ha reclamado la aprobación urgente de un plan de recuperación de esta especie en Aragón y en Cataluña, además de la actualización del navarro, totalmente obsoleto, todos ellos perfectamente coordinados con los planes franceses.

No se han hecho bien las cosas en el Pirineo, donde al plantígrado se le odia tanto como al lobo e incluso más, pues al cánido lo exterminaron hace tiempo y a éste lo ven como un “recién llegado” al que nadie ha invitado. En la Cordillera Cantábrica (Asturias, Cantabria y Castilla y León) el oso no sólo es perfectamente compatible con la ganadería sino que supone un inmenso atractivo turístico. Lo mismo ocurre en Italia (Montes Abruzzo). Evidentemente, mientras no se desarrolle un profundo plan de educación ambiental en la zona, capaz de subvertir el actual rechazo de la población local hacia esta especie, los proyectos de reintroducción estarán abocados al fracaso.

Como señala acertadamente el Manifiesto por el oso pardo pirenaico, el oso nos ofrece la oportunidad de demostrar que la conservación de la biodiversidad y el progreso económico del Pirineo son perfectamente compatibles. Es lo lógico, pero no sé si nuestros políticos lo entienden de la misma manera. Ya sabéis que la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.

Foto de Camille, uno de los pocos osos autóctonos que quedan en el Pirineo, tomada en noviembre del año pasado en los montes aragoneses de Ansó junto al cadáver de un jabalí. DGA / El Heraldo de Aragón.

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Más osos en la Cordillera Cantábrica

Estos días las osas salen del letargo invernal con sus crías recién nacidas. Es la hora de reponer fuerzas, de recuperar toda la grasa perdida durante los largos meses de un duro invierno. También de entregarse a las pasiones del celo reproductor. Y lo hacen con una alegría especial, pues cada vez son más.

La población de oso ibérico está cada vez menos amenazada. Sus algo más de 130 ejemplares distribuidos a lo largo de la Cordillera Cantábrica son todavía pocos, es verdad. Tampoco se ha logrado aún romper el aislamiento genético de sus dos poblaciones oriental y occidental. Pero el incremento ininterrumpido en el número de osas con crías registrado desde hace una década, junto con el buen trabajo de educación ambiental desarrollado por Administración y ONG, hace albergar muchas esperanzas.

El último gran dato es el censo más reciente. Según datos de la Fundación Oso Pardo, este año se han localizado 21 osas con oseznos en la Cordillera Cantábrica, 18 en la subpoblación occidental (Asturias, Alto Sil leonés y Ancares de León y Lugo) y 3 familias en la subpoblación oriental (Cantabria, Montaña palentina y Montaña oriental leonesa). Incluso puede haber dos familias más, lo que supondría el máximo poblacional logrado por los osos españoles en los últimos 50 años.

¿Lo veis? No todo en la naturaleza son malas noticias. También las hay buenas. Aunque como siempre, y más tratándose de especies tan complejas como el oso pardo, lo mejor es mantener un «optimismo prudente».

Para redondear tan buena noticia os dejo un precioso vídeo rodado este invierno donde se ve a dos jóvenes hermanos jugando en la nieve. Disfrutarlo.

Más noticias sobre el oso pardo en la Minuteca de 20Minutos.

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¿Hay más osos y avutardas que niños?

“En la montaña de Riaño nacen más osos que niños”, asegura Porfirio Díaz, alcalde de Burón. “En las llanuras de León ya nacen más avutardas que niños”, le secunda Matías Llorente, alcalde de Cabreros, en la agrícola comarca de Los Oteros.

Además de mentira, ambos ediles son unos demagogos, pero tienen parte de razón. El campo español se muere mientras algunas especies animales hasta hace poco amenazadas de extinción se van recuperando; aunque todavía estén muy lejos de lograr unos censos cercanos a los que tenían hace apenas un siglo.

Por ejemplo, la población de avutardas en Castilla y León se ha incrementado en más de un 30 por ciento en los últimos diez años y ya hay 14.000 ejemplares.

Y respecto a los osos, el año pasado un total de 19 hembras lograron parir 37 cachorros en toda la Cordillera Cantábrica.

Obviamente, sigue habiendo en el campo más niños que avutardas y osos, pero el despoblamiento rural es cada vez mayor. Desde que comenzara el siglo XXI, 279 municipios castellano leoneses no registraron ningún nacimiento y sólo en 128, de los 2.248 de la región, el número de nacidos superó al de defunciones. Resultado de este descalabro demográfico, en 226 municipios más de la mitad de su población es mayor de 65 años.

En realidad el mundo rural ha desaparecido. Poca diferencia hay ahora entre una aldea y un barrio de adosados, todos ligados a ese coche que nos lleva rápido al centro comercial, al hospital o al trabajo. La vida en nuestros pueblos es totalmente urbana, pero sin las ventajas de la ciudad. Y al final la gente joven acaba yéndose a vivir a la gran urbe, dejando el campo para las vacaciones.

Es necesario cambiar la mentalidad. Y son precisamente avutardas y osos los que pueden ayudarnos a mantener la vida en los pueblos. La agricultura y la ganadería sostenible, el turismo, el atractivo de la vida tranquila, de la buena mesa. Ésa es la auténtica misión del mundo rural, dar servicio de calidad a nuestras locas e insostenibles ciudades, y no querer convertirlo en centros de producción masiva de alimentos de baja calidad. Mientras tanto, los pueblos continuarán agonizando, y los niños, osos y avutardas seguirán sin futuro.

Una autovía amenaza a osos y urogallos

El Gobierno asturiano quiere más carreteras y propone incluir en la próxima revisión del PEIT (Plan Estratégico de Infraestructuras y Transporte) la construcción de una autovía entre La Espina (Asturias) y Ponferrada (León).

Una infraestructura que, de hacerse, dañará gravemente el corazón de las montañas cantábricas, afectando a una importantísima zona declarada Reserva de la Biosfera, Parque Natural y que se encuentra dentro de la Red Natura 2000 de la Unión Europea. Paraísos ambientales como el ‘Alto Sil’ o las ‘Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias’, refugio de especies tan amenazadas como el oso o el urogallo.

Desde los despachos, trazar líneas es fácil. Se abren túneles, se levantan viaductos, se gasta dinero a espuertas. ¿Limitaciones? Prácticamente ninguna si se declara la obra «de interés general», algo tan subjetivo como la mente de nuestros políticos.

A cambio, nos prometerán medidas compensatorias y restauraciones ambientales ejemplares, pero cuando el daño ya está hecho, lo único cierto es que esos tajazos en la montaña son y serán siempre puntas de lanza de destrucción de nuestros últimos valles vírgenes, barreras infranqueables para la fauna, mordiscos mortales a nuestros bosques.

Y todo a mayor gloria del automóvil, del transporte por carretera, del consumo compulsivo de combustibles fósiles. Por que hoy, como hace 50 años, para muchos dirigentes autopista es sinónimo de progreso. Erróneo sinónimo en los tiempos que corren, cuando la política de infraestructuras del Estado debería adecuarse a la lucha contra el cambio climático y la conservación de la biodiversidad.

No será porque no lo saben. La primera evaluación ambiental del proyecto ya advierte del gigantesco daño ambiental de esta autovía. Y por si el ministro de Fomento, José Blanco, no se hubiera enterado, WWF y SEO/BirdLife se lo acaban de explicar muy clarito en una carta donde le alertan de los graves problemas que ocasionará esta infraestructura.

¿Les harán caso? Mucho me temo que el asfalto sigue siendo más importante en nuestra sociedad que unos cuantos osos y urogallos.

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Sobre estas líneas, mapa donde se detalla la grave afección ambiental que provocará la construcción de la que ya se ha dado en llamar «autovía minera».

Circos sin animales payasos

Me escribe José Miguel, un lector de Zaragoza, avergonzado por los carteles que un circo ha colocado estos días en su ciudad. Hace unos años las estrellas eran leones montando en moto. En esta ocasión es un pobre oso pardo de origen ruso que baila el hula hoop y toca la trompeta. Y me pregunta, nos pregunta:

«¿No es el oso pardo un animal en peligro de extinción en España? ¿No está protegido? Supongo que ese oso tendrá todos los papeles del CITES en regla, pero aún así no deja de ser una contradicción el que por un lado se le proteja y por otro se permitan exhibiciones denigrantes y humillantes como ésta. ¿Es que no ha servido para nada tantos años de protección de la naturaleza, ecología y sensibilización medioambiental?”

Tiene toda la razón José Miguel. El animal no lo sabe ni tiene capacidad para impedirlo, pero es el hazmerreír del bosque.

“A los niños les hace gracia”, justificarán algunos. Seguramente no tanto si sus padres les contaran toda la terrible crueldad que hay detrás de esas miles de horas de agotadoras sesiones de doma y entrenamiento, de esos viajes interminables alrededor del mundo dentro de estrechas jaulas, de esa vida sin más futuro que elegir entre latigazo o zanahoria, de esas muertes injustas cuando ya no sirven por viejos o por torpes. Les hemos robado la dignidad hasta convertirlos en tristes payasos de cuatro patas, mantenedores de pobres galas que hace décadas han dejado de interesar al gran público.

Por suerte el maravilloso mundo del circo está evolucionando. Son muchas las experiencias circenses verdaderamente modernas e innovadoras que repudian los animales amaestrados, precisamente las más exitosas. Ése es el camino. Y rechazar el acudir a tan denigrantes espectáculos, con niños o sin ellos, debe ser nuestra actitud más cívica.

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En la imagen, Yogui, un oso ruso vestido con la camiseta del Real Valladolid, toca la trompeta antes de jugar al fútbol con varios jugadores. Se trata de la promoción ideada por el Gran Circo Mundial durante su estancia en la capital del Pisuerga. ¿Os parece divertido o es sólo indignante?

Demasiados atropellos de fauna

¿Cuántos animales mueren atropellados en las carreteras españolas?

Entre domésticos y salvajes, abundantes y en peligro de extinción, cientos de miles, probablemente varios millones al año. Linces, lobos, hasta osos, pero también culebras, ratones, liebres, milanos, avutardas. Por no hablar de los insectos, algunos rarísimos, sólo vistos estrellados contra el salpicadero de los coches. Son las víctimas más inocentes del asfalto, de nuestro progreso.

Los lectores de La Crónica Verde, siempre sensibles, suelen escribirme para proponerme temas, cosa que yo siempre os agradezco. Ayer lo hizo Juan, precisamente para hablarme de este gigantesco tributo que la fauna nos paga por el simple hecho de convivir con nosotros. Éste es su escrito:

Simplemente felicidades por sus artículos, por el interés de los temas y su sabia crítica hacia el desinterés y la ignorancia que reinan en demasiados.

Además quería comentarle un tema: los atropellos de animales en la carretera. En estas fechas, a diario veo nuevos animales atropellados (me desplazo desde Noquera -acosada y degradada Sierra Calderona- a Valencia). A los siempre habituales perros y gatos, ahora se suman innumerables erizos, conejos, roedores; también me he encontrado con zorros, tejones, ardillas, garduñas, mochuelos y otras aves…

Además de la sangría inicial, como los restos no suelen ser retirados, otros caen al carroñear en ellos. Yo personalmente, en la medida de lo posible y teniendo en cuenta la seguridad del trafico, los retiro por lo menos a la cuneta, por respeto, para que se descompongan sobre tierra y no se queden meses y meses en el asfalto o sean triturados por las ruedas de los vehículos, o para que sirvan de alimento a otros sin suponer un peligro para el que los devore. Y me entristece ver cómo miles de personas son capaces de pasar junto a ellos y no inmutarse, o cómo ninguna institución se encarga de ello, dando una triste imagen de suciedad y dejadez.

En una ocasión fui andando por la cuneta desde Noquera a Bugarra (40 Km.) y contabilicé los restos de 16 cánidos, además de otros animales.

En fin, simplemente quería contárselo a alguien. Gracias por su tiempo.

Tiene razón Juan. Debería haber pasos específicos para la fauna en todas las carreteras que redujeran la actual matanza de animales. Y deberíamos ser más civilizados, pedir la retirada de esos cadáveres, aunque sólo sea para permitir que sus cuerpos abonaran la tierra, para que no los sigamos machacando hasta pulverizarlos sobre el asfalto.

¿Somos cada vez más insensibles? Es probable. Aunque si muchas veces no paramos para ayudar a un semejante en apuros, difícil será que sintamos pena por una triste garduña atropellada como la de la foto.

Los estornudos matan árboles

Del invierno a la primavera, del resfriado a las alergias. Y los pañuelos de papel siempre bien a mano. ¿Sabes lo que hay dentro de cada uno de estos paquetes? Cadáveres de árboles.

No insulsas plantaciones de jóvenes chopos o pinos, sino viejos bosques primarios, vírgenes, la mayoría boreales, la casa común de alces, caribús, linces, osos, lobos, águilas, halcones, búhos; también de milenarias comunidades indígenas. Una impresionante riqueza natural que nos restregamos diariamente por las narices o por la entrepierna, cada vez más compulsivamente, más inconscientemente. Suave papel tisú procedente en su mayor parte de triturar árboles centenarios arrancados del corazón de amenazados paraísos.

Sí, ya sé lo que me vais a decir, necesitamos papel para todo, para leer el periódico o un buen libro, para ir al baño, para limpiar la cocina ¿No hay alternativas? Claro que las hay, muchísimas. Por ejemplo, usar papel reciclado (en este enlace tienes varias marcas). Quizá no sea tan suave como la caricia de un niño, pero puede ser tan amoroso como la caricia de una madre, nuestra Madre Tierra.

La vuelta a los pañuelos de tela, los de toda la vida, es otra opción casi olvidada por esa manía tan nuestra del usar y tirar.

E incluso el agua, el mejor método de limpieza posible, lo hemos arrinconado en esos bidés que ya prácticamente nadie usa.

Cada europeo consume al año 13 kilos de este tipo de papel hecho con fibras vírgenes, pero en España (para derrochones nosotros) gastamos 14 kilos. Si cada uno de nosotros sustituyera una caja de los populares kleenex por otra hecha con fibra reciclada respetuosa con el medio ambiente salvaríamos más de 15.000 árboles, llevaríamos 50 camiones menos de basura a los vertederos, ahorraríamos millones de litros de agua y reduciríamos las emisiones de CO2 responsables del cambio climático. Es para pensárselo, ¿no os parece?

Os dejo a continuación un vídeo hecho por Greenpeace para su campaña de presión sobre la compañía Kimberly-Clark, que fabrica los famosos pañuelos de papel Kleenex y los rollos de papel higiénico Scott, exigiéndole el uso de pulpa de madera reciclada. Da mucho que pensar.

¿Son peligrosos los osos del Pirineo?

La noticia la conocéis todos de sobra. Durante una batida de jabalí en el Val d’Aran (Lérida) una osa parda eslovena reintroducida en el Pirineo por el Gobierno francés, de nombre Hvala, preñada y asustada, mientras huye de los perros se encuentra de bruces con un cazador que comienza a gritarle. Le da un zarpazo, hiriéndolo levemente, y sigue su carrera montaña arriba, aterrorizada.

Desde entonces, los araneses, con los políticos al frente, han declarado la guerra al oso. Tratan de capturarla, viva o muerta. Dicen que es un peligro para ellos y para su turismo. Sólo la llegada de la nieve y su pronta hibernación le dará un respiro al perseguido animal, al menos hasta la primavera.

En peligro de extinción

En 1996 sólo quedaban en el Pirineo cinco osos (un macho y cuatro hembras), los últimos de una población de miles, exterminados por los cazadores tras siglos de persecución. Ese año el Gobierno francés soltó un macho y dos hembras eslovenos para reforzar la población. En 2006 se soltaron cinco ejemplares más, uno de ellos Hvala. Contando sus crías y descontando varias muertes, quedan 20 osos en los 35.000 kilómetros cuadrados pirenaicos repartidos entre Francia y España.

Paradójicamente, mientras en la Coordillera Cantábrica sus 130 osos son un atractivo turístico e incluso marca de calidad natural de toda una región, Asturias, en el Pirineo se les considera un peligro.

¿Pero de verdad son peligrosos los osos pirenaicos?

Estadísticamente no, pero sacar vuestras propias conclusiones. Como nos recuerdan desde el blog La Cementera, las cifras reales apuntan en sentido opuesto:

Cazadores muertos por ataque de oso en el estado español (datos 2007): 0

Cazadores heridos leves por ataque de oso (o cualquier otro animal de la fauna silvestre) (datos 2008): 1

Cazadores heridos leves por otro cazador en el estado español (2007): 846

Cazadores heridos de gravedad por otro cazador durante el ejercicio de la caza en el estado español(2007): 13

Cazadores muertos por otro cazador durante el ejercicio de la caza en el estado español (datos de 2007): 20

Y me falta un dato, el elevado número de cazadores heridos por ataques de jabalíes en monterías, varias decenas sin duda. O por avispas. O por perros de caza.

Pero claro, la noticia: «Cazador mordido por el perro de su compañero de caza» no tiene interés mediático, aunque ese mismo perro quede abandonado y después mate un par de ovejas. Nadie saldrá a aniquilarlo, ni le acusarán de asustar a los turistas, de ser un animal sanguinario, peligrosísimo. Tampoco pedirán la extinción de los jabalíes, a pesar de su peligrosidad y de los daños que provocan en cultivos y praderas.

La cabeza de Hvala. Eso es lo que quieren. Su cabeza y la del resto de los osos pirenaicos.

¿La razón? Odio atávico al oso.

¿El culpable? Hay varios, pero sin duda la mayor culpa es la de los responsables políticos del proyecto de reintroducción del plantígrado, quienes han soltado a los animales en el campo sin haber desarrollado antes un profundo trabajo de educación ambiental en las localidades pirenaicas para lograr el apoyo decidido de estas, incluido el de ganaderos y cazadores.

Porque hacer las cosas en contra de la gente acaba siempre mal. El oso, la pobre Hvala, se ha convertido ya, de hecho, en un triste mal ejemplo de ello, y acabará pagando con su vida nuestros errores.